Archivo | febrero, 2014

La mujer más hermosa del mundo

27 Feb

Desde hace doce años conozco a un hombre que me ama como no me ha amado nunca nadie jamás.

¿Por qué se enamoró?

Porque es un actor consagrado, un experto en el cuerpo, un intelectual competente, un hombre que siempre hace la cuenta de todas las mujeres que se quieren acostar con él. Quiso darme lecciones de erotismo y cuando me vio desnuda y sospechó lo apasionada que puedo llegar a ser se desplomó como un muñeco de trapo y se sintió humillado como actor y como hombre. El no sabía que soy tan apasionada dando un beso como escribiendo un post y entonces no pudo estar a la altura de mis encantos, se vistió y se fue. Me había prometido una tarde de pasión y locura, se iba a convertir en mi Maestro esa tarde de ese día  y nada salió como lo imaginaba.

Yo me reí un poco narrándole el asunto a mis amigos y para él me convertí en su reto sexual.

Doce años de insistencia lo han convertido en un enamorado dulce, persistente, humillado y ofendido. Me llama en las fechas especiales para decirme que me recuerda, me envía mensajes especiales en las fechas especiales, me invita a tomar café, a beber cerveza, me sorprende con frutas y me pide que seamos amantes.  Cuando está muy enamorado me mira a los ojos y me besa las manos como si fuera una princesa sacada de un cuento de hadas. Y, claro, yo me siento ridícula, estos tiempos no dan para semejante cursilería, sin contar con que no soy una niña de doce años y no tengo cara ni cuerpo de princesa.

Yo lo rechazo casi siempre, le digo que estoy muy ocupada, le respondo en tono altanero, me río en su cara para que se olvide de mí porque no quiero nada de él. Le digo que soy una señora casada y fiel. El dice que sí, que lo sabe, pero dice también que no lo puede evitar, que me quiere, me admira y le parezco la mujer más talentosa del mundo. No sabe si ama más mi escritura o mi cuerpo. ¡Qué locura!

Hoy llamó, estaba segura de que no lo volvería a hacer, la última vez que hablamos lo traté con mucho desprecio para que me dejara en paz. No es divertido hacer sufrir a un hombre, no, no soy ese tipo de mujer. Llamó, me  encontró de buen humor, con espíritu festivo. Nos vimos una hora y durante esa hora me declaró su amor como nunca antes lo había hecho, me hizo sentir como Marguerite Duras cuando recibió la llamada de su amante chino después de muchos años, me dijo que me admiraba como a nadie, que esa tarde, aquella tarde, fue una de las tardes más bellas de su vida con una mujer, que le parecía hermosa, divina, casi una diosa. Ah, esas frases me hicieron reír mucho, como una niña y sospecho que esa risa lo enamora todavía más. ¡Pobre hombre!

Hoy lo traté con dureza pero con alegría, llevaba años sin sacar a flote la faceta de mujer que se expresa de forma ruda y no le hablaba de amor ni de sexo sino de la agobiada que estoy con tanto admirador interesado en sacar provecho mío de alguna manera. Me dijo de nuevo que publicara un libro, que soy grande, inmensa, que la gente se merece que yo dé todo lo que tengo. Tenía el pelo sucio, estaba vestida como una loca, salía de la biblioteca y hasta allá fue, iría a donde yo quisiera sólo porque hoy se me dio la gana verme con él  y lo dejé tirado a la hora porque tenía otra cosa que hacer y me acompañó hasta la puerta.

¿Lo disfruto un poco?

Sí, claro

¿Soy consciente de mis encantos?

No, claro que no, soy la persona más común del mundo

¿Qué pienso de este hombre?

Pienso que es un machista asqueroso que quiere demostrarme que me puede hacer gemir y cree que algún día le voy a conceder semejante dicha.

¿Estaría dispuesta a volver a tener un encuentro sexual con él sólo con el propósito de comprobar si es el mal amante que conoció hace doce años?

No, claro que no, soy una señora casada y fiel.

Twitter y la ortografía

21 Feb

Twitter es la suma de la podredumbre humana

Allí se materializan las peores bajezas imaginables

Los defectos más viles y las posturas más falsas.

