Desde que conozco a Andrés le he regalado sombrillas porque siempre tengo muchas.
En mi colección tenía sombrillas que podían ser exhibidas por un hombre sin misterio, sin parecer homosexual.
Pero ahora sólo compro sombrillas de niña.
La última que tuvo era una sombrilla en forma de vestido de niña con arandelas,
La usó hasta cuando quedó inservible.
Era una sombrilla hermosa de fondo negro con flores blancas.
Los colores la harían menos femenina si fuera de fondo rosado con flores blancas.
Esa sombrilla la disfrutó durante más de un año pero la rompió, como todas las demás, porque es hombre.
«Tengo sólo sombrillas rosaditas de niña», le dije, «le tocó comprar sus propias sombrillas».
Escogió la menos rosada de todas y la adoptó desde hace una semana… Pero esta mañana descubrí que se llevó mi sombrilla favorita, la sombrilla de niña que más me gusta.
¿Por qué se lleva mis sombrillas?
¿Qué diría Freud?
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