Sus sentimientos más leves que las alas de las garzas
pero fuertes como su vuelo Su virilidad la propia
de un príncipe masculino soñador y altivo Su talante
el del que no quería amar pero ama Su heredad
la tierra Los míticos cebúes blancos y rojizos
Un carruaje de madera y metal violeta oscuro
Como sus ojos Tiene la noche de Damasco en ellos
Su voz la del trueno diluida en el susurro de la brisa
Su elegancia la del caballero del desierto Sus maneras
la presencia de los antepasados orientales fumando
el hachís Batiendo el aire con las pestañas negrísimas
con un fondo morado de ojeras de adicto ancestral
***
Tendido sobre un cojín de seda verde pistacho
Sus alimentos las almendras Las aceitunas El arroz
La carne cruda con cebolla y trigo El pan ácimo
Las uvas pasas El ajonjolí El coco El yogur ácido
Sus colores el negro El azul y el magenta
Sus elementos el aire y la tierra Su presencia
la de un joven dios agrario alejando el mal invierno
Regalando su fuerza al débil del campo Su esencia
íntima la del adolescente eterno que habita
la ilusión del poeta y su locura de alcanzarlo
en su pleno tránsito fugaz hacia la madurez
familiar a los hábitos poco felices
Su sentido unánime el de la saeta y el corazón palpitante
de la agonía del éxtasis erótico Su placer el desbordamiento íntegro
del ser sobre mis sueños abandonados entre sus manos
Su eternidad en mí la del amor largamente deseado
en lo esencial de cada instante De cada poema
No doy cursos de escritura creativa ni los tomo pero anoche entre sueños se me ocurrió este ejercicio:
Ingredientes o palabras clave:
1. Paul insultando a su esposa muerta, infiel con un huésped del hotel de mala reputación (el huésped usaba una bata como la suya). Se suicidó con una barbera (máquina de afeitar) y su madre la ha maquillado como si fuera una puta. ¡Rosa odiaba el maquillaje y tenía guardado un cuello de cura! ¡Puedes vivir veinte años de mierda con una mujer y no llegas a conocerla! Dice Paul confundido, dominando por el odio y enamorado
2. El canalla sentimental. La idea
3. Diatriba de amor contra un hombre sentado. El tono enfurecido de la mujer que después de un insulto de más de cincuenta páginas le prende fuego a la silla donde está sentado el marido y lo ve arder.
4. Las letras de las canciones más dramáticas de Amy Winehouse sin perder de vista que es la mujer hombre: absolutamente sensible, entregada, posesiva, absorberte, exigente, obsesionada con el sexo y autodestructiva. Una loca o una monja invertida, depende de la perspectiva desde la que se aborde al personaje porque es un personaje, no es una persona común
¿Qué tienen en común los textos de los que vamos a partir?
Todos están enmarcados en la autoficcción.
Vamos a mezclar estas alusiones -más el tema y el tono que el contenido- y narraremos una historia vivida por mí, la distorsionaremos un poco (para que sea literatura) y al personaje masculino lo llamaremos Jim.
Jim me ha introducido en varios temas novedosos para mí. La relación entre drogas, cerebro y arte y algunas letras de canciones de artistas ingleses. Cantantes-poetas-filósofos-sensibles.
El ejercicio consiste en escribir tres letras de canciones en español y mostrar la versión en en inglés usando en traductor de Google. En este post va incluido el primer poema. Los dos restantes irán en post individual y los tres se enlazarán con la etiqueta Proyecto Jim.
Estos son los títulos de las canciones:
Las mujeres tienen memoria de elefante.
Jim: devuélveme los libros
Poesía es verdad, verdad es poesía.
Es un ejercicio de autoficción mezclado con intertextualidad.
¡Comencemos!
****
Las mujeres tienen memoria de elefante
Las mujeres y los elefantes jamás olvidan un agravio.
Somos amigos desde hace cuatro años
Y desde hace seis meses nuestra amistad se hizo más profunda
Llegamos a convertirnos en los mejores amigos.
Tanto que terminamos bebiendo y fumando la planta sagrada en un gotero.
