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Proyecto Jim

6 Ago

No doy cursos de escritura creativa ni los tomo pero anoche entre sueños se me ocurrió este ejercicio:

Ingredientes o palabras clave:

1. Paul insultando a su esposa muerta, infiel con un huésped del hotel de mala reputación (el huésped usaba una bata como la suya). Se suicidó con una barbera (máquina de afeitar) y su madre la ha maquillado como si fuera una puta. ¡Rosa odiaba el maquillaje y tenía guardado un cuello de cura! ¡Puedes vivir veinte años de mierda con una mujer y no llegas a conocerla! Dice Paul confundido, dominando por el odio y enamorado

2. El canalla sentimental.  La idea

3. Diatriba de amor contra un hombre sentado. El tono enfurecido de la mujer que después de un insulto de más de cincuenta páginas le prende fuego a la silla donde está sentado el marido y lo ve arder.

4. Las letras de las canciones más dramáticas de Amy Winehouse sin perder de vista que es la mujer hombre: absolutamente sensible, entregada, posesiva, absorberte, exigente, obsesionada con el sexo y autodestructiva. Una loca o una monja invertida, depende de la perspectiva desde la que se aborde al personaje porque es un personaje, no es una persona común

¿Qué tienen en común los textos de los que vamos a partir?

Todos están enmarcados en la autoficcción.

Vamos a mezclar estas alusiones -más el tema y el tono que el contenido- y narraremos una historia vivida por mí, la distorsionaremos un poco (para que sea literatura)  y al personaje masculino lo llamaremos Jim.

Jim me ha introducido en varios temas novedosos para mí. La relación entre drogas, cerebro y arte y algunas letras de canciones de artistas ingleses. Cantantes-poetas-filósofos-sensibles.

El ejercicio consiste en escribir tres letras de canciones en español y mostrar la versión en en inglés usando en traductor de Google. En este post va incluido el primer poema. Los dos restantes irán en post individual y los tres se enlazarán con la etiqueta Proyecto Jim.

Estos son los títulos de las canciones:

  1. Las mujeres tienen memoria de elefante.
  2. Jim: devuélveme los libros
  3. Poesía es verdad, verdad es poesía.

Es un ejercicio de autoficción mezclado con intertextualidad.

¡Comencemos!

****

Las mujeres tienen memoria de elefante

Las mujeres y los elefantes jamás olvidan un agravio.

Somos amigos desde hace cuatro años

Y desde hace seis meses nuestra amistad se hizo más profunda

Llegamos a convertirnos en los mejores amigos.

Tanto que terminamos bebiendo y fumando la planta sagrada en un gotero.

El primer beso fue un beso sangrante y bebí mi propia sangre

Los segundos besos fueron un poco más apasionados (en el sofá de Edgar)

La tercera vez fue un espectáculo para mí misma

La cuarta fue en completa lucidez

Y la última fue la mejor de todas

Especialmente cuando vimos El amante

Y reímos como locos recordando algunos pasajes de Luna amarga.

Sospecho que ninguno de los dos sospechaba que era la última vez.

Los dos últimos meses hemos peleado mucho por escrito

Hemos hablado dos veces por teléfono

Hemos dicho que nos veremos más de cinco veces

Hemos dicho que no nos volveremos a ver nunca más de siete veces.

Fin

***

Ahora la versión en inglés (tú y yo sabemos que en inglés todo parece más profundo y poético)

Sibarita, hedonista y egoísta

17 Jul

Te das a los placeres con facilidad. Nunca te sacrificas, eres sibarita, hedonista, egoísta y no amas el dinero.

Estefanía Uribe Wolff

He visto cara a cara a Tefa sólo una vez, pero hemos hablado por teléfono varias veces y hemos conversado en Twitter durante los últimos cuatro o cinco años. Hemos peleado como gatas, como novias, y también nos hemos querido con mayor o menor intensidad. Puedo decir con orgullo que es una de las personas que mejor me conoce sin haberme visto, sólo leyendo lo que escribo; es hábil e inteligente, sabe descifrarme, sabe llegar al fondo y a la esencia de mi ser y eso siempre será estimulante para alguien como yo porque no es fácil encontrar interlocutores como ella.

Tefa me describió, ahora yo voy a desarrollar punto por punto cada una de esas cualidades mías, cualidades de las que me siento orgullosa porque he trabajado en ellas con empeño y con amor  a lo largo de mi vida y gracias a ese empeño y a ese amor, que en realidad es autoamor, he saboreado con risa y con placer la suma de millones de momentos cuidadosamente planeados para que sean casi perfectos y estoy satisfecha con lo gozado hasta ahora, creo que lo he hecho bien. Soy digna de mí.

No es fácil vivir en estado de placer permanente durante cuarenta y seis años, para lograrlo se necesita cálculo, salud, buen estado de ánimo, predisposición innata, creatividad, suerte y mucha inteligencia.

Salud

Para disfrutar la vida a cabalidad es preciso tener excelente salud. Desde 1979 supe que había nacido para gozar y supe también que un cuerpo adolorido no puede disfrutar las glorias del placer. Uno de los placeres más sublimes de la vida consiste en comer y asociado al acto de comer está el hecho de gozar de buena salud. La salud depende del cuidado en la primera infancia, de los genes, la nutrición, el mantenimiento del cuerpo y, entonces, si quiero gozar cada momento con intensidad debo cuidar cada uno de los sistemas que sumados se constituyen en mi cuerpo y el gran sistema, el sistema mayor, el sistema por excelencia, es el digestivo: el alimento se convierte en sangre, energía y huesos; un cuerpo sano se acompaña siempre de buen estado de ánimo  y espíritu festivo y con sangre, energía y huesos resistentes puedo correr, saltar, brincar, gritar, retorcerme de risa y de placer.

Los órganos involucrados en el acto de comer (labios, dientes, lengua…) sirven para disfrutar de este placer sublime, pero también sirven para sonreír, para hablar y para besar y esos placeres precisan de no ser descuidados, no se debe desperdiciar nada.

Desde la infancia he consagrado la vida a darme placer a través de la cavidad bucal y como sé que me encanta comer con voracidad, pero no quiero subir de peso -porque es insano y antiestético- cuando sé que hay un banquete y no quiero desperdiciar nada, dos o tres días antes del festín tomo jugos de frutas y mucho té para poder devorar como una bestia y a cabalidad. Me gusta sorprender a mis familares y amigos con mi apetito voraz y al lado de mi apetito voraz hay siempre otros placeres: hablar, hacer bromas y reír.

No como con cualquier persona, sólo como con las personas que son de mi total agrado porque sé que comer es un acto sagrado, una liturgia. El centro y motor de nuestra vida no es el cerebro sino el estómago, centro sensible de nuestras más finas emociones. Soy celosa y selectiva, no como con cualquiera, no se ilusione conmigo.

Dinero

La plata no me gusta, no me interesan los lujos, los viajes, los lugares exóticos ni la apariencia, no necesito casi nada para vivir. Aprendí a despreciar el dinero, la apariencia y los bienes materiales viviendo  y viendo vivir a los demás en función del dinero, los bienes materiales y la apariencia; viéndolos vivir decidí que no quiero ser como ellos, no quiero desear lo que ellos desean, no quiero gozar lo que ellos gozan, no me interesa. El hecho de no amar el dinero me convierte en una persona libre porque no vivo pensando en lo que tiene el otro y no tengo yo. En esa dirección no apunta mi deseo. El bien más preciado a lo largo de mi vida tiene que ver con el disfrute del tiempo libre. Para vivir no necesito plata, necesito tiempo para dormir, caminar, descansar, leer, mirar por la ventana. Me seduce la idea de ir caminando por ahí como un perro de nadie, un gato de nadie, una persona que no es mirada sino a la que le gusta mirar.

