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Escribo para que me quieran más

21 Mar

¿Se siente querida?

Sí.

¿Tiene eso algo que ver con lo que escribe?

Sí.

¿Recibe muchos elogios por lo que escribe?

Sí.

¿Ya está acostumbrada?

Sí.

¿Escribe para que la elogien?

Sí.

¿Se acostumbró a los elogios?

Sí.

¿Cuando ve a los cantantes que se despiden de su público para siempre más que circo pobre y luego regresan como si nada usted los entiende porque ellos, aunque tengan ochenta años, quieren seguir siendo admirados?

Sí.

¿Qué hace con los elogios que recibe?

Los colecciono.

¿En un archivo?

No, en mi mente. Camino recordando lo que me han dicho sobre mi forma de escribir.

¿Qué es lo que más admiran de su forma de escribir?

Que soy un ser vivo que se va construyendo a partir de la escritura, que soy impredecible, chistosa y que leerme es una experiencia erótica.

¿Le gustan esas apreciaciones?

Sí.

¿Logra el efecto deseado?

Sí.

¿Hasta cuándo va a seguir escribiendo?

Todos los días

¿Cada día escribe más?

Sí.

¿Cuántas ideas aparecen en un día?

Entre tres y cuatro.

¿Las anota en una libreta?

Si.

¿Qué anota?

El título.

¿Desarrolla todas las ideas que se le pasan por la mente y anota en la libreta?

No.

¿Qué necesita para escribir?

Tiempo libre.

¿Ha pensado en la idea de dejar de trabajar y dedicarse sólo a escribir?

No.

¿Por qué no?

Porque amo mi trabajo y me encanta salir.

¿La han vuelto a amenazar de muerte por lo que escribe?

No.

¿Por qué?

Sospecho que tiene que ver con mi cambio de estilo.

¿Cambió su estilo?

Sí.

¿Cómo es?

Más puro.

¿Era impuro burlarse de la gente?

Un poco.

Pero si crees en lo que escribes, yo iría hasta el final

14 Mar

¿Por qué le gustó tanto este comentario?

Porque no sabía de la existencia de Karl Ove Knausgard y no conocía tampoco la frase de Bukowski: “Crear arte significa estar terriblemente solo para siempre”.

¿Qué tiene de extraño el nombre y qué tiene de particular la frase?

El nombre del autor noruego es muy sonoro, busqué su nombre en Wikipedia y me encantó la biografía, pero no estoy dispuesta a leer un libro de 3.500 páginas para tratar de entender cómo se hace autoficción en Noruega. Perdió familiares, amigos y esposa por haber escrito sobre ellos en un libro. Muy radical tuvo que haber sido lo que escribió. Verdad cruda o caricaturas despiadadas de personas reales, eso debe doler mucho. La frase de Bukowski me gustó porque sin ser el borracho creo entender lo que sentía, aunque yo no me siento tan mal, no estoy tan sola y no he perdido muchas amistades por escribir lo que escribo.

«Pero si crees en lo que escribes, yo iría hasta el final». ¿Qué piensa de esa frase?

No termino de entenderla porque no sé a qué se refiere el autor de la frase, lo que vivo en este momento es una historia de amor con una persona a la que no he visto y no creo que vaya a ver. La historia está en mi mente, no creo que esté en la de él. ¿Qué debo entender por ir hasta el final? ¿Debo obligarlo a que nos veamos? ¿Debo esperar a ver qué pasa con la historia? ¿Debo forzar las cosas para que la historia termine bien y sea digna de ser narrada?  No creo que esté dispuesta a eso. No entiendo nada.

Hasta el año pasado usted era más arriesgada pero no fue hasta el final, mucha gente quedó con la sensación de que lograron callarla, de que la censura se aplicó en su caso. Antes era una persona implacable y ahora representa el papel de ángel caído del cielo. ¿Por qué ese cambio tan radical?

Por proteger la vida, supongo. Desde que represento el papel de ángel caído del cielo no me han vuelto a amenazar de muerte, este año ha sido muy tranquilo y eso es un alivio para mí. Además no tengo nada más que decir sobre escritores colombianos, divas tuiteras, periodistas, influenciadores, actores de televisión, emprendedores colombianos en la red… Recuerde que entre 2010 y 2015 me consagré a tratar esos temas.

Cuando escribía sobre esos temas parecía usted una persona bastante agresiva. ¿Es usted una persona agresiva?

No, soy muy tranquila, de trato amable y complaciente.

¿Se siente mejor como crítica implacable o como aspirante a monja?

Es diferente, son experiencias de vida y de escritura diferentes.

Usted es una persona muy fuerte, un volcán a punto de estallar. ¿Cómo hace para fingir tan bien? Parece la flor de la compostura pero usted y yo sabemos que es más fuerte de lo que mucha gente se imagina.

Tengo un maestro espiritual: Juan Lozano.

¿Es un monje tibetano?

No, es un amigo. Nos vemos dos veces por semana y meditamos durante horas. Hablamos de la vida, de la muerte, del ser y la nada.

¿Con él probó el chontaduro?

Sí.

¿Cuándo?

Hace una semana larga.

¿A qué sabe el chontuduro?

Tiene un sabor extraño pero agradable, parece una fruta pero tiene toques de verdura.

¿Juan le envió un video sobre los valores nutritivos y curativos del chontaduro?

Así es.

¿Y qué piensa de esas propiedades?

Creo que el chontaduro no ha sido lo suficientemente valorado. Mi sospecha es que merece estar al lado del banano, el limón, la sábila y la guanábana, las frutas reinas.

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Autoentrevista sobre autoficción

7 Feb

Lleva dos meses leyendo sobre autoficción y a veces aparecen las dudas. ¿Era todo más sencillo cuando no sabía que estaba escribiendo la literatura del futuro?

Sí, claro. Era todo mucho más fácil, la vida y la escritura.

Ahora sabe que usted es un personaje que sabe escribir y que es hábil para hacerse leer como tal.

Sí.

¿Es más autora, crítica literaria, humorista, irreverente, erudita, persona o personaje?

Es una mezcla absurda de todo eso y me da miedo terminar perdiendo la esencia de mi ser porque parece como si viviera en función de la escritura. A veces siento que no vivo por vivir sino para narrar lo vivido y eso me hace sentir un poco culpable, siento que exprimo a mis amigos, que mientras hablo con ellos la persona que escribe está muy atenta a la conversación para no perder la esencia de la experiencia, procesarla mientras duermo y cuando ha sido completamente asimilada salto al teclado antes de la cinco de la mañana y escribo.

¿Escribe sobre todo lo que vive?

No, escribo sobre lo que mi mente me pide que escriba mientras duermo.

¿De diez experiencias vividas cuántas narra?

Una.

¿La gente que usted menciona en sus textos la autoriza a mencionarla?

Nunca les pido una autorización porque cuando vivo no sé si lo que estoy viviendo se convertirá en escritura.

¿Algunas personas le han pedido no ser mencionadas en sus textos?

Sí.

¿Quiénes?

Andrés, mi sobrino y un tuitero con el que hablo desde hace menos de un mes.

¿Por qué no quieren ser mencionados?

Cada quien tiene sus razones. Es molesto para ellos porque mucha gente lee y sus amigos los identifican y les hacen bromas o los ven como almas de élite y los tres son personas muy humildes, sin sed de protagonismo.

¿Usted escribe sobre qué tipo de personas?

Me gusta escribir sobre las personas más admirables y sobre las más despreciables.

