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¿Por qué las feministas también son animales? Dedicado a Catalina Ruiz-Navarro y Carolina Sanín

24 Nov

Cuando una mujer ve a una perra, a una gata o a una burra extasiada frente a sus bebés recién nacidos queda maravillada ante la pasión de esas madres para hacerse cargo de sus crías, para amarlas con amor incondicional, desinteresado, gratuito… como sólo una madre puede amar a sus hijos.

Lo que la señora no sabe es que ella es hermana de la burra, la rata y la cerda porque son mamíferos, animales que se reproducen gracias al intercambio genético de una hembra y un macho a través del apareamiento, que las señoras llaman de forma «romántica» – para olvidar que son animales- Hacer el amor.

Hacer el amor como Dios manda para que dentro de nueve meses nazca un bebé gordo y llorón al que llamaremos El milagro de la vida.

¿Milagro de la vida?

Pero si somos siete mil millones de seres humanos. Una especie de virus que se inventó el amor para justificar la reproducción irracional y despiadada que vulnera los derechos fundamentales de las demás especies. Hombres y mujeres son responsables de semejante acto irracional. Hombres y mujeres participan del crimen de seres vivos mucho más hermosos y discretos que los hombres y las mujeres.

Si el milagro de la vida es varón será recibido como un rey, si es una niña será recibida con desprecio, lástima y consideración porque esa pobre criatura no sabe que llegó a una sociedad patriarcal y falocéntrica, piensa la madre feminista de la hipotética recién nacida que sólo ha leído libros de Ciencias Humanas y no sabe que también existe la biología, la genética y la neuorociencia y que cuando se aborda la vida desde estas perspectivas la hembra no sale muy bien librada porque la naturaleza no es precisamente feminista, a la naturaleza no le interesa la felicidad humana ni la liberación de la mujer, sólo le interesa crear estrategias para conservar especies.

Las feministas no saben que entre las hembras en general la mujer es una de las que mejor ha desarrollado armas para seleccionar al macho y para ejercer control sobre él. El cuerpo de la mujer es una trampa exquisita para seducir al pobre hombre presa del deseo y la pasión loca. ¡Por eso somos siete mil millones de milagros de la vida!

La feminista militante educará a su hija para que sea una mujer emancipada como ella, pero cuando la niña descubra que tiene tetas, culo, cintura, cadera, piel, voz y naturaleza de mujer descubrirá, sin saberlo, que es una máquina de seducción y correrá a buscar a su macho para reproducirse como todas las demás, como el animal más irresponsable de la tierra.

Deseará ser modelo SoHo como Catalina Ruiz-Navarro o verá maltrato a las pobres criaturas llamadas mujeres en los detalles más insignificantes, como Carolina Sanín.

Es difícil encontrar feministas en un rango de edad entre los 12 y los 20 años, esa es la edad de la reproducción y el animal joven no racionaliza la naturaleza de su deseo, sólo busca, como cualquier gata o perra en celo, a lo que ella llamará El amor de su vida para hacer el amor, pero todos sabemos que esos bellos sentimientos, esas búsquedas metafísicas son máscaras que la criatura inventa para no sentirse hermana en el deseo de la rata o de la gata.

Cuando el hombre ve a la mujer como un objeto, cuando la mira con deseo y babea como un perro porque quiere compartir sus genes con ella también se convierte en objeto, en objeto del deseo, no es más objeto la mujer que el hombre porque ella sea la deseada y él el deseoso, es la naturaleza manifestándose en ellos.

Feministas fanáticas: los hombres también sufren, los hombres también son tratados como objetos. ¿Quién defenderá a James y a Falcao? ¿No se dan cuenta de que esos dos pobres hombres son tratados como putas y son mucho más rentables que una puta?

Esta historia continuará….