Amor

El placer lo descubrí en la infancia, uno de los recuerdos más antiguos de mi vida es que bañaban al bebé y lo ponían desnudo en la cama sobre unas sábanas recién lavadas y entonces la dulce Elsy se quedaba dormida sobre esas sábanas. No recuerdo cuando me despertaba sino cuando me quedaba dormida, supongo que eso sólo pasó una vez en la vida pero a mi cerebro y a mi cuerpo le gustó la sensación y guardó el recuerdo con celo para que a partir de ahí construyera el edificio de mi vida y a partir de ahí lo construí. Ese es mi gran recuerdo de infancia, creo que nací para gozar. Tal vez por eso me encanta lavar a mano, ver ropa recién lavada y el acto de planchar, me encanta lavar y planchar sábanas. Ese es  mi fetiche. Las sábanas me hacen pensar en descanso y en sueño pero también me hacen pensar en sexo y en amor y a esos placeres he consagrado mi vida desde 1989. Pero no soy una puta promiscua, es algo mucho más sofisticado: encuentro a un hombre admirable digno de darle todo mi amor y mi placer, gozo con él del tiempo libre, las comidas, las caminatas, la conversación y la risa durante muchos años, hasta que los dos quedamos saciados y satisfechos con tanto placer y tanto amor y nos despedimos al final con una franca sonrisa de satisfacción y de gratitud.

Vivo con la sensación de que no he vuelto a escribir

26 Jun

Cuando me encuentro con la gente siempre me preguntan por qué escribo tanto.

Preguntan si programo los tuits para que se publiquen solos y si tengo un plan de trabajo para escribir en el blog.

Yo sonrío con dulzura y les digo que no, que todo fluye siempre de forma natural.

Pero ocurre algo extraño: cada cierto tiempo -mientras estoy sentada leyendo- (nunca me pasa mientra almuerzo o mientra camino), siento que estoy pasando por un muy mal momento, que he dejado de escribir, que ya no es como antes, que se esfumó la inspiración, que ya exprimí todos los recuerdos y sensaciones y que llegará un día en el que deje de escribir. Siento que ya dije todo lo que tenía que decir y pienso que seguramente lo mejor -relacionado con procesos de escritura- no es lo que está por venir sino lo que ya pasó.

Pero luego me animo y pienso que mis autores favoritos tienen más de setenta y cinco años o ya están muertos y yo apenas tengo 46 y llevo más de quince escribiendo y pienso también que no es poco lo que he escrito. Pienso que si todo lo que he escrito en internet lo publicara en libros armaría una pequeña biblioteca.

No leo lo que escribo porque -como los grandes- escribo para olvidar. No es una pose ni es una frase bonita. Es cierto: se escribe para olvidar.

Desde hace seis meses estoy viviendo una experiencia nueva con un hombre encantador, es tan fuerte esa experiencia que no me deja energía para escribir, es el tipo de experiencia que necesita convertirse en recuerdo para que pueda ser plasmada, necesita distancia y ser vista desde diversas perspectivas.

Lo único que se me ocurre en este momento -para que se hagan una idea de lo que vendrá después- es compartir el fragmento de un mensaje largo que me envió anoche mientras yo dormía profundamente:

Usted es especial

Quiero inundarla de regalos

Usted es la verdadera mujer

Quiero follármela.

Treinta y seis frases célebres

14 May

Desde hace cuatro meses mis conversaciones con Juan Lozano son meritorias y  la humanidad pierde no poco al privarse del privilegio de oírnos hablar. Como la vida suele ser generosa no hablamos sólo cara a cara sino que también nos comunicamos por escrito. Las frases maravillosas que compartiré a continuación forman parte de una conversación reciente, más exactamente del 12 de mayo de 2016, hace apenas dos días. Como somos pensadores y sabios nos comunicamos a través de sentencias, como somos seres influyentes y con ideas fuertes no importa quién dijo qué ni en qué contexto.

Sin intentar imitar a Cioran ni a Nietzsche somos sabios pontificando.

Con ustedes las sentencias de dos pensadores de nuestro tiempo:

  1.  Me he acostumbrado mucho a leer en PDF. Y fragmentos de cosas. Qué mal.
  2. El PDF no es muy recomendable porque la lectura es superficial. Se leen con juicio las primeras cinco páginas. Eso dicen los expertos. Yo sigo prefiriendo los libros impresos.
  3. Bayly es una perra del establecimiento. Es una gorda pastillera individualista.
  4. Eso de publicar las intimidades de los demás, ser el portavoz de eso me parece algo cuando mínimo muy fuerte. A mí me siguen gustando las abstracciones.
  5. Bayly es muy bueno en medio de su mediocridad. Nadie es tan valiente, ni siquiera Vallejo.
  6. Ahora está mejor de salud. La esposa es como la esposa de Bukowski. Lo cuida mucho.
  7. A todo viejo le gusta la juventud. A mí me gustan hasta las de 15. Soy un enfermo.
  8. A mí siempre me han gustado los niños.
  9. Lo mejor es morir joven. La vejez está sobrevalorada. Siempre se tienen que inventar misticismo y bobadas para justificar la vejez.
  10. No tengo nada contra los viejos y me gusta hablar con ellos.
  11. A mí me gusta vivir bien, evitar el dolor, pero no me gusta guardarme tanto. Me gusta lo del presente, como lo del orientalismo rebajado.
  12. En los 60s por la alta ingestión de LSD se desarrolló el género de la ciencia ficción.
  13. Me quedan pocas neuronas. Pero tengo conexiones extrañas que me dan cierta lucidez. Soy un robot buena gente y tierno.
  14. Con LSD sentí conversaciones distintas al mismo tiempo con la misma persona. Como universos paralelos. Una conversación del futuro en el presente.
  15. Creo en la teoría M un poco, eso de que el tiempo es un círculo plano. Los universos paralelos. Como si al lado de esta pantalla hubiera otra con lo que vamos a escribir en un rato.
  16. Es una experiencia muy loca con la tierra. Sentí como que dialogaba con un árbol. Y veía pentagramas. Me sentía muy iluminado. Luego la música se escuchaba de verdad en estéreo.
  17. Me pasa que he rechazado sexo con mujeres y cuando tengo necesidades sexuales ya ellas no quieren. Es la maldita ley de Murphy o lo que sea.
  18. Somos como Sísifo, sí. Llevando una puta bola hasta el fin. Malditos dioses.
  19. Yo no he fantaseado con ser prostituta sino puta. La plata me parece indigna, creo que el sexo tiene que ser gratis.
  20. No se debe cobrar por algo que es placentero para las dos partes.
  21. Es la idea de que si se puede cobrar por hacerlo es mejor cobrar. Se goza y se gana. Un buen negocio.
  22. No me gusta sobar mi carne con todo el mundo.
  23. A mí me da pesar con las putas y con los que tienen que pagar.
  24. Las chicas de ahora saben mucho. Ya no se dejan tramar tan fácil.
  25. Soy un viejo sacerdote en un cuerpo más o menos joven.
  26. El porno de profesoras con gafas es bueno.
  27. La crueldad humana a nivel lúdico es muy divertida y placentera.
  28. La idea de volverse loco haciendo un drama y luego recapacitar y reír.
  29. El sexo después de las peleas es muy bueno. Salvaje.
  30. Siempre es bueno el sexo.
  31. Hágales la propuesta. Por mucho le dicen que no.
  32. No me conviene comprar cereales. Me acabé dos cajas en tres días.
  33. Tuve un mozo al que quise mucho. Duramos un año.
  34. El estudio no sirve para nada. La mayoría de la gente termina casada, gorda, con hijos y no leen nada. Trabajan por la plata.
  35. Lo del orientalismo rebajado me tiene entusiasmada.
  36. Podríamos ser dos detectives de homicidios. Siempre dialogan en el carro.

Mística erótica

5 May

Un sencillo pero sentido homenaje a Juan Rulfo:

Me acuerdo bien de la clase de literatura. Fue la mejor parte de la conversación.

Gracias.

Sí, me apasiono.

La borrachera intelectual.

Es más apasionado que yo.

Pero claro, por lo menos no hay que beber tanto como esa vez, era un día especial.

