Mi hermana cree que lo más bello de este post publicado en mi viejo blog en el lejano 2007 no es el post en sí mismo sino los comentarios. Me ha pedido que los comparta con ustedes para que no se pierda en diciembre, cuando desaparezca el blog:
No dramatices nunca, simplifica siempre.
Habla irónicamente sin sonreir. Sonríe sin hablar.
Alaba a menudo. Admira rara vez. No critiques nunca.
Quien desee dominar a los otros no puede dejarse escandalizar.
Saluda también con los ojos o con una sonrisa. Nunca con la boca.
Las personas interesantes (por decirlo así) son siempre un poco brutales.
El mundo quiere ser engañado. Y se pondrá seriamente furioso si no lo haces.
¿Cuándo eres realmente viejo? Cuando ya no te causa placer tener un público.
No debes hablar cínicamente con mucha frecuencia. Pero debes serlo siempre.
No te burles de nadie. A fin de cuentas, nadie entiende una broma que se hace a costa suya.
Demuestra lo que dices sólo cuando estés entre idiotas o profesores (y suscriptores de revistas).
Nadie es tan tonto como para que no puedas, después de tres días, convencerlo de que es un genio.
Jamás disculpes. Parece arrogante. Tampoco digas eso; también lo parece. Limítate a olvidar manifiestamente lo sucedido.
Podrás ser tan fuerte como quieras; si careces de experiencia caerás más rápida y fatalmente que cualquier idiota promedio.
Si alguien te asalta con una pregunta, una observación, aparenta estar un poco confundido: como si te hubiera sacado de tus reflexiones.
Haz como si tomaras la vida en serio. Los listos, si te creen, te considerarán digno de confianza; si no te creen, te tomarán por listo.
Aquél que afirma que la vida es bella y los hombres buenos es, o bien un imbécil, o bien uno del que deberías tener mucho cuidado.
Si te acomete la Gran Ira, emprende algo de inmediato. Si no tienes nada más al alcance de la mano, explica a una niña de seis años el poder de la luz de la luna.
No hables en voz baja demasiado tiempo. Hace suponer que te has acostumbrado a ello por razones indignas. (Pero habla siempre en voz baja por teléfono).
No te repitas jamás. Si a las tres has dicho algo estupendamente ingenioso y lo repites dos veces en la siguiente hora, todos se inclinarán a pensar que eres un imbécil.
Llegar más allá de los sesenta años no causa ningún placer y, de hecho, es a menudo un malheur. Ten esto en cuenta cuando tengas treinta y no seas avaro contigo mismo. (Además, los ahorrativos jamás triunfan).
Durante siglos, a todas las cosas se les suscribieron profundidades que en verdad nunca han tenido. Esto ha sido la causa de grandes desgracias. Banaliza todo; cosecharás éxitos y sembrarás oportunidades.
Estrictamente hablando, no hay ni amos ni lacayos. Todos somos esclavos de nuestras capacidades y nuestros temperamentos. Ten esto siempre en cuenta y no te resultará difícil controlarte a ti mismo ni a los demás.
Cuando estés mal, harás bien en intentar ocultarlo. Pero si gozas de éxito, a tu alrededor surgirán odios y envidias, así que finge un malestar pulmonar o un dolor de riñones y cómprate una sepultura: todo enemistad se desvanecerá.
No permitas que tu vida se vuelva demasiado regular. Podrás encontrar satisfacción en ello y en un año tener una panza y un hijo. Todo derrumbe ocurre de prisa. Y a menudo cae el más fuerte sin poder ponerse de pie de nuevo.
No es la aversión a este mundo donde todos traicionan, venden y engañan, la que convierte a muchas personas en raros y solitarios. Es el temor de no tener fuerzas suficientes para desconfiar continuamente, para timar, para saquear.
Promete realizar todo lo que te pidan. Prométele con tanto júbilo que cualquier duda sobre tu promesa se disuelva enseguida. Si luego no cumples lo prometido, habrás sido alabado de tal modo, que ya no valdrá la pena decir lo contrario de ti.