Aquellos se sienten perfectos, sabios o perversos

Otros imparten lecciones de política, erotismo y mamertismo.

Y todas las poses posibles expresadas con el peor español

¡Ay¡ ¡Qué dolor!

Estos sabihondos de la ignorancia discuten sobre ortografía

Quienes balbucean la lengua se sienten con el derecho a autodenominarse Sabios

(Porque tienen el nivel de un niño de quinto de primaria

Con una juiciosa profesora de español).

Hay quienes creen que la ortografía es un privilegio de la élite

Otros creen que conocer las mínimas reglas de ortografía y gramática

Es sinónimo de inteligencia.

¡Ay! ¡Qué dolor!

En fin, en Twitter es todo una completa miseria.

La casa de las bellas durmientes o, bien, la tristeza de la sexualidad masculina

20 Feb

Vargas Llosa y García Márquez están convencidos de que probablemente La casa de las bellas durmientes  es la mejor obra de Yasunari Kawabata y un lector dócil dirá sin dudarlo: sí, claro, tiene que ser cierto, puesto que lo dicen dos grandes lectores que además son premio nobel de literatura.

Yo no necesito decir que es una gran obra porque lo dicen «los grandes» sino porque lo sé. Cuando la leí la primera vez -es un libro hermoso que se lee en una tarde- quedé maravillada con la historia, es una historia única, no sé si parte de hechos reales, si en Japón existen este tipo de diversiones para abuelos tristes, pero está tan bien narrada que de ser cierto que los ancianos sufren con este tipo de placeres, lo más probable es que la experiencia de los contempladores de hermosas mujeres vírgenes dormidas y complacientes no es tan hermosa y tan triste como se le presenta al lector a través de las palabras. Aquí la ficción tiene que superar la realidad.

Y por eso es gran literatura, porque no es una colección de chismes estúpidos -como los que estamos acostumbrados a leer en la infamia llamada Literatura Colombiana- sino que es la sucesión de frases perfectamente enlazadas que nos cortan el aliento porque se ven muy bien una después de la otra. Esa historia es el tipo de historia que nunca se olvida aunque hayamos leído muchos libros. Las mujeres dormidas y los recuerdos de los hombres mientras las contemplan nos hacen sentir como si estuviéramos ahí, con ellos, con esos pobres ancianos conscientes de su decadencia, humillados ante la belleza desnuda de niñas dormidas que provocan en ellos sentimientos y sensaciones relacionados con su sexualidad, con la idea que tienen de las mujeres y de los recuerdos que de ellas conservan. Es, por sobre todas las cosas, un encuentro -que se convierte en vicio- con su propia miseria, con el deseo de morir mientras duermen al lado de esas jóvenes que no saben quién es el abuelo de turno que las contempla, las desea y no las puede complacer porque están más cerca de la muerte que de la vida.

La obra original no tiene nada que ver con la traducción en español. La idea que tenemos de Japón, de los rituales de té, de la sensualidad de las mujeres japonesas, de la forma en que los hombres conciben la vida, el amor, la sexualidad y la mujer nos es casi totalmente ajena, pero es seguro que cualquier lector con una pizca de sensibilidad queda hechizado ante las imágenes que pasan por la mente de los viejos tristes que contemplan y yo como mujer siento pena por los hombres -por todos los hombres- mientras leo este libro porque sospecho que esas sensaciones ante el cuerpo y la sexualidad de las mujeres es universal mientras que las mujeres no nos desvivimos por el cuerpo ni por el placer de los hombres porque sus armas de seducción son menos contundentes que las nuestras y porque la experiencia sexual puede tener varios sentidos para las mujeres mientras que para los hombres el sexo es el sexo y el cuerpo de la mujer parece perturbarlos en demasía y, como lo dice el autor, estas sensaciones no tienen que ver necesariamente con las formas, los movimientos y la edad de la mujer, con su bondad, su inteligencia o su alegría sino que cada mujer es la misma mujer y cada una lo perturba de forma diferente.

 

Una broma casual

20 Feb

Construir algo así a partir de una broma casual es dejar que se abra la flor del delirio alimentado con el suelo fértil del tedio humano.