Me gusta bastante el vino tinto.

Y es más propicio para ese tipo de noches.

Por eso estuve tanto tiempo de rodillas.

Me gusta mucho la seducción con palabras y más si es sobre temas eruditos.

Si es un hombre más joven que yo y con un pene tan bello me entusiasmo todavía más.

Sí, lo creo.

Tenemos que ver El amante. Me gustaría saber qué piensa de esa historia.

Creo que nuestro mutuo cariño, la energía que sentimos es muy bonita.

Algo muy espiritual.

Sí. El amor es engañoso y dura menos.

Sí, las relaciones de pareja son aburridas y terminan peleando.

Dura tres meses y después todo es drama, compromisos y reclamos.

Es más chévere una buena amistad, una complicidad, que incluya la sexualidad cuando los dos queramos.

Fue muy apasionado el sexo.

Lo disfruté mucho.

Puede tener muchas ventajas de un noviazgo, cariño, ver películas, tomar vino, tener sexo, pero sin la parte aburrida.

El compromiso, las rutinas.

La obligación.

Sí.Yo también quiero eso. Que no seamos falsos, los novios son muy falsos. Lo mejor de nosotros es que somos amigos. Eso está por encima del amor.

Exacto.

Me gustaría ver películas, oír música, hablar de libros y tener sexo pero sin ser novios y sin hacer drama ni reclamos de ningún tipo.

Solo hay que vivir el presente.

Como dicen los orientalistas rebajados.

El poder del ahora.

Así es.

Me gusta mucho la libertad.

Me parece que la vida de oso y de león es coherente.

Estar solo buen tiempo es muy bueno.

Que la compañía sea algo especial.

Que la pasemos muy bien.

Lo que más quiero evitar es hacer promesas, dramas, decir que será para siempre…

Quiero evitar todas las cursilerías del amor.

El sábado la pasé muy bien.

Sí, es una pendejada.

De melodrama.

Siempre estoy bien con usted. Lo quiero mucho, es mi mejor amigo y no quiero perder la amistad, el sentimiento de amistad.

El sexo puede ser mucho mejor porque es cariño de verdad, no ilusiones y ceguera.

Exacto.

Me pasa igual.

Lo que estamos viviendo vale la pena, es muy excitante porque involucra el cuerpo, el alma, el intelecto y la amistad.

Somos bendecidos y afortunados.

Sí.

Seres del luz.

El ser total.

El orgasmo sagrado.

Algo como eso.

Ver a Dios.

Sentirlo.

Verlo.

El abismo de Pascal.

Saberlo.

Probar los límites.

Usted no es miedoso.

Sí.

No.

Nunca había quedado tan agotada y nunca había estado tan lúcida.

Todavía estoy en el proceso de regeneración.

Yo igual.

Me siento agotado.

Un pene erecto toda la noche da como para una medalla.

Lo que sé es que disfruté mucho la noche, un momento libre.

No me sentí presionado sino muy en paz.

Sí. Yo también.

Sí.

Sí.

El simio lujurioso

24 Abr

Mis conversaciones con Juan Lozano son tan profundas que varias veces nos hemos sentado a pensar cuál sería el mejor método para que no se pierdan, hablar con testigos como si no los hubiera, que otras personas puedan disfrutar de nuestras fantásticas reflexiones y  puedan contemplar nuestro cerebro al desnudo. Es un derecho, tanta brillantez no puede quedar sólo entre él y yo, no sería justo con la humanidad. Es un Milagro que nos hayamos encontrado y esas conversaciones no se pueden perder.

Hemos pensando en la posibilidad de hablar siempre con conexión a internet, pero el problema es que cuando no hablamos cara a cara nos escribimos y podemos escribir durante cuatro horas consecutivas o más. Nos escribimos casi más de lo que hablamos, siempre estamos ávidos y somos insaciables.

Mientras descubrimos el método para hacer públicas nuestras conversaciones privadas quiero compartir un breve fragmento de nuestra conversación de anoche. El contexto es el siguiente: Fernando Vallejo dio un discurso en la feria del libro de Bogotá, los dos estamos leyendo a Jaime Bayly y yo estoy volviendo a leer Los ojos azules pelo negro, de Marguerite Duras. Desde hace dos meses estamos hablando de sexo, drogas y rock and roll.

Yo: El poema de Bayly que acabé de publicar en el blog (Suéltate el pelo)  me hace pensar en Virginia Mayer.

Juan: Sí, lo estoy leyendo y también pensé en ella. Una gordita en busca de amor.

Yo: Es un hombre sensible Bayly. Tiene uno muy bueno escrito al jardinero. Su mejor amigo. Ese libro (Los ojos azules pelo negro)  es muy extraño y muy triste. Lo voy a volver a leer. La tristeza de Marguerite Duras es asombrosa.

Juan:  Y de qué trata más o menos, ¿por qué se lo recordé? Cuénteme.

Yo: Por la idea de dormir juntos. El libro es de una pareja que se reúne en un cuarto, se vendan los ojos y sufren mucho. Dormir es un asunto serio.

Juan: Claro.

Yo: ¿Ha leído La casa de las bellas durmientes?

Juan: No le he leído, me lo han recomendado bastante.

Yo: Yo nunca he dormido con un amigo. Ni siquiera con mis hermanos. Siempre duermo sola cuando salgo con ellos y cuando me quedo donde mi mamá. Pero con usted me gustaría dormir. Es un misterio.

Juan: Sí, una experiencia.

Yo: La casa de las bellas durmientes es muy bueno. De los libros favoritos de Vargas Llosa y García Márquez.

Juan: Lo leeré.

Yo: También es un libro muy triste. Es la mezcla entre deseo y tristeza. Como el niño que llora después de tener sexo en el poema de Bayly.

Juan: Me gusta bastante ese poema.

Yo: Es muy bueno. Vamos a ver si consigo el libro. Hay varios muy buenos. Uno titulado No quiero ser presidente.

Juan: Sí, quiero leerlo, cuando lo devuelva a la LA lo saco.

Yo: Lo entrego el lunes.

Juan:  Noooo. Acabé de llegar a la casa. Me perdí a Fernando Vallejo. ¿Lo dieron en Canal Capital o  en televisión más humana por internet?

Yo: Sí. En vivo.

Juan: Que mal.

Yo: Pero ya lo publicaron en la página de El Espectador.

Juan: ¿Hace cuánto terminó? Ah, bien.

Yo: Terminó hace como veinte minutos.

Juan: Ojalá pueda verlo.

Yo: Sí.

Juan: Pero está el texto nada más. Yo quería verlo.

Yo: Sí. Acabo de verlo. Me imagino que lo publican en Youtube más tarde.

Juan: Pronto lo publican, me imagino.

Yo: Sí.

Juan: Se está pareciendo a Bukowski

Yo: Sí. La risa satánica. Lo mejor del discurso fue el final. Un insulto al público.

Juan: sí, lo leo, no sabia que Abad lo odiaba. Ese bobo. Bien que lo haya insultado. leyéndolo podría ser como los humoristas que le he enviado. Dicen lo mismo de diferente manera.

Yo: Terminaron peleando. Eran amigos. Sí. La gente estaba fastidiada. Ya sabe que hace autoficción. Le gusta incomodar al público y esta vez no habló. Leyó y se fue. Se notaba ofendido al final, se apropia del personaje. No le gusta que lo manoseen. ¿Ya pudo ver el discurso?

Juan: No, no lo han colgado. Todavía lo leo porque me pongo a leer otras cosas.

Yo: Yo estoy leyendo el libro de Marguerite Duras.

Juan: ¿Y qué tal?

Yo: Es un libro que asusta. Es como una situación de locos. Lloran todo el tiempo y se miran dormir. Se conocieron por casualidad. Es un libro único. Se lee y no se olvida nunca, da tristeza leerlo. Marguerite Duras era alcohólica, triste y sola.

Juan:  Una mujer inteligente entonces.

