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¿Para qué sirve la crítica literaria?

15 Ene

Apareció una nueva defensora ilustre de Catalina Ruiz-Navarro: Adriana Cooper. Escribió una columna sentimental en la revista Arcadia sobre el valor de lo pequeño y lo que de verdad importa. Nada dijo sobre los 53 pares de comillas que faltan en cuarenta páginas del trabajo de grado que Catalina presentó en la universidad Javeriana para ejercer como Filósofa y en vez de pedirle explicaciones a ella termina dando a entender que Mario Jursich es una mala persona porque le explica a Catalina Ruiz-Navarro en dos ocasiones que no sabe leer literatura y que debe dar explicaciones sobre su monumental plagio.

Ante la imposibilidad de defender lo indefendible la nueva amiga de Catalina Ruiz-Navarro apeló a las emociones, a la bondad, a que vinimos al mundo a darle besos, abrazos y palmaditas en la espalda a nuestro prójimo y que la crítica literaria no sirve para nada porque todos tenemos defectos y si necesitamos manifestar un sentimiento negativo acerca de otro ser humano debemos hacerlo con palabras dulces y en privado para no herir las fibras más sensibles del otro y para que nosotros ascendamos un paso en nuestro Camino hacia el Cielo. Pura palabrería estúpida de libro de autosuperación para evadir lo que de verdad importa: el plagio de cuarenta páginas y la deshonestidad intelectual de Catalina Ruiz-Navarro.

Busqué información en internet sobre esta erudita y descubrí que es tan polifacética como Catalina Ruiz-Navarro: publica en seis o siete medios y posa de crítica. Ante intelectuales tan poco rigurosas como ella y tan feministas en el peor sentido de la palabra -entendiendo como feminismo defender a las mujeres por su condición de mujeres aunque no tengan talento para nada (la famosa sororidad)-, ante posturas tan lamentables ante la crítica sería preferible que no existiera porque duele mucho saber que personas con supuesta formación académica tengan una idea tan fuera de lo académico, de lo que es el arte y cuál es la función de la crítica y los críticos.

Adriana Cooper asume las obras como cositas lindas y parece no imaginar que si Catalina Ruiz-Navarro se presenta como crítica literaria y maestra en artes visuales uno como lector esperaría que supiera apropiarse de estas obras pensando en las famosas reglas del arte, en la historia y la tradición; uno esperaría de parte de ella interpretaciones pertinentes de las obras que aborda y nos encontramos siempre con su falta de inteligencia, su nula capacidad de análisis, su incipiente formación en teoría y crítica. Catalina y Adriana deberían entender de una vez por todas y para siempre que si quieren acabar con el machismo y con el heteropatriarcado lo primero que deben hacer es empezar a estudiar en serio, repetir las carreras profesionales que hicieron y dejar de creer que los sentimientos y las intenciones están por encima de los hechos, la racionalidad, la teoría y el análisis riguroso de las obras de arte teniendo en cuenta el contexto. Esas son lecciones que se aprenden antes de terminar el cuarto semestre en una carrera de literatura o de artes visuales.

A continuación la parte final del texto de Adriana Cooper, la primera no me interesa mucho. Lea, amable lector, y saque sus propias conclusiones:

“Después de leerlo surgen preguntas: ¿Son necesarios tantos adjetivos y además negativos, para referirse al intelecto de una persona? ¿El hecho de que alguien se equivoque invalida todo su aporte intelectual previo? ¿Juzgamos a la gente con fuerza en el ámbito académico para validar un prejuicio inconsciente que tenemos, quitarnos una incomodidad hacia una situación que nos refleja esa persona, cobrarle algo, o simplemente para sentirnos superiores? ¿Se justifica la vergüenza pública producida por un texto, o hubiera sido más efectivo hablar con esa persona en privado para entender mejor su punto de vista o manifestarle una sugerencia o desacuerdo? ¿Necesita García Márquez que lo respaldemos con tanto ahínco cuando su talento ya hizo que sus obras se defiendan hasta la eternidad? ¿Las respuestas están afuera o dentro de nosotros mismos?

