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Me invade la sensación de vuelo

24 Jul

Tengo ansias de perfección

Sin ser mormona aspiro a ser una Santa de los Últimos Días

Ayer mientras veía correr el agua sentí como una especie de voz que me decía «No hagas eso que estás pensando hacer, yo sé por qué te lo digo, no trunques el camino que has construido a lo largo de tu vida, falta poco para que sientas lo que siempre has soñado, déjame guiarte»

Y mi ser entero -cuerpo, mente, cerebro, alma, espíritu y esencia- sintió que debía oír con atención el mandato de esa voz y viví una especie de arrebato místico sin ser monja y sin vivir en un claustro. Para ser una simple mortal se trató de una gran experiencia, algo con lo que había soñado siempre. Mi sueño consiste en vivir experiencias límite hacia arriba no hacia abajo, más cerca de la elevación que de la caída, al lado de la gente común y viviendo una vida común, sin público y sin aplausos, sin premios, menciones ni diplomas.

Pasaron varias horas y mi ser racional me decía que esas voces no son reales sino producto de mi mente y decidí lanzarme a la aventura sin pensarlo mucho, sin fijarme en esas voces sin presencia. La experiencia no se realizó y me dio por pensar que la voz se encargó de que no pasara eso que estaba decidida a hacer. Ahora sospecho que hay Algo que me guía y tiene bellos planes reservados para mí. Recordé que todos mis deseos, al ser deseados de forma tan genuina, se han realizado siempre sin ningún tipo de esfuerzo, sólo con la fuerza del deseo. Es como si existiera un ser mágico que me concede lo  que sueño. Puedo sentir que el futuro me pertenece y sólo debo dejarme conducir por la voz que se manifestó ayer y que seguramente siempre ha estado ahí.

Hoy estaba sobre una superficie elevada con mi ropa leve, con la que paso la mayor parte del tiempo con la ilusión de que al perder peso gano.

Y estando sobre esa altura sentí que no sólo no debía hacer eso que pensaba hacer sino que también debía tomar una decisión radical que le dará un nuevo rumbo a mi vida, que me hará sentir en la cima sin necesidad de estar es un espacio elevado.

Con mis zapatos de ángel y mi capa improvisada decidí renunciar a la comunicación humana a través de medios digitales y entonces bajé la escalera y desinstalé Twitter y WhatsApp, los dos venenos a los que la voz me dice que debo renunciar.

No quiero más amistades virtuales con personas a las que puedo ver y no quiero creer que soy amiga de personas a las que nunca veré. Ahora mi teléfono sólo sirve para llamar y recibir llamadas. Me voy a reconciliar con la vida real, sólo hablaré con personas con cuerpo y sangre.

Censura en Colombia

2 Jul

La censura es la herramienta de aquellos que tienen la necesidad de esconder realidades de sí mismos frente a los demás.

Charles Bukowski

Mi nombre es Elsy Rosas Crespo, nací en Bogotá en junio de 1970. En 1975 aprendí a leer y a escribir y en 1979 supe que mi destino era ese: leer y escribir. Cuando era niña soñaba con compartir en público mis lecturas favoritas y los textos escritos fruto de esas lecturas. Eso es lo que hago en el blog, que es mi espacio digital ideal, el soñado por  un lector organizado como Emerson. Cuando era niña me imaginaba dando conferencias, pero en 1995 descubrí internet y supe que mi auditorio estaba ahí, en los espacios digitales.

Hice el recorrido conocido por todos: correo, chats, MSN, comunidades, Facebook y Twitter. Entre 1995 y 2010 mis interlocutores virtuales fueron en su mayoría personas de España, Argentina, Chile y México. Interlocutores cultos, amables e informados. Sólo hasta 2010 vine a interactuar con colombianos -en Twitter- y ahí comenzó mi tragedia: amenazas de muerte, amenazas de ataques con ácido, suplantación de identidad, divulgación de información privada, publicación de avisos clasificados en los que me ofrecían como prostituta con mi número telefónico, precio y tipo de servicio, persecución y toma de fotos en el servicio público, hackeo de la cuenta en 2010 y reporte masivo hasta hacerla suspender en 2015. Antes era @ensayista, ahora soy @marcodelenguaje, un pobre ser abatido y confundido ante tantas formas de violencia ejercidas por mis compatriotas, siempre desde el anonimato, como tiene que ser. Aparte de la bobada literaria que me acusa de fea y del llamado Mad Army, liderado por Nicolás Arrieta, autores del hackeo a la cuenta de Twitter en 2010, no sé más nombres de mis centenares de agresores y odiadores nada amables.

A continuación  un consejo de un lector frecuente que me lee con atención, para que se hagan una idea del tipo de ataques de los que he sido víctima y el contexto en el que se generan. Este mensaje, a modo de comentario, fue dejado en el blog en el año 2014:

“¡Ay ensayista! te advertí hace algunas semanas el costo de hacer trascendental lo intrascendente. Es un esfuerzo inútil y fútil, y ya que te he leído con cierta constancia creo que vales más que eso. No es sano desgastarse glorificando la miseria de algunos seres engreídos en un país donde la crítica siempre ha sido asesinada, ¡muchos han muerto por menos! No leo las notas que le dedicas a las estrellitas insignificantes, me parecen glorificaciones sin sustancia. Si tanto te gusta ese tipo de burlas creo que deberías replantear tus métodos. Puedes hacerlo, pero no directamente, no de un modo tan simple como citándolos y recitándoles su pobreza. Este no es un problema sólo de Colombia, que en sí es un país difícil, es un problema del tiempo en el que vivimos. Nos gobierna el silencio absoluto, el silencio cómplice de los medios, la presión de una observación suprema en donde todos nos sentimos de antemano agredidos por las luces de un espectáculo iracundo en donde todos estamos expuestos. Valora tu privacidad. No expongas a tus familiares al cúmulo de enemigos que te has fabricado. Mucha gente ha muerto por verdades mucho más importantes, y sin embargo, su destino fue igual de insignificante que cualquier otra muerte casual. Si tuvieses la osadía de meterte con políticos y no con estrellitas de Twitter probablemente ya estarías muerta. Yo aprendí eso de un modo mucho más cruel.

