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Las muertes chiquitas

11 Oct

El libro de Margarita Posada no es una novela y tampoco es otro libro de autosuperación, no es una obra de arte ni un texto periodístico sino el testimonio desgarrador de una mujer que sin duda lloró mucho mientras lo escribió y describe el dolor de forma honesta; uno sufre con la historia y no es la historia de un personaje sino la de una persona, una mujer valiente que se atreve a narrar la suma de errores a lo largo de una vida desperdiciada, una vida de apariencia, superficialidad, consumo, vanidad, vivir de la opinión ajena y mucha banalidad.

Margarita Posada es la hija predilecta del capitalismo salvaje y no siente vergüenza al admitirlo, más bien reconoce que lo descubrió un poco tarde.

¿Cuántas mujeres morirán sin saber que también son producto de las estrategias más infames del marketing que se lo traga todo, que lo devora todo, que las convierte en muñecas de carne que caminan por las calles como si se tratara de pasarelas? ¿Por qué las mujeres son las más castigadas en este tiempo en el que todos nos hemos convertido en mercancía de buena o regular calidad? ¿Por qué el falso feminismo de redes sociales, el de todas y todes, el de las amigues que quieren dejar de ser sometidas por los “manes” pero siguen mendigando amor y buscando marido en esas mismas redes sin la menor muestra de recato o dignidad mejor conocida como amor propio son las más afectadas por las enfermedades mentales? ¿Por qué el emprendimiento que más bien es la última opción ante la crisis laboral y el aumento desmedido de la pobreza se ensaña más contra las mujeres? ¿Por qué los hombres están soportando mejor estos tiempos tan confusos y dolorosos?

Las muertes chiquitas no es otro objeto para vender, consumir y tirar como los libros-basura-engaño de Amalia Andrade, es mucho más que una sucia y vil estrategia de marketing para emocionar al público como los emociona ver a la última estrella fugaz de Yo me llamo. Es un libro que vale la pena leer porque se convierte en un excelente ejercicio de introspección que nos permite valorar la propia salud mental y la de las personas de nuestro entorno. No es un libro sobre la depresión, en un libro sobre un tipo de depresión, sobre la enfermedad que aqueja a millones de personas en el mundo en este comienzo de siglo tan confuso que probablemente nos seguirá sacudiendo año tras año de forma más violenta a través del dolor propio y del dolor ajeno.

Todos conocemos personas con esta enfermedad que se está convirtiendo en epidemia y leyendo este libro supe que no hay una sola forma de ser depresivo y que probablemente los psicólogos y los psiquiatras están tan confundidos como los sociólogos y los profesores. Este tiempo devoró también a los filósofos, es imposible sentarse a pensar porque para pensar se necesita tiempo lento y mucha meditación sobre lo pensado.

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Marketing y feminismo

19 Ago

Me han amenazado de muerte y de ataque con ácido ¿por ocuparme de feministas tipo Catalina Ruiz-Navarro y Carolina Sanín?

¡No hay derecho!

Me han amenazado de muerte y de ataque con ácido ¿por ocuparme de rebeldes tipo Virginia Mayer?

¡No hay derecho!

Me han amenazado de muerte y de ataque con ácido ¿por ocuparme de emprendedoras tipo Catalina Alba, Diana Marcela Ariza y Sandra Súarez?

¡No hay derecho!

Me han amenazado de muerte y de ataque con ácido ¿por ocuparme de intelectuales tipo Katherine Ríos?

¡No hay derecho!

Las amenazas de muerte y de ataque con ácido siempre han sido anónimas, claro (estamos en Colombia)  y para mí es imposible saber cuál de las víctimas de mi supuesta muy variada y mucha maldad ha decidido tomar medidas en contra mía. Tal vez sea un simpatizante de una de las damas, una especie de justiciera que no soporta la libertad de expresión en un país en el que es prohibido dar opiniones sobre gente que expone su vida privada en público y aspira a convertirse en modelo, en mujeres dignas de respeto y admiración aunque no lo sean.