El amor eterno según Rodolfo Llinás

18 Oct

Ese es de inteligentes que estructuran y modulan los patrones de acción fijos sobre la base de ver al otro como la mano de uno. Cuidarla es mi responsabilidad y viceversa. Saber que no habrá puñalada trapera es la norma. ¡Nunca, primero me matan tres veces! Esa es la clave neuronal del amor eterno, la que mantiene el estado funcional activo y bloquea cualquier cosa que le sea contraria. Es una calidad de estado mental. Si se entiende no hay otra posibilidad que amar al otro; en cambio, querer acostarse con otro y pasarla rico no es amor. Amor es compromiso y cerebralmente está en el cerebro truhán. Uno no se enamora de una mujer porque tiene unas tetas buenísimas, uno se enamora de su cerebro, porque con él se interactúa y se avanza, con las tetas no. Amar es cerebralmente un baile y hay que bailar con el que pueda danzar con el cerebro de uno. Amar es bailar, no hacer gimnasia. Encontrar eso es muy difícil; hallarlo es un tesoro.

No se den el cabeza con drogas y alcohol

21 Feb

El doctor Rodolfo Llinás es el colombiano con mayor posibilidad de ser Premio Nobel de Medicina. Es el actual jefe de neurociencia del Hospital de Nueva York y es uno de los  médicos que más ha estudiado y que más sabe del cerebro en el mundo.

¿Será posible algún día hacer trasplantes de cerebro?

No, absolutamente imposible. Y no porque si a uno le trasplantan un cerebro, no le estén trasplantando un cerebro, que a alguien se le tomó de su cuerpo. Es que usted desaparece como tal cuando le quitan el cerebro para ponerle uno nuevo. Una mano o el corazón pueden trasplantarse, pero el cerebro, nunca. Si yo me quito mi cerebro y me pongo el suyo, ya no soy yo, sino que soy usted.

¿Es posible en el futuro descubrir una vacuna contra el Alzheimer y el mal de Parkinson?

Sí, no sólo una vacuna, hay muchos tratamientos, de eso he venido hablando últimamente. Eso ya es mucho más real, porque el Parkinson es una enfermedad degenerativa, y el Alzheimer es una enfermedad degenerativa. Trabajamos la proteína de una persona como antes experimentamos con el cerebro de un calamar. Ya conocemos el mecanismo de la enfermedad y la solución es muy factible.

¿Pronto o muy lejana todavía?

Creo que es probable que en los próximos diez años haya una solución, que pueda encontrarse la curación. Tenemos una droga que sirve aunque no es perfecta, y porque sirve es que ya uno tiene más o menos arrinconada la enfermedad.

¿Usted ha señalado la posibilidad de una especie de vacuna para incitar el  amor?

Me han preguntado mucho sobre eso, ¡pero cómo voy a decir semejante cosa! No existen vacunas contra una situación de ese calibre. El amor no es una enfermedad, no es un virus, ¿entonces a quién se va a atacar? ¿Y entonces qué es el amor? Es un estado funcional del cerebro. Y las bases del sentimiento no las entiendo aunque sé dónde están.

Además de las drogas y el alcohol, ¿es cierto que ser negativo también deteriora el cerebro? Es decir: ¿es dañino ser pesimista o amargado?

Ser pesimista o amargado es un estado del cerebro. No se puede ser triste sin cerebro. Entonces usted me pregunta si el estado general de la tristeza o la amargura deterioran el cerebro. Yo le diría que no, porque el cerebro ya está dañado: por eso es que está triste todo el tiempo, son funciones del cerebro que han evolucionado. Cuando uno está feliz es porque está relacionado con algo bueno. Es conveniente hacer cosas que le mejoren a uno la vida. Es importante la capacidad de reproducirse, la sensación de no sentir dolor. Aunque parezca obvio, generalmente uno se siente bien cuando deja de sentirse mal. Después de un dolor de cabeza, yo me siento fantástico porque ya no tengo dolor de cabeza.

¿A qué edad es más importante en el cerebro la educación?

La educación debe hacerse tan tempranamente como sea posible. A los niños hay que enseñarles a pensar, a que generen sus propias soluciones. Hay que enseñarles a que entiendan, pues el saber se pierde. ¿Acaso usted recuerda los afluentes del Caquetá? ¿Los estudió? Es inmensa la cantidad de cosas que aprendimos pero que no sabemos porque no tuvieron contexto. En la educación le queman a uno el cerebro. A los niños hay que enseñarles a pensar, es decir, enseñarles en contexto.

¿Se podrá llegar a leer alguna vez la mente humana, la de los demás?

