Archivo | marzo, 2015

El fracaso está directamente ligado a la necesidad de hablar mal de alguien

29 Mar

La frase que se constituye en titulo de este post es un tuit muy faveado.

¿Quién lo escribió?

No importa.

Lo realmente importante es que muchas personas están de acuerdo con esa gran frase, esa especie de aforismo escrito por un gran pensador en tiempo real que además de gran pensador es una persona exitosa en las redes sociales porque muchos otros tuiteros favean sus grandes ideas y eso lo debe hacer sentir muy bien, como un gran triunfador, precisamente.

Analicemos la frase que no me dejó dormir en paz anoche:

El fracaso está directamente ligado a la necesidad de hablar mal de alguien

Hay varios grandes temas de la Filosofía presentados en la pequeña Obra Maestra.

1. El fracaso (como lo opuesto al triunfo).

2. La relación entre acción y reacción.

3. ¿Qué es lo realmente importante en la vida?

4. Teoría del lenguaje (específicamente la reflexión eterna sobre verdad y mentira y también sobre el ser, el parecer y el representar).

5. La maldad humana (representada en el hecho de hablar mal de alguien).

Vayamos por partes:

1. ¿Qué es el fracaso?

El fracaso es lo opuesto al triunfo.

¿Y qué es el triunfo?

Depende de la perspectiva. No es lo mismo triunfar en el siglo XIV antes de Cristo que gozar de semejante privilegio en el año 2015. No es lo mismo triunfar siendo pobre que teniéndolo todo, no es lo mismo triunfar viviendo en la ciudad que viviendo en el campo, no es lo mismo triunfar teniendo como referente de triunfador a Pablo Escobar que a Leonardo da Vinci, no es lo mismo triunfar en Twitter que en un casino.

Si nos acogemos a los Grandes Maestros de todos los tiempos y de todas las culturas el triunfo se resume en varias pequeñas frases.

Triunfar en la vida es:

– Superar el miedo a la muerte.

– Comprender que la vida no tiene sentido y buscarle uno que se lleve bien con nuestro  propio potencial intelectual o espiritual mientras esperamos con paciencia que nos sorprenda la muerte.

– Descansar la mayor parte de la vida, vivir en permanente estado de contemplación (puesto que la vida no tiene sentido).

– No aspirar a los bienes materiales sino a los intelectuales y a los espirituales.

– No perder la calma ante los cambios, aspirar a la imperturbabilidad.

2. La relación entre acción y reacción.

El filósofo tuitero celebrado por la Asamblea dice de forma contundente: si habla mal de alguien fracasará en la vida.

Ahora varias preguntas relacionadas con ese enunciado:

¿La gente no habla de la gente?

¿Por qué la gente habla mal de la otra gente?

¿Hay gente que no habla mal de nadie?

¿De cuántas personas debemos hablar mal para que el fracaso sea más efectivo?

¿Hay niveles en el hablar mal de otras personas?

¿Hablar mal de otras personas denota debilidad de carácter, ignorancia, miedo, falta de fe, envidia?

¿Hablar mal de la gente es un defecto o un problema psicológico?

¿El fracaso es más evidente si se habla mal de otras personas cara a cara, en Twitter (a través de mensajes privados) o vía WhatsApp?

¿Qué pasa cuando empezamos hablando bien de una persona y terminamos hablando mal?

¿Qué pasa cuando empezamos hablando mal de una persona y terminamos hablando bien?

¿Se fracasa mejor cuando se habla mal de otras personas desde un blog o por teléfono?

¿Qué pasa si hablo mal de mi mamá?

La amistad según Gustave Flaubert

29 Mar

En nuestros tiempos se escriben bellos cantos a la amistad, la sinceridad, el amor… todo sumido en la más triste banalidad. Si Gustave Flaubert estuviera vivo y tuviera una cuenta en Twitter sería acribillado sin compasión por las bellas almas que pueblan las redes sociales. Gente buena, noble y dulce que dice decir exactamente lo que piensa.

