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Carolina Sanín y Luciana Cadahia

5 Jun

Las redes sociales son más adictivas que el basuco y cuando las personas torpes usan las redes sociales suelen mostrarse más torpes de lo que pueden llegar a ser hablando o escribiendo por más educación, viajes y amigos que hayan sumado a lo largo de sus tristes vidas.

Luciana parece la hija de Carolina y tienen mucho en común: son mujeres feministas, mamertas arrogantes, cuaderneras convencidas de que son más feministas y más mamertas que las demás mujeres y además forman parte de la rosca intelectual colombiana, que también tiene tentáculos en el exterior; forman parte del grupo de niños y niñas mimados, malcriados y caprichosos convencidos de que las redes sociales son más que una congregación de adolescentes solitarios con dificultades para relacionarse en la vida real con otros seres humanos. Ellos creen que van a cambiar el mundo y que sus jefes tienen que postrarse ante ellos porque están acostumbrados a satisfacer todos su caprichos porque así fueron educados por sus padres.

Ellos, unos veinte mocosos de más de treinta y cinco años que sólo han sabido relacionarse con gente como ellos porque no les gusta juntarse con la chusma y que gracias a esa marginación voluntaria son unos tarados sociales, gente torpe a más no poder para usar las redes sociales y las relaciones laborales, pobres seres desvalidos y blandengues que a pesar de que tengan cédula desde hace mucho tiempo y a pesar de que se sientan muy seguros porque son muchos -como si fueran adolescentes norteamericanas de una institución de educación media- ellos, en su inocencia, creen que tienen más poder que las instituciones para las que trabajan porque hablan fuerte en las redes sociales y son retuiteados por centenares de personas que aspiran a existir aunque sea en los sueños de estos poetas, pensadores, profesores y locos.

Carolina Sanín fue despedida de la Universidad de los Andes por andar peleando con los niños más groseros de Facebook y Luciana Cadahia fue despedida de la Javeriana al parecer porque adoctrinaba a sus discípulos en Cátedra Petrista. Carito lleva como cinco años en esa pelea y Lucianita lleva una semana pero ha armado mucho más alboroto.

Para el lector frecuente de este blog va la siguiente pregunta:

¿En la Universidad Javeriana explicarán primero si ya terminaron de revisar el trabajo de grado de Catalina Ruiz-Navarro para saber si incurrió o no en plagio en más o menos cuarenta páginas o le explicarán primero al país y a la Comunidad Académica Internacional por qué Luciana Cadahia fue despedida de la Universidad sin una razón?

Todos los semestres las universidades públicas y privadas renuevan su planta de profesores y es algo a lo que estamos acostumbrados desde hace mucho tiempo. ¿Por qué Lucianita arma semejante show cuando ella y todos sabemos que en este momento en Colombia a centenares de profesores no les renovarán el contrato o serán despedidos sin ninguna explicación y les desearán éxitos en sus proyectos futuros?

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Catalina Ruiz-Navarro y Gustavo Rugeles

8 Feb

Desde hace más de seis meses el portal Plagiosos está esperando una explicación de Catalina Ruiz-Navarro, la Universidad Javeriana o El Espectador sobre el plagio comprobado de cuarenta páginas en su trabajo de grado para ejercer como filósofa. Ese mismo portal ha ido revelando nuevos plagios y autoplagios de la feminista estrella y todos los medios siguen guardando silencio. En las redes sociales menos de diez personas han llamado la atención sobre el delito y ninguno de esos análisis o llamados de atención han logrado que los medios se fijen en el tema y la pregunta sigue siendo la misma: ¿Por qué los medios protegen a Catalina Ruiz-Navarro si todos saben que a medida que pasa el tiempo tiene menos credibilidad? ¿Por qué un asunto tan serio como el plagio en una persona que se posicionó como figura pública, intelectual, periodista y feminista pasa desapercibido en Colombia y hechos que deberían escandalizarnos menos porque son pan de cada día en uno de los países más subdesarrollados y violentos del mundo puede ser objeto de indignación durante semanas por medios oficiales, portales independientes y por tuiteros como si se tratara de un hecho extraordinario?