Yasunari Kawabata

Tienes el aspecto de un bello fantasma

18 Feb

Tienes el aspecto de un bello fantasma

Una hendidura dejada por un vacío repentino es tu corazón

Dormir con una belleza que no se despertará es una tentación

Una mariposa pura y blanca danza sobre sus párpados cerrados

Tenías una pequeña palabra de alabanza para cada pequeño arco iris.

 

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Atrapada sin salida

18 Feb

En este momento de mi dulce vida soy lo que de niña me prometí:

una persona culta y tranquila, una lectora consagrada, una intelectual influyente.

Cuando tenía nueve años me imaginaba ante un auditorio manipulándole la mente a la gente, era inocente, no me imaginaba internet y resulta que este medio abarca mucho más público que el que se pueda convocar en la sala de una universidad. Fui más allá de mis sueños.

¡Soy sensacional!

***

Pero ahora estoy desconsolada porque todavía soy joven y no tengo porvenir. 

Las ilusiones de la gente como yo no son las ilusiones mías.

Me voy a dedicar a contemplar paisajes,

A contactar hadas,

A hablar con duendes,

A conversar con las nubes

Y a tratar de entender la vida sexual de las moscas.

En mi próxima vida volveré a nacer como gorrión y me casaré contigo

18 Feb

En mi próxima vida volveré a nacer como gorrión y me casaré contigo, de modo que ahora lo haré con esa muchacha. Alguien que ha visto su destino en su próxima vida no estará perdido en este mundo. Mi adorable, preciosa mujer de mi próxima existencia ha arreglado una boda para mí en ésta.

Yasunari Kawabata, en El arreglo de la boda de los gorriones

Gorriones

Comentarios de matices agonísticos -típicos de las comunidades orales primarias- en mi blog

13 Feb

Hace tres días escribí el post titulado Mis senos, mis manos. Estaba pensando en la historia graciosa entre Nacho Vidal y Franceska Jaimes y en algunos lugares comunes de la pornografía, esperaba que los lectores entendieran el chiste, riéramos juntos y habláramos de machismo, de actrices porno colombianas, que fuera un chiste sobre otros, nada que llevara a pensar directamente en mí, en la señora que escribe, la persona más común que puedan imaginar, una pobre mujer que camina por ahí y no aspira a ser estrella de la farándula ni Figura Pública.

El post tenía que ir más allá de la imagen que el lector tiene de quien escribe, de la señora común detrás del teclado, alguien con quien se puede cruzar en la calle en un momento dado y que no escribe sino habla; esperaba que la categoría llamada El Lector diera por hecho que la escritura construye su propio discurso, su propio narrador, y que quien narra la historia no es necesariamente la persona que mueve los dedos sobre el teclado.

Para darle sentido al texto tenía que publicar algunas fotos. La «modelo» soy yo, aparezco mostrando el brasier puesto, nada más. Ropa interior femenina exhibida como se puede ver exhibida en las imágenes de catálogos de ropa interior o como se vería una mujer en una piscina o en una playa. Nada extraordinario. Esas imágenes son típicas en las redes sociales. No esperaba que generaran tantos comentarios positivos y negativos, tantos mensajes de admiración y tantos comentarios denigrantes como los que voy a copiar a continuación.

Cuando escribí el post no imaginaba que iba a ser más post leído en la historia de un blog que inauguré hace un año. Me acusan de hacer lo que sea para llamar la atención y no puedo dejar de preguntarme qué fue lo que hice, cuál es la gran transgresión que no me perdonan quienes ven las fotografías y leen el texto.

Desde el momento de la publicación del blog hasta hoy me siento como si para algunas personas representara algo parecido a una imagen sagrada, una madre, una santa o una diosa que debe conservar su lugar en el corazón y la mente de sus adoradores. Esa imagen produce risa pero también produce miedo. Me asombra el poder de la escritura,  el empeño de algunos lectores por bajarme de un trono que sólo está en sus mentes. Soy la persona más común sobre la tierra, camino por ahí sin sueños ni ambiciones, soy de placeres simples… pero me gusta escribir. 

