La absurda coherencia es el duende travieso de los espíritus menores; los estadistas, filósofos y teólogos la adoran. A un alma grande la coherencia la trae simplemente sin cuidado. Mejor haría en preocuparse de su propia sombra en la pared. Di ahora lo que piensas sin tapujos, y mañana no vaciles en volver a decirlo, aunque contradiga cada una de las palabras que dijiste hoy: «Ay, pero no tengas dudas de que no te comprenderán». ¿Es acaso tan terrible no ser comprendido? Pitágoras no fue entendido, ni Sócrates ni Jesús ni Lutero; y tampoco lo fueron Copérnico, Galileo o Newton, ni ninguno de los espíritus puros y sabios que han pasado por la tierra. Ser grande es ser mal comprendido.
Emerson
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