Todas las mujeres de las que me he ocupado en este blog exponen sus dotes o sus atributos en las redes sociales o en las revistas de farándula y lo que he hecho siempre es dar mi opinión sobre sus apuestas, sus estrategias, sus juegos, sus tomas de posición, su habitus, su posición en el campo. ¿Es tan difícil entender que me eduqué en la sociología del arte y que mi maestro indiscutible es Pierre Bourdieu? ¿Es tan difícil  entender que lo que puede ser interpretado como ataque personal a unas dulces e inocentes mujeres es una toma de posición intelectual que yo asumo ante lo que esas mujeres representan en un contexto particular?

Si me he ocupado de estas respetables damas es porque ellas encarnan los sueños, deseos y frustraciones de muchas mujeres. Mi intención nunca ha sido atacarlas a ellas sino lo que ellas representan.

¿Por qué vuelvo a escribir sobre «divas» si la última vez me advirtieron que el ataque con ácido sería efectivo si volvía a vulnerar los derechos de tan respetables damiselas?

Porque soy así, arriesgada. Porque si no escribo reviento, porque me gusta ejercer mi derecho a opinar en un país que presume de democrático aunque no lo sea. Se supone que las opiniones, que la escritura, es eso, escritura, y que quien escribe merece seguir viviendo a pesar de lo que haya escrito. Las palabras no son balas ni cuchillos y no deben ser recibidas con balas ni con cuchillos sino con otras palabras.

Yo esperaría palabras contra mis palabras, no amenazas de muerte ni ataques con ácido.

Sin más preámbulos pasemos a analizar este esperpento que encontré sin buscarlo. La autora es Catalina Ruiz-Navarro.

El título de este post es «Marketing y feminismo» porque nuestra feminista estrella es la mujer que mejor encarna la idea de que todos somos objetos de consumo, de que todos nos construimos no precisamente como sujetos sino como personas que han sido puestas a la venta en el mercado de la carne sin que lo sepamos. Yo lo sé, la casta Catalina no lo sabe, ella siente que crea su propio estilo en un mundo en el que la publicidad nos impone los estándares de belleza, libertad, estilo y sensualidad. Esta fotografía que la bella Catalina comparte con sus lectoras feministas podría ser perfectamente usada en un anuncio publicitario de toallas higiénicas, alimento para mascotas o planes turísticos. Ella jura que ha sido la artífice de tan bella obra de arte y nos dice que una mujer inteligente puede usar bikini, pintarse la boca de rojo y ser filósofa, que una cosa no riñe con la otra.

Ella es una feminista fuera de serie porque no parece hombre, porque no es una machorra.

descarga (1) La publicidad y el marketing empaquetan a las personas para que crean que se construyen como sujetos cuando en realidad forman parte de un grupo específico, de un paquete de personas que se venden como productos a sí mismos en las redes sociales y que los expertos en marketing no dudan en organizar para ofrecerles luego productos y servicios cuidadosamente diseñados para satisfacer la fase emocional, intelectual o espiritual por la que el empaquetado está pasando; los paquetes de productos y servicios son cuidadosamente diseñados para ellos, para crearles la ilusión de que son libres, de que seleccionan, de que se construyen y, es, sin duda, la mujer, una mujer como Catalina Ruiz-Navarro (mujer que en esta fase ha decidido etiquetarse como feminista filósofa inteligente maquillada y con bikini), una mujer que a los 33 años ha dejado de sentirse vieja y fea.

Cuando Catalina cumplió treinta entró en crisis y sentía que había quedado fuera del mercado de la carne, a los 33 siente que ha vuelto a renacer y el mercado le ofrece productos y servicios hechos a la medida de sus deseos y requerimientos. Cuando Catalina cumpla 40, 50, 60, 70, 80 y 90 soñará con ser otras mujeres y siempre habrá un paquete para ella, para hacerla sentir en su mejor momento. ¡Así funciona el asunto! No somos sujetos libres, ahora mucho menos que en los tiempos del casto Sartre.

