Hasta los 42 años viví sola y el hecho de vivir sola formaba parte de mi plan de vida: era una mujer emancipada, había leído todos los tratados de la feminista elegante, sabía lo que hacía y me sentía bien pensando en el pasado y en el futuro. Estaba orgullosa de mi inteligencia y de mi carácter para tomar decisiones de tal envergadura en una asquerosa sociedad en la que todavía se considera que la mejor carrera para una mujer sigue siendo el matrimonio y la maternidad.
Antes de los treinta la presión más fuerte de parte de mi prójimo consistía en convencerme de que tuviera un hijo, aunque sea un hijo en vista de que no desea un hombre. Una mujer sola parece no valer nada ante la mirada de mucha gente.
En vista de que me negaba a ser una devota esposa, podría darme el lujo de tener un hijo, de realizarme como mujer, de ser una madre ejemplar, una hermosa madre cabeza de hogar que sacrificó su vida y su juventud por amor, por sacar a su hijo adelante, sola. ¡Pobrecita!
Voy a cumplir dos años durmiendo todas las noches con un hombre al lado, no permanecemos como siameses porque él tiene su vida y yo tengo la mía, no me cuida ni me protege porque no necesito que me cuiden ni me protejan puesto que no tengo problemas de déficit cognitivo, porque trabajo y tengo definido el rumbo de mi vida desde hace mucho tiempo.
¡Pero qué peso tan grande me quité de encima sólo por dormir todas las noches con un hombre al lado!
Mi familia ha dejado de llamarme por teléfono y ahora son más escasas las invitaciones para divertir a la tía. Si la tía no iba a algún festejo lo tomaban como que la tía es un poco amargada; si la tía se divertía más de la cuenta debe ser porque su vida es tan miserable que se pasa de divertida cuando se reúnen con ella.
Los vecinos también me tratan con más respeto ahora, las señoras casadas han dejado de mirarme con recelo y los señores han dejado de mirarme con mirada pícara de soltera sin compromiso. De mujer necesitada de macho para que la caliente en estas noches tan frías.
Pero lo más cómodo de mi nuevo estado es la reacción de los lectores en Twitter. Hace dos años casi todo lo que escribía, el tono en que lo escribía se debía a que vivía sola, así interpretaban mi supuesta agresividad. Lo del novio es irrelevante: una mujer de 42 años no debe tener novio sino esposo o «compañero sentimental», novio no, si tiene novio sigue siendo solterona. Por tener 42 años y vivir sola se daba por hecho que era depresiva, amargada, loca, sola, sin vida sexual, con dos o más gatos y muchas matas para consentir… Nada de eso es cierto, mi vida es más o menos igual a la de hace dos años, la gran diferencia consiste en que jugamos a la casita con Andrés y ha sido muy divertido, no es nada serio porque aquí no hay niños que le puedan poner seriedad, no somos una familia feliz.
Andrés y yo hemos sigo testigos de los dos tipos de trato durante nueve años. El ha estado ahí viendo cómo él es neutro, él no existe, él sólo es un hombre y su condición no cambia si está solo, si tiene novio, si vive con una mujer y si tiene gato. Pero una mujer de 42 años sin marido es un asunto muy particular.
Dos años de convivencia con un hombre me han puesto a pensar en la presión social tan fuerte que tienen las mujeres, en el sentimiento de valía que recae sobre ellas a partir de su estado civil. No importa si una mujer se siente bien estando casada o si se siente bien compartiendo su vida con un hombre, lo que importa es que viva con un hombre. Parece que no importara nada más.
Andrés es un hombre bueno, dulce y noble. No es celoso, agresivo, infiel, alcohólico ni depresivo. No afecta mi vida personal ni intelectual de ninguna manera y eso es maravilloso. Pero pienso en todas las mujeres que soportan hombres desagradables y malos, agresivos y machistas, hombres que saben que viven con mujeres que soportan todo tipo de malos tratos y saben que las mujeres soportarán hasta el último momento porque es más respetable una mujer con un hombre que una mujer sola, aunque la mujer sola viva en las mejores condiciones, aunque se sienta muy bien viviendo sola y no tenga necesidad de justificarlo.