Algunos escritores experimentados suelen recomendar esto a sus alumnos cuando empiezan a escribir cuentos, y algunos autores sin mentor lo hicieron por instinto: “No juzgue al personaje con adjetivos ni incluya reflexiones críticas con el fin de orientar al lector hacia esos juicios para que los ratifique, porque el lector por sí mismo hará su propia interpretación”. Lo mismo podría aplicar a otras situaciones de la vida”.

http://www.revistaarcadia.com/agenda/articulo/adriana-cooper-sobre-catalina-ruiz-navarro-y-mario-jursich/67237

Deleuze y Olímpica Estéreo -a propósito del humor involuntario de Catalina Ruiz-Navarro

15 Ene

Han pasado más de cuatro meses después de que se comprobó el plagio de Catalina Ruiz-Navarro en su trabajo de grado en la Universidad Javeriana para pontificar como filósofa y a medida que pasa el tiempo se vuelve más divertida la historia porque se han agregado nuevos ingredientes que han hecho devenir a Cata en cómica, el sueño frustrado de Carolina Sanín.

El pronunciamiento de Mario Jursich en Facebook dinamizó la historia porque muchas personas consideraron que si alguien como él se pronuncia sobre los 53 pares de comillas que faltan a lo largo de cuarenta páginas entonces debemos empezar a hablar en serio del asunto porque dejó de ser la intriga de una señora chismosa y envidiosa, es decir yo, y se convirtió en un asunto que a todos nos debe indignar y debemos tratar de forma seria, con altura.

Llevamos dos semanas de indignación y creo que sirvió de algo porque se pronunciaron dos grandes personalidades de los medios que minimizaron el plagio de Catalina y exaltaron sus cualidades humanas, su simpatía, su actitud de mujer moderna y su espíritu frentero. Fidel Cano Correa (director de El Espectador) considera que un plagio viejo -de hace diez años- es una especie de travesura de Cata, que debemos olvidar y perdonar porque era joven e inexperta. Eso es lo que da a entender y remata diciendo que aunque no es una intelectual rigurosa a él le gusta su estilo y no la va a castigar.

Luego Matador (caricaturista de El Tiempo), la defendió con estas palabras: Apoyo a @catalinapordios escribe bien y tiene criterio. Acusarla de plagio desde un portal web, es una celada rastrera.

Fidel Cano y Matador no ven el plagio como delito, deshonestidad intelectual y falta de ética sino como una tontería sin importancia y la pregunta que nos hacemos quienes observamos desde la barrera es por qué los hombres poderosos del periodismo protegen y defienden a Catalina Ruiz-Navarro de forma condescendiente, como en actitud de hermanos mayores y si esa actitud no entra en contradicción con el hecho de que ella se presente como feminista empoderada, autónoma e independiente.

También apareció un psiquiatra no tan reconocido y considera que quienes le piden explicaciones a Catalina Ruiz-Navarro tienen un problema de narcisismo, están enfermos y la atacan por su condición de mujer.

De la revista Arcadia le enviaron una entrevista a Catalina Ruiz-Navarro y @jmalaparte tuvo la gentileza de sintetizarla para nosotros y nuestra risa involuntaria:

Le preguntamos a Catalina por el plagio.

–¿Usted no plagió, verdad?

–No.

–¿Nunca se le ocurriría eso?

–No.

–¿No poner comillas ni citar no es plagio?

–No.

–¿Fue un descuido?

–Si.

–¿La atacan por feminista?

–Sí.

–Gracias por aclarar las cosas.

–Gracias por aclarar las cosas.

Y otro tuitero descubrió un nuevo talento en la feminista de moda: Qué ternura: @catalinapordios modifica su acento en función de su público. Antier era chilanga, ayer gomela bogotana, hoy costeña. Por fin entendí el concepto del feminismo pop.

Hoy Catalina publicó su columna de El Espectador y descubrimos que le fascina oír Olímpica Estéreo y entonces nos imaginamos a Deleuze saltando de su tumba no precisamente para perrear con la feminista sino ante el asombro de lo que terminaron haciendo con sus libros.

Carta abierta a Jorge Iván Cuervo (@cuervoji en Twitter)

19 Dic

Sé que no soy de su agrado desde hace mucho tiempo y creo saber por qué: es usted un hombre machista, clasista y amigo de que los secretos de sus amigos poderosos se queden muy bien guardados. Hace ya varios años me ocupé de una de sus grandes amigas y eso a usted lo marcó para siempre en contra mía porque una persona como yo no puede burlarse de personas como ustedes y entonces durante varios meses estuvo diciendo que yo NO PUEDO ser una mujer porque soy muy inteligente, muy hábil y escribo muy bien y que soy UNA MALA PERSONA. ¿Alcanza a ver los niveles de su machismo? Subestima tanto a las mujeres que si aparece una que desenmascara impostores intelectuales, falsos sabios, falsos profetas, falsos eruditos… es una persona mala y no puede ser una mujer. Si esos impostores son amigos suyos entonces su dolor y su ira se multiplican, se convierte en una especie de señora histérica descontrolada.

