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Virginia Mayer y la autoficción

28 Oct

La revista SoHo se constituye cada cierto tiempo en soporte para publicar historias escandalosas con la idea de que presentan irreverencia o verdad desnuda, historias  narradas por gente común que busca ser vista y leída y que para conseguirlo se vale de estrategias que en muchas ocasiones atentan contra su dignidad como seres humanos. A ellos, a los «escritores» y al director de la revista no les importa si el texto está bien escrito o si la historia es relevante, lo que de verdad importa es que se hable mucho de la publicación, bien o mal pero que se hable para que los lectores no olviden que la revista todavía existe y da de qué hablar. Para lograr su cometido cuentan con una colabora  frecuente, una mujer sin pelos en la lengua, la gran Virgina Mayer.

Lo más sorprendente de la última colaboración de Virginia Mayer en la revista SoHo es que en medio del revuelo que causó la historia de su aborto terminó revelando que es autora en primera persona -como Fernando Vallejo y como Jaime Bayly- (en otras ocasiones ha dicho que es la versión femenina de Charles Bukowski y no tiene claro todavía si goza más de sus experiencias sexuales con hombres o con mujeres, como Frida Kahlo). Virginia Mayer sabe que escribe como los grandes y vive como los rebeldes, no espera que otros se lo digan, ella lo sabe.

Virginia Mayer nos dio a entender en la entrevista que concedió en Caracol Radio que se instala en la autoficción y entonces vale la pena hacerse varias preguntas:

¿Convertir la vida privada en espectáculo público es arte?

¿Narrar una historia vivida detallando los pasajes más escabrosos y buscando de forma deliberada afectar las emociones del lector es autoficción, amarillismo,  falta de decoro o deseo loco de llamar la atención recurriendo a los recursos más extremos, una especie de porno de la vida?

¿Se está confundiendo la autoficción con la autodenigración?

¿Por qué le resulta tan estimulante al público de las redes sociales ver como personas comunes se autodenigran compartiendo sus miserias personales en espacios públicos y suelen solidarizarse con ellos?

¿Por qué la miseria ajena genera tanto morbo?

¿Por qué las revelaciones de carácter sexual son las que gozan de más éxito en un país como Colombia?

¿Es parte de nuestro subdesarrollo?

¿Por qué quienes narran las historias escabrosas cargadas de sentimentalismo y estados de ánimo, arrebatos del alma dignos de ser tratados por un profesional de la salud mental, son tan explícitos y por qué eso excita tanto a los lectores? Los detalles del abuso infantil, la destrucción de unos senos en una cirugía mal practicada, un aborto fruto de un encuentro ocasional -sin condón- con un desconocido contactado en Tinder.

¿Cansados de las telenovelas los internautas se excitan más con las historias reales narradas por seres destrozados?

¿Gozan un poco con estas exposiciones de la propia miseria y se consuelan pensando que hay alguien en el planeta que sufre, llora y maldice su soledad, su abandono, su falta de amor, más que ellos?

¿Por qué el recorrido de estas historias siempre es similar?:  publicación en un medio impreso que también se puede leer en versión electrónica, impacto en las redes sociales, explosión de la noticia en todos los medios y en muchos casos -pensemos en la revelación de Adolfo Zableh- el pobre ser vulnerado y sufrido termina publicando un libro que espera vender bastante bien en la próxima feria.

La entrevista a Virginia Mayer en Caracol Radio -medio amarillista por excelencia- fue titulada: «La polémica columnista reveló todo lo sucedido tras haber revelado su decisión» y en medio de risas vulgares, frases procaces y un español pobrísimo las periodistas felicitaron a Virginia Mayer por  su valentía, por hablar de una situación que han vivido millones de mujeres, porque es una mujer provocadora. Virginia Mayer muerta de la risa pronunció frases no precisamente dignas de una escritora de autoficción sino de una persona común sin formación literaria ni sentido del gusto; cabe recordar que en la  autoficción el autor renuncia a su clase, se burla del poder, al que renuncia también, claro; renuncia a una posición económica o social acomodada, no es una simple exposición burda de la vida privada de forma directa sin haber pensado en una apuesta estética, es algo mucho más complejo, no es algo que pueda hacer cualquier persona.