El primer beso fue un beso sangrante y bebí mi propia sangre
Los segundos besos fueron un poco más apasionados (en el sofá de Edgar)
La tercera vez fue un espectáculo para mí misma
La cuarta fue en completa lucidez
Y la última fue la mejor de todas
Especialmente cuando vimos El amante
Y reímos como locos recordando algunos pasajes de Luna amarga.
Sospecho que ninguno de los dos sospechaba que era la última vez.
Los dos últimos meses hemos peleado mucho por escrito
Hemos hablado dos veces por teléfono
Hemos dicho que nos veremos más de cinco veces
Hemos dicho que no nos volveremos a ver nunca más de siete veces.
Fin
***
Ahora la versión en inglés (tú y yo sabemos que en inglés todo parece más profundo y poético)
We are friends for four years
And last six months our friendship deepened
We arrived to become best friends.
Thus we ended up drinking and smoking the sacred plant in an eyedropper.
The first kiss was a bloody kiss and drank my own blood
The second kisses were a little more passionate (on the couch Edgar)
The third time was a show for myself
The fourth was in complete lucidity
And the last was the best of all
Especially when we saw Lover
And we laugh like crazy remembering some passages of bitter moon.
I suspect that neither suspected it was the last time.
The last two months have fought much in writing
We have spoken twice by phone
We have said that we will be more than five times
We have said that we will not see again seven times.
Cuando me encuentro con la gente siempre me preguntan por qué escribo tanto.
Preguntan si programo los tuits para que se publiquen solos y si tengo un plan de trabajo para escribir en el blog.
Yo sonrío con dulzura y les digo que no, que todo fluye siempre de forma natural.
Pero ocurre algo extraño: cada cierto tiempo -mientras estoy sentada leyendo- (nunca me pasa mientra almuerzo o mientra camino), siento que estoy pasando por un muy mal momento, que he dejado de escribir, que ya no es como antes, que se esfumó la inspiración, que ya exprimí todos los recuerdos y sensaciones y que llegará un día en el que deje de escribir. Siento que ya dije todo lo que tenía que decir y pienso que seguramente lo mejor -relacionado con procesos de escritura- no es lo que está por venir sino lo que ya pasó.
Pero luego me animo y pienso que mis autores favoritos tienen más de setenta y cinco años o ya están muertos y yo apenas tengo 46 y llevo más de quince escribiendo y pienso también que no es poco lo que he escrito. Pienso que si todo lo que he escrito en internet lo publicara en libros armaría una pequeña biblioteca.
No leo lo que escribo porque -como los grandes- escribo para olvidar. No es una pose ni es una frase bonita. Es cierto: se escribe para olvidar.
Desde hace seis meses estoy viviendo una experiencia nueva con un hombre encantador, es tan fuerte esa experiencia que no me deja energía para escribir, es el tipo de experiencia que necesita convertirse en recuerdo para que pueda ser plasmada, necesita distancia y ser vista desde diversas perspectivas.
Lo único que se me ocurre en este momento -para que se hagan una idea de lo que vendrá después- es compartir el fragmento de un mensaje largo que me envió anoche mientras yo dormía profundamente:
Es a ti a quien odiaba como nunca te había odiado. Nada justificaba mi rabia, lo sé -yo te había maltratado y tú eras libre de salir con quien quisieras-, pero, víctima de mi propia miseria, me sentía intoxicado por el rencor y quería una venganza. Celos, despecho, pura abyección: esa noche supe lo que es sentir un ataque de celos -nunca he vuelto a caer tan bajo. Caminé entonces hasta tu departamento, engatusé con mis conocidas mañas al portero del edificio para que me abriese la puerta, subí al piso nueve y te esperé en la puerta. Me da vergüenza decirte el plan que tramé contra ti, pero te lo digo igual: cuando te viera llegar sola, después de que hubieras gozado con Rafael, sólo quería decirte puta, y luego besarte violenta, apasionadamente. ¿Por qué sentí esos celos tan sórdidos? ¿Por qué quería agredirte, si era yo quien te había apartado bruscamente de mi vida? No lo sé, Melanie. No tengo idea. Sólo te cuento lo que sentí y pensé aquella noche mala. Por suerte, nunca llegaste. Te esperé hasta las cuatro de la mañana y me cansé de esperarte. ¿Sabes lo que hice antes de irme? Tan cegado estaba por la furia y el deseo que, de pie frente a la puerta de tu casa, me toqué con violencia, pensando en ti y en Rafael y en mí, y dejé en el suelo las manchas húmedas de mi derrota. Te prometo que nunca más dejaré, en la puerta de tu casa, las huellas de mis ardores confundidos.