Yo: Sí. Mucho. Y la biografía es asombrosa también. Tenía alma de puta y fue promiscua siempre, escribe sobre sus amantes. ¿Ha leído o visto El amante? La hipótesis de ella es que todas las mujeres quieren ser prostitutas pero no se lo permiten.

Juan: No he leído nada de ella, otra pendiente. Sí, como ninfómana. Así es, como dice nuestro querido Vallejo, somos unos simios lujuriosos.

Yo: Es muy valiente. Escribe que cuando era niña tenía dos cosas claras: quería escribir y tener muchos amantes. Lo hizo. Al final de la vida le agregó mucho alcohol y una casa inmensa a esa vida.

Juan: La mujer está muy reprimida, la educan para que esté sometida y sea sumisa, la religión las jodió demasiado. Por eso las compadezco.

Yo: Tiene un libro muy bueno titulado Escribir. Me gusta mucho Marguerite Duras, ella dice que para escribir se necesita soledad. Igual que Virginia Woolf. Ella es como la hija de Virginia Woolf. Así como Bayly con Bukowski.

Juan: De todas maneras creo que la sexualidad de hombre y mujer es distinta, el hombre esta más dispuesto todo el tiempo. Hay diferencias biológicas. La mujer creo que es más ciertas temporadas.

Yo: Claro. Las mujeres tienen alma de putas pero también tienen muy clara la idea de pecado y de infierno y muchas son promiscuas pero reprimidas. Hasta las prostitutas. Rezan y son muy decentes, no le admiten todos los requerimientos a los clientes. Son señoras respetables.

Juan:  Leeré a Margarite Duras.

Yo: Sí.

Juan: Jaja. Sí. ¿y usted qué dice?, ¿piensa que es así? ¿que todas quieren ser prostitutas?

Yo: Cuando era niña sí lo pensaba. Marguerite Duras dice que todas las mujeres lo piensan.

Juan: Lo cierto es que la mujer tiene una capacidad sexual impresionante, mucho más que el hombre.

Yo: Es por el cuerpo, uno se mira en el espejo y se imagina en un prostíbulo. A mí me pasaba.

Juan: Sí, es un cuerpo muy sexual, como diseñado para eso.

Yo: O en una revista pornográfica. La belleza, la juventud y el deseo se juntan y aparecen esas fantasías.

Juan: Claro, el posar, el exhibirse, el mostrar la belleza y que otros disfruten de esa portento de la biología que es el cuerpo femenino.

Yo: Sí. Yo he visto la película con mis sobrinas y se ponen nerviosas. Hay muchas frases incómodas, como que hay una niña que se prostituye cuando sale del colegio y las otras la envidian porque les gustaría hacer lo mismo.

Juan: ¿Cuál película?

Yo: El amante. Hay dos libros. El amante, El amante de la china del norte y la película El amante. Es basada en una historia real. Ella tiene 16 años, se para como una puta y se consigue un amante chino. Luego él se casa con una china pero se aman siempre, cuando el chino muere escribe El amante de la china del norte. La película parece porno, fue tan escandalosa como El último tango en París.

Juan: La próxima la compro.

Yo: Es muy buena. Y los libros también. Todo lo de Marguerite Duras.

Juan: Somos simios lujuriosos, el más lujurioso de todos los animales. Por la locura del cerebro. Lo que pasa es que el que conoce el placer intelectual y otros placeres, pues también disfruta de otras cosas.

Yo: Claro, es muy intenso. La mayor parte de la gente ni siquiera se entera.

Juan: Lo importante es no reprimirse, como con el tema de las drogas,  a uno le da más fuerza eso. Las drogas y el sexo son importantes para el que no los tiene…

Yo: Ah, sí. Lo que decía Bukowski. Y la promiscuidad también es triste. Marguerite Duras lo hacía para hundirse luego en la tristeza.

Juan: Yo lo que creo es que no hay salida. Como que todo termina siendo triste. Vivir es una tragedia.

Yo: Para mí no. Yo casi siempre me siento muy bien. Esa es una ventaja. Lo que me tiene triste es que he comprado mucha ropa. No me gusta, me siento superficial. Me gusta andar con ropa vieja.

Juan: Sí es una ventaja. Yo disfruto lo que me gusta, he aprendido a eso, pero no dejo de ver la tragedia y el absurdo que es esto, pero antes me entristecía, me iba por el abismo, ya estoy más tranquilo y resignado a ciertas cosas.

Yo: Es la edad, a medida que pasa el tiempo todo es más fácil.

Juan: Sí, eso espero.

Yo: La gente le tiene pesar a los viejos pero sufren menos. Yo creo que lo más duro es entre los 15 y los 30.

Juan: Sí, antes también me pasaba por tener ideales que no se cumplían y esas cosas, ya como que tengo una visión más desesperanzada y eso me tranquiliza. Así, es. Es la época más dura. A mí me dio muy duro. Pero sobreviví. Drogas, encerrado largas temporadas en clínicas, noviazgos locos, ideales destruidos, en fin…

Yo: Usted se merece una vida tranquila. ¿Soñaba mucho?

Juan: Así es. Y sueño bastante. Ayer soñé que me desdoblaba, porque me daba pereza levantarme al baño, entonces mandé a mi espíritu y yo me quedé en cama. Y soñé con mi exnovia, que vivía con ella de nuevo.

Yo: ¿Y ella todavía lo quiere?

Juan: No, y yo tampoco viviría con ella de nuevo, es pasado. Tal vez el sueño me mostraba que me hace falta una novia o algo así.

Yo: Usted sí tiene de 9 y de 4. Debe ser complicado.

Juan: sí, tengo de los peores del eneagrama. También el fóbico. El 6.

Yo: No son los peores, es una mezcla explosiva. Lo he estado pensando. ¿usted se siente mal siendo como es?

Juan: No, yo disfruto mucho mi mente. Creo que tengo mucha sensibilidad y me considero inteligente. Una inteligencia ligada al lenguaje y filosófica, algo así. Abstracta.

Yo: A mí me gusta mucho como es. Muy suave, analítico, culto, sensible, apasionado, tranquilo…

Juan: De razonamiento abstracto. Sí, me gusta mi tranquilidad. No soy bello o algo así, pero me gustaría ser la versión masculina de Remedios la bella.

Yo: Es una mezcla de femenino y masculino, inteligencia, intuición, cultura y observación.

Juan: Como que sabe que todo es absurdo, una mentira.  Que no vale la pena tanto esfuerzo.

Yo: Volverse más leve.

Juan: Me gusta ser un espectador de la vida, como ser espectador del desastre.

Yo: Sí. Usted necesita una herencia. No merece trabajar.

Juan: Ya no creo en que la realidad se pueda cambiar con ingentes esfuerzos, creo que todo conduce al fracaso.

Yo: Yo tampoco creo en el esfuerzo, todo tiene que ser fácil.

Juan: Me gustaría trabajar en cosas físicas, y escribir y leer, y beber y fumar, ir a prostíbulos. La vieja vida de los hombres.

Yo: A mí me hubiera gustado no haber trabajado nunca, es chévere vivir en estado de pureza.

Juan: A mí por eso me gustan los relatos de Bukowski, hacer trabajos físicos, sencillos, largas noches en bares y prostíbulos, pero ser un obrero lúcido claro. Leer y escribir. Pero lo mejor es no hacer nada, claro.

Yo: Los mejores filósofos y escritores no trabajaron nunca.

Contra las suegras

8 Ene

Cuando una mujer está enamorada de los hombres pero no de la familia, los hijos ni la convivencia feliz desarrolla especial repulsión hacia ese ser repulsivo llamado la suegra. Ese personaje macabro termina convertido en un estorbo puesto que no tiene ninguna utilidad en una relación sin fines patrimoniales ni reproductivos sino sólo lúdicos, es decir, sexuales.

Bien sabemos que la familia, los hijos y la sociedad son los pilares sobre los cuales se funda la gran mentira, ese gran invento de los humanos para saciar el miedo a la soledad y a la autonomía.  Para vivir con la sensación de que no están solos y de que no se sustentan en el vacío.