En Transmilenio he visto reacciones ilógicas de parte de personas comunes. No soy de Bogotá, así que eso no deja de sorprenderme; una agresividad atroz por parte de gente que en apariencia parece muy normal, muy tranquila. Cualquier provocación obtiene una respuesta desproporcionada. Hay frustración y agresividad en la ciudad.

¿Sabes que puedes burlarte de ellos de un modo mucho más elegante sin que se den cuenta siquiera? Ese es precisamente el poder de la literatura. Úsalo. Creo que deberías involucrarte un poco más con eso que has observado desde una distancia prudente toda la vida.

Hace algunos días pensaba en una historia con un personaje muy similar a ensayista, una sobreviviente del último cataclismo habitando una ciudad en ruinas. Luego de pasar el día caminando por la ciudad dedica las tardes a escribí sobre gente muerta. ¡Y ni siquiera sabe si existen otros sobrevivientes! pero no por eso deja de escribir. Su inspiración son antiguos ídolos de barro, gente agresiva y engreída que acarició la cúspide de una sociedad arruinada, gente que creyó por un instante acariciar con sus dedos un cielo de cartón. Para mayor comodidad, lleva sus cadáveres a un anfiteatro, y allí los observa mientras les recuerda su miseria. La suya es una tarea bastante absurda, ¿no crees?”. Hasta ahí llega el consejo.

Algunos lectores tienen claro que el asunto en contra mía está relacionado con censura, un atentado a la libertad de expresión. ¿Qué es lo que quieren? Que no vuelva a escribir. Lo sé porque desde hace más de un año dejé de referirme a las estrellas de la farándula tuitera y a los grandes intelectuales colombianos y las amenazas continúan.

Este comentario fue dejado en el blog cuando reportaron y suspendieron la cuenta @ensayista. La calumnia para suspenderla fue que divulgué información privada de usuarios de Twitter. Terminé siendo acusada de un delito del que he sido víctima varias veces, como buenos colombianos convirtieron a la víctima en victimario, me acusaron en masa de lo que me habían hecho padecer. Veamos uno de los tantos comentarios dejado en el blog cuando suspendieron la cuenta que le molestaba a tantos colombianos:

“Esto no solo se refiere a Twitter y este bloqueo no sólo se trata de que ella haga criticas de ciertas personas, parece que a mucha gente le fastidia que les digan la verdad en la cara, se jactan de ser de mente abierta y apoyar la libre expresión pero eso es solo hasta donde su doble moral se los permite, cuantas cuentas llenas de mierda se ven todos los días en Twitter Colombia y nadie dice nada porque como forman parte de los simios de circo de la rosca de turno entonces los aplaudimos, pero como es alguien que odia todos y cada uno de sus comportamientos, entonces a esa persona la reportamos porque no es igual a nosotros”.

Ahora el comentario de un lector que parece comprender cuáles son algunos de mis propósitos cuando escribo:

“No deje Twitter. Usted es mordaz con sus comentarios en muchas ocasiones, pero es más lo que le aporta a todos sus seguidores con sus recomendaciones para leer, con unas preguntas profundas sobre la existencia, porque escribe bien y sobretodo porque es honesta y fiel a sus convicciones. Me parece que de alguna forma cuando es agresiva lo que pretende es llamar la atención de la persona que se puede sentir acosada para que crezca, se pellizque y deje fluir su creación de manera auténtica más allá de poses y de marcadas manipulaciones para destacarse en medio de la frivolidad. Yo la voy a extrañar y ojalá reconsidere su salida”.

Otro comentario, ahora enviado por correo:

“Pensé en esa chispa que hemos perdido, en cómo la falta de arrojo se remplaza por los moldes que elegimos, pretendiendo salir positivos luego de ser vaciados. Y todo se vuelve una pose de adolescentes refinados. Entonces aparecen los niños y las niñas genio que necesitan aplauso y que corren frenéticos a él; entonces aparecen los vergonzantes que lastimeros hacen de la miseria de los pobres su bandera y su experiencia de orden superior. Entonces aparecen todos los perros de mercado de pueblo viejo queriendo un pedazo del gomelo del que nadie sabía que era menos que nadie.

Pensaba en usted, y deseé volver a clase, porque sacar a pasear las palabras sin llevar tras de sí las cosas se ha vuelto un trámite fácil en la fragilidad de gente fragmentada que escribe en retazos. Entonces pensé en usted, con la máscara corrida y envuelta en un tufo de anís, riendo mientras todos se le quedan viendo sin saber qué hacer, sin saber que es precisamente ese no saber lo que los hizo del montón”.

¿Por qué Carolina Sanín no es graciosa?