Gustavo Rugeles agredió a su novia en diciembre pasado y también agredió a su novia anterior hace dos años. En una hora tres mujeres en Colombia se acercan ante la autoridad competente para denunciar maltrato y violencia intrafamiliar, en quince días de 2018 en Colombia han muerto más de siete mujeres y quien cometió el crimen fue su pareja sentimental. El Caso Gustavo Rugeles ha sido registrado en todos los medios, fue primera página en El Espectador el domingo anterior, Daniel Coronell se ocupó del “nazi de Bosa” en su columna dominical de la revista Semana y el pobre muchacho, usado por los poderosos para publicar información delicada falsa o verdadera en el portal llamado El Expediente -donde aparece como Director- el pobre hombre enamorado del poder y de los poderosos, joven aspiracionista como Catalina Ruiz-Navarro pero machista y sin fotos en bikini y como si fuera poco residente de Bosa (¿a quién le importa la vida y la suerte de un habitante de Bosa?), ese hombre que seguramente necesita ayuda psicológica y no ser usado como escudo entre enemigos que ejercen como políticos, abogados y periodistas poderosos que quieren más poder porque son avaros y escriben con odio, ese ser inocente llamado Gustavo Rugeles ha sido objeto de análisis y de repudio en todos los medios y la pregunta es simple: ¿Por qué siendo la violencia contra la mujer un hecho que no debería escandalizarnos tanto porque vivimos en medio de esa violencia desde que Colombia existe como República Independiente y mientras escribo esta frase un hombre está humillando, violando, despreciando o dándole golpes a la mujer que “ama”, por qué si el caso Rugeles es uno entre millones y han muerto varias mujeres en dos semanas en manos de sus parejas, por qué ese caso en particular ha sido y sigue siendo tan importante para todos los medios y tantos columnistas, incluida Catalina Ruiz-Navarro, quien también lo acusó de forma violenta en su columna de El Espectador?

Catalina Ruiz-Navarro. Caso Cerrado

15 Ene

Han pasado casi cinco meses después de que supimos que Catalina Ruiz-Navarro olvida poner comillas y llama rizomas a sus plagios. Ninguna institución seria se ha manifestado: la Universidad Javeriana calla, el Ministerio de Educación calla y Fidel Cano Correa sigue insistiendo en que Catalina es una mujer moderna y aunque no sea inteligente ni rigurosa le gusta su voz y no tenemos por qué complicarnos con un plagio de hace diez años.

Desde hace más de cinco meses dije que un plagio de cuarenta páginas y 53 pares de comillas que hacen falta es indefendible y que quien se atreviera a justificar, negar o defenderlo quedaría como un estúpido, como un corrupto o como un irresponsable y de paso harían quedar peor a Catalina Ruiz-Navarro. Lo dije y parece que no lo tomaron en serio y entonces llegaron a defender y a justificar el delito -porque el plagio es un delito-. Han ido llegando de uno en uno cada quien con su numerito. Llegó la feminista, llegó la buena mujer, la mujer sensible, compresiva, buena y noble, llegó el jefe, llegó el marido, llegó la mejor amiga.

Sólo falta el Comunicado de la mamá y el ladrido de la perra y queda listo el libreto para montar la versión colombiana de María la de barrio.

No he visto Caso Cerrado, he visto Laura en América, pero lo que dice la gente que ve televisión es que lo de Catalina, el desenlace que ha tenido el asunto, el trato que se le ha dado, da para un capítulo de Caso Cerrado.

¿A dónde hemos llegado?, compañeros de Causa.

¿Para qué sirve la crítica literaria?

15 Ene

Apareció una nueva defensora ilustre de Catalina Ruiz-Navarro: Adriana Cooper. Escribió una columna sentimental en la revista Arcadia sobre el valor de lo pequeño y lo que de verdad importa. Nada dijo sobre los 53 pares de comillas que faltan en cuarenta páginas del trabajo de grado que Catalina presentó en la universidad Javeriana para ejercer como Filósofa y en vez de pedirle explicaciones a ella termina dando a entender que Mario Jursich es una mala persona porque le explica a Catalina Ruiz-Navarro en dos ocasiones que no sabe leer literatura y que debe dar explicaciones sobre su monumental plagio.

Ante la imposibilidad de defender lo indefendible la nueva amiga de Catalina Ruiz-Navarro apeló a las emociones, a la bondad, a que vinimos al mundo a darle besos, abrazos y palmaditas en la espalda a nuestro prójimo y que la crítica literaria no sirve para nada porque todos tenemos defectos y si necesitamos manifestar un sentimiento negativo acerca de otro ser humano debemos hacerlo con palabras dulces y en privado para no herir las fibras más sensibles del otro y para que nosotros ascendamos un paso en nuestro Camino hacia el Cielo. Pura palabrería estúpida de libro de autosuperación para evadir lo que de verdad importa: el plagio de cuarenta páginas y la deshonestidad intelectual de Catalina Ruiz-Navarro.