Pero últimamente ha dejado de escribir sobre gente despreciable. ¿Por qué?

Porque he estado muy ocupada con la gente admirable y porque ahora tengo más amigos, me he convertido en una persona muy sociable. La farándula y los escritores colombianos no me interesan mucho en este momento.

 

¿Por qué el humor solemne ofende tanto?

27 Nov

¿Por qué logra ofender a tanta gente con su forma de escribir?

Porque soy una  heroína desbordante de alegría.

¿Usted qué piensa de la vida?

Creo que está disfrazada de apariencia y  de belleza y que tiene mucho de divertida.

¿Por qué algunas personas creen que usted es una persona peligrosa?

Porque manejo las armas de manera potente y victoriosa.

¿Cuáles armas?

Una palabra antes o después de la otra. Muchos puntos y pocas comas.

¿Cuál es el rasgo que mejor la caracteriza?

Intento configurar una cultura y establecer el dominio del arte sobre la vida.

¿Cree que lo logra?

Sí.

¿Por qué cree que la leen tanto a pesar de la repulsión que genera?

Porque hay gente que cree que digo la verdad.

¿Y dice la verdad?

Sí.  Ni la casa, ni la silla, ni la bufanda ni la piedra para partir un pedazo de panela descubren que ha sido la necesidad la que los ha concebido, sino el juego y el disfrute del tiempo libre: parece como si en todos ellos hubiera de expresarse una felicidad sublime y una serenidad olímpica y, en cierto modo, un juego con la seriedad. Lo mismo pasa con lo que escribo. No le brinda nada a las personas y sin embargo les sirve para algo. Leen. Leen y luego piensan en aquello que leen y la experiencia tiene que ser sublime, porque quieren volver a leer. Les gusta repetir. Quieren que no deje de escribir. Esa es la petición más constante que recibo. No quieren leer varias veces el mismo texto sino que sueñan con un texto nuevo cada día. Varias personas me han dicho que gozan mucho, como niños, con mis autoentrevistas. Mientras pasan sus ojos por esta línea los imagino fascinados. Y eso es simplemente encantador: escribir para darle placer a un lector ávido de estilo y corrección.

¿Qué es lo más claro en usted?

Logro conjurar los males gracias a que en mí es muy fuerte la energía interna que se convierte en constante claridad, animación y liberación. A través de un proceso que inició hace mucho tiempo puedo experimentar ráfagas de dicha de forma natural. Lo que llaman el simple placer de estar vivo. Como un gato durmiendo olvidado del universo o un perro vagabundo tomando el sol tirado en la mitad de una calle transitada. Puedo gozar como las bestias, puedo dejarme llevar por mis propios pasos por el simple placer de caminar.

¿Las palabras hirientes no la tocan?

No.

¿Las calumnias y las injurias no la tocan?

No.

Dos mil lectores diarios en el blog (autoentrevista)

13 Sep

¿Siente que logró su sueño?

¿Cuál sueño?

El de volverse famosa sin necesidad de publicar libros ni aceptar entrevistas. Haciendo todo por sus propios medios, en las redes sociales y con la ayuda de Google.

Supongo que sí.

¿Cuánto tiempo le costó volverse influyente?

Estoy publicando en internet desde hace trece años.

¿Cuando empezó a publicar sus ensayos tenía claro hasta dónde quería llegar?

Sí, lo tenía muy claro. Siempre lo he tenido todo muy claro.

¿Cuándo escribió sus mejores ensayos? ¿O todavía no los ha escrito?

Los escribí entre el 2000 y el 2005, justo antes de conocer a Andrés y antes de que aparecieran las redes sociales, cuando el furor era publicar en revistas universitarias en versión digital.

¿La gente sigue leyendo esos ensayos? ¿Los que la hicieron convencerse de que tenía que ser reconocida como Ensayista en el futuro?

Sí, todavía los leen y los citan.

¿Esos son los textos que más le gustan?

Sí.

¿Cree que es más importante lo que escribe en Twitter o lo que escribe en el blog?

Son textos diferentes, son emociones diferentes, son propósitos diferentes, son temas diferentes.

¿La han seguido amenazando de muerte?

No, después de que suspendieron la cuenta @ensayista y volví como @marcodelenguaje desaparecieron como por arte de magia las agresiones. Todavía hay personas que insultan pero nada comparado con lo que ocurría antes de la suspensión de la cuenta.

¿Supo quién fue el encargado de organizar la reportada de la cuenta en masa?

No, nunca lo supe. El secreto está muy bien guardado.

¿Extraña la cuenta @ensayista?

No.

¿Cree que también suspenderán @marcodelenguaje?

Es probable.

¿Si la vuelven a censurar regresará con otra cuenta?

No sé, tendría que esperar a que pasara.

Tiene tres blogs. ¿Por qué?

Porque el más antiguo lo van a cerrar, desaparece el dominio y desaparecen todos los blogs, no sólo el mío. Tengo dos blogs en caso de que censuren uno, es una medida preventiva. Si borran uno creo el otro, lo importante es que no se pierda la información que más me interesa.

¿Siempre ha tenido dos blogs?

No, sólo desde cuando empecé a interactuar con colombianos.

¿Desde cuándo tiene el blog que van a cerrar?

Desde 2007.

¿Fue su primer blog?

No, antes tuve otro pero lo borré. Tenía dudas.

¿Le duele que desaparezca su blog más antiguo?

No, las cosas pasan y ya, hay que asumirlo todo con tranquilidad.

¿Recuperó toda la información de ese blog?

No, sólo una parte, menos de la mitad. Es mucho y no tengo tanta paciencia como para recuperarlo todo.

¿Ese blog tiene más visitas que el de WordPress?

Sí, claro, más del doble.

¿Cuántas visitas diarias tiene el blog de WordPress?

Dos mil.

¿La entusiasman esas cifras?

No, estoy acostumbrada a que me lean muchas personas todos los días.

¿La reconocen en la calle?

Algunas veces.

¿Le molesta?

Me da igual.

¿Firma autógrafos?

No (risas grabadas).

¿Siguen apareciendo pretendientes ilusionados con la mujer que escribe?

Sí, claro. Todo el tiempo.

¿Por qué cree que se enamoran?

Porque les gusta mi estilo en la escritura, que tiene poco que ver con la persona que soy.

¿Es muy diferente la persona a su escritura?

Sí, claro. No hablo como escribo, soy una persona muy sencilla. La escritura es mucho más sofisticada.

¿Tiene proyectos para el futuro?

Sí, claro. Son los mismos que he tenido desde hace veinte años.

¿Cuáles son esos planes?

Seguir leyendo y escribiendo.

¿Nunca se dejará entrevistar por nadie que no sea usted misma?

No.

¿Han vuelto a aparecer los periodistas con sus preguntas y sus cámaras?

No.

¿Saben que es impenetrable?

Sí.

¿La odian más los periodistas, los escritores, los humoristas o los divos tuiteros?

No sé, es difícil saberlo.

¿Cree que hay gente que la odia de verdad?

Me cuesta trabajo creerlo pero me han dicho que sí.

¿Sigue sin tenerle miedo a la muerte?

Sí.

¿Si la matan como quiere que la recuerden?

Como la persona que no merecía morir de esa manera.

¿Publicará un libro?

No.

¿Participará en foros?

No.

¿Dará cursos de emprendimiento?

No.

¿Dará cursos de escritura creativa?

No.

¿Nunca cederá?

No.

¿Nunca cobrará por escribir?

