Bush parte de la idea de que existe un desajuste evidente entre la cantidad de datos que genera el desarrollo del conocimiento y los medios para su almacenamiento y distribución. La rigidez y dificultad de acceso de los sistema de aquel momento impiden que pueda llevarse a cabo una administración efectiva de la información producida por los avances de la actividad humana, de manera que «la suma total de la experiencia humana se está expandiendo a un ritmo prodigioso, y los medios que utilizamos para abrirnos paso a paso a través de ese laberinto hasta el dato que en un momento determinado nos interesa son los mismos que se utilizaban en los tiempos de los buques de vela con aparejo de cruz». Su objetivo fue entonces idear un medio más operativo de gestión que se acercara a los mecanismos de actuación de la mente humana. Constatando que los característico de su funcionamiento es el carácter asociativo de las ideas, Bush diseñó un sistema que quebrantaba la secuencialidad en la clasificación de la información, proponiendo un acceso directo a los datos a través de la asociación de conceptos correlacionados, una indexación asociativa:
«La mente humana opera por asociación. Desde un concepto, salta instantáneamente hacia el siguiente que es sugerido por la asociación de pensamientos, de acuerdo con alguna intrincada trama de caminos trazada por las células del cerebro. Por supuesto, tiene otras características; los caminos que frecuentemente no son seguidos son propensos a desvanecerse, los datos no son completamente permanentes, la memoria es transitoria».
El sistema imaginado por Bush permitía almacenar masas de información de manera relacional, lo que significa superar la secuencialidad en el acceso a los datos y sustituirla por un modelo capaz de establecer el salto de un documento a otro.
Núria Vouillamoz, en Literatura e hipermedia. Barcelona: Paidós. 2000: 38-39.
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