Busqué información en internet sobre esta erudita y descubrí que es tan polifacética como Catalina Ruiz-Navarro: publica en seis o siete medios y posa de crítica. Ante intelectuales tan poco rigurosas como ella y tan feministas en el peor sentido de la palabra -entendiendo como feminismo defender a las mujeres por su condición de mujeres aunque no tengan talento para nada (la famosa sororidad)-, ante posturas tan lamentables ante la crítica sería preferible que no existiera porque duele mucho saber que personas con supuesta formación académica tengan una idea tan fuera de lo académico, de lo que es el arte y cuál es la función de la crítica y los críticos.

Adriana Cooper asume las obras como cositas lindas y parece no imaginar que si Catalina Ruiz-Navarro se presenta como crítica literaria y maestra en artes visuales uno como lector esperaría que supiera apropiarse de estas obras pensando en las famosas reglas del arte, en la historia y la tradición; uno esperaría de parte de ella interpretaciones pertinentes de las obras que aborda y nos encontramos siempre con su falta de inteligencia, su nula capacidad de análisis, su incipiente formación en teoría y crítica. Catalina y Adriana deberían entender de una vez por todas y para siempre que si quieren acabar con el machismo y con el heteropatriarcado lo primero que deben hacer es empezar a estudiar en serio, repetir las carreras profesionales que hicieron y dejar de creer que los sentimientos y las intenciones están por encima de los hechos, la racionalidad, la teoría y el análisis riguroso de las obras de arte teniendo en cuenta el contexto. Esas son lecciones que se aprenden antes de terminar el cuarto semestre en una carrera de literatura o de artes visuales.

A continuación la parte final del texto de Adriana Cooper, la primera no me interesa mucho. Lea, amable lector, y saque sus propias conclusiones:

“Después de leerlo surgen preguntas: ¿Son necesarios tantos adjetivos y además negativos, para referirse al intelecto de una persona? ¿El hecho de que alguien se equivoque invalida todo su aporte intelectual previo? ¿Juzgamos a la gente con fuerza en el ámbito académico para validar un prejuicio inconsciente que tenemos, quitarnos una incomodidad hacia una situación que nos refleja esa persona, cobrarle algo, o simplemente para sentirnos superiores? ¿Se justifica la vergüenza pública producida por un texto, o hubiera sido más efectivo hablar con esa persona en privado para entender mejor su punto de vista o manifestarle una sugerencia o desacuerdo? ¿Necesita García Márquez que lo respaldemos con tanto ahínco cuando su talento ya hizo que sus obras se defiendan hasta la eternidad? ¿Las respuestas están afuera o dentro de nosotros mismos?

Algunos escritores experimentados suelen recomendar esto a sus alumnos cuando empiezan a escribir cuentos, y algunos autores sin mentor lo hicieron por instinto: “No juzgue al personaje con adjetivos ni incluya reflexiones críticas con el fin de orientar al lector hacia esos juicios para que los ratifique, porque el lector por sí mismo hará su propia interpretación”. Lo mismo podría aplicar a otras situaciones de la vida”.

http://www.revistaarcadia.com/agenda/articulo/adriana-cooper-sobre-catalina-ruiz-navarro-y-mario-jursich/67237

Deleuze y Olímpica Estéreo -a propósito del humor involuntario de Catalina Ruiz-Navarro

15 Ene

Han pasado más de cuatro meses después de que se comprobó el plagio de Catalina Ruiz-Navarro en su trabajo de grado en la Universidad Javeriana para pontificar como filósofa y a medida que pasa el tiempo se vuelve más divertida la historia porque se han agregado nuevos ingredientes que han hecho devenir a Cata en cómica, el sueño frustrado de Carolina Sanín.

El pronunciamiento de Mario Jursich en Facebook dinamizó la historia porque muchas personas consideraron que si alguien como él se pronuncia sobre los 53 pares de comillas que faltan a lo largo de cuarenta páginas entonces debemos empezar a hablar en serio del asunto porque dejó de ser la intriga de una señora chismosa y envidiosa, es decir yo, y se convirtió en un asunto que a todos nos debe indignar y debemos tratar de forma seria, con altura.