La mujer-objeto perfecto para ser modelado- para ser todas las mujeres con las que pueda llegar a soñar. ¡En eso va el feminismo! Catalina es la mujer perfecta para formar parte de un paquete de mujeres como ella a las que se les crea un mundo hecho a su medida para hacerlas vivir en la ilusión de que ellas deciden, de que ellas escogen, de que ellas construyen su propio estilo, su modelo, no según las estrategias del mercado sino según sus propias elecciones.

La publicidad y el marketing saben que nadie como las mujeres y el feminismo para vender mucho más de lo que vendían antes.

Esta otra fotografía (lobísima, kitsch a más no poder) es exhibida por Catalina Ruiz-Navarro en el texto titulado «Soy feminista y eso no me quita lo femenina».

No hay necesidad de hacer un análisis minucioso del documento para corroborar que Catalina ve mucha televisión y muchas revistas de novias, para constatar que está completamente dominada por el arte de no ser sujeto sino objeto.

¿Cuáles son los límites del feminismo?

¿A dónde hemos llegado?

¿Qué sigue?

¿Por qué te moriste Pierre Bourdieu?

¡Llamen a mi mamá!

catalina

http://www.univision.com/estilo-de-vida/trending/soy-feminista-y-eso-no-me-quita-lo-femenina-aunque-no-siempre-lo-tuve-tan-claro

 

La guerra contra las mujeres

29 Sep

Soy bloguera desde hace nueve años pero tengo blog en esta comunidad apenas desde febrero y hay un dato que me tiene impactada: los temas más populares, los más leídos, son los relacionados con nombres propios -con autores- pero los primeros siete son sobre mujeres. Vende escribir sobre mujeres, vende analizarlas y criticarlas y parece que funciona más la estrategia si quien se toma el trabajo de hacerlo es otra mujer.

Si he cautivado una audiencia dispuesta a leer cada texto que escribo no ha sido por ser amiga de los escritores que venden más libros, publican en más revistas y tienen los mejores contactos, por decir que Alberto Salcedo Ramos es el mejor cronista, Héctor Abad Facilonce y  Ricardo Silva Romero los herederos indiscutibles de Proust, Joyce, Musil, Kafka… y  Daniel Samper Ospina un gran columnista, humorista, periodista… Es muy fácil decirlo, todos lo dicen y todos lo creen. No tiene sentido repetirlo de nuevo para sentirme inteligente, profunda y enterada.

Mi apuesta es un poco más arriesgada: consiste en decir que no es cierto lo que se dice sobre el buen momento por el que pasa la literatura colombiana. Para mí el único escritor vivo que saca la cara por esta pobre patria es Fernando Vallejo, que no es poca cosa. El autor de La virgen de los sicarios y El desbarrancadero es, quizá, uno de los escritores más brillantes de la historia de la literatura, un clásico vivo, duélale a quien le duela.

A continuación el titulo de los posts más leídos siendo el primero el más popular de todos los publicados durante casi un año.

1. El periodismo de investigación de Virginia Mayer

2. Margarita Posada: una puta vieja

3. Emprendedores colombiano en la red: el caso Catalina Alba

4. Carolina Sanín se desnuda para El Espacio

5. Mario Mendoza y Antonio García Ángel

6. Luis H. Aristizábal: maestro del aforismo en Twitter

7. Emprendedores colombianos en la red: el caso Adrián Peláez

8. Sexualidad femenina según cien mujeres típicas de la revista SoHo

9. Masturbación a la carta (sobre Virginia Mayer)

10. Twitter le cambió la vida a Virginia Mayer

Los diez textos son de denuncia, los diez son sobre diferentes formas de engaño, sea desde la literatura, el periodismo, la vida intelectual o el marketing. 

