Archivo | enero, 2020

Mil lectores en quince días y eso que nadie me conoce ni me quiere

19 Ene

Para comenzar, tres reflexiones de Virginia Woolf pocos años antes de morir, es decir, poco antes de 1941:

  1. Todo eso de ser tan distinguida y tan culta, es algo que hay que eliminar sin contemplaciones.
  2. No, decididamente no voy a escribir para las revistas que pagan mejor, de hecho, soy incapaz de hacerlo. De ese modo estoy poniendo diariamente en práctica Tres guineas.
  3. Las cartas me irritan. Ni una sola que sea desinteresada. Siempre piden algo: que hable, que escriba, que dé una conferencia, que vea a tales personas. Eso es la fama.
    Hay un ensayo famoso titulado: “Me he ganado la vida sin trabajar”. El autor habla de la escritura, de vivir de la escritura.

Fue un hombre feliz y realizado porque su gran placer consistía en escribir y además le pagaban por hacerlo, era una especie de emprendedor antes del emprendimiento, una excelente influencia para mí antes de la existencia de los influencers y de internet. Me eduqué para ser enemiga del trabajo y a lo largo de la vida he buscado libros que me ayuden a justificar el ocio, la aristocracia del alma, la vida sin tiempo, el cultivo del alma, la falta de interés por el dinero y la risa franca mientras escribo y mientras camino viendo sufrir a los demás.

Nuestro autor era un autor de otros tiempos, de la época en que no había internet ni redes sociales y sabíamos de la vida de los Grandes gracias a la publicación de sus Diarios y sus Cartas, los buenos tiempos en los que literatura se escribía con L mayúscula. En ese tiempo vender libros ya era un negocio pero no era un negocio tan grotesco como el que vivimos en el siglo XXI, el siglo de la incertidumbre, las redes sociales, las adicciones, la enfermedades mentales, la crisis ambiental, laboral y familiar, el caos en el transporte urbano y el límite más absurdo de consumo, viajes, apariencia y banalidad.

Las tres citas de Virginia Woolf son perfectas para pensar en mi propio proyecto de escritura y todavía no sé si mis decisiones radicales tienen algo que ver con la lectura del Diario de la autora de Una habitación propia y Tres guineas, dos libros que también fueron un gran influencia desde más o menos hace unos treinta años, o si le debo más en lo relacionado con mis ideas radicales a Schopenhauer, Pascal, Flaubert, Bernhard y Chandler, todos hombres, por supuesto. El hecho es que probablemente esos tres libros más la lectura de varias novelas de Virginia Woolf, más la lectura de varias biografías de más de mil páginas en las que narran los detalles minuciosos de la vida de Virginia Woolf, influyeron en buena medida en la idea que tengo de la escritura como negocio.

Escribo desde hace veinte años y mi gran orgullo y placer es simple: siempre ha sido gratis porque escribir es como amar y el amor no se cobra porque se convierte en prostitución, esa última reflexión se consolidó en mi vida leyendo a Ovidio y la afiné un poco más leyendo a Daniel Pennac. Para Daniel Pennac el amor y la lectura son gratis porque son placenteros, para mí es más placentero escribir que leer y por eso regalo la escritura, porque me parece vil cobrar por hacer lo que más me gusta.

Al Clásico del siglo XX le parecía elegante vivir de la literatura, a mí me parece más elegante vivir de la renta, la herencia o la docencia y esquivar como quien huye de la peste todo lo que tenga que ver con vender la escritura y venderse uno mismo como escritor, pensador o sabio en revistas, ferias y fiestas porque la escritura está completamente devaluada y cualquier persona escribe un libro con la ilusión no sólo de vivir de eso sino también para posar de artista.

Esta mañana leí este hilo envidioso de la escritora varada sobre la miseria que gana ella con su libro sobre la depresión y lo bien que le va a la influencer que gana 17 millones por cada historia en Instagram y me hice la siguiente pregunta:

¿Es más triste ser Margarita Posada buscándole pelea a la estrella de los niños porque no sabe nada de depresión o es más triste que la gente más influyente sea tan joven y no sean precisamente filósofos ni artistas sino gente bonita bien asesorada con un excelente plan de negocios?

Supongo que es mejor ser Luisa Fernanda W porque es muy joven, seguramente hace lo que le gusta y gana bien, es como nuestro autor clásico:

posada

Vi Vita & Virginia y pensé en Tefa, en Carolina Sanín y en Amalia Andrade

16 Ene

Ayer vi Vita & Virginia y pensé en Tefa, en Carolina Sanín y en Amalia Andrade. En Tefa porque me quería echar mano, le gustaba mi carácter y mi pluma y soñó como tantas otras mujeres seductoras -mucho más graciosas y arriesgadas que los hombres para declarar su amor o su deseo- en que por fin me iba a seducir y, como siempre, se estrelló contra un muro de concreto. Pensé en su frase probar mujer y creo que la película es muy graciosa porque no hace pensar en arte sino en porno y sospecho que muchas mujeres salen de la sala con deseos lésbicos sólo para sentirse un poco como Vita haciéndole ver el universo morado a Virginia a través de sus dedos.

En tiempos de Virginia Woolf una relación homosexual era un escándalo, hoy en día lo escandaloso es ser mujer, interesarse en libros y no haber hecho la tijera, eso causa mucho desconcierto, hace ver a las intelectuales como mujeres anormales. Pensé en Amalia Andrade y en su novia actriz, me imaginé a la gran vendedora de libros sintiéndose como la rebelde que escribe, sospecho que ella se toma por Virginia alias la loca depresiva que se quiere matar y Marianela González debe representar muy bien el papel de la andrógina, entre sollozos se deben decir te amo Orlando.