Hay momentos en los que me maravillo ante la idea que algunas personas tienen de Ensayista, se refieren a mí a través de esa palabra como si fuera un nombre. Nadie se llama Ensayista, mi nombre es Elsy Rosas Crespo. Pero algunas personas no pueden pensar en un nombre sino en algo que no es un nombre sino un género literario. Hay millones de ensayistas en el mundo pero cuando dicen o piensan en Ensayista piensan en mí. Es una locura total, algo que no esperaba cuando decidí usar esa palabra como nombre de usuario en una red social. Jamás imaginé que mi nombre propio fuera borrado por esa palabra que maravilla a unos, alegra a otros y enfurece a muchos.

¿Por qué insulta la gente de manera tan básica al estilo usted es fea, usted se ve mayor, usted es la persona más desagradable que he visto en la vida…?

¿Por qué tanto énfasis en recordarme lo que soy y lo que no soy?

¿Por qué tanto empeño en usar las palabras exactas para llegar directo a lo más profundo de mis sentimientos y mi sensibilidad con la intención de herirme? No quieren herir a la persona sino a Ensayista, a la idea que han construido  de una construcción virtual hecha de palabras digitadas desde aquí y leídas desde allá.

La única explicación la encuentro en el texto de Walter Ong titulado Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra, cuando explica las psicodinámicas de la oralidad en las comunidades orales primarias, en los grupos humanos que no han tenido contacto con la escritura, que no han tenido contacto con esta tecnología o con sus usuarios.

Las redes sociales sintetizan varias tecnologías de la escritura y sorprende mucho que se revise lo agonístico en las comunidades orales primarias, se lean los comentarios insultantes por una tontería sin importancia en este blog, y se encuentren tantas similitudes. 

¿Internet es la nueva oralidad?

¿Se crean figuras espectaculares a través de la escritura en redes sociales y los lectores se sienten agredidos al límite de insultarlas como se insulta a un ser maligno de la talla de los que aparecían en la mente del Hombre Primitivo?

¿Se puede concebir como real, como persona, el ser que se construye a través de la escritura en espacios como un blog o como Twitter?

Son muchas preguntas, son pocas respuestas. Lean los dos comentarios más insultantes y saquen sus propias conclusiones:

 

¿Experimento? ¿lograr que la gente se sienta inteligente?, ésta señora me da un poquito de pesar, ese tipo de personas que busca llamar la atención las hay en todas partes y hay de todas las clases pero esta señora lo lleva a otro nivel, me parece que es masoquista, le gusta que la gente la trate mal pero a ella no le importa con tal de ser el centro de atención (en twitter) por 15 minutos, ella sabe que es fea, que ya tiene sus años (se le notan) sin embargo se pone a hacer este tipo de ridiculeces supuestamente como experimento para que un bobo se sienta inteligente (WTF?), aparte de que le gusta que la traten mal estoy convencido que también buscaba alguno que otro comentario como “uyyy que rico las tetas de ensayista”, solo para sentirse que no es tan fea y que podría llegar a agradarle a unas cuantas personas, no me imagino la juventud tan traumatica de esta señora, tiene el perfil de una persona que ha sido sometida al rechazo social, con sus 15 mil seguidores y sus posts tan absurdos viene su “desquite” para intentar llenar los vacios que habra tenido toda su vida. Señora elvira crespo usted es fea y con ganas, pero eso ya lo sabe, no me sentí más inteligente escribiendo este comentario pero si me divierte imaginar su cara leyendolo, por último déjeme “felicitarla” porque aunque no sea tuitera influyente ha logrado convertirse en el troll más descarado de twitter, para ser un troll hay que andar primero que todo pegado de una red social, andar criticando todo y a todo el mundo, llamar la atención como sea (mostrando las tetas por ejemplo), y por último ser muy miserable. Tu querida eres el troll de trolls!!