No.

¿Usted es rebelde?

No.

¿Se ríe mientras se autoentrevista?

A veces sí y a veces no.

¿Hoy se está riendo?

No.

¿Por qué?

Porque tengo mucho sueño.

¿No durmió bien anoche?

No, me acosté tarde.

¿Por qué?

Porque estuve en Twitter hasta la media noche.

¿Hablando con un pretendiente?

No.

¿Entonces?

Explicando que no había amenazado de muerte a @jeringa42

¿Usted ha amenazado de muerte a alguien?

No.

¿Usted sería capaz de matar?

No.

Cinco autoentrevistas recientes

13 Dic

1.  Una entrevista sobre las entrevistas

Odio la publicidad, sinceramente. He pasado por la piedra de molino de las entrevistas y las considero una pérdida de tiempo. El tipo que encuentro en esas entrevistas haciéndose pasar por mí suele ser un engreído al que no me gustaría conocer.

(Raymond Chandler)

______________________________

a) ¿Alguna vez ha sido entrevistada?

b) No, sólo he sido entrevistada por mí misma.

a) Pero, ¿le han pedido que conceda una entrevista?

b) Ah, sí, varias veces.

a) ¿Y no ha aceptado?

b) No, Chandler me ha puesto sobre aviso, por él sé lo que significan las malditas entrevistas… una engreída que se hace pasar por mí… Eso no me gusta.

a) Se ha visto hablando en público.

b) Sí.

a) ¿ Y cómo se siente hablando en público?

b) Bien, el problema es cuando veo hablando en público a otras personas y descubro que todos los que hablamos en público nos queremos hacer los inteligentes. Hace dos semanas estuve viendo grabaciones de escritores y críticos, incluída yo, y todos asumen más o menos la misma pose y dicen más o menos lo mismo, ver esos videos me sumió en una depresión de la que casi no logro salir.

a) ¿Cree que es más peligroso ser artista o crítico?

b) Artista, no tengo ninguna duda.

a) ¿Por qué?

b) Porque el artista de esta época todavía cree que es tan artista como Flaubert o Kafka y esos artistas son imposibles en este tiempo en el que los artistas están obligados a sentirse del mismo lado de Juanes, Shakira o Héctor Abad Faciolince. Están obligados a ser felices, a sonreir, a ser chistosos, humanitarios, a tomar partido en relación con la política, el deporte, la moda. Firman contratos en los que se incluye que están obligados a responder las misma pregunta obvia todas las veces que de una emisora, un periódico, una revista o un programa de televisión los llamen personas que no han leído sus libros y no saben nada de literatura; están obligados a sonreír en los lanzamientos de sus libros y ferias del libro, tienen que aceptar invitaciones a conversatorios sobre la grandeza de su obra y su vida de artista y, además, tienen que ir a la venta de libros a firmar autógrafos y escribir dedicatorias a gente que no conocen, mientras despliegan una encantadora sonrisa de reina de belleza de pueblo. Eso sería insoportable para un artista porque el artista no es un vendedor de libros. El artista de nuestro tiempo puede escribir las frases más existencialistas, los monólogos más joyceanos, las metáforas metafísicas más convincentes, pero cuando su libro aparece publicado lo escrito por él en éxtasis místico en su estudio se ve nublado porque termina irrevocablemente condenado a ser un vendedor de libros compulsivo.

a) Usted es una persona angustiada, una Pensadora, pasa la mayor parte de su tiempo sumida en la más dolorosa soledad sufriendo por los demás, usted sufre porque hay personas que trabajan mucho. ¿En este momento quién es el hombre más trabajador si pensamos en el campo cultural colombiano?

b) Ricardo Silva Romero.

a) ¿Lo admira?

b) No.

a) ¿Por qué?

b) Porque trabaja mucho.

a) ¿Y acaso el trabajo no dignifica al ser humano?

b) Sí, claro, lo dignifica, pero yo me imagino a este pobre muchacho viendo películas de mala gana todas las semanas para escribir su columna de cine en la revista Semana, me lo imagino escribiendo de manera compulsiva para tres o cuatro revistas más de diverso calibre, me lo imagino viendo Muertos de Susto y Allien Vs Depredador y luego, tal vez por sugerencia del jefe, terminar escribiendo que estas películas son imperdibles y que Harold Trompetero es un director de culto, una especie de Scorsese a la colombiana. Se necesita mucha sangre fría para ejercer este trabajo y seguir viviendo, como si nada. Me lo imagino investigando todos los días en Google para armar sus novelas de más de trescientas páginas y luego, además de ser columnista, consagrarse a la carrera de vendedor de libros, yo creo que esa vida no es digna de ser vivida.

2. Todo lo que quiso saber sobre sexo y no se atrevió a preguntar

¿Por qué le gusta tanto hablar de sexo al aire?

Yo nunca he hablado de sexo al aire, tengo muchas prevenciones con el tema, no soy exhibicionista. No soy capaz ni de fumarme un cigarrillo caminando, lo encuentro vulgar.

¿Su mamá no la regaña por oír Mujeres W?

Ella no sabe que de vez en cuando escucho a esas mujeres con risa de puta hablando de sexo y posando de liberadas sólo para cautivar oyentes necesitados de morbo auditivo.

¿Habla con su mamá de sexo?

No, en mi casa no somos muy amigos de poner de moda un discurso, una práctica, sólo porque una supuesta doctora del sexo lo aconseja en televisión.

¿Qué le dice su novio cada vez que usted escucha Mujeres W?

El no dice nada, yo soy la que le digo que no soporto a esas viejas.

¿Y anda muy enamorada?

Muy es una palabra exagerada para hablar de amor.

¿Usted es virgen?

No

¿A qué edad la perdió?

“Perder la virginidad” es una expresión tan idiota como “hacer el amor”.

¿Cómo fue la primera vez?

Nada del otro mundo, había leído tanto sobre sexo que no parecía la primera vez. Me parece absurdo que haya mujeres que pretendan llegar al sexo como animales indefensos y que confundan pureza con ignorancia.

¿Con qué frecuencia ver porno?

Con mucha frecuencia.

¿A una mujer le parece excitante ver porno?

Yo no puedo hablar por todas las mujeres.

¿Le gusta ver porno sola?

¿Y por qué lo ve?

Porque estoy obesionada con el comportamiento humano, con la relación entre hombres y mujeres, con la sexualidad humana, con el discurso cinematográfico, con diversas formas de violencia y humillación, con los límites de la imaginación, con las adicciones, con la idea del cuerpo como máquina… Mientras veo porno pienso en muchas cosas, nunca lo uso para alegrarme el rato.

¿Qué tanto se masturba?

Nunca, si el sexo es gracioso la masturbación es digna de una película de Todd Solondz.

¿Tiene vibrador?

Esa es otra moda creada por el cine porno. No, yo que voy a tener juguetes como la profesora de piano.

Hablemos de posiciones: ¿Cuál es su favorita?

Ver a dos hombres agotadísimos con una mujer insaciable que se les ríe en la cara.

¿Qué opina del sexo en el agua?

Es otra moda creada por el cine porno.

¿Luz prendida o apagada?

Prendida, apagada y a media luz.

¿Y en sitios raros?

No, me parece idiota, más clichés de cine porno.

¿Entonces sus fantasías son más de hacer cosas raras que de lugares?

No, ¿qué “cosas raras” pueden hacer un hombre y una mujer con dos cuerpos con características particulares? Lo que se hace está limitado por el cuerpo.