Sí, ya lo hablamos: cableándolo, o con estímulos. Una vez trabajé en París y teníamos que llegar por la noche y el celador cerraba con llave, y entonces debíamos timbrar, y el celador nos echaba unas vaciadas tremendas: que ya estaba en la cama, que qué desgracia, y escupía y gritaba. Entonces dije: Vamos a hacer un experimento interesante: le llevamos una botella de vino. Entonces el celador cambió y cada noche nos recibía como a unos príncipes. Le cambiamos el modo de pensar, pues cambiar la manera de pensar es de lo más pendejo que hay! Ahora: que la gente se lo deje cambiar, es otro asunto, pues hay cosas que no son negociables. Es muy difícil, por ejemplo, convencer a otro para que mate a su mamá, aunque alguien existirá que lo haría muy fácilmente

Usted, que ha estudiado el cerebro, ¿cree que el suyo funciona mejor ahora que cuando era joven?

Mucho mejor cuando era joven. Lo que pasa es que ahora sé más. Bien se dice que el diablo sabe más por viejo que por diablo. El ideal es que yo pudiera tener el cerebro joven sabiendo todo lo que sé ahora. Si al cerebro le quitamos el conocimiento, sería botar a la basura un gran capital que me ha costado tanto trabajo.

¿Existe alguna fórmula para mejorar el cerebro?

Hay muchísimas. La principal: úselo. Si uno no usa el cerebro, éste se atrofia, como los músculos y como todo lo demás. Por ejemplo, no se meta esas borracheras espantosas ni consuma drogas. A mí me preguntan que si he consumido drogas. No he tomado droga de ninguna especie, lo máximo que me he tomado es un vino, drogas no, porque no me interesa, porque si yo veo los colores muy bien y no quiero que sean más claros, pues no me interesa. Esas gentes que se están metiendo ese tipo de drogas, ¡qué horror!, van a tener el cerebro podrido cuando tengan sesenta años, si es que llegan a los sesenta.

¿Se puede afirmar que algunas personas tienen el cerebro tan poderoso como para dominar a otras?

Es una buena pregunta sobre lo que es un cerebro poderoso. Si uno mira los animales, hay unos que son animales Alfa, líderes, y eso quiere decir que piensan un poco más rápido, que ven mejor, que oyen mejor, que para ciertas cosas son mucho mejores. Entonces todos los siguen. Una persona que realmente es un líder puede hacer las cosas mejor. Mire usted la importancia del liderazgo en las fuerzas armadas. El liderazgo es importantísimo, pero no es que sea más fuerte el cerebro. De pronto sí piensa mejor. Entonces cambie la pregunta: Si uno tiene un cerebro que piensa mejor, ¿puede convencer a las personas? Pues claro, ese es el concierto humano.

¿Qué opina de tantos negociantes que ofrecen vitaminas y medicinas para el cerebro?

Que quieren plata. La gente vende porquerías por plata, desde el principio de la vida. Es como el cuento de los tres judíos que están en un tren y llega un ruso y les pregunta: ¿Ustedes por qué son tan inteligentes?, y le contestan: Es que nosotros comemos cerebro de pescado, y si nos paga por estas cabezas, se las vendemos. El ruso se las come y piensa que de inmediato se va a poner más inteligente. Al rato regresa y dice: Pues me comí el cerebro de los pescados y nada; yo creo que eso no sirve. Entonces los judíos le responden: Le sirvió para que se diera cuenta de algo de lo que antes no se había dado cuenta: de que eso no sirve. ¡O sea que su cerebro empezó a funcionar!

Usted dijo que la plata es importante pero que el negocio es la vida…

Lo que dije es que el negociar, la capacidad de interactuar socialmente, es sumamente importante porque somos animales sociales. La plata es una manera muy sencilla de facilitar los negocios. Uno puede hacer una pregunta muy sencilla que yo le hago a la gente: ¿Cuánta plata tengo que darle para que me deje matarlo? Y responden: “¡Cómo así!”. El dinero es una metodología para mejorar ciertas cosas, pero no es la vida.

En esa perspectiva, ¿cómo explica usted la muerte? ¿Tanto luchar para morirse?

