A. ¿Cuándo fue la última vez que se autoentrevistó? Si mal no recuerdo usted dijo en tono enfático -como si fuera verdad- que no volvería a hacerlo porque ya no lo encontraba tan divertido.
B. No recuerdo la última autoentrevista pero tengo la sensación de que fue hace menos de un año. Autoentrevista Razonada, creo, es el título pretencioso de nuestra última conversación, dizque para diferenciar esa experiencia de las demás. No recuerdo si dije esa vez que estaba harta de autoentrevistarme, tengo mala memoria y lo peor de todo es que me gusta.
A ¿Definitivamente nunca le va a conceder una entrevista a nadie que no sea usted misma?
B. No.
A. ¿Por qué fue tan dura con Virginia Mayer?
B. Porque ella pensaba que tenía más poder como periodista que yo como Elsy Rosas Crespo y está equivocada, el periodista es la sirvienta de los divos, son los entrevistados los que le dan de comer a esa gente.
A. Yo creería que ella no quería acabar con su imagen, nombre y honra, sino que, muy al contrario, ella quería que todos supieran quién es @ensayista: la twittera que le quita el aliento a medio país. ¿por qué se empeña usted en figurar como una niña grosera o como la estrella de la farándula que nunca será?
B. Porque me divierte, siempre busco pretextos para sonreír y me excito cuando alguien me propone una entrevista y yo primero le digo que sí y luego le digo que no sólo para imaginar cómo cambian los rasgos y los colores de su rostro ante el sí y ante el no. Es un placer inocente, que yo sepa ningún periodista ha muerto porque yo me haya negado a hacerlo sentir inteligente haciéndome preguntas estúpidas, porque estoy segura de que me harían preguntas estúpidas.
A. Defina pregunta estúpida.
B. En este momento no estoy de ánimo para definir.
A. ¿No es un poco vergonzoso que todos y cada uno de los miembros de su honorable familia -enemiga pública de las redes sociales- algún día se enteren de sus pasos y temamos lo peor?
B. Acabas de hacerme una pregunta estúpida ¿cómo se van a enterar ellos de mis aventuras en las redes sociales si las detestan?
A. ¿Es usted consciente de lo ridícula que puede llegar a ser?
B. No
A. Virginia Mayer escribió en Twitter que la propuesta que ella le hizo a usted (nada más ni nada menos que concederle una entrevista a ella -que no es cualquier periodista- para ficcionalizarla luego en Kienyke) es lo mejor que le han propuesto este año. ¿Es cierto semejante esperpento? Hasta donde tengo entendido ese portal es un pasquín hediondo, la síntesis de los errores periodísticos de este pobre país.
B. No
A. ¿Qué es lo mejor que le han propuesto este año?
B. Me han propuesto un ejercicio de convivencia pacífica con un hombre y lo he aceptado.
A. ¿Cómo ha sido esa experiencia?
B. Han sido casi setenta días que ha valido la pena vivir.
A. ¿No es extraño vivir la primera Luna de miel a los cuarenta y dos años?
B. Supongo que sí.
A. ¿Estaba en sus planes devenir en amorosa esposa después de siete años de ser una abnegada novia?
B. No.
A. ¿Por qué aceptó entonces tan dura prueba? Hasta donde tengo entendido usted se jactó hasta hace menos de un año de haber decidido desde que tenía nueve años que JAMÁS se casaría ni tendría hijos ¿así de consecuente es siempre?
B. Acepté porque no tenía más alternativa, mi hermana tuvo que ver mucho en la decisión, ella adora a mi novio devenido en marido. Y como ser humano tengo derecho a cambiar de opinión todas las veces que se me dé la gana.
A. ¿Qué ha sido lo mejor de estrenar marido?
B. Dormir, es cierto lo que dice la leyenda: en tierras frías es mejor dormir de a dos que de a uno porque se calienta uno más rápido.
A. ¿Y qué más la tiene con la boca abierta de esta nueva experiencia?
B. Creo que estoy llegando a la conclusión parcial de que en la convivencia entre un hombre y una mujer el amor es Amor cuando los días transcurren mucho más rápido que antes y hablamos mucho después de cada comida y antes de cerrar los ojos. No es cierto, o por lo menos no lo es en mi caso, que lo más maravilloso sea decir cada mañana con mirada radiante: «Buenos días mi amor».
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