Recuerda que todo el que te ha hecho partícipe de su sufrimiento o te ha contado algo acerca de su amor ha despertado en ti un vago sentimiento de impaciencia. No cometerás así jamás el burdo error de ocupar a otros contigo cuando quieras que se ocupen de ti.
Todo el mundo se alegra de poder juzgar. Si temes, pues, que alguien pudiera condenar alguna de tus características, llévalo mañosamente a que condene esta misma característica en otra persona. Así se olvidará de la tuya y pensará que se ha equivocado.
Ejercita cada día tus ojos poniéndote frente al espejo. Tu mirada debe aprender a posarse silenciosa y pesadamente sobre el otro, a disimular con velocidad, a aguijonear, a protestar. O a irradiar tanta experiencia y sabiduría que tu prójimo te dé la mano temblando.
El lazo de sangre es una ficción. Y no sólo porque únicamente la madre es segura. Con el corte del cordón umbilical termina todo. Incluso lo hereditario se vuelve independiente. Piensa en esto siempre cuando el humor pesimista o un fracaso te lleven a buscar causas hereditarias. Búscalas en tus propios errores, en la malevolencia del destino, en la fuerza de tu oponente. De lo contrario, tendrás no sólo mala suerte sino además traumas interiores.
En aquellas inevitables horas en que te invade la nostalgia indomable por calma interior, el asco hacia ti mismo -que por lo demás, te hace particularmente lúcido frente a lo desastrozo de tu estado y dolorosamente consciente de la Gran Nada-, en esas horas bebe dos tazas de chocolate caliente, trágate una aspirina y ve a la cama. (Estas horas se podrán eludir si la predisposición a tales recaídas espirituales, surgida del mal sueño o el esfuerzo excesivo, pudiera a su vez ser evitada).
8 Comentarios to Lo real es el azar
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Creo que no hay nada que se pueda programar, como bien dices cuando a lo mejor en la vida lo tienes todo bastante encarrilado, zasss!! va y se vuelve del revés, entonces es donde se demuestra lo fuerte que es una persona, el valor a enfrentarse a los problemas, las desgracias o cualquier varapalo que le llega. Tambien es verdad que muchas veces por muy fuertes que seamos si eso nos viene de golpe, sin avisar puedes entrar en un túnel oscuro de depresión, angustia o miedo. Creo que en la vida todo se soluciona menos la muerte, aunque hay momentos que nos volvemos bulnerables y débiles y eso no es ninguna deshonra. Y también es cierto que hay veces que es el azar, el elegir un camino en vez de otro, una decisión equivocada o acertada, pero muchas veces somos nosotros mismos los que provocamos esos cambios. Un saludo. Marola
Podemos creer que programamos la vida pero parece que el azar es el que realmente decide, en mi caso personal, por más que trate de llevar una vida más o menos modelada, es un hecho que las personas con las que me he ido cruzando a lo largo de la vida han aparecido en el lugar que menos las esperaba y estas amistades han llegado a ser fundamentales para lo que ha ido pasando después, creo que cuando empezamos a relacionarnos con una persona no tenemos la menor idea de que sucederá después, creo que los grandes logros en la vida son las relaciones con los demás. Estoy de acuerdo contigo en el asunto de la fortaleza, cuando llegan los momentos de pureba es cuando realmente sabemos qué tan fuertes o frágiles somos, yo creo que hay que estar preparado siempre para sufrir todo tipo de calamidades, creo que vale la pena gozar plenamente del instante porque no sabemos qué será del día de mañana. La muerte nos deja muchas enseñanzas, nos enseña que es necesario expresar amor en vida, después de la muerte de los seres queridos no vale la pena lamentarse de no haber sido lo suficiente amorosos con ellos. Sí, a veces nosotros mismos provocamos los cambios, desde lo más profundo de nuestro ser terminamos encontrando aquello que deseábamos encontrar.