Estas son las frases célebres de Virginia Mayer para Caracol Radio:

«Yo pensé que me iban a dar durísimo porque este es el país del Sagrado Corazón, estoy lista a que me llueva lo que me llueva, no importa qué me digan, no me da duro, no me interesa qué me diga nadie, es problema mío cómo follo, soy sin pelos en la lengua para nada, súper abierta, escueta, es difícil ser Virginia Mayer, empecé a escribir en primera persona, revelo las cosas más íntimas, muy cruda, muy real, ellos (mis viejos) me aceptan como soy, me aceptan como vengo. Yo le dije a Chaves: Eres famoso pero nadie sabe quién eres. Yo no me enamoro de un hombre o de una mujer, ya no queda nada oculto, yo quiero amor, me ilusiono con cualquier baboso y la vuelta no funciona».

¿Virginia Mayer es una especie de Fernando en La virgen de los sicarios y Chaves es Wilmar?

¿Virginia Mayer tiene claros los límites entre escritor, narrador y personaje?

Mejor no me sigo haciendo más preguntas y espero que no me vayan a amenazar de nuevo de muerte o con ácido por haberme ocupado de un tema tan sensible como este.

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Squirting. Confesiones de una vieja verde

25 Jun

Anoche antes de dormirme pensé que casi todo se puede vivir como meditación si se hace de forma consciente y se disfruta mientras se ejecuta cada acción: pensar es una acción, caminar es una acción, contar un chiste es una acción, llorar de tristeza es una acción. Lo importante siempre es entregarse a cada tarea de manera tranquila y natural, tratando siempre de que sea de forma ordenada y consciente, con un fin bien definido.

El ejercicio de la sexualidad también podría pensarse como meditación y no estoy hablando de sexo tántrico sino de amor propio, buena salud, predisposición física (tener las benditas glándulas de Skene) y entregarse a la experiencia con entusiasmo, inteligencia y buena actitud.

Viendo porno -la nueva escuela de amantes de las nuevas generaciones- noté que el famoso squirting le cambia la cara a los actores porque se puede fingir placer, se puede gritar para hacer sentir bien al hombre, se puede gemir para decir con las feministas que el orgasmo femenino es otra manifestación del dominio del macho, de la sociedad patriarcal y falocéntrica. Pero la eyaculación femenina es una experiencia que le cambia la cara y la actitud a la pareja. Para la mujer es una sensación de plenitud total, para el hombre (por ser una experiencia tan escasa en el terreno sexual) es un trofeo que lo hace sentir muy bien y lo convierte en un mejor amante, es una especie de condecoración que le confirma que la mujer está gozando de verdad. Mientras ocurre el hecho los dos saben que ninguno de los dos está fingiendo.

Un squirting en los primeros encuentros sexuales puede ser el comienzo de una relación duradera. Está casi científicamente comprobado que el hombre se enamora de la mujer que le da placer sexual y que a la mujer le produce una sensación de paz y de confianza un hombre que además de saber usar sus dedos y su lengua es apasionado, cariñoso, de trato suave, amante y admirador de las mujeres. Si está bien dotado y no tiene problemas de disfunción eréctil ni eyaculación precoz se convertirá en el amante perfecto. Una mujer con glándulas de Skene bien estimuladas, dispuesta a disfrutar del placer y con un hombre con las cualidades señaladas anteriormente es una mujer bendecida y afortunada.

Un buen squirting exige dedos y lengua diestros, pero, ¿qué es el bendito squirting de manera objetiva? ¿cuál es la explicación científica y por qué tan pocas mujeres han vivido esta experiencia tan espiritual?:

El squirting es la expulsión de un líquido generado por las glándulas de Skene o parauretrales, estas glándulas se encuentran ubicadas en la zona de la pared anterior de la vagina. Se estimulan en el acto sexual, producen un líquido transparente, incoloro, sin olor ni sabor, es como una especie de agua bendita que brota de una especie de fuente en forma de chorro, de forma similar a la eyaculación masculina, pero puede ser mucho más abundante y puede ocurrir varias veces en un encuentro sexual. La mujer no necesita recuperarse de cada eyaculuación, como el hombre, sino que cada nuevo chorro la hace sentir más plena y más leve, es un placer que viene del deseo consciente de la mujer de gozar del placer y de compartirlo con otro. El sexo es un trabajo en equipo.