Eres gordita
no paras de fumar
(pero nunca fumas a mi lado
y te adoro por eso)
hablas como cantando un bolero tristón
tus ojitos cansados ruegan amor
y no hay nada que te guste más
que tomar champagne con los amigos
en esa espléndida terraza
frente al cerro santa lucía
no me has contado tu vida
pero sé que necesitas desesperadamente
un poco de amor
los labios de un hombre devorándote
el incendio de su piel con la tuya
tres orgasmos seguidos/por qué no
con un amante sucio
que se revuelque contigo
arriba del cerro santa lucía
o en la cama trajinada
de un motel de paso
sé que estás solísima
y el amor es una idea borrosa
y nunca un guapo se perdió en tus labios
sé que nadie te quiere a morir
ni siquiera tú misma
pues el otro día te pregunté
tomándonos una copa en la terraza
por qué tienes un hueco en el pelo
y me dijiste con una sonrisa desolada
porque a veces me vuelvo loca
me arranco mechones
y me tiro a llorar
en el piso del baño
quiero darte un consejo
con todo el cariño
que me inspira tu voz dulce
y sin embargo fatigada:
quiérete mucho
como nadie te enseñó a quererte
y suéltate el pelo
y deja de llorar en el baño
(sólo porque no encuentras a un hombre
que se encienda contigo)
y no fumes más
anda al gimnasio
ponte a trotar
suda tu pancita con cien abdominales
mírate rico en el espejo
y juega contigo en las noches
tócate/mímate/quiérete harto
hasta que llegue un hombre
que sepa querete y tocarte
mejor que tú misma
no sigas jalándote el pelo
porque así sólo vas a encontrar
a un hombre abusivo
que terminará de arrancarte
el poco pelo
que aún tengas
bota el cigarro
anda al gimnasio
y hazme caso
sé tu misma
el amante
que no encuentras
Este ha sido un año diferente a todos los demás en los últimos diez años. He deseado volar, me ha perseguido el afán de santidad, quiero escribir crítica positiva, quiero hacer reír sin herir, he devenido en conquistadora y me he entregado complemente al amor de un hombre al que no conozco ni veré jamás pero que sabe cómo calentarme los ojos y los oídos con dibujos, fotografías, canciones, llamadas de cinco horas, citas fallidas, tonos de voz cambiantes, ausencias abruptas, apariciones apoteósicas, chistes buenísimos, historias asombrosas y libros sorprendentes, tengo un pretendiente 22 años menor que yo y a veces pienso que debería darle el sí porque nunca ningún hombre en la vida me ha adorado y deseado tanto como él sin haberme visto (me lo dijo todo en una conversación de tres horas esta semana, un récord absoluto el de este joven encantador y muy apasionado). Toda su admiración nace de una idea que ha armado de mí leyendo lo que escribo aquí y en mi cuenta de Twitter. No es la primera vez que pasa, estoy acostumbrada a ese tipo de reacciones y lo más seguro es que cuando me vea y descubra que soy un simple ser humano, una señora que camina por ahí mirando culos como todos los demás, el ídolo hecho de palabras se derretirá ante su presencia por aquello de que si te gustó el libro no conozcas al autor y porque la escritura siempre será superior y mucho más poderosa que la persona que se sienta frente al teclado y ve como las palabras se van poniendo una al lado de la otra sin pasión y con mucha seriedad y, además, porque la señora que escribe no habla como la señora que se sienta frente al teclado porque soy una persona común que casi siempre anda muerta de la risa con lo que oye y con lo que ve. Soy una persona común pero él quiere verme convertida en su maestra, quiere erudición, quiere ver como mi cerebro se manifiesta a través de mis ojos y mi boca pero también quiere mucho sexo y cree que yo sería la persona más indicada para hacer realidad sus sueños… Pero hay algo mucho más poderoso que parece estar tomando forma en lo más interno de mi ser interior: el deseo de escribir crítica literaria con la misma rigurosidad de hace quince años pero en otro tono, una especie de crítica literaria artística. Mi alma me dice que me consagre a la lectura de forma seria, mucho más seria que en los últimos diez años.
