Ver a una persona vestida es agradable,
Imaginar a esa misma persona desnuda es triste.
Exhibir el cuerpo femenino o masculino para sentirse deseado es tonto
Y cambiar cuerpos desnudos por bienes materiales digno de gente sin cerebro, con la bestia a flor de piel.
En tiempos de Schopenhauer era normal pensar que los hombres buscan tetas y culos
Y las mujeres protección, poder, dinero, agresividad y fuerza física, un apoyo para su pobre alma desvalida.
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Aunque el 98% de los hombres siguen buscando tetas y culos
Y abundan las mujeres que se operan las tetas y el culo para conquistar mejor
Hay seres sensible como tú o como yo que valoramos cualidades menos tangibles y menos tristes también.
Una persona que sólo nos muestra sus ojos, sus manos y su sonrisa es perfecta.
Si nos pone las tetas en la cara o nos muestra su celulitus y sus llantas,
Sus estrías, sus pelos saliendo de la camisa o asomándose por la espalda
recordamos a la bestia y renegamos de semejante vulgaridad:
¡No quiero ser como este animal sediento de carne,
rebosante de grasa, pelos y deseo de miradas lascivas para reafirmarse como bestia!
¡No!
Si es una belleza fabricada sentimos más asco todavía,
Si es belleza natural sentimos compasión:
Cuántos cerdos y cerdas quisieran revolcarse con este ser excepcional, una persona bella en medio de tanta inmundicia.
Es como para sentarse a vomitar porque no hay salida digna.
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Hombres y mujeres hieden por igual,
Sólo se salvan los niños menores de doce años
Su inmundicia es menos evidente.
Bendita sea la ropa, los accesorios y los olores fabricados.
Si hay personas que apestan a pesar del baño diario,
Si hay gente vieja, fea y gorda empacada en ropa estrecha,
Si hay gente que se arranca los dedos cuando cuelga de sus accesorios.
A pesar de lo imperfecto de la moda y de los adornos
¿Qué sería de la vida humana sin la ropa?
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El sexo casual es un acto triste porque involucra el cuerpo desnudo.
Deshacerse de la ropa,
verse desnudo,
ver al otro desnudo también
resoplar como cerdos.
volverse a vestir y salir.
El sexo es tan ridículo que vale la pena ejercitarse como actor de semejante faena con una persona dispuesta a ser consciente de lo ridículo que puede llegar a ser, con nadie más.
Los demás seres deben quedar excluidos de ese espectáculo.
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La fidelidad es sexual
y no debemos ser fieles porque nuestro cuerpo le pertenece a alguien sino por puro sentido de la estética
por no exponer nuestros dulces ojos a la triste experiencia de ver a una persona querida convertida en ave desplumada.
El cuerpo humano desnudo es triste
Se trate del cuerpo más hermoso o del más deforme.
¿a quién queremos engañar?
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