Es que si no quiere luchar, pues no luche. Pero si alguien no lucha, entonces no entendió la vida. La vida no es para que le paguen a uno para trabajar, qué cosa tan triste. Y si cree que el trabajo es para burros, si cree eso, fue que le dañaron el cerebro. Vivimos para trabajar, para pensar, para cambiar, eso es la vida.

¿Entonces usted no le tiene miedo a la muerte?

¡Pero cómo voy a tenerle miedo a la muerte! Qué le voy a tener miedo a la muerte si nunca voy a conocerla. La única muerte que yo no voy a conocer es la mía. La muerte para mí no existe. De todas maneras me voy a morir. Yo les digo a mis estudiantes: Estar vivo es sumamente peligroso; si no quiere peligro, muérase, porque a los muertos no les pasa nada.

¿Usted sueña?

Sí, con detalles y con sonidos y colores. Sueño en colores, oigo a las personas y le hablo a la gente en todos los idiomas, y pasan toda clase de situaciones, pasan cosas interesantes y la mayoría de ellas son verdad.

¿Cómo puede mejorarse la memoria?

La memoria es un estado funcional del cerebro. Si usted me pregunta cómo determina la masa muscular la fuerza, le respondo que la fuerza es la masa muscular. Haga ejercicio. Venden productos que pueden mejorar la memoria, como programas de computadora, y sudokus, y no solamente eso: viva más. Esos aparatitos son buenos y fuerzan a la gente a utilizar la memoria. A mí me dicen: Usted dejó de hablar castellano durante veinte años, ¿y cómo es que no se le olvidó? Pues es que si yo hablo el castellano y sueño en castellano, ¿cómo se me va a olvidar?

¿Los humanos tenemos el mismo cerebro o hay diferencias entre razas, entre hombre y mujer, entre ricos y pobres…?

La similitud de los cerebros es como la de la nariz: todas las personas la tienen, pero no hay dos iguales. El cerebro es el mismo para todos, pero se diferencia en la organización de los circuitos, que se da al azar; aquí la variabilidad es infinita. Hay personas con mayor capacidad para ver los colores, para interpretar música o para ser parlanchinas… Y eso depende de las propiedades intrínsecas de las neuronas, no del color de la piel o del tamaño del bolsillo.

¿Qué nos hace distintos entonces?

Una neurona es como una maraca que suena por su lado, y nunca deja de sonar. Frente a un estímulo externo, o de manera automática, todas las neuronas entran en un estado de ‘maraquismo’ y suenan a la par, después vuelve cada una a lo suyo… Esa capacidad para cambiar sus ritmos es distinta. Eso nos hace diferentes, pero la gente tiende a exagerar esas diferencias.

En definitiva, ¿qué es el amor?

Es un estado funcional, como una golosina, y los enamorados son golosos (“que me ame, que me ame”). Eso hace que se sienta rico y que se activen los sistemas de gratificación. Por eso gusta. Claro, eso es indistinto de lo que se ame o a quién se ame. Amar la plata o a alguien del mismo sexo es, funcionalmente, la misma vaina. Eso sí, nunca es demasiado, nadie se muere por exceso de amor. No es como la epilepsia.

¿Y el amor a primera vista?

Funciona como en el cerebro de los pájaros: el patrón de acción fijo estaba activado, disponible y listo cuando apareció la persona que le gustó, y listo.

¿Y el amor eterno?

Ese es de inteligentes que estructuran y modulan los patrones de acción fijos sobre la base de ver al otro como la mano de uno. Cuidarla es mi responsabilidad y viceversa. Saber que no habrá puñalada trapera es la norma. ¡Nunca, primero me matan tres veces! Esa es la clave neuronal del amor eterno, la que mantiene el estado funcional activo y bloquea cualquier cosa que le sea contraria. Es una calidad de estado mental. Si se entiende, no hay otra posibilidad que amar al otro; en cambio, querer acostarse con otro y pasarla rico no es amor. Amor es compromiso y cerebralmente está en el cerebro truhán, porque con él se interactúa y se avanza, con las tetas no. Amar es cerebralmente un baile y hay que bailar con el que pueda danzar con el cerebro de uno. Amar es bailar, no hacer gimnasia. Encontrar eso es muy difícil; hallarlo es un tesoro.

¿Qué es la inteligencia?

