Archivo | septiembre, 2013

En la revista Jetset deben sentir compasión por Virginia Mayer

30 Sep

Ayer encontré sin querer este video. Virginia Mayer de nuevo.  Ahora con sus frases célebres:

– Yo soy muy valiente,  soy muy valiente,  muy valiente….

– Soy temeraria, que es  un sinónimo de estúpida, pero es un poco valiente.

– Hablo sin pelos en la lengua.

–  No tengo temores ni miedos y no tengo vergüenzas.

– Yo digo las cosas como las pienso y las siento y pienso  que de eso  no hay mucho en Colombia y menos en la voz de una mujer.

– El éxito de mi columna es mi voz, siendo  que es una mujer, contando  y  diciendo las cosas que digo.

–  El hecho de que yo no combine con esta sociedad retrógrada del Sagrado Corazón es un constante motor para mí.

– ¡Soy una rebelde!

– Yo soy sencilla.

– No me las doy de nada.

– Soy lo que ven.

Lo que vemos es a una muchacha insegura, tímida, más gorda que en el último video, deseosa de ser admirada. Inspira compasión.

¿Por qué hay gente así?

 

La guerra contra las mujeres

29 Sep

Soy bloguera desde hace nueve años pero tengo blog en esta comunidad apenas desde febrero y hay un dato que me tiene impactada: los temas más populares, los más leídos, son los relacionados con nombres propios -con autores- pero los primeros siete son sobre mujeres. Vende escribir sobre mujeres, vende analizarlas y criticarlas y parece que funciona más la estrategia si quien se toma el trabajo de hacerlo es otra mujer.

Si he cautivado una audiencia dispuesta a leer cada texto que escribo no ha sido por ser amiga de los escritores que venden más libros, publican en más revistas y tienen los mejores contactos, por decir que Alberto Salcedo Ramos es el mejor cronista, Héctor Abad Facilonce y  Ricardo Silva Romero los herederos indiscutibles de Proust, Joyce, Musil, Kafka… y  Daniel Samper Ospina un gran columnista, humorista, periodista… Es muy fácil decirlo, todos lo dicen y todos lo creen. No tiene sentido repetirlo de nuevo para sentirme inteligente, profunda y enterada.

Mi apuesta es un poco más arriesgada: consiste en decir que no es cierto lo que se dice sobre el buen momento por el que pasa la literatura colombiana. Para mí el único escritor vivo que saca la cara por esta pobre patria es Fernando Vallejo, que no es poca cosa. El autor de La virgen de los sicarios y El desbarrancadero es, quizá, uno de los escritores más brillantes de la historia de la literatura, un clásico vivo, duélale a quien le duela.

A continuación el titulo de los posts más leídos siendo el primero el más popular de todos los publicados durante casi un año.

1. El periodismo de investigación de Virginia Mayer

2. Margarita Posada: una puta vieja

3. Emprendedores colombiano en la red: el caso Catalina Alba

4. Carolina Sanín se desnuda para El Espacio

5. Mario Mendoza y Antonio García Ángel

6. Luis H. Aristizábal: maestro del aforismo en Twitter

7. Emprendedores colombianos en la red: el caso Adrián Peláez

8. Sexualidad femenina según cien mujeres típicas de la revista SoHo

9. Masturbación a la carta (sobre Virginia Mayer)

10. Twitter le cambió la vida a Virginia Mayer

Los diez textos son de denuncia, los diez son sobre diferentes formas de engaño, sea desde la literatura, el periodismo, la vida intelectual o el marketing. 

 

 

Fotografía digital y fotografía analógica

28 Sep

Image

Esta fotografía es de 2010

Es una fotografía tomada por mí misma con una cámara digital que regalé porque no quiero más fotografías en redes sociales.

Ayer mi hermana me mostró fotos recientes de imágenes captadas con cámara analógica.

Una belleza, ahí sí está en alma de las personas para ser conservadas en el álbum familiar.

En estas fotos para compartir en redes sociales sonrío como no sonreiría nunca,

Son fotos falsas, imágenes falsas.