¿Y un trío?

No, debe ser horrible pasar la faena y luego mirarse la cara y conversar, no me gusta conversar con dos personas al mismo tiempo.

¿Pero lo haría para complacer a su pareja?

A mí pareja también le asquean los tríos.

¿Qué es lo más lejos que ha llegado con una mujer?

Un beso

¿Por qué cree que dos mujeres es la máxima fantasía masculina?

Porque si no pueden con una mucho menos van a poder con dos, es la gran fantasía masculina.

¿Cuál es la parte más sensible de su cuerpo?

El pelo. Por eso soy intocable.

3. Autoentrevista sobre Virginia Mayer y el matrimonio

A. ¿Cuándo fue la última vez que se autoentrevistó? Si mal no recuerdo usted dijo en tono enfático -como si fuera verdad- que no volvería a hacerlo porque ya no lo encontraba tan divertido.

B. No recuerdo la última autoentrevista pero tengo la sensación de que fue hace menos de un año. Autoentrevista Razonada, creo, es el título pretencioso de nuestra última conversación, dizque para diferenciar esa experiencia de las demás. No recuerdo si dije esa vez que estaba harta de autoentrevistarme, tengo mala memoria y lo peor de todo es que me gusta.

A ¿Definitivamente nunca le va a conceder una entrevista a nadie que no sea usted misma?

B. No.

A. ¿Por qué fue tan dura con Virginia Mayer?

B. Porque ella pensaba que tenía más poder como periodista que yo como Elsy Rosas Crespo y está equivocada, el periodista es la sirvienta de los divos, son los entrevistados los que le dan de comer a esa gente.

A. Yo creería que ella no quería acabar con su imagen, nombre y honra, sino que, muy al contrario, ella quería que todos supieran quién es @ensayista: la twittera que le quita el aliento a medio país. ¿por qué se empeña usted en figurar como una niña grosera o como la estrella de la farándula que nunca será?

B. Porque me divierte, siempre busco pretextos para sonreír y me excito cuando alguien me propone una entrevista y yo primero le digo que sí y luego le digo que no sólo para imaginar cómo cambian los rasgos y los colores de su rostro ante el sí y ante el no. Es un placer inocente, que yo sepa ningún periodista ha muerto porque yo me haya negado a hacerlo sentir inteligente haciéndome preguntas estúpidas, porque estoy segura de que me harían preguntas estúpidas.

A. Defina pregunta estúpida.

B. En este momento no estoy de ánimo para definir.

A. ¿No es un poco vergonzoso que todos y cada uno de los miembros de su honorable familia -enemiga pública de las redes sociales- algún día se enteren de sus pasos y temamos lo peor?

B. Acabas de hacerme una pregunta estúpida ¿cómo se van a enterar ellos de mis aventuras en las redes sociales si las detestan?

A. ¿Es usted consciente de lo ridícula que puede llegar a ser?

B. No

A. Virginia Mayer escribió en Twitter que la propuesta que ella le hizo a usted (nada más ni nada menos que concederle una entrevista a ella -que no es cualquier periodista- para ficcionalizarla luego en Kienyke) es lo mejor que le han propuesto este año. ¿Es cierto semejante esperpento? Hasta donde tengo entendido ese portal es un pasquín hediondo, la síntesis de los errores periodísticos de este pobre país.

B. No

A. ¿Qué es lo mejor que le han propuesto este año?

B. Me han propuesto un ejercicio de convivencia pacífica con un hombre y lo he aceptado.

A. ¿Cómo ha sido esa experiencia?

B. Han sido casi setenta días que ha valido la pena vivir.

A. ¿No es extraño vivir la primera Luna de miel a los cuarenta y dos años?

B. Supongo que sí.

A. ¿Estaba en sus planes devenir en amorosa esposa después de siete años de ser una abnegada novia?

B. No.

A. ¿Por qué aceptó entonces tan dura prueba? Hasta donde tengo entendido usted se jactó hasta hace menos de un año de haber decidido desde que tenía nueve años que JAMÁS se casaría ni tendría hijos ¿así de consecuente es siempre?

B. Acepté porque no tenía más alternativa, mi hermana tuvo que ver mucho en la decisión, ella adora a mi novio devenido en marido. Y como ser humano tengo derecho a cambiar de opinión todas las veces que se me dé la gana.

A. ¿Qué ha sido lo mejor de estrenar marido?

B. Dormir, es cierto lo que dice la leyenda: en tierras frías es mejor dormir de a dos que de a uno porque se calienta uno más rápido.

A. ¿Y qué más la tiene con la boca abierta de esta nueva experiencia?

B. Creo que estoy llegando a la conclusión parcial de que en la convivencia entre un hombre y una mujer el amor es Amor cuando los días transcurren mucho más rápido que antes y hablamos mucho después de cada comida y antes de cerrar los ojos. No es cierto, o por lo menos no lo es en mi caso, que lo más maravilloso sea decir cada mañana con mirada radiante: “Buenos días mi amor”.

4.  Segunda autoentrevista

¿Por qué ha decidido autoentretevistarse de nuevo?

Porque quería escribir dos cuartillas y no se me ocurrió nada original, mientras el agua caía sobre la última taza (el agua me inspira) pensé en la segunda autoentrevista, mi estado de ánimo actual me permite concedérmela. Desde hace varios meses recibo mensajes en los que se me piden juicios sobre temas particulares, creo que esta es una buena ocasión para desarrollarlos.

¿Qué necesita para escribir?

Un estado de ánimo poco usual -muy alegre o muy triste- un tema para desarrollar y música. Para leer siempre escucho la misma música, para escribir también. Leo al son de la música clásica, escribo al ritmo de la popular, música con letra, letras que haya escuchado muchas veces, desde la infancia, música que me haga recordar a mi hermano muerto.

En la primera autoentrevista sus respuestas eran concisas, dice simplemente sí o no, ¿por qué está tan conversadora hoy?

Porque tengo mucho sueño, el sueño y el alcohol me conceden una lucidez poco usual. Me gusta dormir pero también me gusta escribir con sueño y con sueño y con alcohol hablo tanto como en situaciones cotidianas pero siento que soy un poco más explícita.

¿Siempre que bebe es conversadora?

No. Sólo si estoy con personas a las que aprecio mucho, si estoy con personas con las que no me siento cómoda no hablo ni me río. Si una persona no me interesa no me saca una sola sonrisa. Mi manera de decirle a alguien que me gusta estar con él es a través de la risa.

Mientras conversábamos hubo un corte repentino de energía, íbamos comenzando la tercera página y sólo rescatamos una, usted estaba muy sensible, a punto de sentarse a llorar y yo sentía que nos iba a revelar secretos de su personalidad, usted finalmente no lloró, se rió cuando la pantalla quedó en blanco, miró por la ventana, vio a su vecina ofreciéndole el pecho a su hijo y como por arte de magia su estado de ánimo cambió, ya no está triste, está tranquila, no quiere volver a preguntarse lo mismo, su estado de ánimo no se lo permite, ¿cree que estaba escrito que sus lectores no tuvieran el derecho de conocer a la profesora en un estado de lirismo extremo, de los que terminan siendo un poco ridículos, de aquellos que no enternecen sino divierten, tan gratos para usted en las comedias gringas y en la películas de Alex de la iglesia?

Es probable.

¿Usted se cuida de no hacer el ridículo?

Sí.

¿Cree que lo logra?