14 May

Carolina Sanín se presenta como una mujer divertida ante su público y asume que es la maestra del humor negro y la ironía (partamos del siguiente principio: el humor no se explica y, además, su público está en Facebook). Dice sin vergüenza que la verdad duele y que ella dice la verdad y para ella decir la verdad es hablar de los lugares comunes más manoseados usando palabras dignas de un mecánico de motos borracho después de haber ingerido muchas cervezas Poker en una tienda de borrachos tristes de barrio popular de la peor calaña, de esos que ella seguramente no conoce porque es una señora muy distinguida que no se junta con la chusma.

Ella dice que su humor es fino y que nosotros no lo entendemos porque somos provincianos. Asume que su humor es una mezcla del mejor humor inglés y norteamericano y que a nosotros nos falta mundo y formación académica para comprenderlo. No entendemos sus chistes porque no estamos a su altura, no somos dignos de su inteligencia y creatividad desbordante.

Carolina Sanín debería repasar las ideas fundamentales sobre lo que significa la verdad y sobre el miedo natural a enunciarla porque puede ser peligroso. Que lo digan Sócrates, Sade, Flaubert, Baudelaire y yo. Tuve que autocensurarme porque me amenazaron de muerte, con ácido, me suspendieron la cuenta de Twitter, inventaron todo tipo de mentiras y calumnias para enlodar ni nombre y mi honra por el simple hecho de haber dicho algunas pequeñas verdades, por ejemplo, sobre Carolina Sanín y sobre otras estrellitas del mundo de la farándula y de la alta intelectualidad colombiana. Ricardo Silva Romero es intocable, eso ya lo sé, es el niño mimado de los medios y de algunas universidades. Doña Marianne Ponsford se indignó cuando leyó una breve remembranza que escribí hace un tiempo sobre su adorada Margarita Posada. Quienes dicen la verdad se exponen al odio de la masa y que yo sepa a Carolina Sanín nadie la odia, la ven como a una señora ridícula y sobreactuada convencida de que es chistosa cuando sólo es sería, amargada, arrogante, sin sentido del humor y víctima del autoengaño. Eso la convierte en un ser patético.

Carolina Sanín debería hacerse el favor de  leer, por ejemplo, a Nietzsche y a Étienne de La Boétie para que aprenda a distinguir la verdad de la grosería y la vulgaridad, que es lo que ella practica. Debería tomarse el trabajo de leer «Sobre verdad y mentira en sentido extramoral» y «Sobre la servidumbre voluntaria» y reflexionar profundamente y con humildad sobre el hecho de si vale la pena seguir exponiéndose al ridículo de forma deliberada en Facebook y en YouTube.

El gran error de nuestra señora mayor de cuarenta años que asume la actitud de una niña mimada y malcriada -una humorista que no hace reír sino que da pena ajena en su papel de irreverente-es que parece no conocer las cualidades del humor y la ironía. Para que entienda de una vez por todas y para siempre en qué consiste este bello arte vamos a explicarle brevemente y de forma clara (1,2,3,4…) en qué consiste y por qué se requiere no sólo el deseo de hacer reír sino que también hay que contar con algunas cualidades escasas en ella y abundantes en mí: libertad, convencimiento, honestidad, inteligencia, estilo y creatividad, cualidades que nuestra señora de alcurnia no posee, entre otras cosas, porque no se ha untado de pueblo y porque cree que la verdad está en los libros y sólo es chistoso lo que le causa gracia a ella y a su perra salchicha, animal con el que come en el mismo plato y con el que comparte el lecho. ¡Qué asco!

Mientras explico en qué consiste el arte de hacer reír al inteligente y llorar al tonto daré ejemplos detallados para que el lector comprenda por qué la feminista más ofendida de Colombia, la señora indignada que cree que todos la odian sólo porque es mujer, no es una señora graciosa sino una señora seria, afectada, convencida, amargada y engañada. Se empeña en ser divertida y logra el efecto contrario.

  1. Carolina Sanín no posee la vis comica, está poseída por la indignación y un feminismo malsano, el que suele envenenar a tantas mujeres:

Quien por ejemplo sepa dejar en ridículo a un hipócrita, también podrá aplastarlo con su indignación. En cambio, el que quiera emplear la indignación y no posea la correspondiente vis comica sucumbirá fácilmente a la declamación y resultará cómico él mismo. Soren Kierkegaard.

2. Carolina Sanín no sabe reír, está demasiado llena de ella misma. Aunque parezca convencida no está segura de su propia valía y de su propio poder, es una señora indignada que gruñe y se muerde a sí misma porque está muy ofendida:

Si el crítico gruñe o no sonríe es porque todavía no hay apropiación cabal de posición dominante o simplemente el portador del rostro -la máscara, la personalidad- no ha descubierto los beneficios que aporta el hecho de desplegar una amplia sonrisa. El hombre indignado, y todo aquel que con sus propios dientes se despedaza y se desgarra a sí mismo (o, en sustitución de sí mismo, al mundo, a Dios, o a la sociedad), ése quizá sea superior, según el cálculo de la moral, al sátiro reidor y autosatisfecho, pero en todos los demás sentidos es el caso más habitual, más indiferente, menos instructivo. Y nadie miente tanto como el indignado. Nietzsche.