En las fotos de mi hermana se ve mi esencia, la dulzura de mis buenos modales,

Ella me quiere más cuando me ve en sus fotografías.

Matices de la realidad

21 Sep

El discurso sobre las drogas se ha traspasado, a lo largo del tiempo, de una sustancia a otra, borrando en cada momento los matices de la realidad. La visión homogeneizante impide ver la diferencia radical que existe entre los consumidores: un mama arhuaco que encuentra en el mambeo un camino a la sabiduría, un yuppie deseoso de eficiencia que mete compulsivamente cocaína, un indígena embera que consume chicha para una sesión de sanación, un asesino que se da en la cabeza con roches, una mujer triste que busca en los antidepresivos un aliento para su alma, un consumidor de basuco que ha soplado todo su patrimonio, un marihuanero expulsado de la universidad, un indígena que no abandona su botella de aguardiente Platino, un intelectual vencido por el alcohol.

Alonso Salazar, en Drogas y narcotráfico en Colombia. Bogotá, Planeta. 2001.

Soy un ser extraordinario

21 Sep

Todos los hombres, en todos los momentos y bajo todas las latitudes se entregan a la droga. Esta conducta, entre muchas otras, nos distingue de las criaturas del reino animal.

Aquellos seres extraordinarios que saben o pueden vivir sin drogas los denominamos según nuestras culturas, sabios, justos y santos.

Michel Serres

Cara de culo

20 Sep

Casi toda la gente que me simpatiza es gente furiosa.

Nos reunimos cada cierto tiempo a recordar que todo está peor que la última vez.

Que la miseria de mañana será peor que la de hoy.

Siempre son hombres.

Mayores o menores que yo pero hombres en todo caso.

Hombres masculinos.

No he conocido mujeres con las que me reúna a ser tan pesimista como con ellos.

Mis amigos son  sensibles pero furiosos.

Y la furia los lleva a usar malas palabras.

A mí me gusta oírlos, no son  maleducados,

Son  bonitos y de buenos modales.

Sonrientes y tranquilos como yo.

Relajados y con mucho tiempo libre.

***

Pero hay realidades que sólo se pueden expresar con malas palabras y con furia.

El miércoles me encontré con uno de mis amigos furiosos con el mundo pero amables conmigo (siempre son amables conmigo).

Hablamos de políticos corruptos,

De los políticos que se merecen los colombianos.

De la miseria de la gente que trabaja ocho horas diarias y tarda tres horas en un bus apestoso mientras va del trabajo a la casa y de la casa al trabajo. Gente con el derecho a llegar e darle en la jeta a la mujer y a los hijos porque están desesperados.

De los sueldos miserables.

De la televisión inmunda.

De la gente estúpida de nacimiento.

De las putas.

De los traquetos.

De los teléfonos inteligentes.

Mi amigo decía cada vez que pensaba en la pobre humanidad sin conciencia de la miseria en que vive: «si yo viviera en esas condiciones andaría siempre con cara de culo».

Cada uno de mis amigos tiene sus propias frases, sus propias palabras,

Pero lo fascinante de ellos es que, como son niños bonitos, todo se les ve bien.

Usó la expresión «cara de culo» más de seis veces, nunca se la había oído decir antes y con tanto énfasis.

Esta mañana, mientras iba en mi bus apestoso recordé su furia, su rostro diciendo «cara de culo»,

Miré a la gente con cara de culo que iba al lado mío y los comprendí un poco.

Sexualidad femenina según cien mujeres típicas de la revista SoHo

15 Sep

La revista SoHo es la revista que se merecen los colombianos «cultos» y con «clase», es una revista para lectores ignorantes, deseosos de consumir las grandes marcas aunque sea con los ojos. El lector que se configura en esa revista  es alguien  seguro de que allí publican los grandes cronistas colombianos, por ejemplo Alberto Salcedo Ramos, quien destroza, por ejemplo, a Silvestre Dangond. Allí también se consagran como humoristas los mejores tuiteros de Colombia, que son los mismos diez periodistas que publican en casi todas las revistas «culturales» y de farándula, porque de algo tienen que sobrevivir.