¡No!

Nadie dice en las redes sociales lo que de verdad piensa porque la verdad de las sensaciones y los sentimientos es exclusividad de la gente fuerte y lo que domina el mundo virtual es la debilidad, la banalidad y la tontería.

Nunca antes en la historia de la humanidad habíamos podido contemplar con mirada de asombro -con los ojos cerrados y la boca abierta- tanta tontería reunida en un solo espacio. Es asombroso y emocionante al mismo tiempo. Hay mucho material para analizar. Se sufre pero también se goza.

En las cartas a Louise Colet hay una bella colección de frases hermosas sobre la amistad, pero para hablar de amistad Flaubert debe hablar también de amor, soledad, amargura y miseria de la vida.

Demos gracias a Dios porque este hombre está muerto. Si estuviera vivo se sentiría aún más deprimido y destrozado -gracias a la imbecilidad ajena- de lo que pudo estarlo en el siglo XIX.

Con ustedes, uno de los hombres más malos que ha dado la tierra, una de las peores alimañas. Un ser lleno de odio, envidia, amargura.

¿Saben qué es lo peor de todo?

Yo admiro a este hombre despreciable ante la mirada implacable de la chusma de su tiempo.

Con ustedes el gran Gustave Flaubert:

Tengo el defecto de haber nacido dotado de una lengua especial, cuya clave sólo yo poseo.

No hay oso blanco encaramado en su témpano del polo que viva más olvidado que yo en la tierra.

Me da miedo ser frío, seco, egoísta, y Dios sabe, sin embargo, lo que en estos momentos siento dentro de mí.

He cavado mi agujero y en él me quedo, poniendo gran cuidado en que reine siempre la misma temperatura dentro.

Lo que me sorprende es que, debajo de esas críticas se note un odio contra mí, contra mi persona, un prejuicio denigrador.

No quisiste creerme cuando te dije que era viejo. ¡Sí que lo soy, por desgracia! pues todo sentimiento que a mi alma llega se agría igual que el vino cuando lo introducen en recipientes ya muy usados.

He hecho mal, he sido un necio. Me he portado contigo igual que, en otros tiempos, lo hice con aquellos a quienes más quería: les mostré el fondo de mi saco, y el polvo acre que despedía se les pegó a la garganta.

Adiós, trata de olvidarme; yo nunca te olvidaré. Te equivocaste al decirme que sólo sentía por ti curiosidad. Hay más, pero tú sólo crees en las cosas cuando son extremas. Adiós otra vez. Siempre que necesites algo me encontrarás.

Otro se sentiría orgulloso del amor que me prodigas; su vanidad bebería en él con gusto y su egoísmo de varón se sentiría halagado hasta en los repliegues más íntimos. Pero en cambio tu amor hace que mi corazón desfallezca de tristeza.

Si he sido duro es porque estoy enfermo. Dolorido, amargado, la vida me desloma como un trote demasiado duro que destroza las riñones. El único momento en que no sufro es cuando estoy solo. Los mejores afectos con frecuencia me irritan desmesuradamente.

Yo soy el oscuro y paciente pescador de perlas que bucea en los bajos fondos y vuelve con las manos vacías y la cara azulada. Una atracción fatal me empuja hacia los abismos del pensamiento, me lleva al fondo de esos precipicios interiores que jamás se agotan para los fuertes.

No estoy con nadie, en ningún sitio, no soy de mi país y puede que tampoco del mundo. Aunque muchos me rodeen, sigo estando solo; por eso los huecos que dejó la muerte en mi vida no aportaron a mi alma un nuevo estado de ánimo, sino que acentuaron ese estado. Yo estaba solo por dentro y ahora estoy también solo por fuera.

Por muy uniforme que sea tu vida por lo menos tienes algo que contarme. Pero la mía es un lago, un estanque quieto donde nada se mueve, en donde nada sobresale. Cada día que pasa se parece al anterior. Puedo decirte lo que haré dentro de un mes, dentro de un año, y considero esto no sólo sabio sino afortunado.