Llevamos dos semanas de indignación y creo que sirvió de algo porque se pronunciaron dos grandes personalidades de los medios que minimizaron el plagio de Catalina y exaltaron sus cualidades humanas, su simpatía, su actitud de mujer moderna y su espíritu frentero. Fidel Cano Correa (director de El Espectador) considera que un plagio viejo -de hace diez años- es una especie de travesura de Cata, que debemos olvidar y perdonar porque era joven e inexperta. Eso es lo que da a entender y remata diciendo que aunque no es una intelectual rigurosa a él le gusta su estilo y no la va a castigar.

Luego Matador (caricaturista de El Tiempo), la defendió con estas palabras: Apoyo a @catalinapordios escribe bien y tiene criterio. Acusarla de plagio desde un portal web, es una celada rastrera.

Fidel Cano y Matador no ven el plagio como delito, deshonestidad intelectual y falta de ética sino como una tontería sin importancia y la pregunta que nos hacemos quienes observamos desde la barrera es por qué los hombres poderosos del periodismo protegen y defienden a Catalina Ruiz-Navarro de forma condescendiente, como en actitud de hermanos mayores y si esa actitud no entra en contradicción con el hecho de que ella se presente como feminista empoderada, autónoma e independiente.

También apareció un psiquiatra no tan reconocido y considera que quienes le piden explicaciones a Catalina Ruiz-Navarro tienen un problema de narcisismo, están enfermos y la atacan por su condición de mujer.

De la revista Arcadia le enviaron una entrevista a Catalina Ruiz-Navarro y @jmalaparte tuvo la gentileza de sintetizarla para nosotros y nuestra risa involuntaria:

Le preguntamos a Catalina por el plagio.

–¿Usted no plagió, verdad?

–No.

–¿Nunca se le ocurriría eso?

–No.

–¿No poner comillas ni citar no es plagio?

–No.

–¿Fue un descuido?

–Si.

–¿La atacan por feminista?

–Sí.

–Gracias por aclarar las cosas.

–Gracias por aclarar las cosas.

Y otro tuitero descubrió un nuevo talento en la feminista de moda: Qué ternura: @catalinapordios modifica su acento en función de su público. Antier era chilanga, ayer gomela bogotana, hoy costeña. Por fin entendí el concepto del feminismo pop.

Hoy Catalina publicó su columna de El Espectador y descubrimos que le fascina oír Olímpica Estéreo y entonces nos imaginamos a Deleuze saltando de su tumba no precisamente para perrear con la feminista sino ante el asombro de lo que terminaron haciendo con sus libros.

¿Machismo, racismo, clasismo o simple odio?

19 Dic

Con ustedes el comentario dejado en Facebook por Laura Gómez Camargo, a propósito del plagio de 40 páginas de Catalina Ruiz-Navarro en su trabajo de grado en la Universidad Javeriana denunciado ayer por una figura a la que esperamos ahora sí la Universidad Javeriana y los medios tengan en cuenta para analizar el delito cometido por la columnista, feminista, abanderada de varias causas, todas relacionadas con la ética y la justicia.

Laura cree que si yo denuncio el plagio soy la negra Candela; si es el hombre blanco, rubio, alto, de apellido raro -me refiero a Mario Jursich Durán- es sensacional y debe tomarse en serio. Tengamos en cuenta que Laura es admiradora de Catalina (es decir, feminista) y de forma implícita da a entender que lucha por la justicia y el orden:

“Elsy Rosas Crespo no hace ninguna denuncia de ningún tipo, es como un perfil tipo la negra Candela, llena de bobería y calumnia sin análisis de nada ni crítica de nada. Importante sería sacarla/lo de este debate para que lo del plagio sea tomado enserio, porque yo también vi esto compartido por ese perfil y me pareció otra de sus quejas sin fundamento ni rigor. Ahora que lo veo compartido por Mario, cambia la cosa”.

El segundo plagio perdonado a Catalina Ruiz-Navarro

27 Nov

En 2013 Catalina Ruiz-Navarro plagió a una feminista norteamericana, hubo un poco de revuelo en los medios, algunos intelectuales se manifestaron sobre el delito cometido con premeditación y ella aclaró que fue un descuido, que olvidó poner algunas comillas y siguió posando de feminista empoderada e indignada. No hubo sanción social.

