La mayoría de los profesores universitarios no son profesores de tiempo completo o de planta sino profesores catedráticos. Para armar un sueldo «digno» los pobres deben trabajar en dos o tres universidades, hacer trabajos de investigación y escribir libros que luego enviarán a concursos con la ilusión de ganarse un premio gordo. Cuando escriben no están pensando en arte o en desarrollo sino en plata, en invitaciones, reconocimientos, estatuillas para decorar la mesa de la sala o del estudio… Como los comerciantes, viven de la frase célebre que dice Plata llama plata; escriben mucho, publican mucho, trabajan mucho y leen muy poco porque no tienen tiempo para leer, sólo para trabajar. Esa es la triste y dolorosa realidad.
¿Por qué puedo ser yo una pobre profesora hora cátedra de una sola universidad?:
– Porque la plata no me gusta.
– Porque este trabajo me deja mucho tiempo libre para leer, escribir, ir a cine, caminar y dormir.
– Porque no tengo hijos, mascotas, no pago arriendo y nadie depende económicamente de mí.
– Porque no debo costearme una penosa enfermedad.
Pero, claro, otros profesores tienen hijos, perros, gatos, carro, familiares de los cuales deben hacerse cargo. Les gustan los lujos, los buenos vinos, los viajes, las buenas vistas desde una terraza imponente de una gran ciudad.
Debe ser triste soñar con una vida aristocrática y trabajar como una mula para concederse de vez en cuando la sensación de que se vive la vida soñada.
Tengo un consuelo: no soy periodista, esa gente vive mucho peor que una pobre profesora hora cátedra.
Tanto te quejas del odio en tu cuenta de Twitter, pero sinceramente, lo que se siente de este lado es solo eso en casi todo lo que escribes.
ÁJajaja y tal vez porque no le alcanza para ser profesor asociado de nada, qué universidad medianamente decente le iba a pagar porque diga idioteces?, por algo trabaja en la central.