El descubrimiento de Fran Lebowitz
12 FebHoy me enviaron un enlace y me dijeron: mire a esta señora, se parece un poco a usted.
Vi y sí, claro, pensé en mí misma.
Nunca la había visto, no había oído mencionar ese nombre y mientras más sabía de ella más me sorprendía, es como si ella y yo fuéramos la misma persona, pero ella nació veinte años antes que yo, habla en inglés, vive en Nueva York y no tiene nada que ver conmigo.
Me sorprendió que ama lo mismo que yo amo y odia lo mismo que yo odio. No ama el dinero, el poder ni la fama, no le gusta viajar y tiene porte masculino, es crítica hasta el límite, tiene excelente sentido del humor y el don de la conversación; cree, como yo, que no le deberían pagar por hablar sino por desplazarse porque no le gusta, es sibarita, hedonista y egoísta como yo. Una mujer de ideas radicales que no está dispuesta a ceder ni a ponerse a la orden del mercado y los mercaderes.
Somos muy parecidas pero somos muy diferentes. Cuando me fijé en las fotos pensé en mi cara y en mi actitud del pasado y pensé si podría tener una cara y una actitud similar a la de la señora dentro de veinte años.
Me sentí ante mi doble, ante una persona que podría comprenderme y ante una mujer admirable, gigante y valiente como yo.
Con ustedes, mi doble:
Contra la bicicleta como medio de transporte en Bogotá
2 FebBogotá es una ciudad inmensa que cada día crece más. Algunas personas deben recorrer trayectos diarios de más de dos horas para ir de su casa al trabajo y del trabajo a la casa y desde hace un buen tiempo surgió la moda de sentirse moralmente superior porque se llega al trabajo en bicicleta (y tiene gato).
Moda es moda y millones de personas se toman por los nuevos héroes de la vía porque soportan sol y lluvia, humo negro y vías desastrosas.
Yo los veo desde la ventana de mi buseta y me pregunto asombrada:
¿Son bobos a conciencia o nacieron para sufrir?
A medida que pasa el tiempo crece el número de personas masoquistas que se exponen diariamente a este tormento físico con la pretensión de que son humanos conscientes, amantes del planeta, ciudadanos ejemplares y como las masas tienden a imitar los comportamientos aunque sepan que son errados ahora ir en bici es casi que una cualidad intelectual. Los que vamos a pie somos tontos.
En vez exigir que mejore el transporte público los amigos de la bici incentivan a sus congéneres para que hagan deporte en ropa de trabajo antes de llegar a la oficina. Cualquier persona que haya practicado el ciclismo con cierta regularidad sabe que después de media hora de trayecto el ciclista no sueña con llegar a trabajar sino con darse un baño, cambiarse de ropa y descansar un buen rato.
Comentarios recientes