3. Carolina Sanín es una señora seria y amargada:

El humor es una herramienta crítica de gran eficacia, manifestación de grandeza que pareciera revelar que en última instancia todo es absurdo y por lo tanto la mejor alternativa consiste en reír, es una afirmación de dignidad, declaración de superioridad ante los acontecimientos. Carecer de humor es carecer de humildad, es estar demasiado lleno de uno mismo. Elsy Rosas Crespo.

4. Carolina Sanín es muy trascendental:

El sentido del humor es el término medio entre frivolidad y seriedad: para el frívolo nada tiene sentido, para el serio todo es trascendente. El frívolo se ríe siempre, es insípido y molesto, no se preocupa por evitar herir a otros con sus comentarios, para el serio todo es profundo. El serio confía en que el camino que recorre lo conducirá hacia el lugar con el que sueña, cree que podrá descubrir algo nuevo sobre la faz de la tierra y suele concebirse como centro y fin del universo aunque no lo manifieste. Elsy Rosas Crespo.

5. ¿A qué aspira un sátiro reidor y autosatisfecho? Al sueño de Baudelaire:

Una amplia sonrisa en un hermoso rostro de gigante.

Lo que existe de embriagador en el mal gusto es el placer aristocrático de disgustar. Pero hay que disgustar a los grandes, a los poderosos, a tus amigos y colegas, querida Carolina, no a la gente que comenta tus chistes malos y tus insultos llenos de insolencia y mala educación en Facebook.

Si me va a pegar no me regañe

26 Mar

Alguien que no me quiere ni me respeta acaba de dejar este comentario en el blog. Yo pensaba que ya me habían olvidado los tuiteros colombianos pero no. Hace casi un año suspendieron @ensayista, tienen buena memoria, todavía me recuerdan aunque sea para decirme que no tengo talento y necesito ayuda profesional. ¿Será que todavía me están buscando para matarme?

Lo más asombroso de todo es que se nota que me ha leído bastante. ¿Por qué hay gente así?:

No sé qué te pasó en la vida, solo sé que es imposible establecer un diálogo contigo. Tienes la mentalidad de una niña gritona y chillona, golpeada por la existencia, limitada en experiencia, encerrada en una casa …la misma casa de siempre. Así que este comentario está vacío o lleno de cualquier cosa que puedas provocarme: nació y creció en su propia tumba y eso debió darle tiempo para intentar formular y responder algunas preguntas importantes, sin embargo, ahí la vemos perdida entre ese querer ser, el buscarse desesperada en el autor de turno, terminar trastornada por la demanda posmoderna, permanecer pendiente de la gente que envidia y a la vez repudia y del reflejo distorsionado de sí misma; y ese ser, de notable destreza digital, esclavo de sus complejos, usado para hacer más evidente su pasivo-agresividad y falta de agallas. ¿Por qué la perciben repulsiva si es una mujer alegre? Sí, es repulsiva para muchos (casi todos), de hecho solo le agrada a otros en el mismo repulsivo proceso o que se compadecen de esa insistente víctima (como buenos cristianos o ateos de país cuasiconfesional). Yo no te respeto, entre otras cosas, porque no sabes lo que eres, no quieres saberlo y tuviste muchas décadas para madurar el proceso. Te faltaron agallas y sobraron sonrisas. Si quieres compasión, la tendrás; generar repulsión, siempre. No creo que alguien realmente te admire sin pasar primero por una fase compasiva. Y como te conocemos bien, porque es imposible no conocerte (eres muy hábil en eso). hasta sabemos cómo respondes a este tipo de mensajes: quizá escribas algo al respecto, algo para maquillarte en ego, o tal vez subas otro autorretrato de concepto ajeno, o hagas un análisis intertextual o en tu paranoia denuncies el comentario como amenaza. De hecho, dudo que alguien quiera hacerte daño, tal vez solo quieren fastidiarte porque pides a gritos atención, usas el berrinche constantemente y sabes bien que a nadie le gusta escuchar chillidos. Exiges el maltrato virtual y hay, por supuesto, muchas personas dispuestas a complacerte. Eres una niña llorona pidiendo un muñeco sucio que luego tira contra una esquina. La gente juega tu juego por unos segundos al día, tú juegas tu juego las 24 horas del día. En ese ciclo de autocompasión, represión y esa lucidez de la que presumes se te va la vida. ¿En qué está la escritora sin obras propias? Ahí sentada, sonriendo, como cree que estaría su autor reencarnado favorito.

El camino

25 Mar

1995 – 2000. Teoría y crítica  literaria

Empecé a leer en 1979. Ahí comenzó mi proceso educativo. La universidad me sirvió para ponerle orden al conocimiento y los trabajos que escribía para mis profesores me dieron impulso para escribir textos que llegaran un poco más allá de los ojos de ellos y, entonces, empecé a publicar en revistas indexadas y no indexadas. Cuando era niña soñaba con hablar en público, me imaginaba ante un gran auditorio aclamada por la multitud enardecida. Soñaba con saludar de esta manera a mis fans: ¡Ya basta, no aplaudan más, no es necesario exagerar, no estamos en un circo, recuerden que este es un espacio académico! Mi sueño era ser diestra con el discurso oral. Soñaba con influir en los demás, con renovar sus ideas y su forma de pensar y de actuar. Mi sueño de infancia consistía en presentarme como un ser humano digno de ser imitado. Quería que aprendieran a evitar el sufrimiento, ese ha sido el gran interés de mi vida: el sufrimiento humano.