Un saludo
Elsy
Cuando yo sea joven quisiera ser como tú (J.Sabina)
Tu mente es analítica, reflexiva, clara y poderosa. Acabas de regalarme unos minutos de gran placer. Leyendo tus ensayos no dejo de encontrar motivos para seguir haciéndolo indefinidamente, me pones en marcha, me muestras caminos por los que seguir descubriendo, me muestras la capacidad infinita que alberga el ser humano para intervenir de forma decisiva en el rumbo del Caos.
El amor hay que expresarlo en vida, y no avergonzarse de hacerlo en público, por eso te escribo aquí, una vez más, estas palabras de agradecimiento y aprecio.
Un abrazo
Pedro Roque
Ya eres joven querido amigo, me lo has demostrado a través de nuestra sesión de msn del puente aquel.
Gracias por tus manifestaciones de afecto, yo creo que he ganado más yo que tú al conocerte.
Un saludo
Elsy
Querida Elsy, tu post “Lo real es el azar” ha sido el tema del día en clase.
Hoy la clase de Dibujo Artístico ha cedido su espacio para visitar tu post, y nutrirse de su rico contenido. Tras su lectura detenida, se abrió un turno de debate en el que los alumnos fueron manifestando de forma muy explícita el interés que en ellos han despertado tus propuestas. Se trata de alumnos con edades comprendidas entre los diecisiete y dieciocho años, por lo que creo que tu trabajo les ha llegado en un momento muy oportuno, a mí me ha brindado una excelente oportunidad de mostrarles otra de mis facetas, menos conocida por ellos, y lo más importante…que tengo la certeza de que esta clase les habrá dejado huella para siempre.
Sé que te alegrará saberlo, tanto como a mí dártelo a conocer.
Gracias maestra
Pedro Roque
Hola Pedro, gracias por compartir el texto con tus estudiantes, espero que haya sido de mucho provecho para ellos conocer los resultados de mis reflexiones, creo que hay algo de la vida y las lecturas en estas dos cuartillas.
Yo también le hablo siempre a mis estudiantes de mis facetas virtuales, para ellos siempre ha resultado divertido ver a su profe como persona y como personaje. A veces les cuesta trabajo creer y al mismo tiempo les parece divertido ver cómo se especula sobre la vida privada de alguien tomando como punto de referencia las pobres palabras que escribe para distraerse.
Un saludo
Elsy
Querida amiga: Acabo de leer tu texto sobre el azar y te felicito por tu espléndido dominio del español, y por tus ideas claras y rotundas sobre el cuerpo, el alma y la mente.
Aunque ni siquiera lo insinúas, tu división «tripartita» no tiene nada que ver con algo «sobrenatural». Como debe ser. No hay que confundir a nadie con la palabra «alma». Si la concibes sólo como el motor invisible de los sentimientos se puede aceptar (aunque no sea exacto). Pero esa palabra no puede en ningún caso ser un concepto trascendente, de algo diferente a mi cuerpo, que ha de separarse del mismo a la hora de la muerte, para «viajar» a un destino eterno, sea el cielo o el infierno.
No existe ningún «espíritu» animado en el universo. Habrá que profundizar en el tema, con ayuda de algún psicólogo, que nos aclare que todo lo que nos parece espiritual es sólo simbólico. No hay almas que salvar, ni cielos que esperar. Es así de triste, pero es la verdad científica.
Al menos, así lo creo. Un abrazo, Vandalio.
Hola Vandalio, gracias por tu comentario.
Sobre el dominio del español creo que es una obligación de los hispanohablantes, sobre las ideas claras y rotundas en relación con el cuerpo, el alma y el cuerpo todavía tengo mis dudas, en este momento estoy escribiendo un texto titulado «los doce mandamientos del melancólio alegre» y creo que hay mucho que replantear en relación con el cuerpo de los melancólicos.
A pesar de que no se hable del alma como algo sobrenatural me cuesta mucho trabajo creer que sólo somos humo, que pasamos como pasan las piedras, las hojas, el viento, creo que el ser humano tiene cualidades divinas, que no nacemos inocentes ni ignorantes, supongo que esto tiene algo que ver con la reencarnación.
Un saludo
Elsy