Cerebralmente es la capacidad de abstraer para simplificar y actuar sobre esa simplificación. Cerebralmente está entre un oído y el otro, es decir en todas partes… Y claro, existen diferentes tipos de inteligencia.

¿El subdesarrollo es un patrón cerebral?

El país puede estar subdesarrollado, pero yo no. Eso no es contagioso. Ah, no hay cerebros subdesarrollados.

Se dice que solo usamos el 10 por ciento del cerebro…

Esa es una forma estúpida de pensar. Lo usamos todo y nunca se detiene. El cerebro actúa todo siempre; lo que sí sucede es que unas funciones se inactivan para que otras puedan marchar. Eso es necesario.

¿Las nuevas generaciones serán más inteligentes?

No hablen caca…

¿Cómo define a una persona inteligente?

La que es capaz de poner en contexto el mundo externo.

¿Se puede ejercitar el cerebro?

Sí, la labor intelectual genera más labor intelectual…

¿Quién es genio?

Aquél al que no le cuesta trabajo.

¿Y nace o se hace?

Nace con patrones cerebrales específicos: por ejemplo, el que es buen matemático, no es bueno bailando; el que es bueno pintando, se puede enredar haciendo una cuenta.

¿Por qué los científicos no son políticos?

Porque la política es un arte, no una ciencia.

¿Cree que este país debe seguir siendo manejado por esos artistas?

Desgraciadamente no hay más remedio.

¿Tenemos buenos artistas de la política?

No son artistas de la política pura. La mayoría son fracasados de otras disciplinas.

¿Por qué usted pudo y otros no?

Por suerte. Sea lo que sea, no me hice a mí mismo. Si en el momento en que uno nace las narices grandes son favorables, y uno viene con ellas, ¡de buenas! El valor que uno tiene es el problema de los demás, uno no se juzga, lo juzgan los demás.

¿Cómo se sentiría si mañana encuentra la cura de una enfermedad?

¡Colombianísimo!

 

http://www.arcoiris.com.co/2013/02/vivimos-para-trabajar-para-pensar-para-cambiar-eso-es-la-vida-rodolfo-llinas/?fb_comment_id=fbc_137761209722885_227040_137941643038175#f3b9455b7c

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Computación natural

4 Feb

Para referirnos al estudio de la mente inspirado por los ordenadores sería más adecuado hablar de Computación Natural y no de Inteligencia Artificial.

La teoría computacional de la mente se ha atrincherado en la neurociencia, es decir, en el estudio de la fisiología del cerebro y el sistema nervioso.

Dos bolas de papel de periódico arrugado nos parecen similares, aunque sus formas sean completamente diferentes; en cambio, los rostros de dos personas nos parecen diferentes, aunque sus formas sean las mismas.

La computación ha conseguido finalmente desmitificar los términos mentalistas. Las creencias son inscripciones de objetivos, el pensamiento es computación, las percepciones son inscripciones activadas de sensores, probar es ejecutar operaciones que se desencadenan en función de un objetivo.

Steven Pinker, en Cómo funciona la mente.

 

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Es una suerte que los neurobiólogos no sean filósofos

4 Feb

Es una suerte que los neurobiólogos no sean filósofos, pues, de lo contrario, se verían inmersos, al igual que éstos, en una discusión interminable y en el fondo estéril sobre el significado de palabras como «inconsciente», «inferencia». «conocimiento» o «información», en vez de intentar desenmarañar y resolver aspectos y problemas importantes relativos al cerebro. En resumen, su contribución a la comprensión del cerebro y de la mente acabaría siendo tan exigua como la de los filósofos. Este último punto no es trivial, ya que a la larga los problemas de los que se ocuparán los neurobiólogos corticales serán precisamente aquellos que han preocupado a los filósofos de todas las épocas, es decir, los relativos al conocimiento, la experencia, la consciencia y la mente, todos ellos consecuencia de las actividades del cerebro, que, en el fondo sólo se podrán comprender cuando se comprenda debidamente el cerebro.

Semir Zeki, en Una visión del cerebro.

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El cerebro y el mito del yo

4 Feb

Una neurona es, entre otras cosas una pila eléctrica y, como tal, genera un voltaje.

