Las oraciones de la lengua hablada, como el inglés o el japonés, están destinadas a la comunicación verbal entre seres sociales impacientes e inteligentes. Logran la brevedad al omitir toda información que el receptor es capaz de completar mentalmente deduciéndola del contexto. En cambio el “lenguaje del pensamiento” en que se expresa el conocimiento no puede dejar nada a la imaginación, ante y sobre todo, porque él es la imaginación.
Steven Pinker en ¿Cómo funciona la mente?
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