Quisiera mandarte únicamente palabras dulces y tiernas, de esas suaves como un beso que algunos saben decir pero que, en mi caso, se quedan en el fondo del corazón y expiran al llegar a los labios. Si yo pudiera, cada mañana tu despertar se vería perfumado por una olorosa página de amor.

El contemplar una vida que una pasión violenta -de la índole que sea- ha vuelto miserable es siempre algo más instructivo y altamente moral. Eso rebaja, con una ironía aullante, tantas pasiones banales y manías vulgares, que uno queda satisfecho al pensar que el instrumento humano puede vibrar hasta ese extremo y subir hasta tonos tan agudos.

La faceta ridícula que veo en el amor siempre me impidió entregarme a él. He deseado, en ocasiones, seducir a una mujer, pero con sólo pensar en el aspecto extraño que en esos momentos debía de tener, me entraban ganas de reír. Tanto es así que mi voluntad se derretía al fuego de la ironía interior, y dentro de mí cantaba el himno de la amargura y de la irrisión.

La diferencia que ha existido siempre entre mi modo de ver la vida y el de los demás ha hecho que me encerrase (¡no bastante, por desgracia!) en una áspera soledad de la que nada lograba hacerme salir. Me han humillado tantas veces, he escandalizado y hecho gritar tanto que he terminado, desde hace ya mucho tiempo, por reconocer que, para vivir tranquilo, hay que vivir solo y poner burletas en todas las ventanas por miedo a que el aire del mundo llegue hasta uno.

No estimes tanto mi talento, no aspiro a ser un Goethe, pues las velas resultan pálidas al lado del sol y, aunque no lo creas, no me esfuerzo por remedar a nadie, y a los grandes hombres mucho menos. En cuanto a mi corazón, su conducto es angosto y está embozado, el líquido no sale de él con facilidad, va corriendo arriba y da vueltas como un torbellino… todo él lleno de bajos fondos movedizos, muchos barcos embarcaron en ellos.

Mis diez terapias alternativas favoritas

17 Mar

Sin haber leído ningún libro desde niña tuve conciencia de que no debemos curar las enfermedades sino prevenirlas. Desde hace cuarenta años estoy buscando los medios para no ir al médico nunca y lo he logrado. Algunas de estas «terapias» las he descubierto por casualidad, otras me las han recomendado personas sanas en las que confío y son dignas de admiración, otras las he encontrado en algún libro.

Las que más me gustan son las que no precisan de ningún esfuerzo, las que no exigen grandes representaciones en parques o salones, las que se pueden practicar en la comodidad del hogar sin esfuerzo físico y de forma individual, en cualquier momento del día si sacamos un poco de tiempo y creemos que al hacerlo nos estamos divirtiendo a partir del amor propio mientras nos damos salud y bienestar.

Algunas de estas prácticas requieren apertura mental. Desde la perspectiva médica o nutricional pueden parecer perjudiciales, pero vistas desde las tradiciones milenarios de zonas campesinas, indígenas y de comunidades enteras dominadas por el pensamiento oriental, descubrimos que forman parte de la naturaleza, que han estado siempre ahí pero no las hemos visto porque hemos separado la mente del cuerpo y de las emociones o porque sólo confiamos en el método científico porque nos han educado así.

1. Urinoterapia

Es la que ofrece más resistencia desde la cultura occidental y la más fácil de practicar.

¿En qué consiste?

En beber la propia orina.

¿Para qué sirve?

Fortalece el sistema inmunológico y evita todos los problemas relacionados con el estomágo, centro de las emociones y la digestión.

¿Cómo se practica?

Se bebe en la mañana antes de cualquier otra bebida y se debe dejar procesar en el estómago durante por lo menos media hora. Siempre en la mañana. La medida depende de cada persona.

¿Tiempo de experiencia?

14 años

¿Resultados?