En muchas mujeres esta experiencia no llega a vivirse nunca porque la mayoría no tienen las glándulas de Skene (llamadas próstata femenina) y entre las pocas que las tienen la mayoría no han contado con la estimulación adecuada porque las mismas mujeres no conocen su cuerpo, porque confunden la sensación placentera con el deseo de orinar (aunque el líquido expulsado en el squirting contiene residuos de urea y creatina, no es orina, sino que está formado principalmente por glucosa, fructosa y fosfatasa ácida prostática) o porque su pareja masculina es un hombre insensible, sin interés en conocer los límites del cuerpo y el placer de su novia, esposa o amante.

Algunas mujeres logran el squirting mediante la masturbación y es mucho más frecuente entre lesbianas que en parejas heterosexuales. El problema radica en que el autoamor es una experiencia triste porque la persona puede divertirse mucho pero al final puede sentirse muy solita y, además, en asuntos sexuales es más satisfactorio compartir con alegría. En cuanto a gozar de semejante dicha con una mujer es un placer que no deseo experimentar porque creo en la teoría del espejo y porque amo a los hombres, porque el squirting también es muy placentero cuando interviene el miembro viril.

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Sin erotismo no hay nada vivo

13 Ene

Uno se ve lanzado de un lado a otro. Ese es el mejor impulso vital y estímulo que se puede tener. Si se limita a amar, está perdido. Si se limita a odiar, está perdido igualmente. Sin erotismo no hay nada vivo.  Ni siquiera los insectos, que lo necesitan también. Salvo que se tenga una idea muy primitiva del erotismo. No es ése mi caso, porque siempre procuro superar lo primitivo. No necesito una hermana, ni necesito una amante. Todo eso se tiene dentro y a veces se puede utilizar, si se quiere. La gente cree siempre que aquello de lo que no se habla sin más no existe, pero eso es una tontería. Un anciano de ochenta años, que está en cama en algún lado y no ha tenido esa clase de amor desde hace cincuenta años, tiene también su vida sexual. Al contrario, se trata de una existencia sexual mucho más estupenda que la primitiva. Yo prefiero observarlo en un perro y no perder fuerzas ya.

Thomas Bernhard

Contra la desnudez (poema erótico dedicado a una cerda sedienta de carne)

1 Nov

Ver a una persona vestida es agradable,

Imaginar a esa misma persona desnuda es triste.

Exhibir el cuerpo femenino o masculino para sentirse deseado es tonto

Y cambiar cuerpos desnudos por bienes materiales digno de gente sin cerebro, con la bestia a flor de piel.

En tiempos de Schopenhauer era normal pensar que los hombres buscan tetas y culos

Y las mujeres protección, poder, dinero, agresividad y fuerza física, un apoyo para su pobre alma desvalida.

***

Aunque el 98% de los hombres siguen buscando tetas y culos

Y abundan las mujeres que se operan las tetas y el culo para conquistar mejor

Hay seres sensible como tú o como yo que valoramos cualidades menos tangibles y menos tristes también.

Una persona que sólo nos muestra sus ojos, sus manos y su sonrisa es perfecta.

Si nos pone las tetas en la cara o nos muestra su celulitus y sus llantas,

Sus estrías, sus pelos saliendo de la camisa o asomándose por la espalda

recordamos a la bestia y renegamos de semejante vulgaridad:

¡No quiero ser como este animal sediento de carne,

rebosante de grasa, pelos y deseo de miradas lascivas para reafirmarse como bestia!

¡No!

Si es una belleza fabricada sentimos más asco todavía,

Si es belleza natural sentimos compasión:

Cuántos cerdos y cerdas quisieran revolcarse con este ser excepcional, una persona  bella en medio de tanta inmundicia.

Es como para sentarse a vomitar porque no hay salida digna.

***

Hombres y mujeres hieden por igual,

Sólo se salvan los niños menores de doce años

Su inmundicia es menos evidente.

Bendita sea la ropa, los accesorios y los olores fabricados.

Si hay personas que apestan a pesar del baño diario,

Si hay gente vieja, fea y gorda empacada en ropa estrecha,

Si hay gente que se arranca los dedos cuando cuelga de sus accesorios.

A pesar de lo imperfecto de la moda y de los adornos

¿Qué sería de la vida humana sin la ropa?

***

El sexo casual es un acto triste porque involucra el cuerpo desnudo.

Deshacerse de la ropa,

verse desnudo,

ver al otro desnudo también

resoplar como cerdos.

volverse a vestir y salir.