Sólo en la vida real, la mejor manera de hacer el ridículo sin que lo vean a uno es a través de la escritura, por eso me gusta escribir, porque puedo decir todo lo que se me ocurra sin mirar a quien lee a los ojos, sin dar explicaciones, sin aceptar reclamos, con total libertad; la vida cotidiana no ofrece este placer. La voz y la mirada pueden ser más implacables que un texto que se lee. En las conversaciones siempre interfiere la risa, yo me río mucho cuando hablo, cuando escribo también me río pero tengo pleno control sobre lo escrito, normalmente escribo riendo o llorando y el lector no se entera cuándo río o cuándo lloro, qué me inspira risa y qué llanto.

¿Siempre que escribe ríe y llora?

La mayoría de las veces no lloro, digamos que lloro un 3% pero casi siempre que escribo río.

Dicen que quien ríe se halla en una posición de superioridad en relación con quien no conoce el motivo de su risa o, en el peor de los casos, tratándose de la escritura, el lector llora porque sospecha que usted escribió bajo el efecto de un estado lírico cuando en realidad usted escribió bajo el efecto de un estado de ánimo festivo. ¿Usted quiere que sus lectores lloren o rían cuando la leen?

Yo sólo quiero que lean

¿y cree que la leen?

¿Por qué está tan segura?

Por las estadísticas

¿Cuáles estadísticas?

Las de los blogs

¿Cuáles blogs?

Los virtuales

¿Cuántas personas la siguen diariamente?

2000

¿y a usted le pagan por leerla?

No

Entonces, ¿por qué escribe?

Porque escribiendo he conocido gente que me interesa mucho. En los blogs y en Facebook de vez en cuando aparecen comentarios que me inquietan, confesiones que me estremecen, mensaje privados que me impactan. La virtualidad es algo serio para mí, es parte de mi trabajo, seguir blogs o leer comentarios es un proceso de lectura, no menos rico o serio que la lectura de un libro, esta autoentrevista, por ejemplo, es un proceso de escritura serio y el único fin es que sea leído en internet, no tiene pretensiones eruditas, no aspiro a que aparezca publicado en una revista para intelectuales o para profesionales, cualquier persona se puede encontrar con este texto y lo mas seguro es que se enganche, que lea, se ría un poco, piense un poco, me imagine un poco y le quede una idea vaga de una señora que goza autoentrevistándose porque encuentra muy formales las entrevistas de persona a persona pero, de todas maneras, quiere expresarse, quiere que a quien le interese, sepa un poco sobre la naturaleza de quien escribe, de quien lee y relee lo que escribe con la ilusión de que dos mil personas la lean cada día y sientan que el tiempo de la lectura no fue tiempo perdido, que valió la pena escribir porque valió la pena leer.

5. La hijueputa esa (autoentrevista)

Quiero a este pueblo áspero, vivo, último tipo de las sociedades primitivas y que, al hacer alto a mediodía, tumbado a la sombra, bajo el vientre de sus camellas, se burla, mientras fuma su chibuquí, de nuestra valiente civilización que tiembla de ira.

Gustave Flaubert

****

– ¿Por qué comenzamos con este fragmento de una de las cartas de Flaubert a Louise Colet?

– Porque siempre, cuando camino, recuerdo esa frase y me gusta mucho. Me gusta sentirme como el señor bajo el vientre de sus camellas, aunque no fume. La idea de descanso y de desprecio es lo que más me seduce.

– ¿Disfruta haciendo temblar de ira a la gente civilizada?

– Aquí no hay gente civilizada, recuerde que estamos en Colombia. Me gusta burlarme de la gente exitosa y de la idea que tienen de éxito.

– ¿Está pensando en Virginia Mayer y en las frases desobligantes que escribió ayer sobre usted en su cuenta de Twitter?

– Sí, estoy pensando en ella, todavía trato de entender por qué se descontroló tanto si no es la primera vez que me burlo de sus poses en este blog.

– ¿Será porque la ridiculizó más de la cuenta explicándole por qué no es Bukowski con vagina?

–  Probablemente.

– Hablemos de lo que Virginia Mayer dijo de usted anteponiendo a cada prejuicio el sonoro ¡La hijueputa esa!, una expresión tan colombiana.

–  Dijo que no sé inglés, no he presentado obras en la feria del libro, no he entrevistado a nadie, no tengo una maestría y no he publicado en ninguna revista. Insinuó también que soy ama de casa.

– ¿Es cierto eso que ella dijo de usted? ¿En realidad es usted tan poca cosa? ¿No ha cosechado ningún triunfo? Trate de explicarnos de forma concreta y sin llorar qué piensa de esos juicios.

– Mi vida ha consistido en despreciar todo eso que ella aprecia y usa como carta de presentación. Se supone que sé inglés pero hago lo posible por pensar, escribir y hablar sólo en español. Creo que mi lengua materna es un tesoro y siendo yo hispanohablante no necesito presumir con el inglés o con cualquier otro idioma. Otra sería la historia si yo fuera rumana o japonesa. Mi política lingüística ha sido siempre clara: si quiere hablar conmigo aprenda español. Prefiero explorar el español que balbucear otras lenguas para parecer cosmopolita, globalizada o internacional.

– Ahora hablemos de las obras que usted no ha presentado en las ferias del libro.

– Las ferias del libro no me interesan ni siquiera para comprar libros, prefiero las librerías o las bibliotecas. Formo parte del campo intelectual y, como se podrá imaginar, casi toda la gente que conozco ha publicado por lo menos dos libros. La mayoría de mis amigos y conocidos han presentado sus obras en ferias de libro, bibliotecas, librerías, centros culturales, universidades… La idea de convertirme en vendedora de libros, de autopromocionarme, de hablar de mis procesos de escritura, de invitar a un amigo para que hable ante mí y ante un público inocente de lo inteligente que soy, de lo bien que escribo, de la pureza de mi estilo, de mis influencias, maestros y lecturas fundamentales tampoco me seduce.

Aunque usted no lo crea soy una persona humilde y sencilla y no soportaría sentarme a hablar de  mi cerebro en público; tampoco soportaría que alguien hablara de la grandeza de mi ser, la profundidad de mis ideas y la originalidad de mis palabras en mi presencia, para vender libros. Eso no lo soportaría, lo supe cuando vi a mis amigos pasando por ese espectáculo tan denigrante.

– Usted no ha publicado un libro . ¿Por qué?

– Porque no me interesa, cualquiera publica un libro en Colombia, es muy fácil, además tendría que promocionarlo, venderlo, venderme para vender mis libros. Eso es algo a lo que no estoy dispuesta, sería una experiencia muy fuerte para mí. Me parece más emocionante verme citada en otros libros, que se hable de lo que escribo aquí en las ferias del libro, estar ausente de cuerpo pero presente en la mente de las personas que hablan sobre escritura. Eso me gusta más, me parece un juego muy divertido.

– Virginia Mayer dice que usted no ha entrevistado a nadie. ¿Toma esa acusación precedida de ¡La hijueputa esa! como una gran ofensa?

– No he entrevistado a nadie porque no soy periodista, no me imagino entrevistando a nadie que no sea yo misma. Cuando Virginia me propuso un perfil para KienyKe, cuando me dijo que la gente quería saber quién era Ensayista, sentí lo mismo que siento cada vez que alguien se siente ante mí como ante un ser excepcional o digno de ser entrevistado. Cuando me proponen una entrevista pregunto siempre qué me van a preguntar y cuando me lo dicen quedo todavía más confundida y desilusionada porque los periodistas colombianos hacen preguntas muy estúpidas. No aspiro a entrevistar a nadie que no sea yo y no le acepto entrevistas a nadie que no sea yo, esa es mi política periodística.