 

 

Emprendedores colombianos en la red. El caso Adrián Peláez

15 Jun

Hace dos años Adrián Peláez era un tuitero más, uno de los integrantes de la famosa #mesaredonda, organizaba fiestas lascivas de tuiteros como el  famoso #7D y quería ser amigo de @ensayista.  Era un joven colombiano deseoso de ganar dinero fácil gracias a las redes sociales; sus alegres compañeras de viaje fueron abandonadas en el camino cuando nuestro @paisa7 se convirtió en un Social media & business, se especializó en Política 2.0 y en redes sociales, empezó a publicar en el  Miami Diario y se constituyó en Director Instituto Social Media tanto como  Dir. Master Marketing Digital ESDEN y Embajador Evernote (así se describe él en su perfil de Twitter).

A nuestro gurú colombiano le fascinan y pronuncia bien las palabras claves para vender grandes ideas que suelen dejar con la boca abierta a las personas que nunca las habían oído una al lado de la otra, las hermosas frases sonoras aprendidas de los expertos en marketing de Estados Unidos, los verdaderos dueños del negocio: conexiones, empatía, gobierno 2.0, ciudades del conocimiento, networking, intereses y contenidos más allá  de las personas, lo que vamos compartiendo es lo que vamos mostrando de cara a los medios de la gran data, para el periodista va a ser interesante encontrar a los verdaderos líderes de opinión en las redes sociales, comunicación y estrategia para el posicionamiento político, tejer redes en la vida real, búsquedas inteligentes, beta restringido, comunidad, aprender a responder correos electrónicos, consultoría en activismo político, líder de opinión, nueva economía del agradecimiento, referente, los nuevos medios en general, hacer la diferencia queriéndolo o no, habilidades blandas, hacer la diferencia es hacerse con su marca personal, cada quien tiene una manera de formular las ideas de forma diferente,  cocreación de conocimiento, el mundo es de quienes hagan la diferencia, Colombia es la respuesta, mercado de oportunidades de manera implosiva, cuando somos capaces de por medio de una idea, un proyecto, una aplicación, impactar y causar revuelo, la ley del  uno por ciento, los que hacen el  cambio se convierten en influenciadores, dos puntos conectores, para crear comunidades es importante saber usar el pegamento social,  un trabajo de acercamiento al cliente, embajador de marca, modelo de negocios, plan de vida, cómo podemos encontrar respuestas o espacios de  interacción, habilidad para grandes campañas, levantamiento de capitales y posicionamiento de marca, habilidades que conviertan al pegamento social para lograr llegar al otro a través de un preocuparse por el otro, comunicación en tiempo real, redes sociales como la vida misma, estamos en la época de la inmediatez, de la brevedad; herramientas digitales, atención al cliente, atención al usuario, los avances no son sólo tecnológicos sino  trabajo es equipo y sobretodo saber escuchar, debemos aprender a hacer ingeniería de datos…

Cuando @Paisa7 pronuncia estas palabras y frases una al lado de la otra en tono de evangelizador digital las personas inocentes que lo oyen entran en éxtasis místico y están dispuestas a seguir pagando por oír embuste tras embuste. El cree en las tonterías que dice y los asistentes también. El lee con juicio libros de otros expertos en marketing y posicionamiento de marca, aprende las palabras, las frases, el tono y la pose exacta y lo hace tan bien que él mismo termina creyendo en las tonterías que oye y se siente como un hombre influyente, una figura respetable, un gran intelectual futurista.

Adrián Peláez -como buen emprendedor- tiene cuenta en por lo menos veinte redes sociales, en todas se autopromociona, se cita y se repite, lo que cambia es el formato. La cantidad de páginas y la aparente profundidad de la información le hacen creer al posible comprador de humo que se  trata de una persona  influyente y como era de esperarse a medida que pasa el tiempo es más  admirado, invitado y galardonado.