Si una mujer es amable y solícita con su suegra es porque está buscando marido o quiere conservar al actual y cree que conquistar a la arpía le servirá de muleta para darle sustento a su miedo y su inseguridad, es decir, para conservar a SU hombre.

 

8 de noviembre de 2015

8 Nov

11:11 a.m. Domingo

Anoche tardé un poco en dormirme, es algo que suele suceder un día en la semana. Estoy tan llena de mí, me siento tan plena que la plenitud no me deje dormir porque la sensación es muy intensa. Me siento muy bien por ser yo, eso es todo, parece poco pero es mucho, la sensación es muy agradable, tanto que a veces termino pensando en sexo, recordando algunos muy buenos momentos rebosantes de salud y energía. No miro el reloj porque no es aconsejable, mirar el reloj atrae el insomnio, pero sospecho que me dormí un poco después de las doce. No soñé. A veces lo mejor es no soñar.

No amaneció lloviendo y el día no es frío y como es domingo es el día de salir a caminar. ¡Maravilloso! Antes de salir tomo café y me hago un masaje. Por ser domingo el masaje es en todo el cuerpo porque tengo todo el tiempo y puedo hacerlo con mucha calma. Una caminata después de un masaje es como una droga, me siento muy bien. Cuando me siento muy bien pierdo el apetito porque me gusta sentir como que vuelo, es cuando más recuerdo a Virginia Woolf y entiendo su fastidio al hecho de comer:

No comer es un vicio, una especie de droga: con el estómago vacío se siente limpia y veloz, con la cabeza despejada, lista para la pelea. Toma un sorbo de café, baja la taza, estira los brazos. Levantarse a lo que parece ser un buen día, prepararse para trabajar pero no embarcarse todavía, resulta una de las experiencias más singulares. En este momento las posibilidades son infinitas, tiene muchas horas por delante. Su mente canturrea. Es posible que esta mañana logre atravesar el ofuscamiento, las tuberías atascadas, y llegar al oro. Lo siente en su interior, un segundo yo prácticamente indescriptible, o más bien un yo paralelo, más puro. Si fuera religiosa, lo llamaría el alma. Es más que la suma del intelecto y de sus emociones, más que la suma de sus experiencias, aunque corre por las tres como venas de metal brillante. Es una facultad interior que reconoce los misterios que animan el mundo porque está hecha de la misma sustancia y cuando es muy afortunada es capaz de escribir directamente a través de esa facultad. La satisfacción más profunda que conoce es escribir en ese estado, pero su capacidad de hacerlo viene y se va sin previo aviso. A veces levanta la pluma y la sigue con su mano mientras se mueve por el papel; a veces levanta la pluma y descubre que es sólo ella, una mujer con una bata de estar en casa y una pluma en la mano, temerosa e incierta, apenas competente, sin ninguna idea de dónde empezar o qué escribir. (La señora Woolf)

Las Horas. Michael Cunningham. Bogotá: Norma. 2000. 281 páginas.

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4:13 p.m.

Salí con la firme intención de comprar un mueble nuevo para organizar más libros y terminé almorzando como si llevara un mes sin comer. Lo mejor de todo es que estaba delicioso.

Hoy he pasado el día como me gusta, como un perro o gato doméstico, sin hacer nada pero sintiéndome muy bien. Así sospecho que se siente la gente feliz, aquellos que nunca han leído un libro, tienen esposa gorda, cinco hijos, aman la televisión y cada mañana le dan gracia al Dios vengador por tantos regalos. Cuando me siento bien -con la sospecha de que así se debe sentir la gente común- no alcanzo a llegar a envidiarlos, lo que siento es pena por ellos al saber que pasan por la vida con la misma profundidad con la que pasa su mascota. No, tal vez sus mascotas son un poco más reflexivas, no hay que despreciar a los perros y a los gatos, animales cariñosos y encantadores.

Renuncio a mi carrera

12 Sep

Para renunciar es preciso estar facultado, tener talento y vitalidad para realizar una tarea. Se renuncia para emprender un nuevo camino, porque las pruebas han sido superadas o porque ha dejado de ser emocionante eso que tanto nos motivaba al comienzo, cuando sentíamos que eso que hacíamos era lo mejor que habíamos hecho en la vida, lo que nos hacía sentir plenos y felices. No vale la pena seguir haciendo algo sólo porque es lo que debemos hacer, porque todos lo hacen, porque así es el comportamiento de las personas normales y porque debemos dar una buena impresión, parecer felices, plenos y realizados.

No estoy hablando del trabajo sino del amor. Después de 23 años de pasión intacta, después de haber disfrutado plenamente primero durante trece años y luego durante diez con dos hombres encantadores creo que el amor es una prueba superada para mí y no me interesa volver a experimentar porque no sé lo que es actuar, porque no puedo hacer nada sin entusiasmo y porque tengo otros planes para mí, planes acordes con mi edad, mis deseos y lo que he ido cultivando a lo largo de la vida. El amor entre un hombre y una mujer es una prueba superada para mí, con lo vivido hasta ahora me sobra y me basta, no me apetece más. Estoy satisfecha.

El primer amor es el amor para siempre, el segundo amor es el verdadero y no quiero saber nada del tercer amor porque lo más seguro es que se trata de otra nueva ilusión muy persistente, otra interpretación de la realidad que me hará creer que llegó aquello que había estado soñando durante tanto tiempo sin esperarlo ni buscarlo. No quiero saber cómo es el tercer amor, no quiero saber cómo es el amor en la vejez, siempre tuve claro que el amor apasionado y el ejercicio de la sexualidad son experiencias dignas de la gente joven; después de los 45 no vale la pena soñar con grandes amores y con grandes pasiones porque a esa edad uno ya sabe qué es lo que de verdad le apasiona y la gran pasión de mi vida es la lectura: comprar libros, leerlos, recordarlos y escribir sobre esos libros. Descubrí la lectura hace treinta y cinco años y desde el primer día no he podido parar de leer. A eso me voy a dedicar durante el tiempo que me queda de vida.

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Cinco autoentrevistas recientes

13 Dic

1.  Una entrevista sobre las entrevistas

Odio la publicidad, sinceramente. He pasado por la piedra de molino de las entrevistas y las considero una pérdida de tiempo. El tipo que encuentro en esas entrevistas haciéndose pasar por mí suele ser un engreído al que no me gustaría conocer.

(Raymond Chandler)

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a) ¿Alguna vez ha sido entrevistada?

b) No, sólo he sido entrevistada por mí misma.

a) Pero, ¿le han pedido que conceda una entrevista?

b) Ah, sí, varias veces.

a) ¿Y no ha aceptado?

b) No, Chandler me ha puesto sobre aviso, por él sé lo que significan las malditas entrevistas… una engreída que se hace pasar por mí… Eso no me gusta.

a) Se ha visto hablando en público.

b) Sí.

a) ¿ Y cómo se siente hablando en público?

b) Bien, el problema es cuando veo hablando en público a otras personas y descubro que todos los que hablamos en público nos queremos hacer los inteligentes. Hace dos semanas estuve viendo grabaciones de escritores y críticos, incluída yo, y todos asumen más o menos la misma pose y dicen más o menos lo mismo, ver esos videos me sumió en una depresión de la que casi no logro salir.

a) ¿Cree que es más peligroso ser artista o crítico?

b) Artista, no tengo ninguna duda.

a) ¿Por qué?

