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La misma idea expresada de dos formas diferentes

25 Jun

1. Canción de la vida profunda

El hombre es una cosa vana, variable y ondeante…

Montaigne

Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar.
Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonríe.
La vida es clara, undívaga, y abierta como un mar.

Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
como en abril el campo, que tiembla de pasión:
bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,
el alma está brotando florestas de ilusión.

Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,
como la entraña obscura de oscuro pedernal:
la noche nos sorprende, con sus profusas lámparas,
en rútiles monedas tasando el Bien y el Mal.

Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos…
(¡niñez en el crepúsculo! ¡Lagunas de zafir!)
que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,
y hasta las propias penas nos hacen sonreír.

Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
que nos depara en vano su carne la mujer:
tras de ceñir un talle y acariciar un seno,
la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.

Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar.
El alma gime entonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos puede consolar.

Mas hay también ¡Oh Tierra! un día… un día… un día…
en que levamos anclas para jamás volver…
Un día en que discurren vientos ineluctables
¡un día en que ya nadie nos puede retener!

Porfirio Barba-Jacob

2. Al lector

Afanan nuestras almas, nuestros cuerpos socavan

la mezquindad, la culpa, la estulticia, el error,

y, como los mendigos alimentan sus piojos,

nuestros remordimientos, complacientes nutrimos.

**

Tercos en los pecados, laxos en los propósitos,

con creces nos hacemos pagar lo confesado

y tornamos alegres al lodoso camino

creyendo, en viles lágrimas, enjugar nuestras faltas.

**

En la almohada del mal, es Satán Trimegisto

quien con paciencia acuna nuestro arrobado espíritu

y el precioso metal de nuestra voluntad,

íntegro se evapora por obra de ese alquímico.

**

¡El diablo es quien maneja los hilos que nos mueven!

A los objetos sórdidos les hallamos encanto

e, impávidos, rodeados de tinieblas hediondas,

bajamos hacia el Orco un diario escalón.

**

Igual al disoluto que besa y mordisquea

el lacerado seno de una vieja ramera,

si una ocasión se ofrece de placer clandestino

la exprimimos a fondo como seca naranja.

**

Denso y hormigueante, como a un millón de helmintos,

un pueblo de demonios danza en nuestras cabezas

y, cuando respiramos, la Muerte, en los pulmones

desciende, río invisible, con apagado llanto.

**

Si el veneno, el puñal, el incendio, el estupro,

no adornaron aún con sus raros dibujos

el banal cañamazo de nuestra pobre suerte,

es porque nuestro espíritu no fue bastante osado.

**

Mas, entre los chacales, las panteras, los linces,

los simios, las serpientes, escorpiones y buitres,

los aulladores monstruos, silbantes y rampantes,

en la, de nuestros vicios, infernal mezcolanza

**

¡Hay uno más malvado, más lóbrego e inmundo!

Sin que haga feas muecas ni lance toscos gritos

convertiría, con gusto, a la tierra en escombro

y, en medio de un bostezo, devoraría al Orbe;

**

¡Es el tedio! —Anegado de un llanto involuntario,

imagina cadalsos, mientras fuma su yerba.

Lector, tu bien conoces al delicado monstruo,

-¡hipócrita lector -mi prójimo-, mi hermano!

Charles Baudelaire

Squirting. Confesiones de una vieja verde

25 Jun

Anoche antes de dormirme pensé que casi todo se puede vivir como meditación si se hace de forma consciente y se disfruta mientras se ejecuta cada acción: pensar es una acción, caminar es una acción, contar un chiste es una acción, llorar de tristeza es una acción. Lo importante siempre es entregarse a cada tarea de manera tranquila y natural, tratando siempre de que sea de forma ordenada y consciente, con un fin bien definido.

El ejercicio de la sexualidad también podría pensarse como meditación y no estoy hablando de sexo tántrico sino de amor propio, buena salud, predisposición física (tener las benditas glándulas de Skene) y entregarse a la experiencia con entusiasmo, inteligencia y buena actitud.

Viendo porno -la nueva escuela de amantes de las nuevas generaciones- noté que el famoso squirting le cambia la cara a los actores porque se puede fingir placer, se puede gritar para hacer sentir bien al hombre, se puede gemir para decir con las feministas que el orgasmo femenino es otra manifestación del dominio del macho, de la sociedad patriarcal y falocéntrica. Pero la eyaculación femenina es una experiencia que le cambia la cara y la actitud a la pareja. Para la mujer es una sensación de plenitud total, para el hombre (por ser una experiencia tan escasa en el terreno sexual) es un trofeo que lo hace sentir muy bien y lo convierte en un mejor amante, es una especie de condecoración que le confirma que la mujer está gozando de verdad. Mientras ocurre el hecho los dos saben que ninguno de los dos está fingiendo.

Un squirting en los primeros encuentros sexuales puede ser el comienzo de una relación duradera. Está casi científicamente comprobado que el hombre se enamora de la mujer que le da placer sexual y que a la mujer le produce una sensación de paz y de confianza un hombre que además de saber usar sus dedos y su lengua es apasionado, cariñoso, de trato suave, amante y admirador de las mujeres. Si está bien dotado y no tiene problemas de disfunción eréctil ni eyaculación precoz se convertirá en el amante perfecto. Una mujer con glándulas de Skene bien estimuladas, dispuesta a disfrutar del placer y con un hombre con las cualidades señaladas anteriormente es una mujer bendecida y afortunada.

Un buen squirting exige dedos y lengua diestros, pero, ¿qué es el bendito squirting de manera objetiva? ¿cuál es la explicación científica y por qué tan pocas mujeres han vivido esta experiencia tan espiritual?:

El squirting es la expulsión de un líquido generado por las glándulas de Skene o parauretrales, estas glándulas se encuentran ubicadas en la zona de la pared anterior de la vagina. Se estimulan en el acto sexual, producen un líquido transparente, incoloro, sin olor ni sabor, es como una especie de agua bendita que brota de una especie de fuente en forma de chorro, de forma similar a la eyaculación masculina, pero puede ser mucho más abundante y puede ocurrir varias veces en un encuentro sexual. La mujer no necesita recuperarse de cada eyaculuación, como el hombre, sino que cada nuevo chorro la hace sentir más plena y más leve, es un placer que viene del deseo consciente de la mujer de gozar del placer y de compartirlo con otro. El sexo es un trabajo en equipo.

En muchas mujeres esta experiencia no llega a vivirse nunca porque la mayoría no tienen las glándulas de Skene (llamadas próstata femenina) y entre las pocas que las tienen la mayoría no han contado con la estimulación adecuada porque las mismas mujeres no conocen su cuerpo, porque confunden la sensación placentera con el deseo de orinar (aunque el líquido expulsado en el squirting contiene residuos de urea y creatina, no es orina, sino que está formado principalmente por glucosa, fructosa y fosfatasa ácida prostática) o porque su pareja masculina es un hombre insensible, sin interés en conocer los límites del cuerpo y el placer de su novia, esposa o amante.

Algunas mujeres logran el squirting mediante la masturbación y es mucho más frecuente entre lesbianas que en parejas heterosexuales. El problema radica en que el autoamor es una experiencia triste porque la persona puede divertirse mucho pero al final puede sentirse muy solita y, además, en asuntos sexuales es más satisfactorio compartir con alegría. En cuanto a gozar de semejante dicha con una mujer es un placer que no deseo experimentar porque creo en la teoría del espejo y porque amo a los hombres, porque el squirting también es muy placentero cuando interviene el miembro viril.

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