– ¿Tampoco tiene una maestría?

– Sí la tengo y es gracioso saber que a la gente le importan ese tipo de cosas. Los títulos académicos significan muy poco para mí, casi nada. Lo que me importa de verdad es lo que he encontrado fuera del sistema educativo, eso ha sido lo mejor.

– ¿Tampoco ha publicado en revistas?

– Si, he publicado en revistas, parece que no es fácil encontrarlas. Eso tampoco me interesa mucho, ni siquiera guardo los ejemplares que me envían por ser la Autora de uno de los textos publicados. La meta es no volver a publicar en ninguna revista impresa, rechazar todas las ofertas que tengan que ver con publicación de libros, participación en ferias y fiestas, columnas de opinión y participación en revistas. Todo está tan degradado que la mejor alternativa sigue siendo internet.  A eso le estoy apostando desde hace unos diez años.

– ¿Es usted ama de casa?

– Supongo que sí, no tengo mucama ni negrita, me ocupo yo misma de todo lo que necesito para vivir.

6. Autoentrevista al estilo Tómbola de la revista Cromos

¿Cuánto dura un rato feliz?

La palabra rato es una palabra fea, es más hermoso pensar en instantes.

Una canción que le levante el ánimo.

Ninguna.

Una motivación para dejar la cama un lunes.

No tengo nada en contra de los lunes.

¿A qué edad regresaría?

Nunca me he ido.

Su mayor acierto en un escenario.

Callar a la gente con la mirada.

Lo mejor de ser irreverente.

No aspirar a serlo.

Un libro de autoayuda para recomendar.

La primera parte de Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva.

Un espacio para esconderse y olvidarse de todo.

No necesito esconderme ni olvidarme de nada.

¿A quién sueña conocer?

A nadie.

Un tuit para sus enemigos.

No tengo enemigos.

¿Qué está sobrevalorado en la sociedad?

Los seguidores en una cuenta de Twitter.

Un plan para distraer la cabeza.

Mirar por la ventana.

Un remedio para combatir la tristeza.

Caminar.

¿Qué momento de su vida borraría?

Ninguno.

Su mayor embarrada.

Ninguna.

¿Cuándo fue la última vez que lloró de felicidad?

No suelo llorar de felicidad.

¿A quién ha hecho feliz?

A toda la gente que me conoce.

¿Qué la entristece?

Las preguntas estúpidas.

¿Cómo le gustaría que la recuerden?

Como una persona que pasó la mayor parte de su vida descansando.

Una pelea.

La del Bolo y el Gringo. Es muy buena esa pelea.

¿Qué es la felicidad?

No hacer nada pero hacerlo a conciencia.

¿Qué la mantiene alerta?

Mi cerebro.

¿Cuál ha sido la peor crítica que le han hecho?

Que sigo a muy poca gente en Twitter.

¿Qué le saca la piedra?

La expresión que usted acaba de pronunciar. Y es dizque periodista.

¿Qué la aburre?

Una conversación de más de tres personas.

¿Qué la entretiene?

No soy una persona a la que haya que entretener.

¿En qué es aprendiz?

En nada.

¿Qué cambiaría de usted?

Nada.

Una deuda.

No tengo deudas.

Un sueño recurrente.

No suelo soñar.

Lo positivo de morirse un día de estos.

Esa no es una pregunta inteligente.

Una palabra que la defina.

Dulzura.

Lo peor de ser irreverente.

Que tanta gente en Colombia crea que lo es cuando en realidad son imbéciles.

De todas sus opiniones, ¿con cuál se queda?

Con todas.

Un compañero inseparable.

La ropa.

¿Adónde van a parar los secretos?

No tengo secretos.

¿El secreto para reinventarse?

Esa pregunta se la debes hacer a Madonna.

¿Qué la desvela?

Nada.

¿Un episodio que no repetiría?

Volver a estudiar.

Autoentrevista al estilo Tómbola de la revista Cromos

23 Nov

¿Cuánto dura un rato feliz?

La palabra rato es una palabra fea, es más hermoso pensar en instantes.

Una canción que le levante el ánimo.

Ninguna.

Una motivación para dejar la cama un lunes.

No tengo nada en contra de los lunes.

¿A qué edad regresaría?

Nunca me he ido.

Su mayor acierto en un escenario.

Callar a la gente con la mirada.

Lo mejor de ser irreverente.

No aspirar a serlo.

Un libro de autoayuda para recomendar.

La primera parte de Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva.

Un espacio para esconderse y olvidarse de todo.

No necesito esconderme ni olvidarme de nada.

¿A quién sueña conocer?

A nadie.

Un tuit para sus enemigos.

No tengo enemigos.

¿Qué está sobrevalorado en la sociedad?

Los seguidores en una cuenta de Twitter.

Un plan para distraer la cabeza.

Mirar por la ventana.

Un remedio para combatir la tristeza.

Caminar.

¿Qué momento de su vida borraría?

Ninguno.

Su mayor embarrada.

Ninguna.

¿Cuándo fue la última vez que lloró de felicidad?

No suelo llorar de felicidad.

¿A quién ha hecho feliz?

A toda la gente que me conoce.

¿Qué la entristece?

Las preguntas estúpidas.

¿Cómo le gustaría que la recuerden?

Como una persona que pasó la mayor parte de su vida descansando.

Una pelea.

La del Bolo y el Gringo. Es muy buena esa pelea.

¿Qué es la felicidad?

No hacer nada pero hacerlo a conciencia.

¿Qué la mantiene alerta?

Mi cerebro.

¿Cuál ha sido la peor crítica que le han hecho?

Que sigo a muy poca gente en Twitter.

¿Qué le saca la piedra?

La expresión que usted acaba de pronunciar. Y es dizque periodista.

¿Qué la aburre?

Una conversación de más de tres personas.

¿Qué la entretiene?

No soy una persona a la que haya que entretener.

¿En qué es aprendiz?

En nada.

¿Qué cambiaría de usted?

Nada.

Una deuda.

No tengo deudas.

Un sueño recurrente.

No suelo soñar.

Lo positivo de morirse un día de estos.

Esa no es una pregunta inteligente.

Una palabra que la defina.

Dulzura.

Lo peor de ser irreverente.

Que tanta gente en Colombia crea que lo es cuando en realidad son imbéciles.

De todas sus opiniones, ¿con cuál se queda?

Con todas.

Un compañero inseparable.

La ropa.

¿Adónde van a parar los secretos?

No tengo secretos.

¿El secreto para reinventarse?

Esa pregunta se la debes hacer a Madonna.

¿Qué la desvela?

Nada.

¿Un episodio que no repetiría?

Volver a estudiar.

La hijueputa esa (autoentrevista)

23 Ago

Quiero a este pueblo áspero, vivo, último tipo de las sociedades primitivas y que, al hacer alto a mediodía, tumbado a la sombra, bajo el vientre de sus camellas, se burla, mientras fuma su chibuquí, de nuestra valiente civilización que tiembla de ira.

Gustave Flaubert

****

– ¿Por qué comenzamos con este fragmento de una de las cartas de Flaubert a Louise Colet?

– Porque siempre, cuando camino, recuerdo esa frase y me gusta mucho. Me gusta sentirme como el señor bajo el vientre de sus camellas, aunque no fume. La idea de descanso y de desprecio es lo que más me seduce.