b) Porque el artista de esta época todavía cree que es tan artista como Flaubert o Kafka y esos artistas son imposibles en este tiempo en el que los artistas están obligados a sentirse del mismo lado de Juanes, Shakira o Héctor Abad Faciolince. Están obligados a ser felices, a sonreir, a ser chistosos, humanitarios, a tomar partido en relación con la política, el deporte, la moda. Firman contratos en los que se incluye que están obligados a responder las misma pregunta obvia todas las veces que de una emisora, un periódico, una revista o un programa de televisión los llamen personas que no han leído sus libros y no saben nada de literatura; están obligados a sonreír en los lanzamientos de sus libros y ferias del libro, tienen que aceptar invitaciones a conversatorios sobre la grandeza de su obra y su vida de artista y, además, tienen que ir a la venta de libros a firmar autógrafos y escribir dedicatorias a gente que no conocen, mientras despliegan una encantadora sonrisa de reina de belleza de pueblo. Eso sería insoportable para un artista porque el artista no es un vendedor de libros. El artista de nuestro tiempo puede escribir las frases más existencialistas, los monólogos más joyceanos, las metáforas metafísicas más convincentes, pero cuando su libro aparece publicado lo escrito por él en éxtasis místico en su estudio se ve nublado porque termina irrevocablemente condenado a ser un vendedor de libros compulsivo.

a) Usted es una persona angustiada, una Pensadora, pasa la mayor parte de su tiempo sumida en la más dolorosa soledad sufriendo por los demás, usted sufre porque hay personas que trabajan mucho. ¿En este momento quién es el hombre más trabajador si pensamos en el campo cultural colombiano?

b) Ricardo Silva Romero.

a) ¿Lo admira?

b) No.

a) ¿Por qué?

b) Porque trabaja mucho.

a) ¿Y acaso el trabajo no dignifica al ser humano?

b) Sí, claro, lo dignifica, pero yo me imagino a este pobre muchacho viendo películas de mala gana todas las semanas para escribir su columna de cine en la revista Semana, me lo imagino escribiendo de manera compulsiva para tres o cuatro revistas más de diverso calibre, me lo imagino viendo Muertos de Susto y Allien Vs Depredador y luego, tal vez por sugerencia del jefe, terminar escribiendo que estas películas son imperdibles y que Harold Trompetero es un director de culto, una especie de Scorsese a la colombiana. Se necesita mucha sangre fría para ejercer este trabajo y seguir viviendo, como si nada. Me lo imagino investigando todos los días en Google para armar sus novelas de más de trescientas páginas y luego, además de ser columnista, consagrarse a la carrera de vendedor de libros, yo creo que esa vida no es digna de ser vivida.

2. Todo lo que quiso saber sobre sexo y no se atrevió a preguntar

¿Por qué le gusta tanto hablar de sexo al aire?

Yo nunca he hablado de sexo al aire, tengo muchas prevenciones con el tema, no soy exhibicionista. No soy capaz ni de fumarme un cigarrillo caminando, lo encuentro vulgar.

¿Su mamá no la regaña por oír Mujeres W?

Ella no sabe que de vez en cuando escucho a esas mujeres con risa de puta hablando de sexo y posando de liberadas sólo para cautivar oyentes necesitados de morbo auditivo.

¿Habla con su mamá de sexo?

No, en mi casa no somos muy amigos de poner de moda un discurso, una práctica, sólo porque una supuesta doctora del sexo lo aconseja en televisión.

¿Qué le dice su novio cada vez que usted escucha Mujeres W?

El no dice nada, yo soy la que le digo que no soporto a esas viejas.

¿Y anda muy enamorada?

Muy es una palabra exagerada para hablar de amor.

¿Usted es virgen?

No

¿A qué edad la perdió?

“Perder la virginidad” es una expresión tan idiota como “hacer el amor”.

¿Cómo fue la primera vez?

Nada del otro mundo, había leído tanto sobre sexo que no parecía la primera vez. Me parece absurdo que haya mujeres que pretendan llegar al sexo como animales indefensos y que confundan pureza con ignorancia.

¿Con qué frecuencia ver porno?

Con mucha frecuencia.

¿A una mujer le parece excitante ver porno?

Yo no puedo hablar por todas las mujeres.

¿Le gusta ver porno sola?

¿Y por qué lo ve?

Porque estoy obesionada con el comportamiento humano, con la relación entre hombres y mujeres, con la sexualidad humana, con el discurso cinematográfico, con diversas formas de violencia y humillación, con los límites de la imaginación, con las adicciones, con la idea del cuerpo como máquina… Mientras veo porno pienso en muchas cosas, nunca lo uso para alegrarme el rato.

¿Qué tanto se masturba?

Nunca, si el sexo es gracioso la masturbación es digna de una película de Todd Solondz.

¿Tiene vibrador?

Esa es otra moda creada por el cine porno. No, yo que voy a tener juguetes como la profesora de piano.

Hablemos de posiciones: ¿Cuál es su favorita?

Ver a dos hombres agotadísimos con una mujer insaciable que se les ríe en la cara.

¿Qué opina del sexo en el agua?

Es otra moda creada por el cine porno.

¿Luz prendida o apagada?

Prendida, apagada y a media luz.

¿Y en sitios raros?

No, me parece idiota, más clichés de cine porno.

¿Entonces sus fantasías son más de hacer cosas raras que de lugares?

No, ¿qué “cosas raras” pueden hacer un hombre y una mujer con dos cuerpos con características particulares? Lo que se hace está limitado por el cuerpo.

¿Y un trío?

No, debe ser horrible pasar la faena y luego mirarse la cara y conversar, no me gusta conversar con dos personas al mismo tiempo.

¿Pero lo haría para complacer a su pareja?

A mí pareja también le asquean los tríos.

¿Qué es lo más lejos que ha llegado con una mujer?

Un beso

¿Por qué cree que dos mujeres es la máxima fantasía masculina?

Porque si no pueden con una mucho menos van a poder con dos, es la gran fantasía masculina.

¿Cuál es la parte más sensible de su cuerpo?

El pelo. Por eso soy intocable.

3. Autoentrevista sobre Virginia Mayer y el matrimonio

A. ¿Cuándo fue la última vez que se autoentrevistó? Si mal no recuerdo usted dijo en tono enfático -como si fuera verdad- que no volvería a hacerlo porque ya no lo encontraba tan divertido.

B. No recuerdo la última autoentrevista pero tengo la sensación de que fue hace menos de un año. Autoentrevista Razonada, creo, es el título pretencioso de nuestra última conversación, dizque para diferenciar esa experiencia de las demás. No recuerdo si dije esa vez que estaba harta de autoentrevistarme, tengo mala memoria y lo peor de todo es que me gusta.

A ¿Definitivamente nunca le va a conceder una entrevista a nadie que no sea usted misma?

B. No.

A. ¿Por qué fue tan dura con Virginia Mayer?

B. Porque ella pensaba que tenía más poder como periodista que yo como Elsy Rosas Crespo y está equivocada, el periodista es la sirvienta de los divos, son los entrevistados los que le dan de comer a esa gente.

A. Yo creería que ella no quería acabar con su imagen, nombre y honra, sino que, muy al contrario, ella quería que todos supieran quién es @ensayista: la twittera que le quita el aliento a medio país. ¿por qué se empeña usted en figurar como una niña grosera o como la estrella de la farándula que nunca será?

B. Porque me divierte, siempre busco pretextos para sonreír y me excito cuando alguien me propone una entrevista y yo primero le digo que sí y luego le digo que no sólo para imaginar cómo cambian los rasgos y los colores de su rostro ante el sí y ante el no. Es un placer inocente, que yo sepa ningún periodista ha muerto porque yo me haya negado a hacerlo sentir inteligente haciéndome preguntas estúpidas, porque estoy segura de que me harían preguntas estúpidas.

A. Defina pregunta estúpida.

B. En este momento no estoy de ánimo para definir.

A. ¿No es un poco vergonzoso que todos y cada uno de los miembros de su honorable familia -enemiga pública de las redes sociales- algún día se enteren de sus pasos y temamos lo peor?

B. Acabas de hacerme una pregunta estúpida ¿cómo se van a enterar ellos de mis aventuras en las redes sociales si las detestan?

