Bendito distanciamiento social

12 Feb

Nací arisca. No entendía la cultura de los besos y los abrazos. Nunca he podido caminar con un hombre de la mano como diciendo esto es mío y no podría compartir bocados y besos en un restaurante, en un bar ni en una sala de cine porque me parece comportamiento de putas y conductores.

A mis progenitores les suspendí el beso a los doce años, me volví a despedir de beso de ellos cuando se convirtieron en ancianos y todavía no sé por qué. Con hermanos, cuñadas y sobrinos se empezó a dar esa melosería en los últimos años y donde me acostumbré a saludar de beso fue en el trabajo, en la entidad privada.

Me fascina que se hayan acabado las oficinas, las reuniones de trabajo y los encuentros desagradables con personas indeseables en los pasillos de los edificios. ¿Hay algo más desagradable que recibir al aliento podrido de un compañero de trabajo en una escalera? Creo que no. Mi sueño es que desaparezcan también los jefes y los ascensos, me gustaría que todos fuéramos gente encerrada en treinta metros cuadrados preparando su propia comida y comunicándonos a través de un computador.

Gracias a la pandemia se acabaron las sonrisas zalameras, las sobadas de chaqueta y los besos babosos en el borde de la boca y creo que es algo digno de celebrar. Si hay algo que debemos aprender de los orientales es a no manifestar supuesto cariño con intercambio de babas y choques de manos porque es una práctica social innecesaria cuando todos sabemos que tenemos otras formas más efectivas de comunicarnos como, por ejemplo, la palabra.

La palabra oral implica intercambio de babas y por eso usamos tapabocas. Con tapabocas no podemos expresar las emociones porque solo nos vemos los ojos y en esa medida se vuelve mucho más efectiva la palabra escrita o el audio desde la comodidad del hogar.

2 respuestas hasta “Bendito distanciamiento social”

  1. Rubén Vélez 13 marzo, 2023 a 16:17 #

    Elsy. Nos hacen falta muchas voces como la tuya. En Colombia ya no hay crítica. Hemos quedado a merced de la propaganda de las grandes editoriales y del criterio de los mandarines de la pseudo-literaria (Abad, por ejemplo). ¿Qué tal los libros que él trata de imponer como «la mejor literatura colombiana». Editorial Angosta: por su estrecha puerta no puede pasar la gran literatura.

    • elsyrosascrespo 13 marzo, 2023 a 19:44 #

      Hola. Gracias por tu comentario. Sí hace falta la crítica literaria en Colombia con urgencia.

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