Hoy, 25 de marzo de 2016, creo que es imposible influir en los demás de manera profunda y lo digo por los miembros de mi familia: nací convencida de que dar la vida es un error, eduqué a mis hermanos para que no se casaran ni tuvieran hijos y hoy todos ellos tienen o tuvieron una linda pareja a la que amaban y todos son padres. No logré influir de manera profunda en ninguno de ellos después de años y años de haber pronunciado largos discursos sobre por qué los seres humanos inteligentes, justos y nobles no tienen hijos. Si no convencí a los miembros de mi familia -gente que me conoce, me aprecia y me respeta desde hace mucho tiempo- creo que es imposible convencer a una persona que, por ejemplo, lee este blog.

En 1999 descubrí el mundo virtual y supe que no necesitaría tribunas ni auditorios, mi tribuna y mi auditorio serían las redes sociales. Desde la comodidad del hogar pronunciará los más bellos discursos y haría llorar de alegría e indignación; desde la redes sociales me haría amar y me haría odiar: me amarían los justos, los nobles y los sinceros y me odiarían los zalameros, los deshonestos y los tontos. Creo que lo logré. Por prudencia tuve que terminar el ciclo 2010-2015 (al que llamaremos mi fase activa en Twitter Colombia) más pronto de lo que esperaba y deseaba. Lo que me han dicho es que las amenazas de muerte iban muy en serio. Yo quería hacer reír o llorar, no quería que me mandaran matar, esa no era la intención.

Entre 1995 y 2000, como buena novata, estaba dispuesta a mostrar de qué estaba hecha y, entonces, escribía ladrillos teóricos y críticos que yo misma no soporto ahora. Mucho marco teórico, mucha cita, mucha nota de pie de página, mucha bibliografía de veinte páginas.

No quiero volver a saber nada de esa vida tan intelectual, tan rancia y tan conservadora, no quiero volver a escribir como esa señora. No quiero saber nada más de teorías ni de críticas literarias, renuncio a y me avergüenzo de ese pasado oscuro.

2000 -2005. Ensayos filosóficos y psicológicos

Mi primer amor, por haber sido el primero, me causó un fuerte impacto cuando se acabó porque -en mi inocencia- creía que era para siempre. No era para siempre, se acabó y ese final me llevó a experimentar etapas de furia e intenso dolor. Como nací aprendida sabía que un ser humano destrozado no se cura con alcohol, promiscuidad, psicólogos ni suicidio sino con libros y, entonces, me entregué de lleno a la lectura para saber qué era exactamente lo que me pasaba y cómo salir de eso. Terminé convertida en experta en amor, melancolía,  depresión, nostalgia, insomnio y, como soy tan inteligente, desemboqué en la risa. Entre 2000 y 2005 escribí mis ensayos favoritos, los que todavía me gustan y me dan ánimo en los momentos oscuros.

2005 – 2010. Escritura en internet (escritura sobre escritura)

En 2005 conocí a Andrés y fueron diez años de risa e irresponsabilidad, por eso decidimos que lo mejor era cortar el juego y seguir cada uno su camino, sin odio, sin deseo de volver y con la sensación de que lo nuestro no era amor sino diversión total. En 2005 ya estaba totalmente curada, estaba completamente entregada a la vida y al placer, a la risa y a la satisfacción y con esa actitud me embarqué en la vida virtual. Entre 2005 y 2010 fui un portento en la red, escribí más de cien posts sobre virtualidad, oralidad, lectura, escritura, educación… Conocí gente maravillosa, nadie de Colombia, era extraño, yo era colombiana pero no me contactaba con colombianos. La experiencia de esos cinco años me sirvió para lo que sería encontrarme con mi gente, con mi patria, con colombianos en Twitter.

2010 – 2015. Escritura despiadada

Twitter fue una locura maravillosa, un juego peligroso del que todavía no sé si me he librado del todo. Se supone que tengo más enemigos que el colombiano más peligroso que pueda existir en Colombia, se supone que dañé vidas y le hice daño a mucha gente, pero ¿Qué fue lo que hice? Lo que hice fue escribir sobre quince o veinte colombianos entre figuritas de Twitter, escritores, periodistas, intelectuales y humoristas y eso bastó para que me convirtieran en objetivo militar, me calumniaran, persiguieran, censuraran y desprestigiaron.

¿Es Colombia un país peligroso en el que no se puede ejercer la libertad de expresión?

Sí, eso es correcto. Tuve que dejar de escribir sobre colombianos porque varias personas me dijeron que las amenazas de muerte iban muy en serio.

2016. De lleno en la autoficción (escritura sobre el yo)

A finales de 2015 descubrí un término nuevo de la nueva teoría literaria: autoficción. Estoy entregada de lleno en la experimentación de esa nuevo género literario.

 

El secreto revelado de Adolfo Zableh

17 Ene

Hoy quiero analizar la columna de Adolfo Zableh titulada «De eso no se habla» a la luz de lo planteado por Paula Sibilia en La intimidad como espectáculo (2008). La columna fue publicada en El Tiempo y en Twitter causó y sigue causando revuelo; sospecho que las frases cargadas de afecto de parte de los comprensivos lectores para la víctima de abuso sexual en la infancia son mucho más efusivas en Facebook porque en Facebook las personas suelen ser  más emocionales que en las demás redes sociales.