Sigo sin entender cuál es el objetivo de este post o más bien cuál es la necesidad de tomarse fotos así y publicarlas. Criticas a las mujeres que se desnudan pero según tú estás muy lejana a eso por que estás dejando a la imaginación. ¡No me imagino que podrá haber debajo de ese brasier! No es que dejes mucho a la imaginación con esas imágenes y el texto que lo acompaña en la que pretendes parecer una diosa y tuvieras el mejor cuerpo. Claramente no es así, buscas compararte con mujeres de 20 años que no tienen nada que envidiarte, ni siquiera el tamaño de los senos ¿por qué alardeas tanto si a tu edad todas tienen los senos grandes? Claro si te comparas con mujeres de 20 o menos, que ahora en su mayoria tienen senos pequeños, obviamente puedes creerte más, pero no olvides que no eres la más linda, así ya haya pasado de moda decirte fea.

Sabías que tu post iba a llamar la atención del hombre vulgar, como bien lo aclaras, lo cual me hace pensar que no tenias intención diferente al de llamar la atención por el simple hecho de mostrar el tamaño de tus senos y que te morboseen como lo han hecho hasta el momento, como no pudiste llamar la atención siendo toda una intelectual, entonces recurriste a mostrar tu cuerpo (supuestamente sin querer parecer mostrona y culpando a a gente de morbosa, cuando usas un lenguaje que solo conlleva a que los vulgares sean así; cualquiera puede vestirse como se le de la gana y mostrar todo lo que quiera y no por eso tiene porqué ser morboseada, pero tu estás mostrandote con esa intención y usando a tu supuesto Andrés, que hasta será inventado.
Con 43 años ya deberías pensar diferente y no buscando ser la más famosa de twitter pelando teta. Buena tarde!!

 

A una bienamada niña

13 Feb

Dedicado a una bienamada niña:
en recuerdo de las doradas horas de estío
y de los murmullos de un mar de verano

Niña que lleva un traje infantil, como deben las niñas,
ciñéndole con pantalones de seguros
anhelante de empuñar el azadón;
queriendo descansar en rodilla amiga

Se dispone a contar el cuento que prefiere decir.
Almas duras de la riña que hay afuera
no encuentran su puro y simple salto.
Piensa, si escuchas, ¡cuánto tiempo de desperdicio
en la vida!, ¡esas horas desiertas de gozo!

Charlemos, dulce nena, y se rescaten del tedio
corazones que entretienen en la más inteligente plática.
¡Ah, feliz, quien tiene la alegría más lánguida!,
¡el sincero amor de una nena!

¡Lejos, adorado pensamiento!; no heriréis mi alma de nuevo.
El trabajo reclama mis noches en blanco, mis días agobiados;
si bien el recuerdo de una noche llena de sol
Todavía me acosa y me mira,
¡cuando solitario recorro las calles!

Lewis Carrol, en La casa del Snack. Paroxismo en ocho espasmos. En versión de Leopoldo María Panero.

Carta de Virginia Woolf a Leonard antes de suicidarse

11 Feb
Esta es la carta de despedida de Virginia Woolf a su esposo. Este hombre admirable y sacrificado merece todo nuestro respeto. Ojalá todas las mujeres talentosas tuvieran la suerte de encontrar un esposo como este.
 
Querido: Siento con absoluta seguridad que voy a enloquecer de nuevo. Creo que no podemos pasar otra vez por una de esas épocas terribles. Yo sé que esta vez no podré recuperarme. Estoy comenzando a oír voces, y me es imposible concentrarme. Así que hago lo mejor que puedo hacer. Tú me has dado la máxima felicidad posible. Has sido en todos los sentidos todo lo que uno puede ser. No creo que haya habido dos personas más felices que nosotros, hasta que ha venido esta terrible enfermedad. No puedo luchar más. Sé que estoy arruinando tu vida, que sin mí tú podrás trabajar. Sé que lo harás, lo sé. Ya ves que no puedo ni siquiera escribir esto adecuadamente. No puedo leer. Lo que quiero decir es que te debo a ti toda la felicidad que he tenido en mi vida. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bueno. Quiero decirlo — todo el mundo lo sabe. Si alguien hubiera podido salvarme ese alguien hubieras sido tú. Ya no queda en mí nada que no sea la certidumbre de tu bondad. No puedo seguir arruinando tu vida durante más tiempo. No creo que dos personas puedan ser más felices de lo que lo hemos sido tú y yo. 
 
V.