Mientras recorría el último tramo de mi caminata larga de lunes se me ocurrió una idea: escribir una historia larga basada en hechos reales en siete entregas. Cada historia se enlazará con las demás y los títulos serán tan contundentes como uno que tengo bastante claro: El reloj.
Te haré sentir miedo y asco narrando la historia de un reloj. Será muy divertido para mí y escalofriante para ti.
Realidad real convertida en literatura escabrosa que ponga los pelos de punta, que te haga reír y llorar y no puedas parar de leer y me odies y me ames y te den deseos de buscarme para matarme y cuando me conozcas te enamores de mí porque soy más dulce de lo que te hubieras podido imaginar y decidas matarme pero a besos.
Te haré temblar de miedo, provocaré tu asco y tu risa, pero tu risa será una risa nerviosa y cuando termines de reír te sorprenderás al descubrirte temblando de miedo y de admiración. Se trata de un ejercicio que no es arte ni ciencia sino un deporte extremo de precisión llamado elección de las palabras. Estilo puro.
El blog no es el espacio ideal para publicar un texto largo, voy a escribir pensando que lo leerás pasando hojas de papel grueso y letra grande, lo mejor es pensar en un libro. Voy a repetir el esfuerzo de los grandes novelistas del siglo XIX y XX:
Escribiré con la ilusión de verlo terminado al final de este año. Para mí, por simple y puro placer.
¿Cuando lo tenga en mis manos me incendiaré con él y me lanzaré por la ventana?
No, no seamos tan extremos.
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¿Quiénes serán los autores homenajeados a través de este proyecto de escritura?
Los Maestros indiscutibles de la risa y el llanto:
Joyce, Bierce, Kafka, Lovecraft, Poe, Bukowski, Flaubert y Baudelaire.
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Queridos lectores: recen por mí para que este proyecto se pueda realizar.
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