Una de las frases al comienzo del texto dice: «A cualquiera lo matan por meterse con quien no debe», se refiere a los periodistas asesinados en Colombia. Yo no soy periodista, pero por tratar temas sensibles como este me han cerrado la cuenta tres veces en Twitter, me han amenazado cinco veces de muerte y una con ácido. Espero que el análisis de la columna que ha despertado tantas emociones en los cibernautas colombianos no se vaya a constituir en una nueva amenaza de muerte o en la suspensión de mi nueva cuenta de Twitter. Los invito a leer de manera objetiva y desapasionada. Recuerden que no estar de acuerdo con la mayoría no debe convertir al disidente en enemigo o en objetivo militar.

Paula Sibilia nos presenta en su libro el triste panorama que estamos viviendo desde hace ya bastante tiempo en lo relacionado con el yo narrador y la creación del autor. Las obras que se producen, quién las produce, con qué propósito, quién las ve, cómo se exhiben, quién gana con la exhibición, etc.

El libro está dividido en nueve partes:

El show del yo.

Yo narrador y la vida como relato.

Yo privado y el declive del hombre público.

Yo visible y el eclipse de la interioridad.

Yo actual y la subjetividad instantánea.

Yo autor y el culto de la personalidad.

Yo real y la crisis de la ficción.

Yo personaje y el pánico de la soledad.

Yo espectador y la gestión de sí como una marca.

Es un libro erudito que nos recuerda los textos más representativos de Walter Benjamin, Virginia Woolf, Marcel Proust, Friedrich Nietzsche y Guy Debord, entre muchos otros, en temas relacionados con procesos de escritura, la figura del autor, la materia para la narración, el arte de futuro, el comercio del arte, la preeminencia del arte sobre el artista y el propósito buscado por el autor en el momento de aventurarse en el ejercicio de la escritura o de cualquier otro tipo de creación.

 La sociedad del espectáculo, “La obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica” y Ecce Homo se constituyen en los textos fundamentales a partir de los cuales se articulan las ideas centrales, que no son nada alentadoras y que en un lector culto y atento pueden llevarlo a replantear el papel que juegan sus textos en la red, en un blog por ejemplo, en un espacio tan banal como el soporte que uso para redactar y publicar esta  crítica, precisamente.

La autora considera que los blogs y YouTube son los grandes soportes para crear historias y que casi todas las historias que se presentan en esos espacios son historias banales narradas por gente común que busca ser vista y leída y que para conseguirlo se valen de estrategias que en muchas ocasiones atentan contra su dignidad como seres humanos. A ellos no les importa, lo que de verdad importa es que los vean y los lean.

Los textos que circulan en la red son en su mayoría textos de gente común, personas que quieren ser visibilizadas, reconocidas y remuneradas, lo que esas personas no saben es que las usan. Hay una parte del libro relacionada con el trabajo de marketing que hay detrás de las grandes pequeñas figuras de la web, la gente que se siente triunfadora porque le sirve a una marca.

Hay un gran despliegue a lo largo del libro sobre la forma en que se ha perdido la obra para destacar la figura del autor, ya no importa qué se escribe sino quién lo escribe y qué se sabe de esa persona, especialmente de su vida privada, de su intimidad más escabrosa, preferiblemente relacionada con sus experiencias  sexuales, sus intentos de suicidio, sus desórdenes alimenticios, su deseo infinito de morir o de matar. Los lectores y espectadores no esperan historias bien narradas sino hechos reales de gente común, gozan viendo cómo se va narrando una vida, no importa de quién sea, y quieren conocer muchas vidas, no sólo una, y por eso Twitter es el espacio perfecto para saciar nuestro morbo porque cada día tenemos una vida real para despedazar o alguien a quien felicitar porque tuvo el valor de compartir con nosotros el origen de todos sus males.

Emociona ver la disputa entre la esposa, la amante y el marido infiel en plena calle gracias a una persona generosa que grabó la escena y la publicó en YouTube para nosotros, entristece la tristeza de Faryd Mondragón, buscamos desesperados la teta de una tuitera que dicen que mostró las tetas, la convertimos en TT y finalmente descubrimos que no mostró las tetas sino que eran apenas una inocentes fotografías en brasier. Y ocurre más o menos lo mismo todos los días: hoy sabemos que Adolfo Zableh fue víctima de abuso sexual en la infancia, mañana aparecerá una nueva víctima, un nuevo verdugo, un nuevo suicidio o tal vez otro guerrillero criticando duramente el capitalismo mientras lleva puesta una sudadera Adidas.

El espectáculo que brinda la telenovela o el reality Show ya no nos sacia, queremos miserias y alegrías de gente real y si esa gente es de la farándula nos emocionamos todavía más. Así está el mundo que nos correspondió vivir. El día menos pensado cualquiera de nosotros puede ser el protagonista.

Una vida narrada da paso a otra vida y no hay cuándo parar porque todos los días en los blogs y en YouTube podemos presenciar historias nuevas y eso es lo que busca quien exhibe su vida y quien la contempla: exhibirse como se exhibe otra gente en los programas de televisión, pero ahora no son actores sino gente real, historias reales, y eso nos excita más, nos hace sentir más «humanos». No importa que la imagen personal se deteriore, lo que de verdad importa es capturar lectores y espectadores y sentirse famoso.