El gancho son las mujeres y la mujer ideal es tetona y culona, con cara de puta o con cara de ángel. Por allí pasan las mujeres que quieren ser recordadas porque fueron modelos, presentadoras, actrices… o simplemente porque la revista SoHo es la mejor pasarela para conseguir el novio o el amante que configura  a través de la publicidad y las «crónicas» que allí se presentan. El lector ideal es un hombre «con clase», es decir con el dinero suficiente para conquistar a una de estas princesas y la princesa considera que «buen gusto» es sinónimo  de cuánto pagó el traqueto por el cuarto donde sació sus fantasías con la princesa.

La revista siempre presenta consejos para conquistar mujeres, lecciones para hombres deseosos de tener sexo con  esas mujeres, con el tipo de mujeres que posan para la revista SoHo: qué comprarle,  a dónde llevarla, qué decirle, cómo hacerle sentir que vale la pena quitarse la ropa después de tantas atenciones.

Y como es una revista para hombres convocan cada cierto tiempo a las mujeres que han pasado por allí, a las más deseadas, para que hablen de sexo con descaro, como las putas que quieren representar a través del cuerpo y del discurso.

En el último número contactaron a cien (todas para casarse) y les hicieron cien preguntas sobre «todo» lo que piensan de los hombres.  Hoy nos vamos a ocupar de ese esperpento. Vamos a analizar algunas respuestas y vamos a hacer algunos contrastes.

1) La colonia para hombre que más le gusta a las mujeres: Giorgio Armani, Hugo Boss, Chanel, Carolina Herrera…. Estas muchachas saben de colonias «finas» para hombres. Esas mismas mujeres sofisticadas se expresan de esta manera: «me encantan los hombres con tatuajes, eso sí, nada de Bart Simpson o tribales boleta». La autora de esa respuesta tan elaborada es Sylvana Gómez. No me imagino a esta niña usando la palabra boleta mientras degusta el «mejor vino» en el «mejor restaurante» antes de ir al mejor motel con su amante de turno. No olvidemos que cuando Sylvana se desnudó en la revista nos confesó que es putísima de corazón.

2) Uno de los asuntos más trascendentales discutidos en casi todos los números de la revista SoHo es el vello, el femenino y el masculino. Hay varias preguntas sobre la importancia de este detalle tan trascendental para la puta bien preparada. La conclusión de la princesa depilada siempre lista para satisfacer es contundente: «¿Uno tiene que sacrificarse cada 15 días haciéndose la cera, y el man pretende que a uno le guste eso al natural? ¡Guácala!». Esta respuesta es menos elegante que la de Sylvana y deja ver a una mujer que lucha por sus derechos, pero son unos derechos muy estúpidos, ella quiere que el hombre esté al nivel de ella para satisfacer un deseo elemental: el sexo. Esta puta fina usa la horrorosa palabra man y la horrible expresión guácala. Lástima el vino, la colonia, el restaurante… con esta princesa tan poco sofisticada.

3) Le preguntaron a las cien princesas cuál es el peor defecto de personalidad que puede tener un hombre y la respuesta más frecuente fue tacaño o líchigo. Era de esperarse, estas damas, que son las mismas de los programas de mujeres en W radio y en Blu Radio trabajan pero exigen que los hombres derrochen con ellas porque es la única forma de conquistarlas. ¡asqueroso por donde se mire! Todavía siguen viendo el sexo como un intercambio, como un sacrificio que la mujer hace después de que el hombre se ha esforzado mucho o ha invertido lo suficiente para que merezca el premio. Se jactan de ser las putas más rebeldes -bestias depiladas hambrientas de sexo- pero sólo son mujeres interesadas en hacerse pagar, en cobrar por los servicios sexuales. Tiene que valer la pena el dolor padecido durante la cera.

4) El 78% de las princesas saldrían con un hombre feo. Conclusión: lo único que les importa es el dinero y los objetos que puedan recibir de estos hombres. ¿Qué tiene de excitante un hombre feo depilado y con olor a colonia cara? Es más asqueroso que un hombre común que huele a jabón.

