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De Madame Bovary a Nicolás Arrieta

30 Mar

Primero fuimos monos y jugamos encima de los árboles

Un día nos cansamos de jugar arriba y decidimos que podría ser más divertido jugar abajo

Estando abajo pensamos que podría ser divertido ponerse de pie

Y estando de pie aparecieron las tetas de las mujeres, desapareció casi todo el pelaje del cuerpo y la comunicación no verbal se hizo potente

Con las manos libres empezamos a ver herramientas

y construimos puentes, caminos y medios de transporte

Los medios de transporte desplazan gente y transportan datos

Y a medida que avanza el tiempo los datos se desplazan más rápido:

Árbol caído, carruaje, carro, avión, internet.

¿Se puede ser más veloz?

Sospecho que no

Y la velocidad nos vuelve locos y tiende a confundirnos.

Volviendo a la bajada del árbol nos dio por comunicarnos con palabras, no sólo con las manos y con el rostro

Después dibujamos animales en las paredes

Descubrimos la marihuana y el opio mientras buscábamos frutas y verduras

Y cantamos y bailamos en tremenda traba alrededor del fuego y las paredes adornadas con dibujos

Entonces nos dio por escribir

Por crear familias

Por construir viviendas y quedarnos en un lugar fijo

Tuvimos más tiempo para pensar

Y nos dio por escribir en superficies suaves

Hasta que aparecieron los cuadernos y los plumones

Y después vino la imprenta

Y con la imprenta las bibliotecas y las universidades

Y con bibliotecas públicas y librerías todos pudimos ser cultos

Pero también apareció la radio, la televisión, la publicidad y el marketing

Y después vino internet

Y tuvimos internet sin haber leído Madame Bovary

Y Madame Bavary es como un personaje vivo

Porque Flaubert renovó la narrativa

Y vimos a Madame Bovary en la telenovela

Y después la vimos en el reality

Y después la vimos en las redes sociales

Y ahora podemos pensar en Nicolás Arrieta como una especie de Madame Bovary confundida en vivo, llorando en vivo, tatuada y hermosa desde su particular espejo, confundida y vacía porque es lo que soñó y ese sueño se convirtió en su tormento.

 

Mi vocación de maestra

20 Feb

Todos los días recibo mensajes de agradecimiento, este es mi favorito del día. Hay algo en este mensaje que me hace sentir que hay placeres que el dinero no puede comprar, por ejemplo, tratar de imaginar lo que cada persona hace con los textos que lee cuando pasa por aquí.

Espero que les guste tanto como a mí:

Al igual que la mujer del comentario yo también la admiro, me gusta mucho ese blog y sigo no tan regularmente su cuenta de twitter, aunque su humor me divierte debo reconocer que me llama mucha la atención sus apuntes literarios yo desde mi total ignorancia, producto de la falta de tiempo, obligaciones como madre y esposa, han hecho dificultoso la terminada de un libro, recuerdo un tuit suyo donde escribía algo sobre que los escritores Gustavo Flaubert y Baudelaire tenían obsesión con el cabello de la mujer, yo tratando de descrestar a mi colega de trabajo él un intelectual consumado, le comento su tuit haciéndolo pasar por idea mía , y el hombre queda sorprendido sonríe, y me dice tienes toda la razón!, a mí esto me causa mucha gracia, yo no sabía de lo que estaba hablando. Unos días después le dije a mi niña de 12 años que sacara la biblioteca de su colegio “Madame Bovary”, y pues la leí con un gusto increíble, y releía los comentarios suyos acerca de este gran escritor y pues yo sin saber mucho me maravillé con este texto y tristemente encontré muchas semejanzas conmigo, una mujer casada hace 20 años sin derecho a descanso, también he leído a Fernando Vallejo y anoto sus sugerencias de lecturas, al igual que la persona que le hizo su comentario yo le agradezco su generosidad al compartir sus conocimientos me imagino producto, de su vocación como maestra.

En estas redes abunda la superficialidad y la tontería los que la agreden simplemente no se han dado el trabajo de leerla , yo encuentro una diferencia notable en la profundidad que usted maneja y la tontería que abunda, de los que solamente gobernados con su ego quieren impresionar, descrestar , con palabras en inglés, me gusta la simpleza con que escribe y refleja en su cuenta de instagram.