¿Por qué es así de triste la vida?
Excelente, me encantó!
me gustó.. pero ¿sabe qué me parece triste también? que usted diga que Andrés no afecta su vida de ningún modo… Es decir, tan malo como la relación conflictiva y peor que la relación inexistente, es la relación indiferente. A mi me podría muy triste que mi pareja (novi@, cónyuge, amante, o lo que sea) me considerara de esa forma en su vida, sin ningún efecto… Yo veo ahí un tipo de temor al compromiso, o tal vez una incapacidad; una dificultad para confiar, para creer que merece un amor de alguien diferente a usted misma, creer que alguien la puede amar con sus defectos y no solo por lo «inteligente y con carácter» sino también con sus antipatías y desplantes… desplantes como aquel en que dice que su pareja no causa ningún impacto en su vida.
Me acabo de enterar que mi abuela y mi madre tuvieron sus primeros hijos después de los 30, una hazaña en la Colombia de los 50’s y 80’s, inclusive en estos tiempos, como usted bien señala. Sin embargo, no entiendo qué tiene que ver ser mamá y ser profesional o estar realizada. Es decir, entiendo que una mujer sea juzgada por no ser mamá o por no estar casada, o en concubinato al menos… pero eso no implica que las mujeres que tienen claro qué hacer con su vida no puedan tener en sus planes ser mamás, con convicción, como una decisión consiente y sesuda, tan válida como ser bloguera, o como no querer casarse… El carácter de una mujer no debería ser juzgado por cosas como la maternidad o el matrimonio (así como el carácter de un hombre no lo es, o por lo menos no en tal magnitud), y eso debería incluir el hecho de tomar la decisión de ser mamá.
La mujer siempre ha sido perseguida por ser la dadora de vida por excelencia y hay tres momentos.
Primera Eva seducida por el demonio decide ser Ella misma conocer el bien y el mal decide ser Dios y no acepta a su creador.
Segundo MARÍA el SÍ de María permite la esperanza para el hombre ,
Tercer nosotros, cual es la respuesta ante DIOS, o sólo respondemos a nuestros apetitos o los de la sociedad
Cierto (en parte)… pero este post me deja algo triste. No son las palabras, sino el tono, hay aquí algo muy resentido. Y sin negar que el caso de las mujeres solteras es «especial», la verdad es que los hombres también tenemos presiones sociales. Me entristece también el sarcasmo con el que se habla de los niños, como si fueran estorbos a la felicidad de una mujer o una pareja. En fin, este post es cierto, es real, tal vez honesto… Pero triste, triste, triste.
Aunque parezca una vulgaridad, QUE NO LO ES, el amor, es cosa seria, sin amor no hay felicidad, y si no, pregunten a cualquier humano que ya no pueda tener hijos, si no lo lamenta, esa es una pregunta que yo siempre hago a aquellas personas que alardean de su in dependencia, cuando pasan la menopausia….si no les hubiera gustado tener un hijo, que muy bien puede adoptarse, evitando pasar por embarazo y pañales, todos indefectiblemente, lo lamentan, porque es una ley de la naturaleza, no necesariamente parir, sino tener un niño que alguna vez nos dirá con la voz llena de comida_____Nunca te voy a dejar, me quedaré contigo siempre____ aunque sepamos bien que nos miente . Porque de eso esta hecha la vida, de las pequeñas cosas de todos los días, de las noches en vela esperando que vuelvan de bailar, rogando que no les pase nada, Es una ley natural, no se explica, se siente.Una noche de sexo con amor es imperdible, pero llegar y que un niño salga corriendo a recibirte con las manos llenas de helado y un beso grandote…no tiene precio.
Querida amiga no intento pervertir tus esperanzas,la vida se encargara de ello,al igual que todo el mundo iras de decepcion en decepcion
.
Lamento comunicarte que todavía he sufrido mi primera decepción en nada. He tenido mucha suerte en todos los aspectos de mi vida.
Saberse como se sabe es una de las características que más recuerdo y destaco de haberla tenido como Profe. Gracias por este texto
A la orden.