El sexo es tan ridículo  que vale la pena ejercitarse como actor de semejante faena con una persona dispuesta a ser consciente de lo ridículo que puede llegar a ser, con nadie más.

Los demás seres deben quedar excluidos de ese espectáculo.

***

La fidelidad es sexual

y no debemos ser fieles porque nuestro cuerpo le pertenece a alguien sino por puro sentido de la estética

por no exponer nuestros dulces ojos a la triste experiencia de ver a una persona querida convertida en ave desplumada.

El cuerpo humano desnudo es triste

Se trate del cuerpo más hermoso o del más deforme.

¿a quién queremos engañar?

Todo lo que quiso saber sobre sexo y no se atrevió a preguntar

1 Mar

¿Por qué le gusta tanto hablar de sexo al aire?

Yo nunca he hablado de sexo al aire, tengo muchas prevenciones con el tema, no soy exhibicionista. No soy capaz ni de fumarme un cigarrillo caminando, lo encuentro vulgar.

¿Su mamá no la regaña por oír Mujeres W?

Ella no sabe que de vez en cuando escucho a esas mujeres con risa de puta hablando de sexo y posando de liberadas sólo para cautivar oyentes necesitados de morbo auditivo.

¿Habla con su mamá de sexo?

No, en mi casa no somos muy amigos de poner de moda un discurso, una práctica, sólo porque una supuesta doctora del sexo lo aconseja en televisión.

¿Qué le dice su novio cada vez que usted escucha Mujeres W?

El no dice nada, yo soy la que le digo que no soporto a esas viejas.

¿Y anda muy enamorada?

Muy es una palabra exagerada para hablar de amor.

¿Usted es virgen?

No

¿A qué edad la perdió?

«Perder la virginidad» es una expresión tan idiota como «hacer el amor».

¿Cómo fue la primera vez?

Nada del otro mundo, había leído tanto sobre sexo que no parecía la primera vez. Me parece absurdo que haya mujeres que pretendan llegar al sexo como animales indefensos y que confundan pureza con ignorancia.

¿Con qué frecuencia ver porno?

Con mucha frecuencia.

¿A una mujer le parece excitante ver porno?

Yo no puedo hablar por todas las mujeres.

¿Le gusta ver porno sola?

¿Y por qué lo ve?

Porque estoy obesionada con el comportamiento humano, con la relación entre hombres y mujeres, con la sexualidad humana, con el discurso cinematográfico, con diversas formas de violencia y humillación, con los límites de la imaginación, con las adicciones, con la idea del cuerpo como máquina… Mientras veo porno pienso en muchas cosas, nunca lo uso para alegrarme el rato.

¿Qué tanto se masturba?

Nunca, si el sexo es gracioso la masturbación es digna de una película de Todd Solondz.

¿Tiene vibrador?

Esa es otra moda creada por el cine porno. No, yo que voy a tener juguetes como la profesora de piano.

Hablemos de posiciones: ¿Cuál es su favorita?

Ver a dos hombres agotadísimos con una mujer insaciable que se les ríe en la cara.

¿Qué opina del sexo en el agua?

Es otra moda creada por el cine porno.

¿Luz prendida o apagada?

Prendida, apagada y a media luz.

¿Y en sitios raros?

No, me parece idiota, más clichés de cine porno.

¿Entonces sus fantasías son más de hacer cosas raras que de lugares?

No, ¿qué «cosas raras» pueden hacer un hombre y una mujer con dos cuerpos con características particulares? Lo que se hace está limitado por el cuerpo.

¿Y un trío?

No, debe ser horrible pasar la faena y luego mirarse la cara y conversar, no me gusta conversar con dos personas al mismo tiempo.

¿Pero lo haría para complacer a su pareja?

A mí pareja también le asquean los tríos.

¿Qué es lo más lejos que ha llegado con una mujer?

Un beso

¿Por qué cree que dos mujeres es la máxima fantasía masculina?

Porque si no pueden con una mucho menos van a poder con dos, es la gran fantasía masculina.

¿Cuál es la parte más sensible de su cuerpo?

El pelo. Por eso soy intocable.

Masturbación a la carta

19 Feb

– Soy fea, a nadie le importo.

– Sí, le importas a alguien.

– ¿A quién?

– A la Legión de orcos que ansiosos esperan tus órdenes.