5) No les importa que el hombre de turno sea calvo, muy gordo o muy delgado. Las princesas no hablan de sentimientos pero el cuerpo tampoco es que les importe. Como en Colombia la mayoría de los hombres soy feos, enanos, sin gracia… ellas se conforman con estos hombres desagradables, lo importante es que paguen la cuenta en «un buen sitio» y nada más. ¿Por qué quieren ver depilados a estos esperpentos?

6) ¿Cuál marca de reloj le gusta que tenga un hombre? Rolex, Tag Heuer, Tissot, Swatch, Cartier.

7) Al 88% de las princesas les gustan los hombres caballerosos, es decir, los que pagan la cuenta.

8) El 68% de las princesas saldrían con un hombre mucho mayor que ella, para que paguen la cuenta.

9) Las preguntas relacionadas con sexo son las que más delatan a las princesas. Al 80% les gustan los juguetes sexuales, al 73% les gustan las parejas bastante recorridas,  el 83% han fingido orgasmos, el 23% han tenido sexo con más de 21 hombres, al 69% le gustaría un trío con dos hombres, pero sólo al  19% les gusta el sexo anal. Estas princesas quieren parecer recorridísimas, putísimas… pero la pregunta que uno se hace es: ¿con tanta juguetería, con tantos amantes, con dos hombres disponibles sueñan con un trío para que cada hombre le succione en simultánea cada uno una teta?

Conclusión: o las princesas son muy brutas, burdas, machistas, estúpidas, interesadas, mentirosas o, bien, modificaron algunas respuestas de las princesas para que éstas coincidieran con las políticas de la revista.

El mejor café del mundo

4 Sep

Mi mamá me convirtió en adicta al café. No recuerdo cuándo empezó a llevármelo a las seis de la mañana todos los días y cuando me dejaron viviendo sola, siendo apenas una infante de diecinueve años, empecé a prepararlo yo misma.

Comencé con uno dos o tres horas antes del desayuno y después aprendí a gozar el placer del café después del almuerzo. Como en mi casa también toman café cuando vienen de visita lo comparto con ellos y si conozco a alguien siempre le pido que nos tomemos un cafecito (si tengo hambre, con leche. Pero eso no ocurre casi nunca). Hay noches en las que no duermo porque me he encontrado con varias personas y con todas he bebido una taza de café o hasta dos o tres. Hasta quedar temblando de emoción porque disfruto conversando y porque el café es una especie de droga para el cerebro. Mientras pasa el insomnio de esa noche disfruto pensando que valió la pena disfrutar tanto y que habrá otras noches para dormir sin pensar de la forma en que me pone a pensar el café acumulado durante el día.

El café sabe mejor en un café que en una panadería, pero el mejor café, el que más disfruto y  el que más deseo, es el café que preparo yo misma y saboreo muy despacio, con ojos y sonrisa que nadie conoce, ni siquiera yo.

Una fantasía era recibir café por correo, suelo recibir libros y, claro, me emociono, me gusta que los libros viajen en aviones y camiones hasta que llegan a mí; pero siempre había soñado con probar café que viniera de otras manos, no de un supermercado.

El milagro se dio: la semana pasada estaba hablando del placer de tomar café con dos o tres tuiteras y  a través de un mensaje privado @SergioAL_ me preguntó si me gustaría recibir un café del Quindío y yo encantada le dije que sí, que claro, que me encantaría recibir café. El lo envió el viernes y llegó hasta el lunes. Pasé el fin de semana ansiosa imaginando el placer que sentiría cuando lo probara. Cuando llegó lo destapé y el empaque era mucho más vistoso de que lo me hubiera imaginado. Esperaba terminar el que me queda del paquete anterior pero hoy estaba dichosa después del almuerzo y decidí probarlo de una vez.