A medida que pasa el tiempo nuestra feminista estrella se consolida de forma más contundente como una de las voces más autorizadas para tratar temas relacionados con la opresión de la mujer, los salarios inferiores que recibimos, los piropos agresivos que hemos tenido que soportar desde tiempos inmemoriales, el derecho a usar minifalda sin que suframos el acoso callejero, la posibilidad de divertirnos viendo porno preferiblemente feminista, entre otros. No se trata de un feminismo serio sino de una pose tonta que vende mucho y no deja de ser preocupante que a medida que pasa el tiempo avanza más y se convence de que está al lado de Virginia Woolf y Simone de Beauvoir, Pierre Bourdieu y Herbert Marder, aunque lo más seguro es que -por ser una estudiante vaga- no haya terminado de leer ninguno de los libros de estos intelectuales que se han ocupado del feminismo de forma seria y desde una apuesta estética que termina siendo una apuesta política porque de eso se trata el feminismo: es una teoría de la acción, no se trata simplemente de pronunciar palabras tontas y discursos digeribles por masas desesperadas ávidas de entretenimiento, es algo mucho más serio, es teoría en acción y compromiso. El feminismo no es marketing y feria de negocios y en eso lo ha convertido Catalina Ruiz-Navarro.

Catalina Ruiz-Navarro lucha sin tregua por el empoderamiento y el asumirnos como seres completos que no somos menos que los hombres. Discute, grita y se acalora con cierta frecuencia, posa de mujer fuerte, contundente, segura… y mientras representan su triste papel nos enteramos ahora de que en su trabajo de grado en la Universidad Javeriana plagió cuarenta páginas, se trata de una investigación muy seria y minuciosa realizada en el portal https://www.plagios.org.

Es un plagio evidente y estas personas a las que no conozco se tomaron muy en serio la denuncia y están recurriendo a diferentes instancias para que Catalina Ruiz-Navarro, la directora del trabajo de grado y la Universidad Javeriana den explicaciones sobre un fraude tan evidente. Pasó más de un mes y nadie se ha pronunciado, había una copia del texto que le concede el título de Filósofa a Catalina Ruiz-Navarro en la página de la Universidad y esta semana desapareció; el público en general ahora no tiene la posibilidad de ver el análisis del plagio y confrontar luego con el trabajo de grado, las fuentes que consultó para copiar párrafos enteros con absoluto descaro, con la seguridad de la persona que está acostumbrada a incurrir en este delito. Es muy preocupante que una institución prestigiosa -la mejor institución de educación superior en Colombia después de la Nacional y los Andes- tome una medida como esta, parece como si la universidad Javeriana estuviera encubriendo a la feminista estrella. El Espectador tampoco se ha pronunciado.

Desde hace más de cinco años he escrito sobre las imposturas intelectuales, la poses y las incoherencias de Catalina Ruiz-Navarro como feminista y como intelectual y ahora que podemos confirmar que todas mis sospechas eran ciertas se interpreta mi preocupación sobre el silencio de la Universidad Javeriana, el periódico El Espectador y la autora del plagio como envidia de mi parte porque no tengo una carrera y no he llegado tan lejos como ella. Catalina Ruiz-Navarro reincide una y otra vez en el delito y el engaño y sus amigos y admiradores la presentan como víctima de acoso aunque saben que si se fijan seriamente en el análisis de sus cuarenta páginas de plagio pueden comprobar en menos de una hora que no se trata de asuntos personales, ajustes de cuentas, envidia ni resentimiento sino de un delito grave que debe ser estudiado con atención y que merece la sanción social y la aplicación de la ley porque está en juego el prestigio de una universidad, de un medio, de una figura pública y el papel que juega Catalina Ruiz-Navarro como intelectual, filósofa, pensadora y feminista empoderada.

¿Por qué debe escandalizarnos que Catalina Ruiz-Navarro incurra en plagio y sea protegida por la Universidad Javeriana, el periódico El Espectador y todos los intelectuales colombianos?

Porque esa reacción nos hace pensar si la falta de justicia de la que tanto se quejan con los políticos corruptos no aplica para los intelectuales. En el portal que analiza el plagio se preguntan sin la corrupción en Colombia es tan profunda que atraviesa todas las actividades, incluida la intelectual, que se debe caracterizar por la honestidad, la entereza y el respeto al trabajo ajeno.

¿Por qué ningún escritor colombiano, profesor universitario, investigador o periodista ha mencionado el plagio de cuarenta páginas en su trabajo de grado en la Universidad Javeriana si es un asunto que nos debería escandalizar a todos?

Reflexionemos sobre el plagio

27 Nov

El nuevo plagio de Catalina Ruiz-Navarro -ahora en su trabajo de grado como Filósofa de la Universidad Javeriana- nos obliga a pensar por qué hay gente que lo hace y por qué algunas universidades no se toman en serio el hecho si tiene implicaciones tan serias.