Adrián Peláez insiste en el posicionamiento de marca personal. El usuario de las redes sociales crea su propia imagen a través de -por ejemplo-  el nombre de su cuenta en Twitter. ¿Qué es @paisa7?, ¿en qué nos hace pensar ese nombre?, ¿qué imagen positiva nos evoca? No es un nombre de usuario digno de un experto en posicionamiento de marca personal.

Insiste en que los usuarios en Twitter pueden convertirse en líderes de opinión y él no es precisamente un líder de opinión en esta red ni en ninguna otra. Se da a conocer siguiendo a mucha gente y jamás ha posicionado un TT o se ha impuesto su opinión en relación con algún tema.

Para ser experto en redes sociales lo mínimo que se le debería pedir al teórico es ser  relevante en la red  a la que hace referencia y desafortunadamente casi todos los expertos  son seres irrelevantes en estos entornos.

Las redes sociales, la educación virtual,  las relaciones interpersonales y la participación en política no son tan relevantes como nos han querido hacer creer los expertos;  las personas que se han enriquecido gracias a las redes sociales o las revistas digitales son escasas y probablemente ninguna de esas grandes figuras viva en Colombia. Los grandes triunfadores son los productores de aparatos tecnológicos y los dueños de plataformas como Google,  Facebook, Twitter… los usuarios sólo somos pobres seres necesitados de afecto y atención ilusionados con la tonta idea de que nuestras grandes ideas o nuestros grandes lamentos sean oídos o comprendidos por otros seres tan desamparados como nosotros.

Twitter, que parece ser el gran pretexto para formular grandes reflexiones intelectuales, no es ninguna revelación y cuando el experto explica cómo se usa pocas personas lo entienden y están dispuestas a crear una cuenta en esta página y hacerse notar porque no es tan sencillo como los expertos lo presentan.

Millones de jóvenes de todo el mundo son adictos a Twitter, conectados desde sus teléfonos inteligentes caminan por calles hediondas  riendo ante ideas graciosas e imágenes grotescas publicadas por ellos o por otros. Pocos políticos han logrado incrementar sus votos, pocos profesores han ejercitado el estilo o la argumentación escrita y tampoco han potencializado procesos de escritura de ningún tipo en sus estudiantes, pocas marcas han incrementado sus ventas gracias a los tuiteros dispuestos a venderse a cambio de cualquier tontería, engañados como niños pequeños con la idea de que son emprendedores o nuevos ricos de la red. El poder de la radio y de la televisión no ha sido superado por el de la redes sociales, continúa intacto. Los expertos como Adrián Peláez engañan a conciencia diariamente a personas inocentes, es necesario denunciarlo, ¿qué sentido tiene que se sigan engañando a ellos mismos a través de la supuesta creencia de los demás?

Emprendedores colombianos en la red. El caso Catalina Alba

31 May

En estos tiempos confusos la gente tiene claro lo que quiere: Dinero, mucho dinero.

Nos han querido hacer creer que la «revolución tecnológica» lo revolucionó todo y que -como por arte de magia- podemos convertirnos todos en empresarios digitales. Si la propuesta no funciona la culpa es tuya, así de simple, algo falló  en tu plan de negocios.  Tienes que aprender a ser un mejor emprendedor.

Cada día aparecen en la red cientos de nuevas páginas de nuevos periodistas, nuevos  cocineros, nuevas prostitutas, nuevos artistas integrales, nuevos emprendedores… personas entusiastas con la idea de hacer realidad un sueño que reporte ganancias económicas fruto de la buena suerte y la ingenuidad de algún tonto. Todos están vendiendo algo o se están vendiendo a sí mismos y casi nadie está comprando, ese es el dilema.

¿Cuántas personas se han enriquecido en Colombia gracias a una propuesta digital?

¿Para qué sirve la fama virtual?