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Virginia Mayer lo hizo de nuevo, logró que mis ojos se posaran sobre una de sus famosas revelaciones y, de nuevo, voy a escribir sobre lo que ella escribe. Virginia nos confiesa sin rubor que se masturba desde niña con peluches, almohadas, colchones, dedos, manos… De grande goza también con su juguetería importada.

¿Por qué tenemos tan pésimas columnistas en Colombia? ¿Por qué tantas mujeres jóvenes recién egresadas de carreras de literatura, politología, mercadología y relaciones internacionales posan como las más irreverentes en sus columnas de opinión? ¿Son mujeres muy jóvenes y debemos ser condescendientes y comprensivos con ellas? ¿Por qué se ocupan tanto de temas tan irrelevantes como las prácticas sexuales públicas o privadas y hacen de esas prácticas un gran acontecimiento periodístico, una revelación de su idea de rebelión, de liberación femenina y apertura mental?

Para Carolina Sanín el sexo debe ser antiestético.

Para Catalina Ruiz-Navarro la liberación de la mujer es proporcional a la cantidad de amantes de cada fin de semana.

Para Virgina Mayer el sexo lo es casi todo en su vida y pretende modernizar a Colombia narrando con lujo de detalles sus experiencias con hombres y mujeres. Ella lo llama Sexo a la carta, yo lo llamo falta de un amante que también la ame y que goce tanto con ella, hasta que los dos entiendan que el sexo no es lo primero en la vida sino lo tercero o lo cuarto. Virginia necesita ser saciada, no tanto de sexo sino de afecto, de amor, de caricias, de mimos.

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Señores, señoras, niños y niñas, el sexo no es ningún gran acontecimiento, es una de las actividades más efímeras que vive el ser humano a lo largo de su miserable existencia. Dura más el deseo que la realización y cuando tienes una pareja estable con la que puedes gozar de los placeres de la carne, el sexo pasa a un merecido tercer plano, después de comer, beber, dormir y conversar. El sexo es un gran acontecimiento para quien ha pasado por prolongados y dolorosos periodos de soledad y todas las miserias asociadas a esta sensación o para quien no ha tenido un amante diestro que lo convenza después de siete años de que el sexo es una actividad repetitiva, puede llegar a ser más excitante hablar, comer o burlarse a costa de gente estúpida.

El sexo es el sexo, un acto básico, elemental, animal, limitado por el cuerpo.

Columnistas jóvenes: vivan la vida, gocen a su manera, sean vírgenes, promiscuas, lesbianas, sadomosoquistas… sean lo que quieran, administren su cuerpo según sus creencias, pero no pretendan darnos clases de educación sexual. Aprendan a escribir, crezcan, pulan el estilo, no se repitan, no pretendan armar una revolución mental cada fin de semana. Sabemos que necesitan sobrevivir, sabemos que necesitan ser aplaudidas por inteligentes, críticas, creativas, feministas, necesitan ser aplaudidas, necesitan reafirmarse cada fin de semana, todos lo sabemos. Traten de hacerse dignas de mí, tal vez esa petición las obligue a pensar si vale la pena seguir escribiendo columnas de opinión.

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Una historia de hospital

5 Feb

Desde que el hombre es hombre ha querido explorar su sexualidad y algunos la exploran tan intensamente que su cuerpo asimila los objetos extraños como el humano de hoy asimila su teléfono móvil: como miembro ausente. Nuestro paciente no podía concebir la vida sin un objeto en forma de banano entre su ano, pero él estaba hospitalizado y allá no lo iban a complacer. Una mañana, desesperado, tomó varios termómetros y los introdujo con violencia, fue tanta la violencia que, sin saber cómo, por qué ni en qué momento, nuestro hombre cayó de la cama, con tan mala suerte que cayó sentado. Murió de forma instantánea.

 

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Hot hot Bogotá ¿una novela feminista?

4 Feb

Alejandra López González es de Cali y escribió una novela sobre Bogotá, la Bogotá hot, la del sexo casual, la rumba y la marihuana. La protagonista tenía que llamarse Sola, Solita, Soledad, no podía llamarse de otra forma, y es, claro, una mujer joven, hermosa e inteligente que cree vivir como se debe vivir y supone que sus valores son los Valores dignos de una mujer liberada, crítica y autoconsciente.