Si quien quitara mascaritas fuera un amigo suyo seguramente celebraría la habilidad de semejante portento, hasta diría que está al lado de Quevedo o de la inexistente critica cultural en Colombia. ¿Me equivoco?

Está hecho usted un mar de lágrimas porque Catalina Ruiz-Navarro perdió todo el prestigio como intelectual, feminista, filósofa, defensora de Causas y experta en poses y el nivel de su odio hacia mí es tan ciego y tan desproporcionado, tan locamente desmedido, casi como si fuera una señora menopáusica, que cree que LA LOCA ELSY se inventó un plagio de 40 páginas en un trabajo de grado en la Universidad Javeriana porque soy mala y voy por ahí dañando la honra de gente admirable, así de emocional es su mente, así lo pone a procesar pensamientos su machismo y su clasismo.

El hecho de que desde hace más de seis años venga denunciando las incoherencias de Catalina Ruiz-Navarro no me convierten en loca ni en mala persona sino en profeta. En vez de llenar su cabeza de veneno porque le molesta mucho que yo pueda ver primero donde nadie más no puede ver debería felicitarme por ser tan inteligente, por saber ver, por no fallar nunca en mis hipótesis sobre impostores de toda pelambre.

cuervo

¿Machismo, racismo, clasismo o simple odio?

19 Dic

Con ustedes el comentario dejado en Facebook por Laura Gómez Camargo, a propósito del plagio de 40 páginas de Catalina Ruiz-Navarro en su trabajo de grado en la Universidad Javeriana denunciado ayer por una figura a la que esperamos ahora sí la Universidad Javeriana y los medios tengan en cuenta para analizar el delito cometido por la columnista, feminista, abanderada de varias causas, todas relacionadas con la ética y la justicia.

Laura cree que si yo denuncio el plagio soy la negra Candela; si es el hombre blanco, rubio, alto, de apellido raro -me refiero a Mario Jursich Durán- es sensacional y debe tomarse en serio. Tengamos en cuenta que Laura es admiradora de Catalina (es decir, feminista) y de forma implícita da a entender que lucha por la justicia y el orden:

“Elsy Rosas Crespo no hace ninguna denuncia de ningún tipo, es como un perfil tipo la negra Candela, llena de bobería y calumnia sin análisis de nada ni crítica de nada. Importante sería sacarla/lo de este debate para que lo del plagio sea tomado enserio, porque yo también vi esto compartido por ese perfil y me pareció otra de sus quejas sin fundamento ni rigor. Ahora que lo veo compartido por Mario, cambia la cosa”.

En Colombia no hay escritoras

19 Dic

Carolina Sanín no tiene talento, sentido del humor ni gracia pero se empeña en ser reconocida como una de las grandes escritoras colombianas del Nuevo Milenio. Posa de feminista irreverente, sueña con que es la fusión entre Quevedo y Fernando Vallejo, se toma por la mejor copia de las humoristas norteamericanas a las que tanto imita con logros bastante lamentables -porque Carolina no nació con la vis comica– y aunque quiera renegar de su clase se siente cómoda en su condición privilegiada. Con esos antecedentes es imposible hacer arte, feminismo, humor o cualquier objetivo que se proponga en la vida.

Cada cierto tiempo Carolina arma un escándalo y logra su objetivo: trascender Facebook y crear alboroto a partir de una tontería y esas actitudes de niña mimada siempre arrastran a seres inocentes bien sea porque atenta contra instituciones prestigiosas o porque al querer hacer el bien termina haciendo el mal y cae la máscara de algún impostor. Con la última travesura intelectual de Carolina Sanín fueron varias las damnificadas, todas mujeres, claro, y no precisamente porque el heteropatriarcado haya querido prescindir de mujeres en un tonto evento en París (ese fue el origen de todos los males) sino porque gracias al show de más de cincuenta mujeres que no saben escribir -incluida Carolina- descubrimos que en Colombia no hay escritoras consagradas como Gabriel García Márquez o Fernando Vallejo y que estamos muy mal de crítica literaria y de aproximaciones feministas a apuestas estéticas cuando son abordadas por mujeres. No hay escritoras, no hay críticas y el feminismo está en manos de Carolina Sanín y Catalina Ruiz-Navarro. El panorama no puede ser más desolador.