Bukowski lleva medio siglo haciéndole creer a los incautos que para escribir es preciso beber, salir con putas y pelear, Virginia Woolf es cada día más imitada al peor estilo Bukowski porque muchas mujeres inocentes creen que para ser artista es preciso ser lesbiana, loca y suicida. La marca de Bukowski no es el alcohol y el combo de Virginia Woolf tampoco lo es y, sin embargo, gente como Amalia Andrade al usar el paquete completo (lesbiana, depresiva y suicida), para vender libros basura, incentiva a muchas mujeres a caer en la depresión o a devenir en lesbianas. Parece increíble creer que la homosexualidad y la depresión devinieron en moda pero esa es nuestra triste realidad.

Llegué a la casa un poco trastornada porque en la película Virginia es rubia y para convencerme de que esta es la peor payasada que he visto sobre la escritora más grande del siglo XX me senté a repasar su Diario, más exactamente la parte en la que detalle su relación con Vita Sackville-West, y ahora sí que terminé muerta de la risa porque me encontré con frases perfectas para escupirle en la cara a Carolina Sanín.

Escribe Virginia Woolf en su Diario:

Todo eso de ser tan distinguida y tan culta, es algo que hay que eliminar sin contemplaciones.

No, decididamente no voy a escribir para las revistas que pagan mejor, de hecho, soy incapaz de hacerlo. De ese modo estoy poniendo diariamente en práctica Tres guineas.

Las cartas me irritan. Ni una sola que sea desinteresada. Siempre piden algo: que hable, que escriba, que dé una conferencia, que vea a tales personas. Eso es la fama.

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Autoentrevista

6 Ene

De pequeña quería ser…

Independiente de los adultos, en pocas, palabras: vivir sola.

¿Cuál es el mejor consejo que le dio alguno de sus padres?

No trabaje pero no ande sin plata.

¿Con quién le gustaría quedar atrapada en un ascensor?

Con Carolina Sanín para meterle otro susto.

¿Cuándo fue la última vez que lloró?

Ayer. En otra entrevista pero vía Whatsapp

¿Qué música le sirve para trabajar?

No se puede dar clase y oír música en simultánea

¿Para qué sirven los premios?

Para vivir sin trabajar

¿Qué significa ser escritor?

Escribir sin dificultad

¿Cuál es el último libro que le hizo reír a carcajadas?

Las personas inteligente no ríen a carcajadas leyendo libros

¿Y el que mataría por haber escrito?

No mataría por ningún motivo

¿Qué personaje de la literatura o el cine se asemeja a usted?

Esa pregunta se la tienes que hacer a mis fans

¿Cuál ha sido su gran experiencia?

Vivir sola durante treinta años sin gato, perro, matas ni gente.

¿Qué le diría a Santos si lo tuviera delante?

No le diría nada

En una fiesta de disfraces, ¿de qué se disfrazaría?

De vaquero

¿Qué la deja sin dormir?

Duermo como una bestia todas las noches y además tomo siestas todas las tardes a veces de tres horas. Uno duerme en paz si come bien, descansa bien, está satisfecho con su vida, no envidia al prójimo y no molesta a nadie.

¿Tiene un sueño recurrente?

No. Casi nunca sueño

¿Y un olor preferido?

Aromática de tomillo con gengibre

¿Qué siente cuando ve su foto en los diarios?

Siento que esa señora no es seria

Respecto a su trabajo, ¿de qué está más orgullosa?

De haber trabajado tan poco y haber descansado tanto

¿Cuál es la noticia que siempre ha esperado leer?

Que después de Fernando Vallejo nació otra gran escritor colombiano. Llevo veinte años esperando.

¿Cómo ve el futuro de Colombia?

Espero verlo mejor en periodismo, literatura, humor y política porque creo que en este momento estamos tocando fondo y no podemos caer más bajo ni estar más faltos de dignidad.

¿De estos escritores cuál le parece peor?:

Ricardo Silva Romero, Carolina Sanín, Juan Esteban Constaín, Juan Cárdenas, Julio Paredes, Juan Gabriel Vazquez, Evelio Rosero Diago, Andres Mauricio Muñoz Molina, Pilar Quintana, Margarita Posada, Gloria Susana Esquivel.

¿Sigo con la lista o me dice que va a vomitar?

Mejor no siga porque soy una persona sensible y delicada.

¿Usted cree que Giuseppe Caputo sabe quién es usted?

Sí. Lo vi en un café hace como tres meses y es obvio que me conoce y me teme.

¿Qué impresión le causó?

Es una florecita delicada como casi todos nuestros escritores y sospecho que escribe puras bobadas del tipo Piedad Bonnett o Héctor Abad, nuestros escritores consagrados que le han hecho tanto daño a la literatura colombiana con tanta sensiblería ramplona. No he tenido el valor para leerlo, no soy tan valiente. Pocos días después me trató de resentida hijueputa vía Twitter sólo por hacerle una pregunta.

¿Usted qué le preguntó?

Le pregunté si en vista de que la corrupción tiene acabado a este pobre país y los escritores se parecen cada día más a los políticos en sus poses, sus mentiras, sus roscas y sus infamias no creería que valdría la pena dejar de acaparar todos los espacios culturales con sus amiguitos de la rosca sin talento pero con contactos que se tomaron el Caro y Cuervo y la feria del libro.