A. ¿Es usted consciente de lo ridícula que puede llegar a ser?

B. No

A. Virginia Mayer escribió en Twitter que la propuesta que ella le hizo a usted (nada más ni nada menos que concederle una entrevista a ella -que no es cualquier periodista- para ficcionalizarla luego en Kienyke) es lo mejor que le han propuesto este año. ¿Es cierto semejante esperpento? Hasta donde tengo entendido ese portal es un pasquín hediondo, la síntesis de los errores periodísticos de este pobre país.

B. No

A. ¿Qué es lo mejor que le han propuesto este año?

B. Me han propuesto un ejercicio de convivencia pacífica con un hombre y lo he aceptado.

A. ¿Cómo ha sido esa experiencia?

B. Han sido casi setenta días que ha valido la pena vivir.

A. ¿No es extraño vivir la primera Luna de miel a los cuarenta y dos años?

B. Supongo que sí.

A. ¿Estaba en sus planes devenir en amorosa esposa después de siete años de ser una abnegada novia?

B. No.

A. ¿Por qué aceptó entonces tan dura prueba? Hasta donde tengo entendido usted se jactó hasta hace menos de un año de haber decidido desde que tenía nueve años que JAMÁS se casaría ni tendría hijos ¿así de consecuente es siempre?

B. Acepté porque no tenía más alternativa, mi hermana tuvo que ver mucho en la decisión, ella adora a mi novio devenido en marido. Y como ser humano tengo derecho a cambiar de opinión todas las veces que se me dé la gana.

A. ¿Qué ha sido lo mejor de estrenar marido?

B. Dormir, es cierto lo que dice la leyenda: en tierras frías es mejor dormir de a dos que de a uno porque se calienta uno más rápido.

A. ¿Y qué más la tiene con la boca abierta de esta nueva experiencia?

B. Creo que estoy llegando a la conclusión parcial de que en la convivencia entre un hombre y una mujer el amor es Amor cuando los días transcurren mucho más rápido que antes y hablamos mucho después de cada comida y antes de cerrar los ojos. No es cierto, o por lo menos no lo es en mi caso, que lo más maravilloso sea decir cada mañana con mirada radiante: “Buenos días mi amor”.

4.  Segunda autoentrevista

¿Por qué ha decidido autoentretevistarse de nuevo?

Porque quería escribir dos cuartillas y no se me ocurrió nada original, mientras el agua caía sobre la última taza (el agua me inspira) pensé en la segunda autoentrevista, mi estado de ánimo actual me permite concedérmela. Desde hace varios meses recibo mensajes en los que se me piden juicios sobre temas particulares, creo que esta es una buena ocasión para desarrollarlos.

¿Qué necesita para escribir?

Un estado de ánimo poco usual -muy alegre o muy triste- un tema para desarrollar y música. Para leer siempre escucho la misma música, para escribir también. Leo al son de la música clásica, escribo al ritmo de la popular, música con letra, letras que haya escuchado muchas veces, desde la infancia, música que me haga recordar a mi hermano muerto.

En la primera autoentrevista sus respuestas eran concisas, dice simplemente sí o no, ¿por qué está tan conversadora hoy?

Porque tengo mucho sueño, el sueño y el alcohol me conceden una lucidez poco usual. Me gusta dormir pero también me gusta escribir con sueño y con sueño y con alcohol hablo tanto como en situaciones cotidianas pero siento que soy un poco más explícita.

¿Siempre que bebe es conversadora?

No. Sólo si estoy con personas a las que aprecio mucho, si estoy con personas con las que no me siento cómoda no hablo ni me río. Si una persona no me interesa no me saca una sola sonrisa. Mi manera de decirle a alguien que me gusta estar con él es a través de la risa.

Mientras conversábamos hubo un corte repentino de energía, íbamos comenzando la tercera página y sólo rescatamos una, usted estaba muy sensible, a punto de sentarse a llorar y yo sentía que nos iba a revelar secretos de su personalidad, usted finalmente no lloró, se rió cuando la pantalla quedó en blanco, miró por la ventana, vio a su vecina ofreciéndole el pecho a su hijo y como por arte de magia su estado de ánimo cambió, ya no está triste, está tranquila, no quiere volver a preguntarse lo mismo, su estado de ánimo no se lo permite, ¿cree que estaba escrito que sus lectores no tuvieran el derecho de conocer a la profesora en un estado de lirismo extremo, de los que terminan siendo un poco ridículos, de aquellos que no enternecen sino divierten, tan gratos para usted en las comedias gringas y en la películas de Alex de la iglesia?

Es probable.

¿Usted se cuida de no hacer el ridículo?

Sí.

¿Cree que lo logra?

Sólo en la vida real, la mejor manera de hacer el ridículo sin que lo vean a uno es a través de la escritura, por eso me gusta escribir, porque puedo decir todo lo que se me ocurra sin mirar a quien lee a los ojos, sin dar explicaciones, sin aceptar reclamos, con total libertad; la vida cotidiana no ofrece este placer. La voz y la mirada pueden ser más implacables que un texto que se lee. En las conversaciones siempre interfiere la risa, yo me río mucho cuando hablo, cuando escribo también me río pero tengo pleno control sobre lo escrito, normalmente escribo riendo o llorando y el lector no se entera cuándo río o cuándo lloro, qué me inspira risa y qué llanto.

¿Siempre que escribe ríe y llora?

La mayoría de las veces no lloro, digamos que lloro un 3% pero casi siempre que escribo río.

Dicen que quien ríe se halla en una posición de superioridad en relación con quien no conoce el motivo de su risa o, en el peor de los casos, tratándose de la escritura, el lector llora porque sospecha que usted escribió bajo el efecto de un estado lírico cuando en realidad usted escribió bajo el efecto de un estado de ánimo festivo. ¿Usted quiere que sus lectores lloren o rían cuando la leen?

Yo sólo quiero que lean

¿y cree que la leen?

¿Por qué está tan segura?

Por las estadísticas

¿Cuáles estadísticas?

Las de los blogs

¿Cuáles blogs?

Los virtuales

¿Cuántas personas la siguen diariamente?

2000

¿y a usted le pagan por leerla?

No

Entonces, ¿por qué escribe?

Porque escribiendo he conocido gente que me interesa mucho. En los blogs y en Facebook de vez en cuando aparecen comentarios que me inquietan, confesiones que me estremecen, mensaje privados que me impactan. La virtualidad es algo serio para mí, es parte de mi trabajo, seguir blogs o leer comentarios es un proceso de lectura, no menos rico o serio que la lectura de un libro, esta autoentrevista, por ejemplo, es un proceso de escritura serio y el único fin es que sea leído en internet, no tiene pretensiones eruditas, no aspiro a que aparezca publicado en una revista para intelectuales o para profesionales, cualquier persona se puede encontrar con este texto y lo mas seguro es que se enganche, que lea, se ría un poco, piense un poco, me imagine un poco y le quede una idea vaga de una señora que goza autoentrevistándose porque encuentra muy formales las entrevistas de persona a persona pero, de todas maneras, quiere expresarse, quiere que a quien le interese, sepa un poco sobre la naturaleza de quien escribe, de quien lee y relee lo que escribe con la ilusión de que dos mil personas la lean cada día y sientan que el tiempo de la lectura no fue tiempo perdido, que valió la pena escribir porque valió la pena leer.

5. La hijueputa esa (autoentrevista)

Quiero a este pueblo áspero, vivo, último tipo de las sociedades primitivas y que, al hacer alto a mediodía, tumbado a la sombra, bajo el vientre de sus camellas, se burla, mientras fuma su chibuquí, de nuestra valiente civilización que tiembla de ira.

Gustave Flaubert

****

– ¿Por qué comenzamos con este fragmento de una de las cartas de Flaubert a Louise Colet?

– Porque siempre, cuando camino, recuerdo esa frase y me gusta mucho. Me gusta sentirme como el señor bajo el vientre de sus camellas, aunque no fume. La idea de descanso y de desprecio es lo que más me seduce.

– ¿Disfruta haciendo temblar de ira a la gente civilizada?

– Aquí no hay gente civilizada, recuerde que estamos en Colombia. Me gusta burlarme de la gente exitosa y de la idea que tienen de éxito.