Carolina no quiere ni respeta a Catalina pero Catalina cometió la torpeza de seguirle el juego a Carolina y escribió una columna “demoledora” contra García Márquez que ha sido objeto de análisis por parte varios críticos hombres, ninguna mujer. ¿Dónde están las críticas colombianas?

El mandato de Carolina Sanín fue contundente: si hay diez hombres en París el Ministerio está obligado a encontrar a las mujeres, a las escritoras colombianas. Y entonces las mujeres empoderadas empezaron a buscarlas y terminaron encontrando a las modelos SoHo que ya pasaron de moda por viejas y gastadas, porque ya fueron a todas las ferias y fiestas del cuerpo y están agotadas. Encontraron a las escritoras consagradas que no alcanzan el nivel de los hombres y siguieron buscando para hacer una gran lista de mujeres que escriben y las listas no son muy extensas, son listas cortas y son tan escasas nuestras maestras de las letras que terminó colada en los listados hasta Estefanía Uribe Wolff. El panorama no puede ser más desolador.

De lista en lista y de Manifiesto en Manifiesto hasta los señoritos Ricardo Silva Romero y Juan Esteban Constaín trataron de alzar un poco la voz y parecer un poco indignados y acompañaron a las exmodelos y a otras mujeres a decir en tono de reproche: ¡En Colombia sí hay escritoras!

De este lamentable circo llamado Cultura Colombiana hay algo que podemos rescatar: por fin los lectores expertos y el público en general están empezando a notar que Catalina Ruiz-Navarro pasó por la universidad pero no fue tocada por el mundo académico y su feminismo y empoderamiento son tan frágiles que se pueden desbaratar en dos columnas. Esa es la noticia positiva.

Feminismo dañino y distorsionado

19 Dic

La maestra del plagio Catalina Ruiz-Navarro en su última columna ahora sí tocó fondo en el arte de la estupidez, la superficialidad y el feminismo tonto: no invitaron a las malas escritoras colombianas a París y la niña rebelde que posa de feminista sin saber nada de feminismo llegó a unas conclusiones que harían llorar de vergüenza a un estudiante de literatura de segundo semestre de cualquier universidad del mundo. Con ustedes Cata la feminista hipster y boba a conciencia:

Sobre Remedios la Bella se podría escribir un largo ensayo sobre la mirada predadora masculina y el acoso. Tan machista era Gabo que en su verde vejez tuvo el nervio de escribir las Memorias de mis putas tristes, que además de ser un irrespeto simbólico a su fiel esposa, Mercedes, que literalmente lo mantuvo para que escribiera su gran obra, es una fan fiction de La casa de las bellas durmientes de Kawabata, que cuenta la historia de una suerte de prostíbulo a donde los viejos verdes impotentes van a restregársele a doncellas dormidas, es decir, es un libro sobre violaciones. Estos son los tropos de los escritores latinoamericanos, los del Boom son casi todos asquerosamente machistas, y hasta Neruda en sus memorias confiesa una violación “casual” que el escritor comete cuando ve a la empleada que le arregla el cuarto y “le dan ganas”. Pero el machismo en la literatura no lo vamos a notar hasta que leamos a las mujeres. No puede ser que toda nuestra imaginación esté sólo alimentada por las ficciones que escriben los machos.

El segundo plagio perdonado a Catalina Ruiz-Navarro

27 Nov

En 2013 Catalina Ruiz-Navarro plagió a una feminista norteamericana, hubo un poco de revuelo en los medios, algunos intelectuales se manifestaron sobre el delito cometido con premeditación y ella aclaró que fue un descuido, que olvidó poner algunas comillas y siguió posando de feminista empoderada e indignada. No hubo sanción social.

A medida que pasa el tiempo nuestra feminista estrella se consolida de forma más contundente como una de las voces más autorizadas para tratar temas relacionados con la opresión de la mujer, los salarios inferiores que recibimos, los piropos agresivos que hemos tenido que soportar desde tiempos inmemoriales, el derecho a usar minifalda sin que suframos el acoso callejero, la posibilidad de divertirnos viendo porno preferiblemente feminista, entre otros. No se trata de un feminismo serio sino de una pose tonta que vende mucho y no deja de ser preocupante que a medida que pasa el tiempo avanza más y se convence de que está al lado de Virginia Woolf y Simone de Beauvoir, Pierre Bourdieu y Herbert Marder, aunque lo más seguro es que -por ser una estudiante vaga- no haya terminado de leer ninguno de los libros de estos intelectuales que se han ocupado del feminismo de forma seria y desde una apuesta estética que termina siendo una apuesta política porque de eso se trata el feminismo: es una teoría de la acción, no se trata simplemente de pronunciar palabras tontas y discursos digeribles por masas desesperadas ávidas de entretenimiento, es algo mucho más serio, es teoría en acción y compromiso. El feminismo no es marketing y feria de negocios y en eso lo ha convertido Catalina Ruiz-Navarro.