Somos básicamente máquinas de soñar que construyen modelos virtuales del mundo real.

Lo que hemos dado en llamar pensamiento es la interiorización evolutiva del movimiento.

El movimiento sin objetivo no sólo es un gasto inútil, sino que puede ser muy peligroso.

¿Cómo se efectúa esta interiorización de la motricidad cuando adentro nada se mueve?

El control cerebral del movimiento organizado dio origen a la generación y naturaleza de la mente.

Las plantas no se mueven activamente y no necesitan cerebro: su sobrevivencia no depende de la anticipación.

La gran desventaja de la homogeneidad es que disminuye la variación, la cual es la clave de la supervivencia.

Las emociones representan la plataforma premotora que impulsa o que frena la mayoría de nuestras acciones.

A pesar de que el corazón late por sí mismo, el sistema nervioso también modula la periodicidad de este ritmo intrínseco, como en el caso de estar aterrorizado.

Algunos estudiosos señalan que el hecho de no poder determinar directamente si lo animales tienen sentimientos subjetivos (cualias) implica que no los tienen.

Si el problema de caminar se dejara en manos de las propiedades intrínsecas de nuestros músculos propiamente dichos, no llegaríamos ni a la esquina de la casa.

No parece que los computadores de hoy en día estén listos para tener una mente, pero ello puede deberse más a limitaciones del diseño arquitectónico que a limitaciones teóricas para crear mentes artificiales.

Dada la naturaleza del sistema tálamo-cortical, la entrada sensorial del mundo externo sólo adquiere significado merced a la disposición funcional preexistente del cerebro en un momento dado, es decir, merced a su contexto interno.

La relación entre los estados emocionales y las acciones –y, por supuesto, la motricidad misma- es de suma importancia, pues, bajo circunstancias normales, los estados emocionales son disparadores de la acción y de su contexto interno.

A pesar del saludable respeto que tengo hacia la evolución, he llegado a creer que ésta puede explicarse básicamente como un producto de la Ley Universal de la Pereza. Esta ley ordena la comodidad y la utilidad: la vía de la menor resistencia.

Aunque nos resulte molesto, el hecho es que el “sí mismo” es fundamentalmente tan sólo una estructura funcional útil, generada por parte del sistema nervioso para centralizar y por tanto para coordinar sus propiedades predictivas.

Las cuestiones concernientes a la función de la mente se rigen por las mismas reglas biológicas que resultaron en la evolución del sistema nervioso, a saber, el desarrollo evolutivo por ensayo y error por parte de la selección natural, tanto en células singulares como en el animal como un sistema completo.

Si se coloca un electrodo de estimulación en el haz medial telencefálico de la rata, el centro de placer del cerebro, y se permite al animal activar esta área presionando una palanca conectada eléctricamente, la rata dejará de comer, de dormir y de beber para mantenerse en un estado de perpetua felicidad. Y se mantendrá así hasta morir.

Una vez evolucionadas, las neuronas constituyen la estructura central de todos los cerebros en todas las formas animales: transmiten información, construyen, soportan y memorizan el mundo interno –mundo compuesto de neuronas que simula la realidad externa apropiándose de sus principios operativos, para después volver a introducir en el mundo exterior el producto de la cognición por medio de los movimientos que denominamos conducta.

El cerebro es básicamente cerrado en su naturaleza y operación, escapa completamente al examen directo de los sentidos, no lo vemos ni oímos, no lo sentimos palpitar, no se mueve en ninguna dirección, no siente dolor si lo golpeamos. Más aún, parece muy distante de su asiento corporal como cuando nos compadecemos del dolor ajeno u observamos admirados el universo.

El placer debe tasarse y no inhalarse demasiado profundamente. Idealmente el placer no es un “fin en sí mismo”, sino el medio para un fin. Si llegamos a un tipo de conciencia colectiva, podría ser una conciencia peligrosamente narcisista, una conciencia que precipitara la desintegración de la sociedad, ya de por sí debilitada por el clima ominosamente anti-intelectual en el cual vivimos.

