No estoy feliz, este asunto ha sido más complejo de lo que te imaginas y gracias al escritor argentino que me confunde con alguien que no soy yo he tenido la fortuna de conocer un poco más a las personas que están cerca de mí, estoy asombrada ante el apoyo que me han brindado, de lo interesadas que están algunas almas nobles y generosas- que no parecen humanos sino ángeles caídos del Cielo o Hadas o Gnomos Buenos- en mi bienestar y en mi futuro. Te confieso que ha sido una experiencia conmovedora, he llorado de alegría varias veces durante los últimos cinco días, nunca antes había derramado tantas lágrimas. Gracias a este percance descubrí que hay mucha gente que cree en mí y está dispuesta a brindarme su apoyo y eso ha sido maravilloso. Claro, estoy feliz, dichosa de la vida.
Ha habido todo tipo de especulaciones sobre quién o quiénes están detrás de esta broma o este asunto descabellado y varias personas han usado la palabra enemigo, me han dicho que detrás de esta locura puede haber una persona que me odia, alguien de Colombia que contactó a don Francisco Antonio Cerón García para mortificarme la vida. Estas palabras: enemigo y odio me desconciertan porque no puedo creer que alguien se tome el trabajo de llamarse mi enemigo o de odiarme. ¡A mí! ¡Precisamente a mí! Sería excesivo sentir que tengo enemigos o que hay gente que me odia por lo que escribo aquí y en mi cuenta de Twitter, pero estamos en Colombia, el país en el que se puede llegar a odiar y a matar por cualquier tontería. Sé dónde estoy, no creas que me siento en El mundo de la Fantasía.
No ha sido divertido explicar ante personas formales esta historia absurda, pero debo reconocer que he aprendido un poco más sobre la condición humana y, como siempre, me asombro y tiemblo de emoción ante la bondad de algunas personas que me aprecian más de lo que yo esperaría; también sé -y eso me llena de tristeza y de desconsuelo- que hay algunas personas felices celebrando porque dicen que se está haciendo justicia conmigo, un ser malvado. Me han dicho que estoy recibiendo de mi propia medicina, que esto es asunto del karma, un castigo divino, el Juicio en la Tierra del Dios Vengador…
Espero que no seas tú uno de mis enemigos, no valgo tanto como para que pueda ser la causa del insomnio o la gastritis de alguien que llega aquí y me lee por voluntad propia. Tú bien sabes que estás aquí porque lo decidiste, sabes bien que no te estoy pagando por leerme ni te puse en revólver en la cabeza para que dejaras un comentario.
Besos
Deja una respuesta