Archivo | 15:10

¿Por qué el feminismo en Colombia siempre ha sido un absoluto desastre?

13 Jul
  1. Las “señoras bien” de este pobre país sin esperanza -que han sido reinas de belleza, modelos, actrices o reguetoneras- al llegar a los treinta, los cuarenta o los cincuenta años y después de varias décadas de matrimonio con un señor conservador que las ha sometido y humillado a su antojo- o bien, agotadas de la rumba y de los viajes, deciden hacerse feministas sin saber nada de feminismo.
    Las mismas señoras bien pasaron por la Universidad y durante esos cinco o siete años de Formación incursionaron en el maravilloso mundo del sexo, las drogas y otras diversiones extracurriculares y se llamaron a sí mismas rebeldes. La Academia hizo de estas mujeres educadas en el respeto a la madre, la Iglesia y la familia unas rebeldes de temporada y parte de esa “rebeldía” consistía en decir que eran feministas.
  2. Una vez graduadas se olvidaron de la existencia de los libros, aprendieron a cocinar, formalizaron un noviazgo, se casaron, tuvieron hijos, compraron casa, carro y finca y se convirtieron en mujeres rezanderas e hipócritas, mujeres hechas a imagen y semejanza de sus respectivas madres porque Colombia es un país que vive en el eterno retorno desde su fundación.
  3. El feminismo de redes sociales es todavía más hediondo que el feminismo analógico (el de Marvel Moreno, Monserrat Ordoñez y Florence Thomas) porque las señoras que están entre el paréntesis por lo menos tenían una idea básica de lo que significa leer y escribir y leyeron más de cien libros a los largo de su vida; las niñas consentidas y temerosas que envían abrazos virtuales y lloran y se lamentan porque un viejo verde las mira en la calle con codicia, las mujeres endebles que posan de feministas en las redes sociales -y de paso se toman por influencers porque venden avena o promocionan cerveza barata y “tiendas” tipo D1 por unas pocas monedas o por un par de billetes de mil- hablan de privilegios, empatía, sororidad y demás engendros idiomáticos pero no soportan a las ñeras, a las pobres ni a las feas aunque para ganar favs y amigos digitales digan que luchan y reivindican los derechos de las mujeres sin voz que no tienen energía eléctrica y -por obvias razones- tampoco tienen teléfonos, computadores ni acceso a internet.