Es una delicia, no sé describir las cualidades del café. Lo disfruté desde cuando destapé la bolsa, dejé caer un poquito en un recipiente para olerlo, puse a calentar el agua, la mezclé con el café y lo empecé a saborear. Han pasado más de dos horas y todavía tengo intacta la sensación. ¡lástima no saber de café para describirla!

Le reporté a mi amigo tuitero el placer que me espera mientras termino el regalo y él me respondió con un: «en serio? Así de bueno? Qué bien. Podrías organizar una sección con lo que te pueda ir enviando».

Pueden envidiarme: pocas personas disfrutan como disfruto yo de los placeres privados. Espero hacer el reporte de lo que me vaya enviando nuestro amigo complaciente con las mujeres sensibles.

Amores con fluidos y amores sin fluidos (ocho historias)

1 Sep

Este es un relato de diez páginas, la introducción será de una (esta es la introducción) y cada historia será de una página también. Es un ejercicio de estilo pero es también un juego. Puedes leer una historia cada día –durante diez días- porque probablemente no tengas el valor de disfrutarlas todas de una sola vez o tal vez quieras disfrutar este manjar con calma, con mi misma calma y mi mismo placer. Yo sintetizaré al máximo y tú leerás despacio y volverás a leer después hasta que aprendas cada historia de memoria, palabra por palabra. Lo harás porque yo soy así y tú querrás ser como yo: si algo me gusta quiero disfrutarlo hasta el final. Para ganar espacio cada historia será un largo párrafo de una página (quedarás sin aliento). Los amores son reales, no vamos a discutir teorías sobre el amor, vamos a narrar historias de amor; vas a conocer la forma en que yo vivo la experiencia más importante para un ser humano, porque lo es ¿a quién queremos engañar? Serán historias sin mentiras pero sin vulgaridad, sin palabras desagradables pero sin ocultar ni omitir detalles. No leerás historias con mujeres porque me gustan los hombres, no habrá trucos porque no intento venderte nada, no habrá retórica porque no pretendo convencerte de nada. Sólo quiero saciar un deseo a partir de la lectura de El cielo es azul, la tierra blanca, de Hiromi Kawakami. El título del texto no es original, surgió de una conversación en Twitter con @jairogarciacol, él me recomendó el libro porque se imaginaba que así era mi relación con Andrés (uno de mis amores con fluidos). Usó la expresión amores sin fluidos y desde ese momento estoy obsesionada con la idea de escribir sobre mis amores desde esa perspectiva.

Amor número uno (con fluidos). “¡No me haga más brujería!”.

Yo tengo 18 y él 17, estudiamos juntos. Él no tiene novia y yo tengo un amor sin fluidos: él tiene 44 y yo estoy a punto de cumplir 19. El joven de 17 se entusiasmó con la idea de conocer mis tetas y hará todo lo posible por verlas, tocarlas, sentirlas. El señor de 44 es un hombre de ojos azules y pelo negro, al  estilo del personaje de Marguerite Duras. Nos reunimos cada semana para mirarnos los ojos, comer, beber, reír, oír música y recordar con dolor que lo nuestro es un amor imposible porque yo soy muy joven y muy culta y él es muy casado y muy comprometido. Ni siquiera nos tocamos las manos y yo me refiero a él como Don por respeto a su edad y a su experiencia. El joven de 17 es maravilloso como novio y como amante pero se enloquece de celos con mi amor sin fluidos porque los amores sin fluidos son más intensos que los amores con fluidos. Los tres protagonizamos una escena maravillosa: una cita con mi amor sin fluidos para decirle que mi amor con fluidos ve a lo lejos cómo le digo que lo cité para decirle que decidí enamorarme del chico de 17. Mis amores con fluidos son intensos y prolongados; fueron trece años de sexo, paseos, risas, caricaturas y al final se acabó. Él no se podía separar de mí ni yo de él, pero yo no quería casarme ni tener hijos y él quería ser un hombre feliz y realizado como adulto. Decía que yo le había dañado la vida, no podía vivir sin mí, no podía gozar con otras como gozaba conmigo. Una tarde en medio de su desesperación me gritó con furia: “¡No me haga más brujería!”. Ese día supe cuánto me quería, cuánto le gustaba, cómo sufría porque no podía vivir sin mí.  Después de mucho tiempo el joven se casó con una mujer venezolana que seguramente conoció en un chat, tienen una hija y no se ven felices en sus fotografías de Facebook.