En la novela aparecen bien definidos los tipos femeninos eternos: la bruja, la puta y la madre santa: Sola consulta a la bruja, Clarita es una gran puta y al final de la historia la heroína renuncia a depender de la presencia de un hombre y la cambia por la que le brinda la hija, que se tenía que llamar María, claro, y ante a cual se siente felizmente esclavizada, como tenía que ser en una novela moralista que lleva implícito el sello de uno de los lugares comunes más extendidos: la máxima realización personal de una mujer consiste en ser Madre y al ser madre se le borra su historial de puta: «Pienso en el aborto, pero sé muy bien que a pesar de todo, a pesar del abandono de Oliver, de la partida de Santi, a pesar del calentamiento global y de las fosas comunes, quiero tener ese bebé» (pág. 84).

La protagonista reivindica el papel de la madre soltera, el amor filial y la recuperación de la pureza, cumple con el recorrido de rigor: una niña bien educada por una pareja de padres decentes al cumplir 18 años decide liberarse y olvidarse de los padres decentes y los valores inculcados por ellos, la niña se las da de inteligente y liberada, supone que serlo consiste en rumbear todos los fines de semana, putearse, fumar marihuana, tener amantes y quedar embarazada de uno de ellos, del más promiscuo y machista, del que la hacía sentir más puta: «Total que con chequera en blanco, tarjetas de crédito Gold Platino con cupo ilimitado, este hombre que tenía todas las posibilidades de llevarse a la que quisiera, a la hora que quisiera, como quisiera y cuando quisiera a las camas más lujosas de la hot Bogotá city» (pág.30). Cuando se ve como una mujer sola, abandonada por el amante y desamparada, regresa a la casa de los padres, que le perdonan todos los pecados y aman a su nietecita como si fuera la reencarnación de la hija; la hija omitirá ahora en su historial su pasado de puta marihuanera y aparecerá ante su hija como una santa, la niña al crecer recreará la historia y al cumplir 18 años deseará no ser tan santa como su santa madre y se hará una puta redimida con futuro de santa, como tal vez fue su abuela.

Sola posa de crítica pero no toma distancia de las situaciones que critica; ella goza de la banalidad, de la vanidad, de la tontería, es de las tontas que saben que son tontas pero no les preocupa mucho seguir siéndolo; en varias ocasiones se jacta de su propia tontería, de lo estúpidas y banales que son sus amigas, pero la reflexión no la lleva nunca a renunciar a su mundo. Para dárselas de inteligente vive con un antropólogo destapador de fosas y profesor universitario y, como era de esperarse, tenía que ser durísima con los «intelectuales», con estos viles seres: «da clases en universidad, dicta foros y talleres y se la pasa entre otros seres como él, que creen que tienen las respuestas a todo y que el sol gira alrededor de ellos y de su sabiduría infinita» (pág. 10), la idea que tiene la narradora de los intelectuales no es muy diferente a la de algunos facebookqueros muy ignorantes que, en conclusión, definen al intelectual colombiano como un hijueputa.

La historia se desarrolla en contextos de supuesta clase alta, pero las puticas son traductoras, egresadas de lenguas modernas, se evidencia el deseo por parte de la autora de hacerle creer al lector que está bien relacionada en Bogotá, muy bien relacionada, pero al escribir la historia descuida detalles que ponen en tela de juicio la verosimilitud de las fantasías que narra: «Entonces yo, Sola, Solita, tuve que acompañarla a la clínica, todo en gran secreto, con gran misterio, con pañoletas en la cabeza y gafas oscuras gigantes para que nadie reconociera a Clarita y para que jamás la sociedad bogotana se enterara de que a la mujer mejor vestida del año, su propio marido le había pegado una enfermedad venérea de esas que hacen picar, arder y doler al orinar» (pág. 14).

Solita reniega del matrimonio: «A las que están casadas se les ve infelices. Se les nota en la cara y en la forma en que repiten, de manera incansable y casi obsesiva, que son muy felices y están muy satisfechas con lo que les ha dado la vida» (Pág. 24). Solita tiene alma de campesina: «El baño de las siete hierbas tiene ruda, altamisa, manzanilla, nogal, laurel y cicuta… con una pequeña vasija, uno se va echando esa agua de la siete hierbas por todo el cuerpo» (pág. 72). Solita es básica, tiene pensamientos de postal de Día de la Madre: «Tengo miedo y ansiedad. Quiero que mi hija venga pronto al mundo, quiero que nazca para que me dé motivos suficientes para vivir, para ser feliz para siempre» (pág. 105).

 

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