¿Para qué sirven cinco mil amigos en Facebook y más de seis mil seguidores en Twitter?

El caso más emblemático y pintoresco  que conozco en Colombia  es el de Catalina Alba. Tuve la oportunidad de estar cara a cara con esta emprendedora hace tres años en uno de sus intentos desesperados por ser reconocida. Me contactaron para que junto a ella y otros tres o cuatro emprendedores venidos a menos habláramos  de reinas y de reinados a cambio de dos porciones de pizza, un ruta en taxi, una sal de frutas Lúa, un esfero con logo, una agenda con  logo  y un bono de librería sin atributos.  El gancho para convencerme de tan sucia propuesta fue simple: no nos dan plata pero nos dan cositas.

Esa es la frase clave de los emprendedores en Colombia: «No nos dan plata pero nos dan cositas».

Acepté por pura curiosidad y todavía recuerdo esas dos o tres horas como las  dos o tres horas más tormentosas que he soportado en los últimos tres años. Los divos y las divas tuiteros se trataban como si fueran gente famosa e influyente y no soportaban que yo, la tuitera mayor, no me pusiera al nivel de su imbecilidad.

Ese día pasó y yo he seguido los pasos de Catalina para ver en qué termina su representación de empresaria digital, de emprendedora para mostrar en ferias y foros sobre nuevas tecnologías y triunfadores de la web. Catalina se toma en serio su papel y está dispuesta a regalarse por una lata de atún o por  un delantal Parmalat. Su pose principal es de cocinera, pero también es periodista, fotógrafa, buena amiga y  consejera.

En sus conferencias siempre nos recuerda que es una emprendedora exitosa porque sabe usar las nuevas tecnologías, encontró marido en un chat, entiende cómo funciona Google, Facebook, Twitter, YouTube,  tiene cámara fotográfica profesional, puede chatear desde el teléfono y ha conocido gente maravillosa en las redes sociales.

Catalina Alba  era una publicista exitosa, renunció para crear su propia empresa y  a pesar del llanto y las súplicas de sus jefes para que no los abandonara ella dio el gran paso y ahora puede dormir después del almuerzo o salir a tomar café a cualquier hora con quien  quiera y a la hora que quiera. Ese es el éxito de Catalina Alba. Ella llama emprendimiento a lo que una persona más realista llamaría de forma menos pomposa desempleo.

Cuando estuvo de moda vender cuanta porquería se pueda vender a través de la aplicación llamada twitcam Catalina preparaba comida con invitados  y nosotros presenciábamos el espectáculo extasiados. ¡cuánta falsedad! ¡cuánta zalamería! ¡cuánto desorden dejaban en la pobre cocina de la pobre emprendedora estos tuiteros  descarados! Ella invitaba a comer en vivo y en directo a los tuiteros más influyentes para parecer más influyente todavía porque podía invitar a su casa a los tuiteros más influyentes. ¡un círculo vicioso!

La frase clave del emprendimiento: «no te damos plata pero te damos cositas»  fue inventada por algún director de marketing exitoso, el mismo tipo de embaucador de las amas de casa que venden cremas por catálogo.

Cientos de Catalinas Alba promocionan productos de todo tipo a cambio de migajas y quién gana ¡pues las marcas! Mientras haya tontos dispuestos a venderse por una sal de frutas habrá trabajo para todos los emprendedores que tengan computador o teléfono con acceso a internet.

A Catalina le molesta que no me tome en serio su profesión. Si es cierto que estudió publicidad y renunció a una agencia para preparar huevos a la napolitana disfrazada de ama de casa en dos minutos para RCN, si se deja engañar con la supuesta rifa de un carro y hace el ridículo en YouTube, si posa de locutora en una efímera emisora en la que hacen supuesto periodismo independiente, si  se toma a sí misma como  la mujer más exitosa de la web en Colombia  por qué supone que merece ser respetada y admirada.