Catalina Ruiz-Navarro lucha sin tregua por el empoderamiento y el asumirnos como seres completos que no somos menos que los hombres. Discute, grita y se acalora con cierta frecuencia, posa de mujer fuerte, contundente, segura… y mientras representan su triste papel nos enteramos ahora de que en su trabajo de grado en la Universidad Javeriana plagió cuarenta páginas, se trata de una investigación muy seria y minuciosa realizada en el portal https://www.plagios.org.

Es un plagio evidente y estas personas a las que no conozco se tomaron muy en serio la denuncia y están recurriendo a diferentes instancias para que Catalina Ruiz-Navarro, la directora del trabajo de grado y la Universidad Javeriana den explicaciones sobre un fraude tan evidente. Pasó más de un mes y nadie se ha pronunciado, había una copia del texto que le concede el título de Filósofa a Catalina Ruiz-Navarro en la página de la Universidad y esta semana desapareció; el público en general ahora no tiene la posibilidad de ver el análisis del plagio y confrontar luego con el trabajo de grado, las fuentes que consultó para copiar párrafos enteros con absoluto descaro, con la seguridad de la persona que está acostumbrada a incurrir en este delito. Es muy preocupante que una institución prestigiosa -la mejor institución de educación superior en Colombia después de la Nacional y los Andes- tome una medida como esta, parece como si la universidad Javeriana estuviera encubriendo a la feminista estrella. El Espectador tampoco se ha pronunciado.

Desde hace más de cinco años he escrito sobre las imposturas intelectuales, la poses y las incoherencias de Catalina Ruiz-Navarro como feminista y como intelectual y ahora que podemos confirmar que todas mis sospechas eran ciertas se interpreta mi preocupación sobre el silencio de la Universidad Javeriana, el periódico El Espectador y la autora del plagio como envidia de mi parte porque no tengo una carrera y no he llegado tan lejos como ella. Catalina Ruiz-Navarro reincide una y otra vez en el delito y el engaño y sus amigos y admiradores la presentan como víctima de acoso aunque saben que si se fijan seriamente en el análisis de sus cuarenta páginas de plagio pueden comprobar en menos de una hora que no se trata de asuntos personales, ajustes de cuentas, envidia ni resentimiento sino de un delito grave que debe ser estudiado con atención y que merece la sanción social y la aplicación de la ley porque está en juego el prestigio de una universidad, de un medio, de una figura pública y el papel que juega Catalina Ruiz-Navarro como intelectual, filósofa, pensadora y feminista empoderada.

¿Por qué debe escandalizarnos que Catalina Ruiz-Navarro incurra en plagio y sea protegida por la Universidad Javeriana, el periódico El Espectador y todos los intelectuales colombianos?

Porque esa reacción nos hace pensar si la falta de justicia de la que tanto se quejan con los políticos corruptos no aplica para los intelectuales. En el portal que analiza el plagio se preguntan sin la corrupción en Colombia es tan profunda que atraviesa todas las actividades, incluida la intelectual, que se debe caracterizar por la honestidad, la entereza y el respeto al trabajo ajeno.

¿Por qué ningún escritor colombiano, profesor universitario, investigador o periodista ha mencionado el plagio de cuarenta páginas en su trabajo de grado en la Universidad Javeriana si es un asunto que nos debería escandalizar a todos?

Reflexionemos sobre el plagio

27 Nov

El nuevo plagio de Catalina Ruiz-Navarro -ahora en su trabajo de grado como Filósofa de la Universidad Javeriana- nos obliga a pensar por qué hay gente que lo hace y por qué algunas universidades no se toman en serio el hecho si tiene implicaciones tan serias.

¿Qué es plagio?

Plagio es no atreverse a pensar y a redactar uno mismo sino dejar que otro piense y redacte por uno. Cuando el escritor perezoso, inseguro y facilista cree que encontró una cita digna de ser escrita por él -aunque la haya escrito otro- la copia sin asomo de disimulo y sin vergüenza para posar de inteligente, profundo, sensible o lo que sea que quiera transmitir a través del robo de la frase, el párrafo o la idea que robó de un autor que no es perezoso, facilista ni deshonesto.