Amor número dos (sin fluidos). Un hombre de ojos azules. Sus ojos se ven más azules si usa camisa azul y se ven verdes si usa camisa verde. Simplemente adorable.

El amor sin fluidos con el señor formal de 44 fue inolvidable durante mucho tiempo porque duró apenas un año. No tuvimos tiempo para hartarnos el uno del otro y como no había fluidos de por medio había muchos motivos para vernos y muchos  eventos para recordar -porque el amor sin sexo es más excitante que el amor con sexo- porque cuando un hombre y una mujer desean verse y se ven y sólo hablan, beben, sonríen, se repiten en cada encuentro cómo son de felices uno al lado del otro y no se tocan ni una mano, terminan más ansiosos cuando se despiden que cuando se encuentran, es una amistad enloquecida, una experiencia más  idealizada que el desenlace natural del deseo expresado a través del cuerpo. Mientras era la novia del joven de 17, 18, 19, 20… 30 recordaba cada día con tristeza al señor de 44 que abandoné para darle seguridad al niño de 17. Nos encontramos dos o tres veces más para verlo llorar, para oírlo decir que no se quería enamorar pero que era inevitable, ¡sí! como el amante chino de Marguerite Duras. Yo no decía nada pero sentía mucho. Todavía siento, mientras escribo recuerdo que varias veces he pensado que quizá haya muerto. Han pasado más de veinte años desde cuando nos vimos la última vez y quizá ha sido el amor sin fluidos más intenso que he vivido porque fue el primero o porque el niño celoso siempre se interpuso entre nosotros o porque era muy gracioso imaginar lo que la gente imaginaba cuando veía el mismo carro parqueado siempre en el mismo lugar con un hombre viejo y una mujer joven. En el carro oíamos música triste, música de gente vieja, claro.

Amor número tres (con fluidos) Una sola noche para desear muchas otras más.

La fantasía de hombres y mujeres es volver a su estado animal, asumir el comportamiento de las bestias para olvidar la miseria de la vida, para divertirse o para saciar el deseo. Mis amores con fluidos casi siempre han empezado así y me gusta porque no soporto las declaraciones de amor ni el trabajo que el hombre hace para cortejar a la dama. Cuando un hombre se muestra deseoso de conquistarme me enternece, nunca terminamos en nada, cuando un hombre me desea y sabe cómo hacérmelo saber sin misterios ni frases estúpidas normalmente se sorprende al observar cómo era más fácil de lo imaginado. Ha pasado tres veces y lo triste y lo bello de esas experiencias extrañas es que pasa una noche y nunca más porque la experiencia no fue tan agradable como para que empezara el amor. Cuando el sexo lleva al amor, cuando un hombre y una mujer  no se conocen o se conocen muy poco se contactan muy bien a través del sexo y puede ser el comienzo del amor, así ha ocurrido con mis dos grandes amores. Aunque me gustan los amores sin fluidos no me llevo bien con la abstinencia o con la sublimación del deseo a través del arte, la oración o la contemplación, prefiero que todo fluya de forma natural, sin forzar nada. El hombre de este pobre relato es un hombre que debe abundar en todos los tiempos, es el hombre que desea a las mujeres pero no desea nada más, sólo desea y ya. Así el sexo no vale la pena porque es vivir la vida en estado de bestialidad total y al placer no se llega a través del cuerpo sino del cerebro, la imaginación y la admiración que otro ser humano nos puede provocar a través del cuerpo. El cuerpo es el vehículo pero el cerebro es el que goza.

Amor número cuatro (sin fluidos). La pasión de hablar por teléfono.