– ¿Disfruta haciendo temblar de ira a la gente civilizada?

– Aquí no hay gente civilizada, recuerde que estamos en Colombia. Me gusta burlarme de la gente exitosa y de la idea que tienen de éxito.

– ¿Está pensando en Virginia Mayer y en las frases desobligantes que escribió ayer sobre usted en su cuenta de Twitter?

– Sí, estoy pensando en ella, todavía trato de entender por qué se descontroló tanto si no es la primera vez que me burlo de sus poses en este blog.

– ¿Será porque la ridiculizó más de la cuenta explicándole por qué no es Bukowski con vagina?

–  Probablemente.

– Hablemos de lo que Virginia Mayer dijo de usted anteponiendo a cada prejuicio el sonoro ¡La hijueputa esa!, una expresión tan colombiana. 

–  Dijo que no sé inglés, no he presentado obras en la feria del libro, no he entrevistado a nadie, no tengo una maestría y no he publicado en ninguna revista. Insinuó también que soy ama de casa.

– ¿Es cierto eso que ella dijo de usted? ¿En realidad es usted tan poca cosa? ¿No ha cosechado ningún triunfo? Trate de explicarnos de forma concreta y sin llorar qué piensa de esos juicios.

– Mi vida ha consistido en despreciar todo eso que ella aprecia y usa como carta de presentación. Se supone que sé inglés pero hago lo posible por pensar, escribir y hablar sólo en español. Creo que mi lengua materna es un tesoro y siendo yo hispanohablante no necesito presumir con el inglés o con cualquier otro idioma. Otra sería la historia si yo fuera rumana o japonesa. Mi política lingüística ha sido siempre clara: si quiere hablar conmigo aprenda español. Prefiero explorar el español que balbucear otras lenguas para parecer cosmopolita, globalizada o internacional.

– Ahora hablemos de las obras que usted no ha presentado en las ferias del libro.

– Las ferias del libro no me interesan ni siquiera para comprar libros, prefiero las librerías o las bibliotecas. Formo parte del campo intelectual y, como se podrá imaginar, casi toda la gente que conozco ha publicado por lo menos dos libros. La mayoría de mis amigos y conocidos han presentado sus obras en ferias de libro, bibliotecas, librerías, centros culturales, universidades… La idea de convertirme en vendedora de libros, de autopromocionarme, de hablar de mis procesos de escritura, de invitar a un amigo para que hable ante mí y ante un público inocente de lo inteligente que soy, de lo bien que escribo, de la pureza de mi estilo, de mis influencias, maestros y lecturas fundamentales tampoco me seduce.

Aunque usted no lo crea soy una persona humilde y sencilla y no soportaría sentarme a hablar de  mi cerebro en público; tampoco soportaría que alguien hablara de la grandeza de mi ser, la profundidad de mis ideas y la originalidad de mis palabras en mi presencia, para vender libros. Eso no lo soportaría, lo supe cuando vi a mis amigos pasando por ese espectáculo tan denigrante.

– Usted no ha publicado un libro . ¿Por qué?

– Porque no me interesa, cualquiera publica un libro en Colombia, es muy fácil, además tendría que promocionarlo, venderlo, venderme para vender mis libros. Eso es algo a lo que no estoy dispuesta, sería una experiencia muy fuerte para mí. Me parece más emocionante verme citada en otros libros, que se hable de lo que escribo aquí en las ferias del libro, estar ausente de cuerpo pero presente en la mente de las personas que hablan sobre escritura. Eso me gusta más, me parece un juego muy divertido.

– Virginia Mayer dice que usted no ha entrevistado a nadie. ¿Toma esa acusación precedida de ¡La hijueputa esa! como una gran ofensa?

– No he entrevistado a nadie porque no soy periodista, no me imagino entrevistando a nadie que no sea yo misma. Cuando Virginia me propuso un perfil para KienyKe, cuando me dijo que la gente quería saber quién era Ensayista, sentí lo mismo que siento cada vez que alguien se siente ante mí como ante un ser excepcional o digno de ser entrevistado. Cuando me proponen una entrevista pregunto siempre qué me van a preguntar y cuando me lo dicen quedo todavía más confundida y desilusionada porque los periodistas colombianos hacen preguntas muy estúpidas. No aspiro a entrevistar a nadie que no sea yo y no le acepto entrevistas a nadie que no sea yo, esa es mi política periodística.

– ¿Tampoco tiene una maestría?

– Sí la tengo y es gracioso saber que a la gente le importan ese tipo de cosas. Los títulos académicos significan muy poco para mí, casi nada. Lo que me importa de verdad es lo que he encontrado fuera del sistema educativo, eso ha sido lo mejor. 

– ¿Tampoco ha publicado en revistas?

– Si, he publicado en revistas, parece que no es fácil encontrarlas. Eso tampoco me interesa mucho, ni siquiera guardo los ejemplares que me envían por ser la Autora de uno de los textos publicados. La meta es no volver a publicar en ninguna revista impresa, rechazar todas las ofertas que tengan que ver con publicación de libros, participación en ferias y fiestas, columnas de opinión y participación en revistas. Todo está tan degradado que la mejor alternativa sigue siendo internet.  A eso le estoy apostando desde hace unos diez años.

– ¿Es usted ama de casa?

– Supongo que sí, no tengo mucama ni negrita, me ocupo yo misma de todo lo que necesito para vivir.

Segunda autoentrevista

1 Mar

¿Por qué ha decidido autoentretevistarse de nuevo?

Porque quería escribir dos cuartillas y no se me ocurrió nada original, mientras el agua caía sobre la última taza (el agua me inspira) pensé en la segunda autoentrevista, mi estado de ánimo actual me permite concedérmela. Desde hace varios meses recibo mensajes en los que se me piden juicios sobre temas particulares, creo que esta es una buena ocasión para desarrollarlos.

¿Qué necesita para escribir?

Un estado de ánimo poco usual -muy alegre o muy triste- un tema para desarrollar y música. Para leer siempre escucho la misma música, para escribir también. Leo al son de la música clásica, escribo al ritmo de la popular, música con letra, letras que haya escuchado muchas veces, desde la infancia, música que me haga recordar a mi hermano muerto.

En la primera autoentrevista sus respuestas eran concisas, dice simplemente sí o no, ¿por qué está tan conversadora hoy?

Porque tengo mucho sueño, el sueño y el alcohol me conceden una lucidez poco usual. Me gusta dormir pero también me gusta escribir con sueño y con sueño y con alcohol hablo tanto como en situaciones cotidianas pero siento que soy un poco más explícita.

¿Siempre que bebe es conversadora?

No. Sólo si estoy con personas a las que aprecio mucho, si estoy con personas con las que no me siento cómoda no hablo ni me río. Si una persona no me interesa no me saca una sola sonrisa. Mi manera de decirle a alguien que me gusta estar con él es a través de la risa.

Mientras conversábamos hubo un corte repentino de energía, íbamos comenzando la tercera página y sólo rescatamos una, usted estaba muy sensible, a punto de sentarse a llorar y yo sentía que nos iba a revelar secretos de su personalidad, usted finalmente no lloró, se rió cuando la pantalla quedó en blanco, miró por la ventana, vio a su vecina ofreciéndole el pecho a su hijo y como por arte de magia su estado de ánimo cambió, ya no está triste, está tranquila, no quiere volver a preguntarse lo mismo, su estado de ánimo no se lo permite, ¿cree que estaba escrito que sus lectores no tuvieran el derecho de conocer a la profesora en un estado de lirismo extremo, de los que terminan siendo un poco ridículos, de aquellos que no enternecen sino divierten, tan gratos para usted en las comedias gringas y en la películas de Alex de la iglesia?

