Siempre es grato encontrarse en Facebook con saludos de personas que se toman el trabajo de leer lo que se escribe en este blog, son jóvenes que animan a la profesora para que siga intentando escribir algo que valga la pena leer. Acabo de revisar mi correo y me encontré con este mensaje.
No es un mensaje cualquiera, no son las letras dulces de un joven tembloroso, un niño que me conoce, me persigue, me desea, me teme o me odia porque no sabe exactamente qué sentimientos desencadenan en él -en su cuerpo o en su alma- mis composiciones y confunde a la persona que escribe con la persona que camina por ahí con sonrisa resplandeciente y voz de ángel recién caído del cielo.
No, nada de eso, se trata de un joven admirable, una de las personas encantadoras que conocí en la miseria llamada Twitter y que mientras estaba allá no dejaba de preguntarme por qué tenía tan pocos seguidores y por qué se empeñaba en ocultar su talento, en no llamar la atención con sus dotes. En medio de la podredumbre también están las almas puras.
Con ustedes, las palabras de mi corresponsal:
Hola Ensayista, o profe, no sé; estoy en vacaciones de la U y pensando de todo un poco hacía un balance de lo que he hecho en lo que llevamos de este año, y dentro de ese balance encontré que me he desencantado de las redes sociales en una medida enorme. Sin embargo, a pesar del desdén creciente que me despierta la idea de interactuar digitalmente, no niego que hubo cosas interesantes que conocí en la red, y una de esas es el blog de Ensayista. A pesar de que nunca digo nada al respecto, ahí se mantiene uno de cuando en cuando ojeando y leyendo las últimas ocurrencias de la profe, y considero un poco solapado leer allá escondido detrás de la pantalla sin darle ningún mérito a la persona que constantemente está creando con las palabras aquellos párrafos que me sacan del tedio y de la rutina. Escribes cosas contundentes y es ameno leerte aún cuando hacerlo signifique verse uno mismo cuestionado en sus opiniones. Has ido ralentizando la frecuencia de tus publicaciones, pero aún las pocas que vas haciendo me gustan y entretienen. Escribes muy ameno y muy rico, sólo era para eso. Un gusto molestarte.
It’s perfect time to make some plans for the future and it’s time to be happy.
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