La autora no habla mucho de Facebook ni de Twitter y es una verdadera lástima porque es un hecho que son esos espacios los que tienen capturados y perdidos a más seres humanos que se toman por famosos y dan cuenta de su vida privada sin respetar límites. En el libro sólo se menciona a un autor colombiano: Efraím Medina y su desnudo frontal en Técnicas de masturbación entre Batman y Robin, pero es evidente que algunos autores colombianos han llegado mucho más lejos y han caído mucho más bajo. Lo que Carolina Sanín hace en YouTube, por ejemplo, es mucho más lastimero que cualquier desnudo frontal de un hombre en la carátula de un libro, más cuando se trata de una persona que, se supone, sabe  de escritura, lectura, literatura, interpretación, manejo de la imagen…

Vamos ahora con la columna de Adolfo Zableh.

El periodista vio una película y esa película lo llevó a pensar en abuso sexual, en la forma como ese hecho le arruina la vida a mucha gente, en el origen de su tartamudeo y sin decirlo nos da a entender que su forma de insultar a la gente desde su cuenta de Twitter tiene mucho que ver con esa experiencia traumática en la infancia. La violencia en Colombia y en el mundo tiene que ver con el hecho de que ocho de cada diez niños han sido víctimas de algún tipo de abuso y por eso el mundo está hecho una mierda. Ese es más o menos el resumen de su columna de opinión. Lo que el autor del texto dice es algo que todos sabemos desde hace mucho tiempo y las alarmas están encendidas. Una de las grandes promotoras fue Gilma Jiménez Gómez, gracias a sus campañas ahora los adultos no abusadores debemos tener mucho cuidado, no debemos ser muy cariñosos con los niños porque ellos viven con la sensación permanente de que pueden ser abusados y que el abusador casi siempre es un adulto de su círculo.

A cualquiera lo matan por meterse con quien no debe, escribe Adolfo Azableh, y luego se confiesa con nosotros:

«No es fácil decirlo, pero de mí abusaron cuando tenía 5 años y eso ha marcado mi vida. De entrada, es el origen de mi tartamudeo, y el tartamudeo no es otra cosa que miedo. A la gente, a la vida, a mí mismo. Queda roto quien es víctima de abuso. Desde pesadillas y depresión hasta consumo de drogas y deseos de suicidarse, pasando por un menú que incluye adicción o rechazo al sexo, desórdenes alimentarios, ansiedad e incapacidad de relacionarse. A mí no me ha ido tan mal, me tocó tartamudear y otro par de cositas. Eso, y la eterna angustia que no se va. El hueco en el estómago, la sensación de que algo está mal y no saber qué es. Con ese agujero, con el que dan ganas de llorar y salir corriendo, vive la mitad del mundo y lo ignora.

Hay mucha gente rota jugando a estar bien, quizá por eso el mundo está hecho mierda.

pero en todos los casos es más importante posar para la foto que reconocer el problema. Cuando las cosas se venden como excesivamente pulcras y correctas, es porque algo anda mal.

El tartamudeo me resultó cómodo durante mucho tiempo. Y aunque me han atacado por no poder hablar de corrido, me gusta saber que no tienen mucho más de dónde agarrarse. Mientras los animales, las mujeres, los niños y las minorías étnicas tienen sus defensores, a nosotros (James Rodríguez y Juan Manuel Santos incluidos) nadie nos cobija. Aprovechen, antes de que agredirnos dé cárcel. Gaguear me sirvió para que por mí sintieran lástima y compasión, y así evadir responsabilidades, incluso para que mi madre dejara de pegarme, pero la verdad es que estoy cansado, ya no me sirve. Si en algún momento fue útil, ahora me frena. El niño tartamudeaba, yo seré un hombre el día que lo supere. Cada palabra que digo, cada cosa que hago, cada tuit, cada columna es un grito de auxilio, una nueva oportunidad de liberarme. Esta no es la excepción»

intimidad.

El placer de la censura en Twitter

15 Ene

Hoy hay un TT en Twitter #TwitterEraChevereCuando y como era de esperarse, hay tuiteros que extrañan la censura. A continuación tres pantallazos de una conversación con una tuitera que extraña que me hagan montajes y me hackeen la cuenta. Ella se refiere a la hackeada de 2010, organizada por la hoy estrella de Twitter @nikoarrieta.  Niko era el líder de una «organización» llamada #TrollArmy y el principal objetivo siempre fui yo. Algunos de los integrantes de tan memorable grupo ahora son cristianos o activistas, se regeneraron. Otros, dos o tres, todavía siguen lanzando veneno.

Hackearon la cuenta y luego crearon un blog explicando por qué me habían censura no ellos, sino Twitter, igual que con la suspensión de  el año pasado.

En las dos ocasiones lo hicieron todo de tal forma que la víctima parezca el victimario. Todo lo dicho en el blog que crearon para justificar la hackeada es mentira, claro.

¿Por qué tanto odio? Sólo ellos lo saben.

Cuando el líder se volvió famoso por su irreverencia se desarticuló el grupo. Hay uno o dos miembros que todavía insultan y amenazan pero sin Niko como jefe ellos parecen no valer nada.

¿La censura se aplica así en todos los países del mundo o sólo en Colombia?

¿Así pretendemos lograr la tan anhelada Paz?

 

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Cuántas cuentas llenas de mierda en Twitter

30 Dic

Una diatriba en defensa de la Libertad de Expresión

Esto (la censura) no sólo se refiere a Twitter y este bloqueo (a @ensayista)

No sólo se trata de que ella (Elsy) escriba críticas implacables, objetivas y desapasionadas sobre ciertas personas que producen risa, indignación o pesar. Va mucho más allá:

Parece que a mucha gente le fastidia que les digan la verdad en la cara (o jeta, para ser más específicos).

