Atrapada sin salida

18 Feb

En este momento de mi dulce vida soy lo que de niña me prometí:

una persona culta y tranquila, una lectora consagrada, una intelectual influyente.

Cuando tenía nueve años me imaginaba ante un auditorio manipulándole la mente a la gente, era inocente, no me imaginaba internet y resulta que este medio abarca mucho más público que el que se pueda convocar en la sala de una universidad. Fui más allá de mis sueños.

¡Soy sensacional!

***

Pero ahora estoy desconsolada porque todavía soy joven y no tengo porvenir. 

Las ilusiones de la gente como yo no son las ilusiones mías.

Me voy a dedicar a contemplar paisajes,

A contactar hadas,

A hablar con duendes,

A conversar con las nubes

Y a tratar de entender la vida sexual de las moscas.

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