– ¿Está pensando en Virginia Mayer y en las frases desobligantes que escribió ayer sobre usted en su cuenta de Twitter?

– Sí, estoy pensando en ella, todavía trato de entender por qué se descontroló tanto si no es la primera vez que me burlo de sus poses en este blog.

– ¿Será porque la ridiculizó más de la cuenta explicándole por qué no es Bukowski con vagina?

–  Probablemente.

– Hablemos de lo que Virginia Mayer dijo de usted anteponiendo a cada prejuicio el sonoro ¡La hijueputa esa!, una expresión tan colombiana.

–  Dijo que no sé inglés, no he presentado obras en la feria del libro, no he entrevistado a nadie, no tengo una maestría y no he publicado en ninguna revista. Insinuó también que soy ama de casa.

– ¿Es cierto eso que ella dijo de usted? ¿En realidad es usted tan poca cosa? ¿No ha cosechado ningún triunfo? Trate de explicarnos de forma concreta y sin llorar qué piensa de esos juicios.

– Mi vida ha consistido en despreciar todo eso que ella aprecia y usa como carta de presentación. Se supone que sé inglés pero hago lo posible por pensar, escribir y hablar sólo en español. Creo que mi lengua materna es un tesoro y siendo yo hispanohablante no necesito presumir con el inglés o con cualquier otro idioma. Otra sería la historia si yo fuera rumana o japonesa. Mi política lingüística ha sido siempre clara: si quiere hablar conmigo aprenda español. Prefiero explorar el español que balbucear otras lenguas para parecer cosmopolita, globalizada o internacional.

– Ahora hablemos de las obras que usted no ha presentado en las ferias del libro.

– Las ferias del libro no me interesan ni siquiera para comprar libros, prefiero las librerías o las bibliotecas. Formo parte del campo intelectual y, como se podrá imaginar, casi toda la gente que conozco ha publicado por lo menos dos libros. La mayoría de mis amigos y conocidos han presentado sus obras en ferias de libro, bibliotecas, librerías, centros culturales, universidades… La idea de convertirme en vendedora de libros, de autopromocionarme, de hablar de mis procesos de escritura, de invitar a un amigo para que hable ante mí y ante un público inocente de lo inteligente que soy, de lo bien que escribo, de la pureza de mi estilo, de mis influencias, maestros y lecturas fundamentales tampoco me seduce.

Aunque usted no lo crea soy una persona humilde y sencilla y no soportaría sentarme a hablar de  mi cerebro en público; tampoco soportaría que alguien hablara de la grandeza de mi ser, la profundidad de mis ideas y la originalidad de mis palabras en mi presencia, para vender libros. Eso no lo soportaría, lo supe cuando vi a mis amigos pasando por ese espectáculo tan denigrante.

– Usted no ha publicado un libro . ¿Por qué?

– Porque no me interesa, cualquiera publica un libro en Colombia, es muy fácil, además tendría que promocionarlo, venderlo, venderme para vender mis libros. Eso es algo a lo que no estoy dispuesta, sería una experiencia muy fuerte para mí. Me parece más emocionante verme citada en otros libros, que se hable de lo que escribo aquí en las ferias del libro, estar ausente de cuerpo pero presente en la mente de las personas que hablan sobre escritura. Eso me gusta más, me parece un juego muy divertido.

– Virginia Mayer dice que usted no ha entrevistado a nadie. ¿Toma esa acusación precedida de ¡La hijueputa esa! como una gran ofensa?

– No he entrevistado a nadie porque no soy periodista, no me imagino entrevistando a nadie que no sea yo misma. Cuando Virginia me propuso un perfil para KienyKe, cuando me dijo que la gente quería saber quién era Ensayista, sentí lo mismo que siento cada vez que alguien se siente ante mí como ante un ser excepcional o digno de ser entrevistado. Cuando me proponen una entrevista pregunto siempre qué me van a preguntar y cuando me lo dicen quedo todavía más confundida y desilusionada porque los periodistas colombianos hacen preguntas muy estúpidas. No aspiro a entrevistar a nadie que no sea yo y no le acepto entrevistas a nadie que no sea yo, esa es mi política periodística.

– ¿Tampoco tiene una maestría?

– Sí la tengo y es gracioso saber que a la gente le importan ese tipo de cosas. Los títulos académicos significan muy poco para mí, casi nada. Lo que me importa de verdad es lo que he encontrado fuera del sistema educativo, eso ha sido lo mejor.

– ¿Tampoco ha publicado en revistas?

– Si, he publicado en revistas, parece que no es fácil encontrarlas. Eso tampoco me interesa mucho, ni siquiera guardo los ejemplares que me envían por ser la Autora de uno de los textos publicados. La meta es no volver a publicar en ninguna revista impresa, rechazar todas las ofertas que tengan que ver con publicación de libros, participación en ferias y fiestas, columnas de opinión y participación en revistas. Todo está tan degradado que la mejor alternativa sigue siendo internet.  A eso le estoy apostando desde hace unos diez años.

– ¿Es usted ama de casa?

– Supongo que sí, no tengo mucama ni negrita, me ocupo yo misma de todo lo que necesito para vivir.

6. Autoentrevista al estilo Tómbola de la revista Cromos

¿Cuánto dura un rato feliz?

La palabra rato es una palabra fea, es más hermoso pensar en instantes.

Una canción que le levante el ánimo.

Ninguna.

Una motivación para dejar la cama un lunes.

No tengo nada en contra de los lunes.

¿A qué edad regresaría?

Nunca me he ido.

Su mayor acierto en un escenario.

Callar a la gente con la mirada.

Lo mejor de ser irreverente.

No aspirar a serlo.

Un libro de autoayuda para recomendar.

La primera parte de Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva.

Un espacio para esconderse y olvidarse de todo.

No necesito esconderme ni olvidarme de nada.

¿A quién sueña conocer?

A nadie.

Un tuit para sus enemigos.

No tengo enemigos.

¿Qué está sobrevalorado en la sociedad?

Los seguidores en una cuenta de Twitter.

Un plan para distraer la cabeza.

Mirar por la ventana.

Un remedio para combatir la tristeza.

Caminar.

¿Qué momento de su vida borraría?

Ninguno.

Su mayor embarrada.

Ninguna.

¿Cuándo fue la última vez que lloró de felicidad?

No suelo llorar de felicidad.

¿A quién ha hecho feliz?

A toda la gente que me conoce.

¿Qué la entristece?

Las preguntas estúpidas.

¿Cómo le gustaría que la recuerden?

Como una persona que pasó la mayor parte de su vida descansando.

Una pelea.

La del Bolo y el Gringo. Es muy buena esa pelea.

¿Qué es la felicidad?

No hacer nada pero hacerlo a conciencia.

¿Qué la mantiene alerta?

Mi cerebro.

¿Cuál ha sido la peor crítica que le han hecho?

Que sigo a muy poca gente en Twitter.

¿Qué le saca la piedra?

La expresión que usted acaba de pronunciar. Y es dizque periodista.

¿Qué la aburre?

Una conversación de más de tres personas.

¿Qué la entretiene?

No soy una persona a la que haya que entretener.

¿En qué es aprendiz?

En nada.

¿Qué cambiaría de usted?

Nada.

Una deuda.

No tengo deudas.

Un sueño recurrente.

No suelo soñar.

Lo positivo de morirse un día de estos.

Esa no es una pregunta inteligente.

Una palabra que la defina.

Dulzura.

Lo peor de ser irreverente.

Que tanta gente en Colombia crea que lo es cuando en realidad son imbéciles.

De todas sus opiniones, ¿con cuál se queda?

Con todas.

Un compañero inseparable.

La ropa.

¿Adónde van a parar los secretos?

No tengo secretos.

¿El secreto para reinventarse?

Esa pregunta se la debes hacer a Madonna.

¿Qué la desvela?

Nada.

¿Un episodio que no repetiría?

Volver a estudiar.