Se jactan de ser de mente abierta (de dientes para afuera) y apoyar la libre expresión  (para parecer de mente abierta) pero eso es sólo hasta donde su doble moral se los permite.

¿Cuántas cuentas llenas de mierda se ven todos los días en  Twitter Colombia?

¿Cien mil o un millón?

¡Y nadie dice nada porque como forman parte de los simios de circo de la rosca de turno entonces los aplaudimos!

Pero como Elsy es alguien que (según ustedes) odia todos y cada uno de sus comportamientos, entonces a esa persona la reportamos porque no es igual a nosotros.

¡Ignorantes Hijueputas!

Diálogo espontáneo

8 Dic

Una de las grandes ventajas de publicar en internet es que brinda la posibilidad de interactuar con los lectores. La mayoría de los usuarios leen y se quedan con su opinión, otros, la inmensa minoría -los valientes y los altaneros- escriben una opinión o una pregunta.  Hay lectores-burro, pero también hay lectores-poeta-filósofo.

Vean esta bonita conversación a partir de un comentario comentado por dos nuevos comentaristas:

Comentario 1: Elsy, una pregunta. Por supuesto no la tiene que responder, o la responderá cuando quiera. Usted tiene cosas que decir y escribe bien — ¿pero no siente que si el Twitter le quita tiempo y la distrae de otro trabajo importante? (O de pronto le ve valor literario, como epigrama).

… siente que el twitter…

A mí personalmente me quita tiempo. Me gusta, leo trinos sabrosos como los suyos, y me gusta trinar, pero no debería… Mis disculpas en todo caso,

Son preguntas que deberían hacerse en confianza.

Comentario 2: Es parte del desconcierto que crea Elsy y de lo íntimamente humano que se degusta en el personaje viviente, en el párrafo continuo que es el sentir y el pensar de Elsy. Lo que creo es que debería retirar los ojos de esa farándula emergente que la desvela , tal vez porque la eligió como el reflector de esa modernidad vacua en que se cae cuando la inteligencia carece de alguna sensibilidad trascendente y que ella con su agudo morbo caricaturiza.

Mi respuesta al comentario anterior: Si se fija bien el 95% de los textos que publico aquí no tienen que ver con “esa farándula emergente que la desvela”, me interesa más la literatura.

Un nuevo comentario: Un buen ensayo largo sobre Emerson también nos podría desconcertar sabrosamente.

Yo: ¿No es encantador leer esta conversación? ¡A mí me gusta!

¿Walter Serner es más vigente hoy que hace veinte años?

16 Nov

Esta semana supe -no sin dolor- que ahora, gracias a las redes sociales, no tenemos amigos sino redes de amigos y que la nueva forma de relacionarnos hace que seamos más viles, superficiales, calculadores y falsos de lo que éramos antes. Me fue imposible no pensar en Walter Serner y quise seleccionar algunas frases suyas que se ajustan a nuestra miseria actual.

¿Es más vigente el pesimismo de las grandes mentes hoy que hace veinte años?

¿Debemos vivir en permanente estado de resignación ante la construcción de relaciones humanas cada vez más prefabricadas, frágiles e intercambiables?

¡Dios!

Mi alma llora,

No puedo adaptarme a los grandes cambios porque no soy tan insensible.

Todavía creo en la amistad al estilo Montaigne, Flaubert y Séneca.

¿Mi destino es el convento?

¡Ah!

Con ustedes, el gran Walter Serner (demos gracias a Dios que está muerto, sufriría mucho el pobre hombre si tuviera una cuenta en Twitter):

Alaba a menudo. Admira rara vez. No critiques nunca.

No debes hablar cínicamente con mucha frecuencia. Pero debes serlo siempre.

Nadie es tan tonto como para que no puedas, después de tres días, convencerlo de que es un genio.

Si alguien te asalta con una pregunta, una observación, aparenta estar un poco confundido: como si te hubiera sacado de tus reflexiones.

Haz como si tomaras la vida en serio. Los listos, si te creen, te considerarán digno de confianza; si no te creen, te tomarán por listo.

Durante siglos, a todas las cosas se les suscribieron profundidades que en verdad nunca han tenido. Esto ha sido la causa de grandes desgracias. Banaliza todo; cosecharás éxitos y sembrarás oportunidades.

Cuando estés mal, harás bien en intentar ocultarlo. Pero si gozas de éxito, a tu alrededor surgirán odios y envidias, así que finge un malestar pulmonar o un dolor de riñones y cómprate una sepultura: todo enemistad se desvanecerá.

No es la aversión a este mundo donde todos traicionan, venden y engañan, la que convierte a muchas personas en raros y solitarios. Es el temor de no tener fuerzas suficientes para desconfiar continuamente, para timar, para saquear.

Promete realizar todo lo que te pidan. Prométele con tanto júbilo que cualquier duda sobre tu promesa se disuelva enseguida. Si luego no cumples lo prometido, habrás sido alabado de tal modo, que ya no valdrá la pena decir lo contrario de ti.

Todo el mundo se alegra de poder juzgar. Si temes, pues, que alguien pudiera condenar alguna de tus características, llévalo mañosamente a que condene esta misma característica en otra persona. Así se olvidará de la tuya y pensará que se ha equivocado.

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