Antes de que el teléfono se convirtiera en objeto de estatus me gustaba hablar a través de ese medio, hablaba durante horas cada noche y siempre con el mismo hombre. El recibo de pago se convertía en una especie de fetiche que daba cuenta de las horas diarias que transcurrían con tanta felicidad. Cuando tenía 19 –por medio de mi amor de 44- conocí a un hombre apasionadísimo con el que nos besamos dos veces, leíamos libros en los parques, bailábamos boleros en la sala de su casa y hablábamos de manera descarada por teléfono sobre lo que él soñaba que yo hacía con el señor respetuoso o con él. No podía entender tanta formalidad entre dos personas que se amaban. Ese hombre me enseñó el placer de hablar por teléfono y luego tuve tres amores sin fluidos con los que el teléfono fijo y la cita cada noche para hablar durante más de dos horas se constituyó en el centro de un sentimiento muy fuerte. El teléfono cumplía la función de los chats de ahora, pero era mucho más emocionante porque había una voz de por medio, había risas, lecturas, confesiones, preguntas atrevidas y palabras que no se pronuncian cara a cara. Este hombre era el término medio entre un amor con fluidos y otro sin fluidos. ¿Traicionaba a mi niño de 17 porque le di dos besos apasionados a este hombre de 27 o de 28? No, creo que no. ¿Traicionaba al señor de 44 porque hablaba por teléfono con un amigo suyo y nos burlábamos un poco de la relación tan formal y tan casta que teníamos él y yo? No,  creo que no.

Amor número cinco (sin fluidos) ¡Usted no me ha visto en bata!

Mis amores con fluidos están relacionados con sentimientos, mis amores sin fluidos están relacionados con libros, películas, frustraciones o timidez. Este amor sin fluidos es uno de los más intensos que he vivido: mi hermana admira a su profesor y me habla de sus clases con él. Yo estudiaré lo mismo que ella y su profesor puede ser también mi profesor. Desde el primer día de clase trato de adivinar quién es ese hombre apasionado con la lectura y  la literatura. Cuando lo identifico quiero ver todas las materias con él. Y es admirable. Quiero ser su monitora también y lo consigo. Voy una vez por semana a su apartamento, soy su asistente, hemos alargado el contrato y ahora no me paga la universidad sino él, ¿me paga porque hablemos una vez por semana? Hablamos de amor, de sus amores y de los míos, de sus experiencias y de las mías. Él me fascina, lo deseo porque no tengo novio, él tampoco tiene novia ni esposa, probablemente también me desea. Vive con sus hijos, que no son bebés, podrían ser mis hermanos. Yo podría ser su hija y seríamos felices hablando de libros todas las noches. Nuestro afecto y nuestras citas están mediadas por libros pero él siente algo muy fuerte y yo también. Él es muy tímido y yo también. Le gusta mirar mis zapatos, nada más, es un poeta. Pasamos dos o tres años en una amistad muy tensionante, no hablábamos por teléfono, cuando tenía que llamarlo era  muy seria y formal. Me gusta recordar a las personas por las frases que pronuncian y este poeta tímido y apasionado decía muchas frases que me fascinaban. La historia fue larguísima, llena de anécdotas, nunca nos tomamos una mano, nunca nos dijimos cómo nos emocionábamos ante la idea de que nos volveríamos a ver muy pronto. Una vez me dijo confundido: “¿Yo a usted qué le puedo dar?” y me dio dinero para que comprara libros. Otro día me dijo: “¡Usted sólo me quiere para que le preste libros!”. Y yo le dije: “Nosotros somos amigos, yo a usted lo he visto en bata”. Y era cierto, él es de esos hombres que esperan a sus amores sin fluidos en bata con la ilusión de que se distensione la situación o para crear más tensión. Ese día el gritó: “¡Usted no me ha visto en bata!”. Podría escribir una novela titulada Mi profesor, pero será en otra ocasión.