Asombrosos.

¿Para qué más sirve?

Sirve para todo pero cada quién va descubriendo qué es lo que más le fortalece. Hay varios libros sobre el tema en la biblioteca Luis Angel Arango tratados con mucha altura por médicos y por químicos.

¿Quién practica la urinoterapia aparte de usted?

Los lamas, la orina del Dalai Lama es tan sagrada que algunos discípulos la beben para tener algo de este ser supremo, es una especie de Comunión. Es una práctica eminentemente oriental.

2. Hidroterapia

¿En qué consiste?

En adorar el agua, en usarla como medicina a través de bebida, baños y fundamento en la preparación de aguas aromáticas y de té. Un vaso de agua estabiliza un mal momento, el agua purifica el cuerpo y el alma. Es preferible el baño con agua fría aunque vivas en tierra fría. Una aromática calienta el cuerpo y calienta el alma.

3. Caminar

¿En qué consiste?

En caminar de forma consciente y con una rutina predeterminada, siempre el mismo camino.

¿Para qué sirve?

Sirve para todo. Distrae la mente y ejercita el cuerpo.

¿Cómo debe ser la caminata?

Siempre el mismo recorrido, con el mismo ritmo y durante el mismo tiempo.

¿Tiempo de práctica?

Toda la vida.

¿Resultados?

Asombrosos.

4. Automasaje

¿En qué consiste?

En leer libros sobre reflexología y sistema nervioso entérico, creer que previenen enfermedades y relajan el cuerpo y el alma. Empezar cuanto antes a practicar.

¿Cuáles son los masajes fundamentales?

Pie y estómago

¿Cada cuánto se debe hacer un automasaje?

Preferiblemente todos los días.

¿Para qué sirven?

El del estómago para estimular y el del pie para curar.

¿Cómo se empieza?

Comprando un libro sobre reflexología.

¿Cuáles aceites recomienda para hacerse el automasaje?

Caléndula, almendras y limón.

¿Tiempo de práctica?

Cinco años.

¿Cómo lo descubrió?

Por causalidad.

¿Resultados?

Asombrosos

PD. La reflexología se puede considerar como una rama de la acupuntura, pero sin agujas.

5. Mandalas

¿En qué consiste?

En relajarse o curarse coloreando o dibujando figuras de este tipo:

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¿Para qué sirve?

Para estimular el cerebro.

¿Qué hace?

Es muy complejo de explicar, tiene que ver con física, neurología y con fenómenos que van más allá del psicoanálisis, quien mejor lo explica es Jung.

¿Tiempo de práctica?

Tres años

¿Resultados?

Asombrosos.

6. Té negro, té verde y café

Estimulan el cuerpo, el alma y el cerebro.

7. Crema de caléndula y de Cannabis hechas con mucho amor, las que recomiendo son las de doña Margarita Botero. Tel. 3122426771

Tienen muchos usos.

Resultados asombrosos.

8. Dormir muy bien

Relajarse, no pensar en hacerle daño al prójimo, no hacer cuentas, no pensar en nada. Aprender a tocar la almohada y quedar dormido. Hay libros bellísimos sobre el arte de aprender a dormir.

9. No preocuparse por nada porque todo llega y todo se va y el único futuro es la muerte

10. Aceite de árbol de té

Tan asombrosos sus usos y sus beneficios como comer frutas, semillas, frutos secos, yogur, tomar el sol y sonreír de manera franca.