Muchas gracias

La tristeza de Madame Bovary

4 Feb

Aquella felicidad, sin duda, era una mentira imaginada por la desesperación de todo deseo.

Los apetitos de la carne, las codicias del dinero y las melancolías de la pasión, todo se confundía en un mismo sufrimiento.

Allí seguía tendida, con la boca abierta, las manos extendidas, inmóvil, y blanca como una estatua de cera. De sus ojos salían dos amagos de lágrimas que corrían lentamente hacia la almohada.

Las dichas futuras, como las playas de los trópicos, proyectan sobre la inmensidad que les precede sus suavidades natales, una brisa perfumada, y uno se adormece en aquella embriaguez sin siquiera preocuparse del horizonte que no se vislumbra.

Se sintió languidecer y completamente abandonada, como una pluma de ave que gira en la tormenta; e instintivamente se encaminó hacia la iglesia, dispuesta a cualquier devoción, con tal de entregarse a ella con toda el alma y de olvidarse por completo de su existencia.

Cuando se arrodillaba en su reclinatorio gótico dirigía al Señor las mismas palabras de dulzura que antaño murmuraba a su amante en los desahogos del adulterio. Era para avivar la fe; pero ningún deleite bajaba de los cielos y se levantaba con los miembros cansados, con el vago sentimiento de un inmenso engaño.

Estaba enamorada de León, y buscaba la soledad, a fin de poder deleitarse más a gusto en su imagen. La presencia de su persona le turbaba la voluptuosidad de aquella meditación. Emma palpaba el ruido de sus pasos; después, en su presencia la emoción decaía,y luego no le quedaba más que un inmenso estupor que terminaba en tristeza.

¿No parecía atravesar la existencia, apenas rin rozarla, y llevar en la frente la señal de alguna predestinación sublime? Estaba tan triste y tan tranquila, tan dulce y a la vez tan reservada, que uno se sentia a su lado prendido por un encanto glacial, como se tiembla en las iglesias bajo el perfume de las flores mezclado al frío de los mármoles.

La luz blanquecina de los cristales bajaba suavemente con ondulaciones. Los muebles en su sitio parecían haberse vuelto más inmóviles y perdidos en la sombra como en un aceáno tenebroso. La chimenea estaba apagada, el péndulo seguía oscilando. Y Emma se quedaba pasmada ante la calma de las cosas, mientras que dentro de ella se producían tantas conmociones.

Acostumbrada a los ambientes tranquilos, se inclinaba, por el contrario, a los agitados. No le gustaba el mar sino por sus tempestades y el verdor sólo cuando aparecía salpicado entre ruinas. Necesitaba sacar de las cosas una especie de provecho personal; y rechazaba como inútil todo lo que no contribuía al consuelo inmediato de su corazón, pues, siendo de temperamento más sentimental que artístico, buscaba emociones y no paisajes.

Estaba tan triste, tan triste, que viéndola de pie a la puerta de su casa, hacía el efecto de un paño fúnebre extendido delante de la puerta. Su enfermedad, según parece, era una especie de bruma que tenía en la cabeza, y los médicos no podían hacer nada, ni el cura tampoco. Cuando le daba muy fuerte, se iba completamente sola a la orilla del mar, de manera que el oficial de la aduana, al hacer la ronda la encontraba a menudo tendida boca abajo y llorando sobre las piedras. Dicen que, después de casarse, se le pasó.

-Pero a mí -replicaba Emma- eso me ha venido después de casada.

El siguiente día fue para Emma un día fúnebre. Todo le parecía envuelto en una atmósfera negra que flotaba confusamente sobre el exterior de las cosas y la pena se hundía en su alma con aullidos suaves, como hace el viento en los castillos abandonados. Era ese ensueño que nos hacemos sobre lo que ya no volverá, el cansancio que nos invade después de cada tarea realizada, ese dolor, en fin, que nos causa la interrupción de todo movimiento habitual, el cese brusco de una vibración prolongada.

Gustave Flaubert. Madame Bovary. Madrid. Cátedra. 2002. 432 páginas