Amor número seis (sin fluidos) “No porque te enamoras”

Aquí tengo 32 años, ha pasado mucho tiempo. He teorizado sobre el amor y la melancolía, soy experta en Fernando Vallejo y tengo más admiradores que antes. Ahora no quieren mi cuerpo, quieren mi alma. El protagonista de esta triste historia es un actor, un experto en el cuerpo. Éramos amigos y como no tenía novio andaba un poco deseosa y dejé que las cosas pasaran. Las cosas no pasaron, nuestro experto en el cuerpo se tensionó mucho y no pudo darme lo que necesitaba, no pudimos saciar nuestro deseo porque su deseo fue traicionado por su cuerpo. Lo gracioso del asunto es que mientras estábamos en el acto preliminar él pronunció la frase del relato: “No porque te enamoras”. El actor completó diez años deseando consolidar nuestro deseo, se enamoró. Me llama con mayor o menor frecuencia para decirme que me desea, me piensa, me recuerda. No cree que tengo novio ahora devenido en esposo. Nos hemos visto tres o cuatro veces más. A veces es agresivo, otras vulgar, otras romántico, quiere que lo ame, cree que todavía sueño con una noche apasionada con él. No lo puede evitar, quiere demostrarme que es un hombre y no lo conseguirá porque cuando un hombre más se empeña en complacer a una mujer para demostrarse a sí mismo que es el mejor amante el cuerpo lo suele traicionar y la mujer se suele divertir. La última vez que nos vimos bebimos cerveza y me dijo “seamos amantes”. La última vez que llamó le hablé de tal forma que espero haya sido nuestra última llamada. Esta es la más triste historia de amor que he vivido. Nadie goza con el sufrimiento ajeno.

Amor número siete (sin fluidos) “¡Quédese a ver qué pasa!”.

Mi hermana ha sido determinante en mi vida. Por ella no soy autodidacta, por ella vivo con Andrés desde hace dos años y gracias a ella pude haber terminado en los brazos de un amor sin fluidos tímido como el más tímido de los hombres. A este contemporáneo mío lo conozco desde hace más de quince años pero los dos éramos distantes. Mi hermana se encargó de que nos acercáramos de la forma que llegamos a acercarnos. Hablábamos todas las noches por teléfono, nos veíamos en su apartamento dos o tres veces por semana y fumábamos y tomábamos café de manera compulsiva. Ninguno de los dos sabía quién era más inteligente y deslumbrante que el otro. Es un hombre de carácter muy fuerte, me ayudó a  terminar de manera definitiva con el niño de 17 y me motivaba para que consolidara un romance con un hombre diez años menor que yo. Él también me esperaba en bata, me gustaba mucho, lo deseaba a veces… Nos contamos tantas cosas, hablamos tan intensamente de nuestras pasiones, éramos tan fuertes, éramos tan tímidos, dejamos pasar tanto tiempo, el tiempo siempre está en contra del amor sin fluidos… Cuando estábamos en el momento más pleno de nuestro amor no declarado apareció Andrés y él, el hombre más fuerte que he conocido en la vida se esfumó de mi vida para siempre, hace todo lo posible para que no lo vuelva a ver, pero seguramente me recuerda. Se intimidaba con mis ensayos y  me decía que estaba un poco loca. A ese hombre le regalé los libros que marcaron mi vida para siempre. Espero que los haya leído.

Amor número ocho (con fluidos) “¿Y si algún día terminamos cansándonos?”

Quería que fueran diez historias en diez páginas pero el espacio dio sólo para ocho amores y el último amor narrado es el amor actual. El único que tiene nombre, un amor con fluidos con un hombre trece años menor que yo. ¿En dónde nos conocimos? Nos conocimos en una burda sala de chat hace ocho años. Yo tenía 34 y él  21. Con Andrés hemos navegado por chats, foros, comunidades y redes sociales en internet. Fue la primera persona con la que me vi cara a cara después de haber conversado desde un chat o con él único ser conocido en internet con el que me he lanzado a la aventura erótica. Él no es celoso y yo tampoco puedo serlo. Tolera bien a un amor son fluidos que se ha convertido en simple amigo porque nos conocemos desde hace once años y tolera también un nuevo amor son fluidos que conocí en Twitter y que me tiene fascinada. No hablo de ese amor porque para hablar de amor se necesita perspectiva y la perspectiva la da el paso del tiempo.