Es probable.

¿Usted se cuida de no hacer el ridículo?

Sí.

¿Cree que lo logra?

Sólo en la vida real, la mejor manera de hacer el ridículo sin que lo vean a uno es a través de la escritura, por eso me gusta escribir, porque puedo decir todo lo que se me ocurra sin mirar a quien lee a los ojos, sin dar explicaciones, sin aceptar reclamos, con total libertad; la vida cotidiana no ofrece este placer. La voz y la mirada pueden ser más implacables que un texto que se lee. En las conversaciones siempre interfiere la risa, yo me río mucho cuando hablo, cuando escribo también me río pero tengo pleno control sobre lo escrito, normalmente escribo riendo o llorando y el lector no se entera cuándo río o cuándo lloro, qué me inspira risa y qué llanto.

¿Siempre que escribe ríe y llora?

La mayoría de las veces no lloro, digamos que lloro un 3% pero casi siempre que escribo río.

Dicen que quien ríe se halla en una posición de superioridad en relación con quien no conoce el motivo de su risa o, en el peor de los casos, tratándose de la escritura, el lector llora porque sospecha que usted escribió bajo el efecto de un estado lírico cuando en realidad usted escribió bajo el efecto de un estado de ánimo festivo. ¿Usted quiere que sus lectores lloren o rían cuando la leen?

Yo sólo quiero que lean

¿y cree que la leen?

¿Por qué está tan segura?

Por las estadísticas

¿Cuáles estadísticas?

Las de los blogs

¿Cuáles blogs?

Los virtuales

¿Cuántas personas la siguen diariamente?

2000

¿y a usted le pagan por leerla?

No

Entonces, ¿por qué escribe?

Porque escribiendo he conocido gente que me interesa mucho. En los blogs y en Facebook de vez en cuando aparecen comentarios que me inquietan, confesiones que me estremecen, mensaje privados que me impactan. La virtualidad es algo serio para mí, es parte de mi trabajo, seguir blogs o leer comentarios es un proceso de lectura, no menos rico o serio que la lectura de un libro, esta autoentrevista, por ejemplo, es un proceso de escritura serio y el único fin es que sea leído en internet, no tiene pretensiones eruditas, no aspiro a que aparezca publicado en una revista para intelectuales o para profesionales, cualquier persona se puede encontrar con este texto y lo mas seguro es que se enganche, que lea, se ría un poco, piense un poco, me imagine un poco y le quede una idea vaga de una señora que goza autoentrevistándose porque encuentra muy formales las entrevistas de persona a persona pero, de todas maneras, quiere expresarse, quiere que a quien le interese, sepa un poco sobre la naturaleza de quien escribe, de quien lee y relee lo que escribe con la ilusión de que dos mil personas la lean cada día y sientan que el tiempo de la lectura no fue tiempo perdido, que valió la pena escribir porque valió la pena leer.

Autoentrevista sobre Virginia Mayer y el matrimonio

1 Mar

A. ¿Cuándo fue la última vez que se autoentrevistó? Si mal no recuerdo usted dijo en tono enfático -como si fuera verdad- que no volvería a hacerlo porque ya no lo encontraba tan divertido.

B. No recuerdo la última autoentrevista pero tengo la sensación de que fue hace menos de un año. Autoentrevista Razonada, creo, es el título pretencioso de nuestra última conversación, dizque para diferenciar esa experiencia de las demás. No recuerdo si dije esa vez que estaba harta de autoentrevistarme, tengo mala memoria y lo peor de todo es que me gusta.

A ¿Definitivamente nunca le va a conceder una entrevista a nadie que no sea usted misma?

B. No.

A. ¿Por qué fue tan dura con Virginia Mayer?

B. Porque ella pensaba que tenía más poder como periodista que yo como Elsy Rosas Crespo y está equivocada, el periodista es la sirvienta de los divos, son los entrevistados los que le dan de comer a esa gente.

A. Yo creería que ella no quería acabar con su imagen, nombre y honra, sino que, muy al contrario, ella quería que todos supieran quién es @ensayista: la twittera que le quita el aliento a medio país. ¿por qué se empeña usted en figurar como una niña grosera o como la estrella de la farándula que nunca será?

B. Porque me divierte, siempre busco pretextos para sonreír y me excito cuando alguien me propone una entrevista y yo primero le digo que sí y luego le digo que no sólo para imaginar cómo cambian los rasgos y los colores de su rostro ante el sí y ante el no. Es un placer inocente, que yo sepa ningún periodista ha muerto porque yo me haya negado a hacerlo sentir inteligente haciéndome preguntas estúpidas, porque estoy segura de que me harían preguntas estúpidas.

A. Defina pregunta estúpida.

B. En este momento no estoy de ánimo para definir.

A. ¿No es un poco vergonzoso que todos y cada uno de los miembros de su honorable familia -enemiga pública de las redes sociales- algún día se enteren de sus pasos y temamos lo peor?

B. Acabas de hacerme una pregunta estúpida ¿cómo se van a enterar ellos de mis aventuras en las redes sociales si las detestan?

A. ¿Es usted consciente de lo ridícula que puede llegar a ser?

B. No

A. Virginia Mayer escribió en Twitter que la propuesta que ella le hizo a usted (nada más ni nada menos que concederle una entrevista a ella -que no es cualquier periodista- para ficcionalizarla luego en Kienyke) es lo mejor que le han propuesto este año. ¿Es cierto semejante esperpento? Hasta donde tengo entendido ese portal es un pasquín hediondo, la síntesis de los errores periodísticos de este pobre país.

B. No

A. ¿Qué es lo mejor que le han propuesto este año?

B. Me han propuesto un ejercicio de convivencia pacífica con un hombre y lo he aceptado.

A. ¿Cómo ha sido esa experiencia?

B. Han sido casi setenta días que ha valido la pena vivir.

A. ¿No es extraño vivir la primera Luna de miel a los cuarenta y dos años?

B. Supongo que sí.

A. ¿Estaba en sus planes devenir en amorosa esposa después de siete años de ser una abnegada novia?

B. No.

A. ¿Por qué aceptó entonces tan dura prueba? Hasta donde tengo entendido usted se jactó hasta hace menos de un año de haber decidido desde que tenía nueve años que JAMÁS se casaría ni tendría hijos ¿así de consecuente es siempre?

B. Acepté porque no tenía más alternativa, mi hermana tuvo que ver mucho en la decisión, ella adora a mi novio devenido en marido. Y como ser humano tengo derecho a cambiar de opinión todas las veces que se me dé la gana.

A. ¿Qué ha sido lo mejor de estrenar marido?

B. Dormir, es cierto lo que dice la leyenda: en tierras frías es mejor dormir de a dos que de a uno porque se calienta uno más rápido.

A. ¿Y qué más la tiene con la boca abierta de esta nueva experiencia?

B. Creo que estoy llegando a la conclusión parcial de que en la convivencia entre un hombre y una mujer el amor es Amor cuando los días transcurren mucho más rápido que antes y hablamos mucho después de cada comida y antes de cerrar los ojos. No es cierto, o por lo menos no lo es en mi caso, que lo más maravilloso sea decir cada mañana con mirada radiante: «Buenos días mi amor».