Julio Ramón Ribeyro. Una ilusión tentada por el fracaso

16 Mar

La figura escondida, el enigma de lo que somos, sólo se revelará cuando hayamos muerto, cuando «el cuadro quede colgado en la pared» (Galia Ospina)

Hay que permanecer atentos, pues existen pequeñas puertas que se abren, instantes en que el tiempo deja de ser caída para transformarse en la duración de lo fugitivo. (Galia Ospina)

El edificio de tu existencia es complicado y frágil, como la arquitectura de un navío; un accidente, una vía de agua, y todo está en peligro y el brillante navío se hunde entre las olas. No te abandones a ti mismo y no interrumpas tu educación, es decir: no descuides este diario. (Amiel)

La vida no podía ser esa cosa que se nos imponía y que uno asumía como un arriendo, sin protestar. Pero ¿qué podía ser?… Debía haber una contraseña, algo que permitiera quebrar la barrera de la rutina y la indolencia y acceder al fin al conocimiento, a la verdadera realidad. (Julio Ramón Ribeyro)

Escribir es ser un disidente de la realidad, escaparse de los destinos marcados donde cada año significa una suma de meses frente a un despacho impersonal que convierte la vida en una duración insoportable. Se va de la casa a la oficina y de la oficina a la casa en un círculo abominable e infernal. (Galia Ospina)

Falta de tradición, poca capacidad introspectiva, concienca inmadura de la propia persona, menosprecio de un tipo de obra cuya repercusión es generalmente póstuma y, en último término, ¿por qué no? concepción machista de la literatura, que hace considerar la redacción de un diario como cosa de señoritas. (Julio Ramón Ribeyro)

El hombre quiere revelar su propia imagen en la acción, pero esa imagen no se le aparece. Un personaje sale de su casa queriendo ser escritor, pero su destino sólo dibuja el fracaso, la errancia. La vida puede cambiar en un punto de quiebre. De repente todo es arena. El barco se hunde en la insportable tormenta y nuestros cuerpos son arrojados a la deriva. Todo el desierto en la piel. Todo el dolor en los ojos. Caminando entre ruinas en la inútil tarea de unir los fragmentos. Sumergidos en la profundidad del agua vislumbramos por un instante la otra orilla. Salimos de lo oscuro para entrar en lo oscuro. Pequeñas muertes se van dando en el transcurso de la vida. Pequeñas resurrecciones… (Galia Ospina)

El gran error de la naturaleza humana es adaptarse. La verdadera felicidad está construida por un perpetuo estado de iniciación, de entusiasmo constante. Y aquella sensación sólo la producen las cosas nuevas que nos ofrecen resistencia o que aún no hemos asimilado. El matrimonio destruye el amor, la posesión mata el deseo, el conocimiento aniquila el placer, el hábito la novedad, la destreza, la conciencia. Ser el eterno forastero, el eterno aprendiz, el eterno postulante: he allí una forma para ser feliz. Un fórmula sin embargo difícil. La naturaleza humana reclama la estabilidad. La estabilidad en el amor, en la residencia, en el pensamiento. Hay en nosotros una pesada carga de sedentarismo que nos obliga a vivir en un sitio, querer a una mujer, pertenecer fiel a una ideología. Y esto es terrible pero necesario. Necesario porque tiene sus compensaciones, y porque hace posible, además, la vida social. El nomadismo, como lo concibo -geográfico o intelectual- produciría una sociedad anárquica y primitiva, construida por hombres egoístas y dispersos.
Quién sabe, sin embargo, si esto será lo mejor. Por lo menos cada uno seria feliz -lo creo al menos- y ésta es ya una razón suficiente. (Julio Ramón Ribeyro)

Es necesario dotar a todo niño de una casa. Un lugar que, aún perdido, pueda más tarde servirle de refugio y recorrer con la imaginación buscando su alcoba, sus juegos, sus fantasmas.
Una casa: ya sé que se deja, se destruye, se pierde, se vende, se abandona. Pero al niño hay que dársela porque no olvidará nada de ella, nada será desperdiciado, su memoria conservará el color de sus muros, el aire de sus ventanas, las manchas del cielo raso y hasta «la figura escondida en las venas del mármol de la chimenea». Todo para él será atesoramiento.
Más tarde no importa. Uno se acostumbra a ser transeúnte y la casa se convierte en posada. Pero para el niño la casa es su mundo. Niño extranjero, sin casa. En casas de paso, de paseo, de pasaje, de pasajero, que no dejarán en él más que imágenes evanescentes de muebles innobles y muros insensatos.
¿Dónde buscará su niñez en medio de tanto trajín y tanto extravío? La casa, en cambio, la verdadera, es el lugar donde transcurre y se transforma, en el marco de la tentación, del ensueño, de la fantasía, de la depredación, del hallazgo y del deslumbramiento.
Lo que seremos está allí, en su configuración y sus objetos. Nada en el mundo abierto y andarín podrá reemplazar al espacio cerrado de nuestra infancia, donde algo ocurrió que nos hizo diferentes y que aún perdura y que podemos rescatar cuando recordamos aquel lugar de nuestra casa. (Julio Ramón Ribeyro)

