Más que una herejía, el catarismo fue una religión pues su creencia fundamental es un dualismo que se opone a la fe cristiana en todas sus modalidades, de la católica romana a la bizantina. Sus orígenes están en Persia, cuna de religiones dualistas. Los cátaros profesaban no sólo la coexistencia de dos principios -la luz y las tinieblas- sino en su versión más extrema, la de los albigenses, la de dos creaciones. Como varias sectas gnósticas de los primeros siglos, creían que la tierra era la creación de un demiurgo perverso (Satán) y que la materia era, en sí misma, mala, condenaban la violencia, eran vegetarianos, predicaban la castidad (la reproducción era un pecado), no condenaban el suicidio y dividían a su Iglesia en «perfectos» y simples creyentes. El crecimiento de la Iglesia cátara en el mediodía de Francia y en el norte de Italia es un fenómeno asombroso, no inexplicable: el dualismo es nuestra respuesta espontánea a los horrores y las injusticias de aquí abajo. Dios no puede ser el creador de un mundo sujeto al accidente, al tiempo, al dolor y a la muerte; sólo un demonio pudo haber creado una tierra manchada de sangre y regida por la injusticia.
La presencia es real e impenetrable
11 MarOdette lo fascina porque es impenetrable. No su cuerpo: su conciencia. Como la amada ideal de los poetas provenzales, es inalcanzable. Lo es, a pesar de la facilidad con que se entrega, por el mero hecho de existir. Odette es infiel y miente sin cesar pero, si fuese sincera y fiel, también sería inaccesible. Swann la puede tocar y poseer, la puede aislar y encerrar, puede convertirla en su esclava: una parte de ella se le escapará. Odette será siempre otra. ¿Odette existe realmente o es una ficción de su amante? El sufrimiento de Swann es real: ¿también es real la mujer que lo causa? Sí, es una presencia, un rostro, un cuerpo, un olor y un pasado que no serán nunca suyos. La presencia es real y es impenetrable: ¿qué hay detrás de esos ojos, esa boca, esos senos? Swann nunca lo sabrá. Tal vez ni la misma Odette lo sabe; no sólo miente a su amante: se miente a ella misma.
Sexualidad pura
11 MarEl furor amoroso de Simetha parece inspirado por Pan, el dios sexual de pezuñas de macho cabrío, cuya carrera hace temblar al bosque y cuyo hálito sacude los follajes y provoca el delirio de las hembras. Sexualidad pura. Pero una vez cumplido el rito, Simetha se calma como, bajo la influencia de la luna, se calma el oleaje y se aquieta el viento en la arboleda.
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