Ernesto Sabato es un intelectual polifacético, a lo largo de su vida ha sabido comprometerse sólo consigo mismo y nunca ha temido el desprecio de sus amigos o colegas del momento, tampoco parece importarle mucho la impresión que puedan tener sus lectores cada vez que le da un giro al estilo en su escritura o cambia de manera radical la eleccion de los temas que aborda. En cada uno de sus textos se encuentra la voz del hombre comprometido, pero el estilo cambia a medida que cambia su perspectiva ante la vida, el arte, Dios, la escritura, la idea de trascendencia o cualquier otro asunto digno de reflexiones profundas. Leer Sobre Héroes y tumbas se constituye en una experiencia no precisamente similar a la que nos conduce Uno y el universo; Uno y el universo no nos llevaría a evocar al autor de La resistencia o Antes del fin.
En cualquier librería se encuentran textos de autosuperación relacionados con amor, felicidad, curación, santidad, soledad, vejez… cada autor le brinda a sus lectores las claves para lograr el éxito de manera rápida y efectiva si se atreve a seguir una serie de instrucciones, si se aventura a encontrar aquello que está buscando, en muchos de ellos dice: «Si usted ha comprado este libro ha dado el gran primer paso, ¡felicitaciones! se trata de una frase contundente seguida de otras similares, al terminar el libro el lector se sentirá relajado, probablemente tomará para sí algunos de los consejos, el asunto que aquí importa no es si los libros de autosuperación se han constituido en una necesidad para la filosofía, si están en sintonía con la sociedad de masas, el consumo, la búsqueda de la felicidad, la crisis actual, la necesidad de volver a la ética y los valores, sino por qué razón un intelectual de la altura de Ernesto Sábato escribe textos que se podría pensar han sido pensados para los lectores de libros de autosuperación?
E libro está dedicado a los jóvenes y es un hecho que los jóvenes leen a Ernesto Sábato con reverencia, pero las reflexiones del sabio no logran calar en la mente de ellos, no deciden cambiar sus hábitos sólo porque un hombre mayor de noventa años les advierte que estamos a punto de perder lo poco de humano que nos queda gracias al desarrollo de la tecnología, el trabajo deshumanizado, la competencia feroz, la masificación, la reverencia a los dioses de la televisión…
La resistencia se lee e impacta, se revalúan algunos valores pero llega un momento en el que se siente la imposibilidad de realizar aquello que allí se propone porque la manifestación de la Humanidad también desgasta y aniquila, la contemplación de lo bello de la naturaleza, la sabiduría de los viejos, el valor de lo pequeño también llega a desgastarse y algunos reflexiones que parecen muy profundas pueden pasar por pura cursilería, en una ocasión, en un foro de jóvenes argentinos decidí copiar esta reflexión para ver el efecto que causaba en los lectores, los comentarios no se hicieron esperar, estaban cargados de agresividad, se pensaba que quien los había escrito era una mujer joven, soñadora y bastante ridícula, cuando les dije que se trataba de una cita tomada de un libro de Ernesto Sabato, tan amado por los argentinos, nadie se atrevió a seguirlo acusando pero tampoco justificaron la cita:
«El destino se muestra en signos e indicios que parecen insignificantes pero que luego reconocemos como decisivos. Así, en la vida uno muchas veces cree andar perdido, cuando en realidad siempre caminamos con un rumbo fijo, en ocasiones determinado por nuestra voluntad más visible, pero en otras quizás más decisivas para nuestra existencia, por una voluntad desconocida aun para nosotros mismos, pero no obstante poderosa e inmanejable, que nos va haciendo marchar hacia los lugares en que debemos encontrarnos con seres o cosas que, de una manera u otra, son, o han sido, o van a ser primordiales para nuestro destino, favoreciendo o estorbando nuestros deseos aparentes, ayudando o obstaculizando nuestras ansiedades, y, a veces, lo que resulta todavía más asombroso, demostrando a la larga estar más despiertos que nuestra voluntad conciente». (Sábato. 1999: 28-29).
Bibliografía:
Sabato, Ernesto. La resistencia, Bogotá: Seix- Barral. 1999.
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