También quiero pelear con la autora de este libro:
Definitivamente este es un año diferente a todos los demás en los últimos diez años.
Odette lo fascina porque es impenetrable. No su cuerpo: su conciencia. Como la amada ideal de los poetas provenzales, es inalcanzable. Lo es, a pesar de la facilidad con que se entrega, por el mero hecho de existir. Odette es infiel y miente sin cesar pero, si fuese sincera y fiel, también sería inaccesible. Swann la puede tocar y poseer, la puede aislar y encerrar, puede convertirla en su esclava: una parte de ella se le escapará. Odette será siempre otra. ¿Odette existe realmente o es una ficción de su amante? El sufrimiento de Swann es real: ¿también es real la mujer que lo causa? Sí, es una presencia, un rostro, un cuerpo, un olor y un pasado que no serán nunca suyos. La presencia es real y es impenetrable: ¿qué hay detrás de esos ojos, esa boca, esos senos? Swann nunca lo sabrá. Tal vez ni la misma Odette lo sabe; no sólo miente a su amante: se miente a ella misma.
El furor amoroso de Simetha parece inspirado por Pan, el dios sexual de pezuñas de macho cabrío, cuya carrera hace temblar al bosque y cuyo hálito sacude los follajes y provoca el delirio de las hembras. Sexualidad pura. Pero una vez cumplido el rito, Simetha se calma como, bajo la influencia de la luna, se calma el oleaje y se aquieta el viento en la arboleda.
Sufriré por lo tanto con el otro, pero sin exagerar, sin perderme. A esta conducta, a la vez muy afectiva y muy controlada, muy amorosa y muy pulcra, se le podría dar un nombre: es la delicadeza: es como la forma “sana” (civilizada, artística) de la compasión. (Até es la diosa del extravío pero Platón habla de la delicadeza de Até: su pie es alado, apenas toca el suelo.
Roland Barthes, en Fragmentos de un discurso amoroso
E. Ella. La protagonista de esta triste historia.
A. Una relación de diez años con E. Tres de convivencia (que acabaron con el amor).
B. Una amistad de cuatro años con E. que parecía amor no manifiesto. Una especie de amor platónico fruto de la mutua admiración desmedida que jamás llegó a convertirse en discurso amoroso por exceso de timidez y respeto excesivo de los participantes. Una amistad nerviosa, casi como la de Carlota y el pobre Werther.
C. Una declaración de admiración desmedida durante un mes que terminó sumida en el silencio y sin que los participantes se hayan visto cara a cara (¿porque el Destino no lo quiso?). C. logró desplazar de la mente de E. a A. y a B. porque es un absoluto amante latino: conquista con dibujos, canciones, conversaciones de índole intelectual con alto contenido sexual (vía telefónica, mensajes privados en Twitter y conversaciones de cuatro horas vía Whatsapp). Es lo que llamaríamos en un texto de biología un macho dominante.
E. sufre porque está obsesionada con los procesos de observación, comprensión e interpretación de textos de toda índole y el discurso amoroso y las acciones e intenciones de los participantes no le son ajenas. Después de una cadena de hechos que superan su entendimiento no ha podido llegar a comprender cuál era la intención de C. A veces se pregunta si no se trató de una conquista de venganza. Si hay porno de venganza puede haber conquista de venganza, pero, entonces surge otra pregunta: ¿A quién estaba vengando C.? ¿Por qué tanto despliegue de talento, memoria, tiempo y energía con el único propósito de que E. terminara locamente enamorada de C. si la única intención consistía en dejarla aturdida y abatida ante el más aplastante Silencio?
¿Por qué? Si se trata de un juego es muy divertido y si se trata de una venganza es una dulce venganza, tan dulce que puede ser narrada sin lágrimas y sin suspiros.
A. era recordado con cierta nostalgia y aunque no se abrigaba el deseo de reanudar el idilio amoroso se vivía a su lado una especie de «bonita amistad», recuerdo del viejo amor que se tuvieron y que C. destruyó para siempre porque durante un mes trastornó la mente de la protagonista de esta triste historia, se insertó de tal modo en lo más íntimo de su ser hasta el límite de convertir a A. en un amigo lejano y B. en un amigo más.
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