Ospina Villalba, Galia. Julio Ram{on Ribeyro. Una ilusión tentada por el Fracaso. Bogotá. Universidad Externado de Colombia. 2006. 255 páginas.

Te amo, pero vivo contigo

16 Mar

El amor es el pretexto para la reproducción y por eso es tan importante para todos aunque no estemos en edad de reproducirnos o hayamos decidido no hacerlo como cualquier marrana gorda. Porque supimos separar el amor de la reproducción, porque no nos dejamos engañar por la sociedad ni nos dejamos manipular por el impulso de la vida que motiva a todos los seres con órganos sexuales diferenciados a mezclarse unos con otros -aunque no crean en el amor-, a reproducirse como cualquier otro animal. La mayoría se reproduce de manera ciega, se divierten de lo lindo convirtiendo dos en tres y presentando el hecho como milagro, proeza o fruto del amor en Facebook y en Instagram. ¡Qué asco!

Los seres privilegiados que nacimos con el don para creer en el amor romántico lo cultivamos con mucho empeño porque la idea que tenemos del amor es lo que mejor nos define, casi más que la idea que tenemos de Dios, la Belleza o la Bondad.

¿Pero qué es el amor romántico?

Vayamos a Wikipedia:

El amor romántico es uno de los modelos de amor que fundamenta el matrimonio monogámico y las relaciones de pareja estables en las culturas modernas, principalmente las occidentales.

El amor idealizado es considerado como un sentimiento diferente y superior a las puras necesidades fisiológicas, como el deseo sexual o la lujuria, y generalmente implica una mezcla de deseo emocional y sexual, otorgándole, sin embargo, más énfasis a las emociones que al placer físico, a diferencia del amor platónico, que se centra en lo espiritual. Algunos analistas recientes1 inciden en que las características más señaladas de este tipo de amor se confirman y difunden a través de relatos literarios, películas, canciones. Se trata de un tipo de afecto que, se presume, ha de ser para toda la vida (te querré siempre), exclusivo (no podré amar a nadie más que a ti), incondicional (te querré pase lo que pase) e implica un elevado grado de renuncia (te quiero más que a mi vida).

El amor romántico es incompatible con la convivencia porque ésta le resta poder a la emoción del encuentro, al deseo de ver al ser amado, a permitirnos el placer de soñar con los momentos que se compartirán esa próxima vez que se espera con emoción e intensidad. Con la convivencia se acaba la novedad, es una especie de  ¡Sí! ¡Te amo!, pero tanto como a mi hermana o a mi mejor amigo, somos felices haciendo mercado, comprando ropa para los dos, en las salas de cine, en el parque jugando con los perritos y riéndonos en la cara de la gente como niños, viendo televisión y burlándonos de todo y de todos.

Pero tanta dicha, tanta pasión compartida, tantos maravillosos momentos que hemos vivido juntos, yo a tu lado y tú al mío, se convierten en una maldita rutina que me hace olvidar que un día te amaba tanto que deseaba vivir contigo para no cansarme de contemplarte cada mañana, cada atardecer y cada noche.

