Archivo | 23:39

Twitter es una jauría de perros rabiosos. Texto barroco no apto para imbéciles

25 Feb

Este post denso y difícil de leer y de descifrar para las mentes planas y obtusas educadas en Colombia sin libros ni bibliotecas no ha sido escrito pensando en un tuitero en particular sino en la masa estúpida que ladra y chilla en grupo inspirada por la impotencia o el miedo cada vez que una persona da una opinión que no se corresponde con el sentimiento de la manada entrenada para decir lo que no piensa sino lo que se supone que debe pensar para parecer gente de bien que encarna los verdaderos valores y que sospecha de quien no los comparta con la misma pasión ciega, sorda, estúpida, agresiva, ignorante, nerviosa e inconsciente de su propio miedo, de su propia ignorancia y de su propia maldad. La persona que se atreva a decir lo que de verdad piensa, por ruin que pueda llegar a parecer, se convierte como por arte de magia en el Enemigo y hay que hacer todo lo posible, usar todos los medios que encuentren a su alcance, para callarlo o para intimidarlo. Hoy esta jauría sedienta de carne, muerta de la dicha porque ataca en manada con palabras dignas de conductores de bus, maestros de obra, verduleras y gente del bajo mundo me dijo -entre otras atrocidades que mi condición intelectual no puede llegar a reproducir por asco y simple sentido de la estética- esta jauría de perros rabiosos que chillan y ladran digitando desde un computador, un teléfono o una tableta comprada en un centro comercial- esta masa inmunda gritó en coro que soy tan mala como Hitler, que después de Hitler no había nacido nadie tan malo como yo. Sé que el amante apasionado de la opinión auténtica se expone al odio de las multitudes constituidas por masas de imbéciles dominados por el odio, la ignorancia y el ataque desmedido y desproporcionado con el único propósito de llamar la atención. Algunos han apuntado que mis tuits podrían hacer daño. ¿Por qué los leen? Otros, almas buenas, que podían hacer bien. Bien por ellos.