En mi familia tenemos el gen del borracho y en tiempos de pandemia mi hermano menor me llama una vez por semana y hablamos del trabajo, de la vida, del virus y del alcohol. El no es un borracho convencido como mi otro hermano pero tampoco es Alcohólico Anónimo como mi otro hermano y mi papá, ahora es un bebedor ocasional y de vez en cuando se pega una buena borrachera.
Mi hermana dice que uno de los recuerdos más intensos que tiene de mi infancia es encontrarme acostada en el suelo como si estuviera desmayada después de haberme tomado una botella de vino. Me imagino que en esa época tendría yo doce o trece años. Yo también me acuerdo de esas épocas y no entiendo por qué me gustaba tanto el vino. Empezaba oyendo música y terminaba perdiendo el conocimiento.
El vino fue mi bebida favorita de infancia, en la juventud el aguardiente, a los treinta el ron y en este momento consumo la bebida que me ha acompañado a lo largo de la vida: la cerveza.
Mi hermano menor me preguntó en una de sus llamadas si no me entraban ganas de comprar un cuartico de aguardiente y yo le dije que no, que al aguardiente le tengo miedo y no recuerdo bien por qué y que no compraría un cuartico de aguardiente. Soy bebedora compulsiva y puedo tomarme media botella de ron o de aguardiente en tres minutos y además esas son bebidas traicioneras. Para la juventud está bien el ron, el aguardiente y las borracheras monumentales. A los cincuenta no sería tan arriesgada.
Me preguntó mi hermano si había probado la cerveza y el vino del D1. Le dije que me da miedo pero me entró la curiosidad y compré dos cervezas y una botella de vino. Las cervezas pasaron la prueba y ahora la meta era tomarme la botella de vino pero no como si fuera cerveza sino muy despacio y lo logré: me tomé una botella de vino entre las tres de la tarde y las diez de la noche y fue una tarde-noche muy divertida: leí, escribí, oí música y comí. No terminé pensando en Marguerite Duras ni en Chavela Vargas y demás mujeres destruidas por el alcohol sino que di un paso más en mi ascenso hacia la Salvación de mi Alma.
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