Julio Ramón Ribeyro tenía razón. La convivencia mata el amor. Uno se convierte en la mejor amiga o en la hermana del novio y eso no es justo:

El gran error de la naturaleza humana es adaptarse. La verdadera felicidad está construida por un perpetuo estado de iniciación, de entusiasmo constante. Y aquella sensación sólo la producen las cosas nuevas que nos ofrecen resistencia o que aún no hemos asimilado. El matrimonio destruye el amor, la posesión mata el deseo, el conocimiento aniquila el placer, el hábito la novedad, la destreza, la conciencia. Ser el eterno forastero, el eterno aprendiz, el eterno postulante: he allí una forma para ser feliz. Un fórmula sin embargo difícil. La naturaleza humana reclama la estabilidad. La estabilidad en el amor, en la residencia, en el pensamiento. Hay en nosotros una pesada carga de sedentarismo que nos obliga a vivir en un sitio, querer a una mujer, pertenecer fiel a una ideología. Y esto es terrible pero necesario. Necesario porque tiene sus compensaciones, y porque hace posible, además, la vida social. El nomadismo, como lo concibo -geográfico o intelectual- produciría una sociedad anárquica y primitiva, construida por hombres egoístas y dispersos.
Quién sabe, sin embargo, si esto será lo mejor. Por lo menos cada uno seria feliz -lo creo al menos- y ésta es ya una razón suficiente.

Escritura al alcance de los niños

14 Mar

Mucha gente me admira y desea hacérmelo saber de distintas maneras. Las maneras que más me seducen son las que tienen que ver con la escritura, con el poder que tengo para hacer que mucha gente lea aunque no quiera, que a todos les quede claro el mensaje, que para comprenderlo no precisen de formación académica ni de experiencias de vida porque la claridad de las ideas refleja la claridad del pensamiento y yo lo tengo todo bastante claro.

Con la primera admiradora de esta semana me quejé de que mucha gente busca mi amistad para presumir, para decir con orgullo: ¡Yo soy amigo(a) de Elsy! Y ella me preguntó si no es maravilloso. Yo le dije sí, claro, lo es, pero que de todas maneras me hacen sentir a veces como una muñeca y como soy la persona más dulce que se puedan llegar a imaginar en el trato cara a cara, el conocimiento de la persona que escribe, tanta calidad humana, hace que me adoren todavía más, que me admiren todavía más y que me quieran comer a besos. ¡Sí! Es emocionante, pero también puede llegar a ser agotador.

Con la segunda admiradora hablamos de escritura, de cómo puedo expresar ideas profundas que en algunas ocasiones pueden llegar a ser hirientes -por la contundencia de las frases- sin hacer mal uso del español y sin recurrir a palabras difíciles de entender; de cómo cualquier persona, letrada o no, puede llegar al texto y comprender lo leído sin mucho esfuerzo, de la forma más natural. Leen para llegar hasta el final y esperan el próximo post con ansiedad.

Hablamos de los lectores de este blog, de los que ella conoce y de los que yo conozco, de las reacciones que desencadenan algunas entradas, de cómo en algunas ocasiones, para algunos grandes intelectuales, es imposible expresar ideas de forma clara con palabras simples y de cómo es posible hacer que la gente empiece a leer, continúe y tenga paciencia para llegar hasta el final porque sabe que vale la pena. Eso es todo un logro.

Le dije que me emociona saber que llegan a este blog diferentes tipos de lectores: el que me admira y el que me desprecia, el que me ama y el que me odia, el que quisiera encontrarme para saludarme y el que quisiera encontrarme para matarme y le dije también que hay un grupo de lectores que son para mí el más grande motivo de orgullo. Se trata de los niños de educación básica, los lectores que se están iniciando conmigo, niños de ocho, nueve o diez años que leen cada uno de los textos que voy publicando y se entusiasman, se ríen o se enfurecen con las entradas. Le dije también que algunas personas adquirieron la costumbre de leer en voz alta para un grupo y que eso también es muy emocionante para alguien como yo.

Recuerden que me conformo con poco.