¿Es la ”mente” una propiedad únicamente biológica o es en realidad una propiedad física, que en teoría podría ser soportada por una arquitectura no biológica? En otras palabras, ¿hay alguna duda de que la biología sea diferente de la física? El conocimiento científico acumulado en los últimos 100 años sugiere que la biología, con todo y su sorprendente complejidad, no difiere de los sistemas sujetos a las leyes de la física. Por tanto, sería posible generar la conciencia con base en un organismo físico, que fue lo que ocurrió en nuestro caso, y al cual llamamos “un sistema biológico”.

El cerebro debe reconstruir el mundo externo como una película o un sueño continuo, en permanente discurrir. Para ello debe anticipar o prever constantemente, operando y orientando su foco de manera discontinua, pero integrando todo lo anterior mediante una actividad en saltos, en intervalos discretos de tiempo. En otras palabras, la predicción impulsa la reorganización de foco de manera rápida y evanescente.

Teóricamente se comprende que el sistema nervioso puede diseñar dos tipos generales de estrategia. En la primera dejaría el sistema en completa libertad y en la segunda lo dotaría de un mecanismo intrínseco que reduzca el número de tales elecciones. Por libre entiendo que si una gacela ve llegar a un tigre, puede decidir correr brincando de la manera esperada, o con sólo tres de sus cuatro patas o con dos patas hacia adelante y dos hacia atrás. El problema de una acción completamente libre, con posibilidades infinitas, es que resultaría muy costoso para el sistema. Por ser hipercompleto, necesita un mecanismo eficiente que reduzca sus grados de libertad, ya que sus elecciones son verdaderamente críticas. No sólo sería ineficiente, sino potencialmente letal pasar demasiado tiempo deliberando cómo escapar del tigre. Un sistema que implemente inadecuadamente la fuga, como sería, por ejemplo, intentar primero movimientos natatorios entando en la tierra, llevaría a la muerte.

El cerebro y el mito del yo. Rodolfo Llinás. Bogotá. Norma. 2002. 360 páginas.

No somos nada

4 Feb

Si según las aproximaciones de los geólogos la Tierra tiene 4.500.000.000 años; si según las aproximaciones de los microbiólogos el paso de la vida unicelular a la pluricelular duró 2.000.000.000 años; si según los cálculos de Darwin el proyecto de Hombre pasó 30 millones de años durmiendo en y cayéndose de las ramas; si según algunos lingüistas se puede hablar de lenguaje articulado apenas hace 40.000 años; si la Iliada fue escrita hace apenas 2.500 años; si la revolución de la escritura lleva apenas 300 años ¿qué termina siendo un pobre ser débil, lleno de sentimientos contradictorios, sufriente, eternamente enamorado, arrogante, presuntuoso, que vive con la idea de que con él empezó el Universo, la Historia, la Vida y la Trascendencia, un pobre ser que no alcanza a vivir 100 años de manera decente?

Las palabras ontogénesis, filogénesis, diacronía y sincronía, leídas en ciertos contextos, hacen sufrir al lector ataques de vértigo.

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Tres citas sobre el cerebro

4 Feb

La realidad es sólo una ilusión, pero una ilusión muy persistente.

Einstein

El cerebro está acostumbrado a asociar la visión del fuego cerca de la piel con la sensación de quemado, o la imagen de un cristal que cae, a un gran ruido. En el experimento los engañamos: la estimulación táctil del cuerpo real se sincroniza con la estimulación visual del cuerpo virtual. El cerebro intenta arreglar la incoherencia y acaba diciéndonos que nuestro cuerpo está allí donde se encuentra la imagen virtual.

Ehrsson

Si la tecnología de la conciencia se desarrolla suficientemente, se podría colocar a una persona en un entorno virtual y engañar a su cerebro hasta el punto de hacerle creer que su auténtica realidad es aquella y que su cuerpo real es el cuerpo que siente en el mundo virtual… la vuelta al mundo real podría ser muy impactante: una experiencia de este tipo conferiría una percepción muy clara de un hecho que normalmente tendemos a ignorar: que el mismo mundo real, la misma sensación que percibimos cada día de tener una identidad y estar en un cuerpo, no es nada más que una creación del cerebro, tan arbitraria y manipulable como la del mundo virtual. Incluso podríamos ser cerebros conservados en formol y nuestra conciencia, el resultado de una sencilla estimulación externa.

Metzinger