¿Qué tipo de persona plagia?

Plagia la persona que desconfía de su propio talento y seguramente no lo tiene pero quiere llegar lejos posando de intelectual, artista o erudito. Normalmente plagian los estudiantes perezosos y los adultos sin talento; los que sueñan con escribir como los grandes pero no saben cómo hacerlo y ante la impotencia caen en el robo intelectual y se les convierte en vicio. Quien plagia una vez y no es descubierto lo seguirá haciendo hasta que se confíe demasiado y llegue a copiar hasta cuarenta páginas. Copiar, robar, plagiar cuarenta páginas es llegar al límite de la manía de no pensar por sí mismo y no confiar en sí mismo y de paso pensar que los lectores del robo son todos unos completos ignorantes. La persona que plagia se desprecia a sí misma y desprecia a sus lectores, los subestima, los trata como tontos.

¿Es más escandaloso que incurra en plagio un estudiante o un profesional?

Un profesional.

¿Y por qué?

Porque no le da ejemplo a los estudiantes. Si un estudiante ve que una figura pública con títulos universitarios plagia ante la mirada de todos y no pasa nada va a pensar que no vale la pena pensar por sí mismo, que da igual hacer los trabajos con empeño o simplemente copiar. Un profesional debe dar ejemplo, tiene un compromiso social porque está a la vista de todos, debe convertirse en faro moral, en alguien a quien las futuras generaciones deseen imitar y ¿vale la pena imitar a un ladrón de ideas ajenas? No.

¿Qué se esconde detrás de la exigencia de no hacer plagio?

El deseo de respetar el trabajo ajeno, las horas consagradas a la lectura, la escritura, la reflexión profunda y el trabajo honesto. Una persona puede terminar una carrera profesional y no ejercer o ejercer de forma mediocre o sin figurar. Pero cuando el plagiador es figura pública y quiere posar de indignado, cuando defiende una Causa como el feminismo y el empoderamiento de las mujeres pero es un ladrón de las ideas de otros -especialmente de hombres- ofende esa Causa y a todas las personas -hombres y mujeres, intelectuales honestos que creen que no todo está perdido y vale la pena seguir luchando por unos valores y principios que tienen todo el sentido y que debemos hacer respetar.

¿En cuál terreno de la filosofía encontramos el plagio?

Etica y estética.

¿Está perdida la ética? ¿Qué pasó con la filosofía? ¿Qué pasa cuando una filósofa feminista empoderada que se envalentona en contra del heteropatricado y el falocentrismo toma como propias ideas que no son suyas sino en su mayoría de hombres que no saben de su existencia?

Es muy ofensiva esa puesta en escena. Si soy filósofa feminista empoderada y poso de todo eso no se esperaría de mí que robara con absoluto descaro las ideas de otros y mucho menos en su mayoría hombres. No es justo que robe a hombres ni a mujeres pero asombra que luche contra el machismo y no sea capaz de pensar por sí misma sino que otros hombres tengan que pensar por ella y no se atreva a usar las comillas para reconocer el trabajo ajeno.

¿Cuál es el gran riesgo de convertirse en plagiador?

Que la persona pierde toda la credibilidad y aunque diga la verdad siempre vamos a creer que está mintiendo.

¿El plagio es una enfermedad contagiosa y se puede curar?

Es muy contagiosa y más en tiempos de internet; debe ser más adictiva que el basuco pero más traicionera que un admirador tuitero de los que expresan cariño a través de mensajes privados pero nunca lo nombra en público. Cuando una persona roba ideas y le va bien con el robo va a seguir haciéndolo, pasa lo mismo con los que roban tuits o se ocultan detrás de una identidad que no los representa. Salir del mundo de la mentira, el engaño y el robo debe ser más complicado que salir de las drogas más duras porque también carecemos de lectores atentos y de mente suspicaces.

Carta abierta a Catalina Ruiz-Navarro

27 Nov

Buenas tardes, Catalina.