¿Qué es plagio?

Plagio es no atreverse a pensar y a redactar uno mismo sino dejar que otro piense y redacte por uno. Cuando el escritor perezoso, inseguro y facilista cree que encontró una cita digna de ser escrita por él -aunque la haya escrito otro- la copia sin asomo de disimulo y sin vergüenza para posar de inteligente, profundo, sensible o lo que sea que quiera transmitir a través del robo de la frase, el párrafo o la idea que robó de un autor que no es perezoso, facilista ni deshonesto.

¿Qué tipo de persona plagia?

Plagia la persona que desconfía de su propio talento y seguramente no lo tiene pero quiere llegar lejos posando de intelectual, artista o erudito. Normalmente plagian los estudiantes perezosos y los adultos sin talento; los que sueñan con escribir como los grandes pero no saben cómo hacerlo y ante la impotencia caen en el robo intelectual y se les convierte en vicio. Quien plagia una vez y no es descubierto lo seguirá haciendo hasta que se confíe demasiado y llegue a copiar hasta cuarenta páginas. Copiar, robar, plagiar cuarenta páginas es llegar al límite de la manía de no pensar por sí mismo y no confiar en sí mismo y de paso pensar que los lectores del robo son todos unos completos ignorantes. La persona que plagia se desprecia a sí misma y desprecia a sus lectores, los subestima, los trata como tontos.

¿Es más escandaloso que incurra en plagio un estudiante o un profesional?

Un profesional.

¿Y por qué?

Porque no le da ejemplo a los estudiantes. Si un estudiante ve que una figura pública con títulos universitarios plagia ante la mirada de todos y no pasa nada va a pensar que no vale la pena pensar por sí mismo, que da igual hacer los trabajos con empeño o simplemente copiar. Un profesional debe dar ejemplo, tiene un compromiso social porque está a la vista de todos, debe convertirse en faro moral, en alguien a quien las futuras generaciones deseen imitar y ¿vale la pena imitar a un ladrón de ideas ajenas? No.

¿Qué se esconde detrás de la exigencia de no hacer plagio?

El deseo de respetar el trabajo ajeno, las horas consagradas a la lectura, la escritura, la reflexión profunda y el trabajo honesto. Una persona puede terminar una carrera profesional y no ejercer o ejercer de forma mediocre o sin figurar. Pero cuando el plagiador es figura pública y quiere posar de indignado, cuando defiende una Causa como el feminismo y el empoderamiento de las mujeres pero es un ladrón de las ideas de otros -especialmente de hombres- ofende esa Causa y a todas las personas -hombres y mujeres, intelectuales honestos que creen que no todo está perdido y vale la pena seguir luchando por unos valores y principios que tienen todo el sentido y que debemos hacer respetar.

¿En cuál terreno de la filosofía encontramos el plagio?

Etica y estética.

¿Está perdida la ética? ¿Qué pasó con la filosofía? ¿Qué pasa cuando una filósofa feminista empoderada que se envalentona en contra del heteropatricado y el falocentrismo toma como propias ideas que no son suyas sino en su mayoría de hombres que no saben de su existencia?

Es muy ofensiva esa puesta en escena. Si soy filósofa feminista empoderada y poso de todo eso no se esperaría de mí que robara con absoluto descaro las ideas de otros y mucho menos en su mayoría hombres. No es justo que robe a hombres ni a mujeres pero asombra que luche contra el machismo y no sea capaz de pensar por sí misma sino que otros hombres tengan que pensar por ella y no se atreva a usar las comillas para reconocer el trabajo ajeno.

¿Cuál es el gran riesgo de convertirse en plagiador?

Que la persona pierde toda la credibilidad y aunque diga la verdad siempre vamos a creer que está mintiendo.

¿El plagio es una enfermedad contagiosa y se puede curar?

Es muy contagiosa y más en tiempos de internet; debe ser más adictiva que el basuco pero más traicionera que un admirador tuitero de los que expresan cariño a través de mensajes privados pero nunca lo nombra en público. Cuando una persona roba ideas y le va bien con el robo va a seguir haciéndolo, pasa lo mismo con los que roban tuits o se ocultan detrás de una identidad que no los representa. Salir del mundo de la mentira, el engaño y el robo debe ser más complicado que salir de las drogas más duras porque también carecemos de lectores atentos y de mente suspicaces.