Nos separó la risa

7 Mar

Hace diez años tuve la fortuna de conocer a Andrés

Como tenemos muchos rasgos comunes nos sorprendimos al coincidir en un instante concreto de tiempo y espacio con alguien tan parecido a nosotros mismos.

Sin pensarlo mucho confiamos el uno en el otro.

Sentíamos que teníamos una misión y que no podía ser casualidad que dos personas -como él y como yo- se conocieran por casualidad, como quien no quiere la cosa.

Porque nos conocimos por casualidad el 5 de mayo de 2005.

¡Sí!

5 – 5 – 5.

El día en el que el Universo prometió que ocurrirían cosas maravillosas a quienes estuvieran preparados y él y yo estábamos preparados para lo mejor.

Y fue maravilloso conocernos como si nos conociéramos desde mucho tiempo antes y descubrir hasta el último día que no nos habíamos equivocado al confiar desde el primer momento (es importante anotar que nos conocimos a través de la escritura en una sucia sala de chat cuando la mayoría de los usuarios de esos espacios virtuales eran maricas desesperados que buscaban a alguien con quien pasar un aburrido fin de semana en un sucio cuarto de motel). ¡Ahí, en un contexto sórdido y banal, nos conocimos él y yo!

Nos escribimos menos de media hora, nos vimos cara a cara un poco después y así comenzó la historia:

Dos persona que no confían en la condición humana decidieron confiar ese día sin saber por qué y no se equivocaron.

¿No es maravilloso?

Y nos sentimos en el mundo de la Fantasía desde el primero hasta el último día.

En alguna medida el Universo nos cumplió.

***

Pasó el tiempo y aunque nos divertíamos como locos no ocurría nada realmente extraordinario aparte de la dicha de estar juntos, que no era poca cosa.

Pero nosotros queríamos mucho más, pasamos diez años esperándolo y eso que esperábamos, que no sabíamos exactamente qué era, no llegó.

Andrés es trece años menor que yo

A veces pensábamos que yo le robaba la vida mientras alargaba mi juventud de manera desproporcionada,

Con mucha avaricia.

Mucha gente lo pensaba con una mezcla de envidia y de recelo (especialmente los hombres y las mujeres, a los perros y a los gatos -en cambio- les simpatizábamos mucho cuando íbamos al parque en pareja o cuando saludábamos a la perra de la vecina).

***

Durante diez años hicimos más o menos lo mismo

Y eso no es sólo sabio sino afortunado.

Nuestras rutinas nunca nos agotaron

Nunca deseamos abandonarnos a nuestra suerte.

Como nos gusta jugar y como nuestra vida ha consistido en sonreír a costa de la tontería ajena

Ahora vamos a jugar a que paramos el juego justo de diez años

Con la ilusión de volvernos un poco serios.

Nos vamos a poner de nuevo en manos del Destino

Con la ilusión de conocer a otras personas,

Vivir otras vidas con otras personas que nos hagan ver el mundo de otra manera porque nos lo merecemos,

Mucho más él que yo porque yo he vivido más y me quedan menos años de vida si es que llegamos a morir de viejos.

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Uno de los últimos románticos

4 Mar

Jamás vistió esos insípidos trajes de gasa que todo lo dejan ver y nada adivinar. Prefería las telas que crujen, las faldas largas, murmurantes, cubiertas de lentejuelas y adornos metálicos, que obligan a una rodilla muy vigorosa a levantar con fuerza los corpiños de saltimbanqui; bailaba no con aros, por cierto, sino con pendientes que casi me atrevería a decir eran lámparas de cristal. Con gusto hubiera atado al bajo de sus faldas numerosas muñecas raras, como lo hacen las viejas bohemias que nos leen la buenaventura de una manera amenazadora y a quienes se encuentra otra vez en pleno mediodía bajo los arcos de las ruinas romanas, muy chuscas, por lo demás, pero de las que el romántico Samuel, uno de los últimos románticos que posee Francia, estaba enamorado.

Baudelaire, en La Fanfarlo