Hay que escupir sobre lo que posee la gente para que desaparezca

3 Jul

La gente que, naturalmente, está establecida y tiene su puesto asegurado, y que tiene casas y trajes graciosos y bonitos -lo que puede ser muy bonito- tiene siempre miedo de las revoluciones, mientras que los que no tienen nada y andan desnudos por ahí no tienen por qué sentir miedo, para ellos es, en cualquier caso, un momento de exaltación el que arda la casa del amo. Eso está bien, pero todo el que tiene algo, aunque sólo sea un pan con mantequilla, quiere poder zampárselo tranquilo. Si su vecino, que no tiene nada, se lo quita de un manotazo o le escupe encima, resulta desagradable y repugnante. Cuando yo iba al colegio -siempre llevaba un almuerzo, un pan- había uno que venía siempre en el recreo y me decía: «¿Me das tu pan?», y lo decía echando tanta saliva que siempre le daba enseguida el pan. Realmente era un buen método ¿no? Tendrían que aprenderlo los revolucionarios: hay que escupir sobre lo que posee la gente para que desaparezca. Burlarse no basta, hay que escupir encima.

Thomas Bernhard

Deja un comentario