En 2013, cuando plagiaste a la feminista norteamerica, ya eras la Maestra del plagio porque en 2008 habías plagiado cuarenta páginas en el trabajo de grado que te concedió el titulo de Filósofa en la Javeriana. Nada más ni nada menos que filósofa, una pensadora, la discípula de Platón y de Nietzsche, cerdos machistas, misóginos odiadores de hembras débiles como tú. ¿No es irónico que seas filósofa feminista empoderada y ahora que sabemos que mientes te hayas convertido en la caricatura de ti misma? ¿No te da vergüenza con tus ancestros, esas mujeres que se supone te enseñaron a ser fuerte, honesta y defensora de los derechos de los débiles o eso también te lo inventaste? Ahora sospecho que al ser la maestra del plagio también eres maestra de la mentira y la actuación y es imposible creer cualquier palabra tuya, impostora. ¿Todo en ti es mentira y engaño como los libros apilados en tu biblioteca de papel que tal vez nunca has leído sino que son un simple adorno bonito que usas para montar tu puesta en escena engaña bobos? Y como los bobos siempre son más ganas tú, reina.

¿Mientras copiabas párrafos enteros de otra gente que sí entiende a Deleuze no te sentías un poco pequeña por tratar de entender a un grande? Un hombre blanco europeo arrogante y seguramente despreciador de mujeres débiles de mente que no se conceden el placer de pensar por sí mismas?, ¿Querías posar de mujer inteligente al tratar de entender el pensamiento de un hombre fuerte y como su pensamiento es más poderoso que el tuyo decidiste robar las ideas de quienes sí lo entendieron? ¿No hubiera sido más fácil analizar el humor de Daniel Samper Ospina o la profundidad de pensamiento de Vladdo o los Aportes al Pensamiento Latinoamericano en la Obra de Ricardo Silva Romero? ¿Por qué te tenías que meter con Deleuze? ¿Qué querías demostrar? ¿Querías posar de inteligente, profunda y erudita cuando lo tuyo era la rumba dura y la catadura de condones o acaso ya se te olvidó que en ese tiempo eras una de las colaboradoras más frecuentes y entusiastas de la revista Soho? Eres una feminista de dos pesos que ofende al feminismo y a todas las mujeres que luchan todos los días en silencio por hacer un poco más digna su situación.

Me gustaría saber en qué momento empezaste a subestimarte como mujer y como intelectual, ¿Fue en primaria o en bachillerato? ¿Puedes alcanzar a imaginar el daño que le hiciste al feminismo con la representación de tu triste papel o tu inteligencia y formación académica no te alcanzan para tanto porque has consagrado tu vida entera a construir una imagen de lo que quieres ser y en realidad no eres nada?

Mejor no sigo porque después me dicen que voy por ahí dañando vidas.

Marketing y feminismo

19 Ago

Me han amenazado de muerte y de ataque con ácido ¿por ocuparme de feministas tipo Catalina Ruiz-Navarro y Carolina Sanín?

¡No hay derecho!

Me han amenazado de muerte y de ataque con ácido ¿por ocuparme de rebeldes tipo Virginia Mayer?

¡No hay derecho!

Me han amenazado de muerte y de ataque con ácido ¿por ocuparme de emprendedoras tipo Catalina Alba, Diana Marcela Ariza y Sandra Súarez?

¡No hay derecho!

Me han amenazado de muerte y de ataque con ácido ¿por ocuparme de intelectuales tipo Katherine Ríos?

¡No hay derecho!

Las amenazas de muerte y de ataque con ácido siempre han sido anónimas, claro (estamos en Colombia)  y para mí es imposible saber cuál de las víctimas de mi supuesta muy variada y mucha maldad ha decidido tomar medidas en contra mía. Tal vez sea un simpatizante de una de las damas, una especie de justiciera que no soporta la libertad de expresión en un país en el que es prohibido dar opiniones sobre gente que expone su vida privada en público y aspira a convertirse en modelo, en mujeres dignas de respeto y admiración aunque no lo sean.

Todas las mujeres de las que me he ocupado en este blog exponen sus dotes o sus atributos en las redes sociales o en las revistas de farándula y lo que he hecho siempre es dar mi opinión sobre sus apuestas, sus estrategias, sus juegos, sus tomas de posición, su habitus, su posición en el campo. ¿Es tan difícil entender que me eduqué en la sociología del arte y que mi maestro indiscutible es Pierre Bourdieu? ¿Es tan difícil  entender que lo que puede ser interpretado como ataque personal a unas dulces e inocentes mujeres es una toma de posición intelectual que yo asumo ante lo que esas mujeres representan en un contexto particular?

Si me he ocupado de estas respetables damas es porque ellas encarnan los sueños, deseos y frustraciones de muchas mujeres. Mi intención nunca ha sido atacarlas a ellas sino lo que ellas representan.

