Esta mañana me desperté y le pregunte a Andrés: ¿Dormiste bien? Y él respondió: Sí, claro, como siempre. Entonces yo dije: Si uno duerme bien, come bien y folla con ganas todo está bien y es un motivo para estar agradecido, pero también tenemos salud, trabajo, alegría, optimismo y nos sentimos muy bien estando juntos. ¡Esto es maravilloso! Vale la pena escribir sobre eso, sobre lo bonito que fue el 2013 y eso me dispongo a hacer.
Voy a enumerar los motivos de alegría para sentir que el 2013 también fue un buen año como todos los anteriores.
1. Salud. Puedo jactarme de visitar durante el año -todos los años- sólo a dos profesionales de la salud: el odontólogo y el optómetra. El odontólogo me limpia los dientes y me felicita siempre y el optmómetra verifica la fórmula -que es la misma desde hace más de veinte años- y me felicita también porque todo está perfecto. La salud ocupa el primer gran lugar del estado por el que debo estar agradecida puesto que este cuerpo soy yo y si este cuerpo funciona bien, a la perfección, como una máquina de movimiento satisfecha con ella misma, todo está bien. ¡Gracias por otro año de salud y bienestar!
2. Dinero. El dinero no me interesa y nunca me ha hecho falta y ese es también un gran privilegio, un motivo para estar agradecida y satisfecha. Cuando recibo más dinero del que necesito me asusto y me agobia la sensación de vacío. Este fue un buen año y el dinero recibido, fruto del trabajo, que me entusiasma mucho más, en todo caso, que contar plata y excitarme viendo números en la pantalla de un cajero no me hizo falta, viví otro maravilloso año de mi hermosa existencia con la sensación de que el dinero es una ilusión persistente que no logra agobiarme ni imponerse. ¡Gracias por otro año vivido sin tener que pensar en dinero y sólo en dinero!
3. Amor. Estoy completando el segundo año de convivencia con Andrés después de siete años de noviazgo. Todo es perfecto también con ese hombre maravilloso. No es mi jefe ni mi subalterno, no es mi amo ni soy su esclava, no me ve como una estúpida y no lo concibo como a un rey, no vivimos la triste lucha de los sexos y cada quien respeta la manera del vivir del otro. No vivimos nuestro amor con dramas y nada ocurre de manera forzada. ¡Es maravilloso! Sospecho que él se siente tan feliz como me siento yo viviendo a su lado. Sé que en estos tiempos confusos muchas personas tienen salud y dinero pero falla el amor porque es difícil encontrar personas dispuestas a entregarse a la experiencia con transparencia y compromiso, con respeto y aceptación, tratando al otro y amándolo como si fuera parte de uno mismo sin quitarle, gracias a ese amor, la posibilidad de sentirse libre y autónomo en su vida profesional y en la realización de sus sueños, poder vivir juntos sin depender -como seres desvalidos y asustados- de una mano amiga que nos dé ánimo para seguir viviendo. No, nada de eso. Este es un mundo perfecto. ¡Gracias por tanto amor!
4. Amistad. Desde hace dos años tenía una linda amistad que se acabó la semana pasada. Lo conocí en Twitter y hablando de Twitter y de tuiteros terminó enfurecido conmigo por una tontería. Tontería para mí, un asunto de mucha trascendencia para él. Esa es la vida. Es un hombre culto, inteligente, amable, consciente, preocupado por la política, la justicia social y la economía, una persona digna de respeto y admiración pero, bueno, no hay marcha atrás, se acabó. El consuelo es que esa amistad duró dos años y puedo cerrar el 2013 con la alegría de haber compartido con él varios grandes momentos. Ya aparecerá alguien que me entusiasme tanto como me entusiasmaba este hombre maravilloso. Mis amistades son intensas, no acepto en mi vida a cualquier persona y no le doy mi cariño a nadie por lástima ni por soledad sino por pura admiración. Si llegaras a leer este post, querido examigo, quiero agradecerte por todos los bellos momentos compartidos en este maravilloso 2013.
5. Familia. Aunque nunca he estado muy cerca de mi familia hay dos miembros que me cortan el aliento: mi hermana y mi sobrino el genio. Con mi hermana parecemos siameses y somos inseparables desde que nacimos aunque no vivamos juntas desde hace más de veinte años. Nuestra conexión la brinda especialmente el teléfono y hablamos horas y horas todas las semanas. Con mi sobrino el genio, que es uno de los hijos de ella, la mutua admiración se transfiere de cerebro a cerebro. El me admira a mí -por la forma de usar mi cerebro y por mi amor desmedido al conocimiento, al pensamiento y la expresión de ideas- y yo lo admiro a él porque nunca me había cruzado en la vida con un niño tan pleno, de esos que me hacen pensar que no todo es tan oscuro, que el futuro puede ser prometedor y que hay seres que nacieron dotados de habilidades escasísimas en la mayoría de los demás miquitos.
6. Trabajo. Ser profesora es uno de los grandes placeres de mi vida. Si el conocimiento vale algo es por el placer de compartirlo. Si escribir vale algo es por el placer de ser leído y algunas veces los estudiantes que se cruzan conmigo también son mis lectores y entonces la experiencia es todavía más emocionante. Leo pensando en la clase del futuro y hablar en público todos los semestres para personas cada vez más jóvenes es una experiencia muy estimulante para alguien como yo.
7. Lectura y escritura. Salud, dinero, amor, amistad, familia, trabajo. Esos seis factores que se fusionan tan bien, en perfecta sincronía, son los que hacen tan plena la experiencia de vida que más disfruto: el trabajo intelectual, el placer de leer, escribir, hablar, pensar, discutir… siempre pensando en el libro que buscaré para leer y comprender mejor el asunto y en la escritura que vendrá después por el puro placer de compartir con un público mucho más amplio que el de un salón de clase y sin ningún tipo de retribución económica, por puro y simple amor al placer de compartir e interactuar después con las personas que van leyendo eso que voy escribiendo.
Conclusión: 2013 fue un año maravilloso. Gracias a todas las personas que contribuyeron para que se lograra ese gran deseo humano: vivir plenamente cada faceta con la sensación de que el tiempo pasado no fue tiempo perdido y se puede dejar constancia de esa plenitud a través de la escritura.
¡Feliz Año 2014!
Comentarios recientes