¿Por qué vuelvo a escribir sobre «divas» si la última vez me advirtieron que el ataque con ácido sería efectivo si volvía a vulnerar los derechos de tan respetables damiselas?

Porque soy así, arriesgada. Porque si no escribo reviento, porque me gusta ejercer mi derecho a opinar en un país que presume de democrático aunque no lo sea. Se supone que las opiniones, que la escritura, es eso, escritura, y que quien escribe merece seguir viviendo a pesar de lo que haya escrito. Las palabras no son balas ni cuchillos y no deben ser recibidas con balas ni con cuchillos sino con otras palabras.

Yo esperaría palabras contra mis palabras, no amenazas de muerte ni ataques con ácido.

Sin más preámbulos pasemos a analizar este esperpento que encontré sin buscarlo. La autora es Catalina Ruiz-Navarro.

El título de este post es «Marketing y feminismo» porque nuestra feminista estrella es la mujer que mejor encarna la idea de que todos somos objetos de consumo, de que todos nos construimos no precisamente como sujetos sino como personas que han sido puestas a la venta en el mercado de la carne sin que lo sepamos. Yo lo sé, la casta Catalina no lo sabe, ella siente que crea su propio estilo en un mundo en el que la publicidad nos impone los estándares de belleza, libertad, estilo y sensualidad. Esta fotografía que la bella Catalina comparte con sus lectoras feministas podría ser perfectamente usada en un anuncio publicitario de toallas higiénicas, alimento para mascotas o planes turísticos. Ella jura que ha sido la artífice de tan bella obra de arte y nos dice que una mujer inteligente puede usar bikini, pintarse la boca de rojo y ser filósofa, que una cosa no riñe con la otra.

Ella es una feminista fuera de serie porque no parece hombre, porque no es una machorra.

descarga (1) La publicidad y el marketing empaquetan a las personas para que crean que se construyen como sujetos cuando en realidad forman parte de un grupo específico, de un paquete de personas que se venden como productos a sí mismos en las redes sociales y que los expertos en marketing no dudan en organizar para ofrecerles luego productos y servicios cuidadosamente diseñados para satisfacer la fase emocional, intelectual o espiritual por la que el empaquetado está pasando; los paquetes de productos y servicios son cuidadosamente diseñados para ellos, para crearles la ilusión de que son libres, de que seleccionan, de que se construyen y, es, sin duda, la mujer, una mujer como Catalina Ruiz-Navarro (mujer que en esta fase ha decidido etiquetarse como feminista filósofa inteligente maquillada y con bikini), una mujer que a los 33 años ha dejado de sentirse vieja y fea.

Cuando Catalina cumplió treinta entró en crisis y sentía que había quedado fuera del mercado de la carne, a los 33 siente que ha vuelto a renacer y el mercado le ofrece productos y servicios hechos a la medida de sus deseos y requerimientos. Cuando Catalina cumpla 40, 50, 60, 70, 80 y 90 soñará con ser otras mujeres y siempre habrá un paquete para ella, para hacerla sentir en su mejor momento. ¡Así funciona el asunto! No somos sujetos libres, ahora mucho menos que en los tiempos del casto Sartre.

La mujer-objeto perfecto para ser modelado- para ser todas las mujeres con las que pueda llegar a soñar. ¡En eso va el feminismo! Catalina es la mujer perfecta para formar parte de un paquete de mujeres como ella a las que se les crea un mundo hecho a su medida para hacerlas vivir en la ilusión de que ellas deciden, de que ellas escogen, de que ellas construyen su propio estilo, su modelo, no según las estrategias del mercado sino según sus propias elecciones.

La publicidad y el marketing saben que nadie como las mujeres y el feminismo para vender mucho más de lo que vendían antes.

Esta otra fotografía (lobísima, kitsch a más no poder) es exhibida por Catalina Ruiz-Navarro en el texto titulado «Soy feminista y eso no me quita lo femenina».

No hay necesidad de hacer un análisis minucioso del documento para corroborar que Catalina ve mucha televisión y muchas revistas de novias, para constatar que está completamente dominada por el arte de no ser sujeto sino objeto.

¿Cuáles son los límites del feminismo?

¿A dónde hemos llegado?

¿Qué sigue?

¿Por qué te moriste Pierre Bourdieu?

¡Llamen a mi mamá!

catalina

http://www.univision.com/estilo-de-vida/trending/soy-feminista-y-eso-no-me-quita-lo-femenina-aunque-no-siempre-lo-tuve-tan-claro